Tu cama ardía
quemaste toda tu ropa
y volviste a gritar
que estás perdida
quemaste el lado oscuro
de tu identidad
Y escribiste cartas frías sin pensar
las escupiste, las cerraste
y después te echaste a reír
En cinco días
ya viste a los vampiros
volviendo a volar
pero podías
clavarles las estacas
y hacerlos sangrar
Y los pisaste con tacones
con tu rabia
cambiaste el clima de toda la ciudad
y te echaste a reír
Cubriste el cielo con alfombras
le diste soles a tus sombras.