Entre
los estudiantes de arquitectura se cuenta la leyenda del pueblo
que construyó su Ayuntamiento olvidándose de dejar huecos en
la fachada, por lo que tuvieron que atrapar la luz del sol en
sacos para poderlo iluminar. Esta historia nos demuestra la
necesidad de un buen estudio previo a cualquier obra y cómo la
importancia de cada elemento constructivo se pone de manifiesto
más claramente cuando ha sido mal diseñado u olvidado.
Uno de los elementos que es
preciso estudiar con cuidado en cualquier construcción, para
conseguir un ambiente de bienestar y confort es, sin duda, el de
las ventanas. Ellas permiten conseguir la iluminación
suficiente y ventilar el interior, actuando como barrera frente
a las agresiones externas y a los agentes atmosféricos, frío,
lluvia, ruido y contaminación.
En este sentido, el uso creciente de las
ventanas de PVC viene determinado por varias consideraciones:
En primer lugar, la composición química del
material hace que estas ventanas no sean atacables por el
envejecimiento y la corrosión. Además, distintas
modificaciones moleculares del PVC, como la formula empleada por
Kömmerling, lo hacen muy resistente a los golpes y a la radiación
solar, lo que asegura una larga duración en perfectas
condiciones.
Y un capítulo al que el
usuario suele prestar especial atención, el de los
gastos de mantenimiento.
Esto, está reducido al mínimo, ya
que sólo se requiere una limpieza regular con agua
tibia y un paño suave.
Otro punto revelador para entender la
expansión de las ventanas de PVC es su buen balance
energético, gracias a la muy baja conductividad térmica
del material y la mínima permeabilidad de las juntas. A
ello se une el hecho de que este tipo de ventanas
permite la colocación de vidrios aislantes de altas
prestaciones. Todo lo cual les confiere una gran
capacidad de aislamiento térmico y, por consiguiente,
un importante nivel de ahorro de energía en calefacción
y refrigeración.
Las
juntas de las ventanas viejas, dejan penetrar
el ruido, el aire, y hasta el agua y salir el
calor y el polvo, siendo la causa de pérdidas
de energía de climatización. Los sistemas de
perfiles para ventanas de PVC Kömmerling
acaban con estos problemas para siempre.
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El
tercer criterio a considerar es el del aislamiento acústico.
En los últimos 15 años en Europa, el nivel de confort acústico
ha disminuido claramente, sobre todo en las grandes ciudades. En
algunos lugares, como por ejemplo en la cercanía de carreteras
nacionales, el nivel de ruido del tráfico ha aumentado hasta 6
veces y en la periferia de los aeropuertos hasta 30 veces
Teniendo en cuenta que el oído humano tiene
aproximadamente una respuesta logarítmica a los estímulos de
presión, intensidad y potencia acústicas, la mejora objetiva
de algunos decibelios supone una reducción muy importante del
ruido percibido.
Ventanas standard fabricadas con perfiles Kömmerling
pueden reducir el ruido que se percibe dentro de las
habitaciones en 35dB(A) aprox. superar este nivel de aislamiento
con otros sistemas específicos de Kömmerling.
Pero, hoy más que nunca, la ventana responde,
además de a sus funciones prácticas, a la función estética
de conformar las fachadas, según la visión del proyectista.
Las ventanas de PVC permiten libertad de diseño,
tanto en obras de renovación, integrándose sin problemas en
cualquier estilo arquitectónico, como en obra nueva, donde el
arquitecto puede desarrollar su propia creatividad.

La ventana de PVC
en renovación.
La
ventana de PVC puede responder a los criterios estéticos de
cualquier estilo tradicional. Al ser un material termoplástico,
permite variaciones en su forma geométrica, formar arcos de
distintos tipos, incorporar cuarterones auténticos,
superpuestos o entre vidrios, utilizando perfiles blancos, en
tonos madera o en colores diversos.
La gama de perfiles Kömmerling permite
reproducir el aspecto original de las ventanas antiguas, con
todas las cualidades de este moderno material.
Pero además existen otros sistemas
especialmente indicados para la renovación, que permiten la
colocación de la nueva ventana de PVC sobre el marco ya
existente, con la ventaja de no necesitar trabajos de albañilería.
La ventana de PVC se adapta perfectamente a la
restauración y renovación de construcciones antiguas,
contribuyendo a la revalorización de los inmuebles.
La
ventana de PVC en obra nueva
Si en renovación la ventana de
PVC ha de integrarse en un vano ya existente y está, por tanto,
condicionada, en obra nueva su forma y magnitudes se establecen
en la fase de proyecto.
Aquí los nuevos criterios de
confort, funcionalidad, adecuación a normativas de construcción
y al entorno ambiental, exigen unos conocimientos técnicos y de
materiales muy precisos, pues la complejidad de factores
dificulta la toma de decisiones.
Por otro lado, la estética de
las fachadas desempeña un papel fundamental en la arquitectura
actual. Hoy en día, la superficie acristalada aumenta
constantemente, tanto en grandes edificios como en viviendas
unifamiliares y los marcos de las ventanas ya no pueden ser
consideradas sólo como una estructura portante.
Sistemas ampliamente probados por
Kömmerling, permiten modular la apertura adaptándose al
espacio habitable.
Hay que contar, sin embargo con
los valores estáticos de los perfiles, que le otorgan una
resistencia limitada ante ciertos esfuerzos. La solución
consiste en integrar en los perfiles de PVC un refuerzo interior
de acero galvanizado. Este conjunto resulta particularmente
adecuado para grandes ventanales.
La elección del tipo de perfil
debe hacerse también teniendo en cuenta la necesaria transmisión
de los esfuerzos. En vanos de grandes dimensiones será preciso
calcular los tipos de perfil y refuerzo adecuados en cada caso.
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