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(Comité de Médicos para una Medicina Responsable) Muchos americanos, incluidos algunos vegetarianos, todavía consumen grandes cantidades de productos lácteos. Aquí exponemos ocho grandes razones para eliminar los productos lácteos de tu dieta. 1. Osteoporosis La leche se recomienda para prevenir la osteoporosis, aunque la investigación clínica muestra que esto no es cierto. El Estudio de Salud de Enfermeras de Harvard [1], que siguió a más de 75.000 mujeres durante 12 años, mostró que el aumento del consumo de leche no tiene un efecto protector sobre el riesgo de fracturas. De hecho, el consumo superior de calcio procedente de los lácteos estaba asociado a un mayor riesgo de fracturas. Un estudio australiano [2] obtuvo los mismos resultados. Además, otros estudios [3,4] han demostrado que no hay ningún efecto protector del calcio lácteo sobre los huesos. Se puede reducir el riesgo de osteoporosis reduciendo el consumo de sodio y proteína animal en la dieta [5-7], aumentando el consumo de frutas y verduras [8], haciendo ejercicio [9], y asegurando un adecuado consumo de calcio procedente de alimentos vegetales tales como las hortalizas de hojas verdes y las legumbres, así como productos enriquecidos en calcio como los cereales de desayuno y algunos zumos. 2. Enfermedades Cardiovasculares Los productos lácteos —que incluyen quesos, helados, leche, mantequilla, y yogur— aportan cantidades importantes de colesterol y grasa a la dieta [10]. Las dietas ricas en grasa y grasas saturadas pueden aumentar el riesgo de diversas enfermedades crónicas incluyendo las enfermedades cardiovasculares. Una dieta vegetariana baja en grasas que elimine los lácteos, en combinación con el ejercicio, dejar de fumar, y combatir el estrés, pueden no sólo prevenir los problemas cardíacos, sino también recuperarse de ellos [11]. Existen lácteos desnatados, sin embargo, acarrean otros riesgos de salud como se indica a continuación. 3. Cáncer Diversos tipos de cáncer, como el de ovario, han sido relacionados con el consumo de lácteos. El azúcar de la leche, la lactosa, se descompone en el organismo en otro azúcar, la galactosa. A su vez, la galactosa se descompone más por la acción de los enzimas. Según un estudio del Dr. Daniel Cramer y sus colegas de Harvard [12], cuando el consumo de lácteos excede la capacidad de los enzimas de descomponer la galactosa, puede acumularse en la sangre y puede afectar a los ovarios femeninos. Algunas mujeres tienen niveles particularmente bajos de estos enzimas, y cuando consumen lácteos de forma regular, su riesgo de cáncer de ovario puede alcanzar el triple que otras mujeres. Los cánceres de mama y próstata también han sido relacionados con el consumo de lácteos, presumiblemente asociado, al menos en parte, al aumento de una sustancia llamada factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1) [13-15]. El IGF-1 se encuentra en la leche de vaca y se ha demostrado que aparece en niveles superiores en la sangre de individuos que consumen lácteos de forma regular [16]. Otros nutrientes que aumentan el IGF-1 se hallan también en la leche de vaca. Un reciente estudio demostró que los hombres que poseían los mayores niveles de IGF-1 tenían más de cuatro veces el riesgo de cáncer de próstata en comparación con aquellos que poseían los niveles más bajos [14]. 4. Diabetes La diabetes dependiente de insulina (tipo I o inducida en la infancia) está asociada al consumo de lácteos. Estudios epidemiológicos de diversos países muestran una fuerte correlación entre el uso de lácteos y la incidencia de esta diabetes [17,18]. Los investigadores descubrieron en 1992 [18] que una proteína específica de los lácteos provoca una reacción autoinmune, que se sospecha que es lo que destruye las células productoras de insulina del páncreas. 5. Intolerancia a la lactosa La intolerancia a la lactosa es común en muchas poblaciones, afectando en Norteamérica aproximadamente al 95% de los asiáticos, al 74% de los nativos americanos, al 70% de los africanos, al 53% de los mejicanos, y al 15% de los caucásicos [19]. Los síntomas, que incluyen molestias gastrointestinales, diarrea y flatulencia, suceden porque estos individuos no poseen los enzimas que digieren la lactosa. Además, aparte de estos síntomas no deseados, los bebedores de leche se están también arriesgando a desarrollar otras enfermedades crónicas y dolencias. 6. Toxicidad de la Vitamina D El consumo de leche puede que no proporcione una fuente consistente y fiable de vitamina D en la dieta. En los muestreos de leche se han encontrado variaciones significativas en el contenido de vitamina D, con algunas muestras que presentaban hasta 500 veces el nivel indicado, mientras que otras poseían poca o ninguna [20,21]. Un exceso de vitamina D puede ser tóxico y puede provocar niveles excesivos de calcio en la sangre y en la orina, una absorción superior de aluminio por el organismo y los depósitos de calcio en los tejidos blandos. 7. Contaminantes Se suelen utilizar comúnmente hormonas sintéticas como la hormona de crecimiento bovino recombinante (rBGH) para las vacas lecheras con el fin de aumentar la producción de leche [13]. Debido a que las vacas están produciendo cantidades de leche que la naturaleza jamás previó, el resultado obtenido es la mastitis, o inflamación de las glándulas mamarias. Su tratamiento requiere el uso de antibióticos, y se han encontrado restos de ellos y de hormonas en muestras de leche y otros lácteos. Los pesticidas y otros medicamentos también son contaminantes frecuentes de los lácteos. 8. Preocupaciones de Salud en Bebés y Niños Las proteínas, el azúcar de la leche, la grasa y la grasa saturada de los lácteos pueden representar riesgos de salud para los niños y conducir al desarrollo de enfermedades crónicas tales como obesidad, diabetes y formación de placas ateroscleróticas que pueden conducir a problemas cardíacos. La Academia Americana de Pediatría recomienda que los bebés menores de un año no reciban leche entera de vaca, ya que la deficiencia de hierro es más probable con una dieta rica en lácteos. Los derivados de la leche de vaca son muy bajos en hierro. Si se convierten en parte principal de la dieta, la deficiencia de hierro es más probable [10]. Los cólicos son una preocupación adicional en relación con el consumo de leche. Uno de cada cinco bebés sufren cólicos. Los pediatras aprendieron hace tiempo que la leche de vaca era a menudo la razón. Ahora se sabe que las madres que amamantan pueden tener bebés propensos a cólicos si dichas madres consumen leche de vaca. Los anticuerpos de las vacas pueden pasar del flujo sanguíneo de la madre a la leche de su pecho y así al bebé [22]. Además, las alergias a los alimentos parecen ser un resultado común del consumo de leche, particularmente en los niños. Un reciente estudio [23] también asoció el consumo de leche de vaca al estreñimiento crónico en los niños. Los investigadores sugieren que el consumo de leche produjo llagas perianales y dolor agudo al defecar, conduciendo al estreñimiento. La leche y los productos lácteos no son necesarios en la dieta y pueden, de hecho, ser peligrosos para la salud. Consume una dieta sana de cereales, frutas, verduras, legumbres y alimentos enriquecidos como cereales y zumos. Estos alimentos concentrados en nutrientes pueden ayudarte a cubrir tus necesidades de calcio, potasio, riboflavina y vitamina D con facilidad —y sin riesgos para la salud.
Referencias 1. Feskanich D, Willet WC, Stampfer MJ, Colditz GA. Milk, dietary calcium, and bone fractures in women: a 12-year prospective study. Am J Public Health 1997;87:992-7. 2. Cumming RG, Klineberg RJ. Case-control study of risk factors for hip fractures in the elderly. Am J Epidemiol 1994;139:493-505. 3. Huang Z, Himes JH, McGovern PG. Nutrition and subsequent hip fracture risk among a national cohort of white women. Am J Epidemiol 1996;144:124-34. 4. Cummings SR, Nevitt MC, Browner WS, et al. Risk factors for hip fracture in white women. N Engl J Med 1995;332:767-73. 5. Finn SC. The skeleton crew: is calcium enough? J Women’s Health 1998;7(1):31-6. 6. Nordin CBE. Calcium and osteoporosis. Nutrition 1997;3(7/8):664-86. 7. Reid DM, New SA. Nutritional influences on bone mass. Proceed Nutr Soc 1997;56:977-87. 8. Tucker KL, Hannan MR, Chen H, Cupples LA, Wilson PWF, Kiel DP. Potassium, magnesium, and fruit and vegetable intakes are associated with greater bone mineral density in elderly men and women. Am J Clin Nutr 1999;69:727-36. 9. Prince R, Devine A, Dick I, et al. The effects of calcium supplementation (milk powder or tablets) and exercise on bone mineral density in postmenopausal women. J Bone Miner Res 1995;10:1068-75. 10. Pennington JAT. Bowes and Churches Food Values of Portions Commonly Used, 17th ed. New York: Lippincott, 1998. 11. Ornish D, Brown SE, Scherwitz LW, Billings JH, Armstrong WT, Ports TA. Can lifestyle changes reverse coronary heart disease? Lancet 1990;336:129-33. 12. Cramer DW, Harlow BL, Willet WC. Galactose consumption and metabolism in relation to the risk of ovarian cancer. Lancet 1989;2:66-71. 13. Outwater JL, Nicholson A, Barnard N. Dairy products and breast cancer: the IGF-1, estrogen, and bGH hypothesis. Medical Hypothesis 1997;48:453-61. 14. Chan JM, Stampfer MJ, Giovannucci E, et al. Plasma insulin-like growth factor-1 and prostate cancer risk: a prospective study. Science 1998;279:563-5. 15. World Cancer Research Fund. Food, Nutrition, and the Prevention of Cancer: A Global Perspective. American Institute of Cancer Research. Washington, D.C.: 1997. 16. Cadogan J, Eastell R, Jones N, Barker ME. Milk intake and bone mineral acquisition in adolescent girls: randomised, controlled intervention trial. BMJ 1997;315:1255-69. 17. Scott FW. Cow milk and insulin-dependent diabetes mellitus: is there a relationship? Am J Clin Nutr 1990;51:489-91. 18. Karjalainen J, Martin JM, Knip M, et al. A bovine albumin peptide as a possible trigger of insulin-dependent diabetes mellitus. N Engl J Med 1992;327:302-7. 19. Bertron P, Barnard ND, Mills M. Racial bias in federal nutrition policy, part I: the public health implications of variations in lactase persistence. J Natl Med Assoc 1999;91:151-7. 20. Jacobus CH, Holick MF, Shao Q, et al. Hypervitaminosis D associated with drinking milk. N Engl J Med 1992;326(18):1173-7. 21. Holick MF. Vitamin D and bone health. J Nutr 1996;126(4suppl):1159S-64S. 22. Clyne PS, Kulczycki A. Human breast milk contains bovine IgG. Relationship to infant colic? Pediatrics 1991;87(4):439-44. 23. Iacono G, Cavataio F, Montalto G, et al. Intolerance of cow’s milk and chronic constipation in children. N Engl J Med 1998;339:110-4.
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