Amor Eterno
por Bulma Chan

 

Capítulo 1

 

Habían pasado algunos años desde que Candy había averiguado que en realidad Albert era el tío abuelo Williams, ese caballero tan generoso que le dio muchas alegrías al adoptarla, sin saber que este hecho traería como todo, momentos tristes para ella. Al comienzo, claro, fue difícil entender y hacer encajar, desde el momento en que ella lo conoció como su “Príncipe de la Colina”, conocerlo como Albert y luego como el patriarca de una gran y respetada familia.

Candy seguía trabajando como enfermera, pero al pasar el tiempo se había perfeccionado en su profesión y ya era jefa de toda una sección del hospital de la ciudad. Como siempre, los pacientes la querían mucho y le hacían bromas cuando podían… “Si Mary Jane me viera”, pero su antigua maestra había muerto algunos años atrás, pero siempre la recordaba, gracias a ella había aprendido muchas cosas.

Sentimentalmente, bueno… ella estuvo un tiempo junto a Albert, pero ella prefirió terminar con él honestamente, le confesó que aún no podía olvidar a Terry y que ella sabía que no era justo para él (Albert) estar con ella mientras ella pensaba en otra persona. A Albert le costó mucho aceptar esta verdad, desde siempre le había gustado Candy e incluso pensó que juntos podían liderar esta gran familia Andrey, pero lamentablemente no era así. “Si logro olvidar a Terry, te prometo que vuelvo a ti, tú sabes que yo te quiero mucho y me duele saber que con mi decisión te estoy hiriendo, pero lo hago para ser justa contigo y conmigo, por favor entiéndeme” le dijo ella “pero por favor, no dejes de ser mi amigo, no lo podría soportar”. Albert le prometió que siempre que ella lo necesitara, él iba a estar ahí. Días después de esa decisión, Albert decidió viajar un tiempo, compartir con sus animales y tratar de olvidar un poco su amor por Candy.

Meses después la vida seguía igual para Candy, ya había recibido otra carta de Albert contándole de las maravillas del Africa y que la extrañaba muchísimo. Todo habría seguido igual que cualquier día, si no hubiera escuchado que alguien la esperaba en la recepción del hospital. “Que extraño, ¿será alguien del hogar? ¿Annie? No creo, ella está muy ocupada cuidando a sus hijos junto con Archie, ¿quién será?” pensaba mientras caminaba hacia la recepción. Al llegar allá, vió a una mujer alta, muy bien vestida, con gafas y un sombrero.

Buenas tardes, ¿en qué la puedo ayudar? – preguntó amablemente

Si no te importa, quisiera que habláramos en privado – dijo la mujer

Sí claro, Ellie, ¿la oficina de la directora está ocupada? – preguntó a la recepcionista

Puedes usarla, ella no vuelve hasta mañana

Gracias. Por aquí por favor


Mientras caminaban hacia la oficina Candy se preguntaba quién era esa dama… le recordaba a alguien, pero no podía recordar, sobre todo si no podía ver bien su rostro, además ¿qué es tan importante y secreto que lo tienen que conversar a solas?


Tome asiento por favor. ¿Se sirve café?

Sí, gracias. Veo que aún no me reconoces, o quizás ya no te acuerdas de mí, ha pasado mucho tiempo – dijo la mujer sacándose el sombrero, las gafas y la bufanda.

Pero si es – dijo Candy tan sorprendida que dejó caer la taza al piso – Eleanor Baker, la madre de Terry

Veo que no me has olvidado, aunque sé que estoy más vieja que cuando nos vimos en Escocia – dijo bromeando


Se dio cuenta que algún asunto sobre Terry le traía al hospital, y Candy no pudo evitar ponerse nerviosa, afortunadamente pudo servir el café sin otro accidente.


Gracias – dijo Eleanor – ¿estás muy ocupada? Si es así puedo volver en otro momento.

No, dejé a cargo a otras enfermeras, esa es la ventaja de ser la jefa de área

¿Ya eres la jefa de tu área? Te felicito, has llegado muy alto en muy poco tiempo.

Gracias, ¿pero sabe? No es por parecer ruda ni nada por el estilo, pero su visita me tiene nerviosa… ¿le pasó algo a Terry?

Sí, bueno… no a él

Por favor cuénteme, me estoy poniendo muy nerviosa por favor – Candy temía lo peor.

No sé si tengo derecho a venir a entrometerme en tu vida, en realidad no sé si estoy haciendo lo correcto, pero años atrás yo vi a Terry muy enamorado de ti y por eso pensé en recurrir a ti.

Pero por favor, ¿qué pasó? – cada vez estaba más intrigada y preocupada.

Bueno, ¿recuerdas que hace unos años Terry y Susana se casaron?

¿Cómo olvidarlo? – dijo ella con un dejo de tristeza.

Muy lamentable sobre todo bajo las circunstancias en las que se produjo ese matrimonio. Bueno, al pasar el tiempo la angustia y depresión de Susana continuaban cada vez peor por no poder caminar, aunque tenía a su lado el apoyo de Terry. Él siempre la ayudaba, la llevaba en su silla de ruedas a ver los ensayos de las obras de teatro pero todo eso hizo crecer más la depresión. Ella se sentía muy mal al verlos a todos actuando y ella… postrada en la silla. Además que no era tonta, se daba cuenta perfectamente que Terry le tenía mucho cariño y agradecimiento, pero a la vez odio porque por culpa de ella lo habían separado de la persona que más amo en toda su vida y que no podía olvidar, y me refiero a ti cuando digo esto.


Al decir estas palabras Candy se sonrojó, su corazón comenzó a latir más rápido al pensar nuevamente en Terry, pero siempre estaba entre medio de ellos Susana.

Pasó el tiempo, Terry volvía a interpretar Macbeth en Broadway y Susana le pidió que no la llevara esta vez al teatro, que tenía ganas de dormir y que le deseaba suerte en su papel principal. Aunque a él le pareció raro al comienzo, después no lo pensó mucho porque estaba muy nervioso con su papel y el estreno de esa noche. Salió temprano del departamento y actuó mejor que nunca, recibiendo grandes aplausos y grandiosas críticas. Cuando llegó a casa vio a Susana en su cama con todas las luces de la habitación encendidas. Él le habló para despertarla y contarle de lo sucedido, pero ella no contestaba. Él se acercó y trató de moverla, estaba helada… se dio cuenta que en su mano tenía un frasco y, bueno…

¿Qué? ¿Susana se suicidó?? – Candy no podía creer lo que escuchaba.

Sí, dejó una carta explicándole a Terry el por qué de su decisión y que le agradecía el haberse casado con ella, porque fueron los momentos más felices de su corta vida, aunque sabía que su corazón no le pertenecía.

¿Y cómo está Terry? – las lágrimas ya asomaban en los ojos de Candy.

No muy bien, aunque esto ocurrió meses atrás él se culpa de la tragedia de Susana. No sabes cuánto me ha costado encontrarte, desde el primer momento quise contactarte, pero mis compromisos y además lo difícil de ubicarte me tomó tiempo, pero por fin... Terry ha dejado de actuar nuevamente, casi no sale y no recibe a nadie. Pasó un tiempo en Escocia pero todo era igual, no hablaba con nadie y sólo miraba por su habitación y tocaba una vieja armónica.

“¿Una vieja armónica?” pensó Candy, “¿será la que le regalé?

Ahora ha vuelto a Nueva York, traté de ir a visitarlo pero él no me quiso recibir. Entonces yo quería pedir tu ayuda.

¿Qué puedo hacer? – dijo secándose las lágrimas.

¿Podrías ir a hablar con él? Creo que eres la única que puede ayudarlo, por favor te lo pido, por lo sentiste alguna vez por él te lo imploro. No sabes cómo sufro al verlo así.


Alguien golpea la puerta en esos momentos.

Candy, tenemos problemas con el paciente de la 36-d, ¿puedes venir?

Lo siento Eleanor, tengo que irme

Mira, me puedes encontrar en este hotel, y si no alcanzas a hablar conmigo, bueno Terry sigue viviendo en el mismo departamento en NY, no se ha cambiado de ahí, ¿tienes la dirección?

Sí, la tengo

¿Me vas a ayudar?

Claro, no lo puedo dejar así. No se preocupe, ahora si me disculpa me tengo que retirar. Gracias por venir Eleanor. Aquí tiene mi tarjeta con mi número en caso de cualquier urgencia – dijo Candy poniéndose de pie

Por favor ayúdalo.

Sí, lo haré. Ahora me tengo que ir. Adiós Eleanor.

“Ahora todo está en manos de Dios” pensó la actriz, secando sus ojos y poniéndose nuevamente su disfraz. “Candy es la medicina que necesita Terry”.


Esa noche Candy miraba una y otra vez la tarjeta de Eleanor. Lentamente, comenzó a recordar todos los momentos compartidos con Terry en el Colegio San Pablo, en Escocia, en Broadway… la primera vez que lo vió. Parecía que la mala suerte persistía en entrar en el destino del joven actor. Mientras más pensaba en él, su corazón latía más rápido, dejando escapar un suspiro al recordar sus besos. Ella estaba dispuesta a ayudarlo, pero cómo. Comenzó a buscar en su closet la ropa que necesitaría en Nueva York, trataría de viajar lo antes posible. Miró su reloj, y vió lo tarde que era; se acostó y pensando en Terry se durmió.




Señora directora, ¿puedo hablar con usted un momento? – dijo Candy muy temprano en la mañana

Por supuesto Candy, adelante.

Gracias. Me siento un poco incómoda por lo que quiero pedirle, pero necesito hacerlo.

¿Qué pasa?


Ella le contó la historia (cortada eso sí) y la directora del hospital vió lo desesperada que Candy estaba y le dijo que podía faltar al trabajo todo lo que necesitara. Que la echarían de menos pero que pondrían a alguien a reemplazarla. Agradecida, le dio un abrazo y salió rápidamente de la oficina. Fue a su departamento a buscar las maletas y se dirigió a la estación de trenes. Era un largo viaje desde Chicago a Nueva York, tendría mucho tiempo para pensar en lo que iba a hacer, y en lo que le iba a decir a Albert en su carta.

Cuando iba por Cleveland se decidió a escribir la carta, porque aunque sabía que a Albert le dolería recibir ese tipo de noticias, ella siempre fue honesta con él, y no podía ocultarle nada.




Los días pasaron muy lentamente, tanto que Candy ya estaba ansiosa por no llegar. Al divisar la estación de Nueva York su corazón nuevamente comenzó a latir más rápido. Tomó un taxi hasta el hotel en que se iba a quedar y dejó sus maletas, eligió uno que quedaba cerca del departamento de Terry. Se dio un baño, y se cambió de ropa. No podía perder tiempo, Terry la necesitaba. Salió del hotel y comenzó a caminar por la calle Broadway, viendo todos los afiches de las obras que se presentaban en esos momentos, recordando cuando Terry hizo Romeo y Julieta… cuando terminaron. La nieve del invierno hacía que todo se viera más melancólico, sin darse cuenta ya había llegado. Subió hasta llegar a su piso y se detuvo frente a la puerta del departamento. En esos momentos se puso mucho más nerviosa de lo que estaba, sus manos sudaban y prácticamente sentía que se iba a desmayar. ¿Cómo habría cambiado Terry en todo este tiempo? ¿Cómo la recibiría? ¿Qué decirle?


Hola, soy Bulma-Chan y éste es mi primer fic sobre Candy y Terry. Nunca quedé conforme con el final, o por lo menos como se desarrollaron las cosas, así que después de mucho pensarlo me decidí y aquí está la continuación alternativa a la historia. Me gustaría escuchar tus opiniones, mi mail es bulma_gt@hotmail.com

 

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