l'art curt de liliput
La paradoja
La vertiginosa raja
de tu falda de rebajas,
tajo en el refajo,
mi aliento acongoja,
me oprime cual faja,
mi cara sonroja,
reseca me deja
la garganta en estiaje,
mi voz atartaja
ahuecada en cascajo
y mis labios deja
soltando espumarajos.
Cuando veo esta raja
me viro en renacuajo,
reviro en cangrejo
y acabo escarabajo;
me permuto y canjeo
en un pobre animalejo,
asustado sapajú,
indefenso quincajú.
Su atisbo me inflige
un penoso trabajo
hecho a destajo;
el ánimo me deja
peor que un estropajo;
me hace andar cojo
meditabundo y cabizbajo
por quemados rastrojos,
llagados los zancajos,
desollándome los pulpejos,
hecho un pendejo,
un pálido espantajo
vestido de andrajos,
cegados los ojos
y echando escupitajos.
Mis pobres clavijas
suelta y afloja,
descoyunta mis artejos,
mis huesos recruje,
y hecho un amasijo
de nervios añejos,
mi cuerpo fatiga,
mis piernas afloja,
y entero me deja
rijoso y canijo,
para envío en caja,
a la lúgubre zanja
envuelto en mortaja.
Me insinúa y sugiere,
y no es acertijo,
que allí monte abajo
de venus no lejos,
detrás de una verja
de seda y de lujo
de blonda y encaje,
una prenda cobija
esconde y aloja
en íntimo escondrijo,
la suavidad de conejo
del palpitar de otra raja.
Una misteriosa saja,
tierna rendija
con sabor a almeja
y a dulce mejunje
con tropical deje
de fruta salvaje.
La que margaritas deshoja,
en mis sueños, y moja.
La que cual candente aguja
ora me desmadeja
ora me lía y aduja,
en enmarañado rebujo
embrollado revoltijo
intrincado ajilimoje;
ora me abrasa en hoguera,
ora me congela en biruji.
Afilada navaja
que de un dulce tajo
jugando con ventaja
me hiere y me saja,
cortante me veja,
punzante me ultraja
y en múltiples gajos,
en incontables rodajas,
mi esencia fragmenta
y tal tormento me inflige
que clavado en crucifijo,
para más inri bocabajo,
sufriendo me deja
soltando latinajos.
Pero, ay! paradoja,
-y no elevéis ceja
ni frunzáis entrecejo-
como embriagado de ajenjo
me espolea y empuja
cual lacerante vergajo;
en impetuosa puja,
me endurece y no afloja
el obstinado carajo
hasta orgulloso pijo
a punto de estruje,
dispuesto a la paja;
el duro as de bastos, eje
arrogante de mi baraja.
Fue una lisonja,
ahora no me fajo
lo afirmado no ajo
ni ahora rebajo
entonces lo aduje
y sincero lo dije:
que cuando respiras
tu ardor resquebraja
y quiebra azulejos,
estalla los espejos
y arruga los trajes.
Y de esto me quejo,
ya que me aflige,
mis ansias no aleja
y anhelante me deja.
Y no me supone trabajo
dedicarte un elogio
ofreciéndote agasajo
haciéndote cortejo:
De papa borja
no eres mimada hija.
Nada tienes de monja
ni de imagen de cartuja
ni de afectada pija
ni de prebenda de canonjía
ni de rancio linaje
ni de vulgar baratija
ni de falso montaje
ni de artificial trucaje
ni de inexpugnable blindaje
ni de disimulado camuflaje
ni de trama de espionaje
ni de aceitosa torrija
ni de agua de borrajas
ni de puré de lentejas
ni de salsa de soja
ni de rancio vino añejo
ni de áspera lija
ni de desafinada sonaja;
nada de negra corneja
ni de aborregada oveja;
tan sólo una migaja
un suave deje
de picante de ají
de perfume de hinojo
de tinto de rioja
de vuelo de vencejo
y una pizquita, de lagartija.
Y un mucho de maja
de encantos prolija,
de toneladas de embrujo,
de gracia y gracejo,
de azahar de naranja,
de embelesos de espejo,
de brillos de alhaja,
de fulgor de sortija,
de hembra salvaje,
de misterio de bruja,
de hechizos bagaje,
y de mágico brebaje
para un presto despegue
hacia un inolvidable viaje
del más alto voltaje.
La pálida luz de luna refleja
sueños de mareas y reflujos,
sombras de suaves hechizos,
siluetas de contrabajo
y de cinturas de abeja.
Si releo esto sonrío ji ji ji
me entra la risa ja ja ja
y al final me parto ja je ji jo ju
y reviento en carcajeo.
¡Menuda ñoñada no dije!
Tengo sed, pasadme el botijo.
En tu mirada busco el vestigio
que sabiamente me aconseje
que sombras y dudas despeje
que no me frene ni ataje
que me libre de mis complejos
que me dé el necesario arrojo
que me lo ponga en bandeja
para hacerte llegar mi mensaje;
para proponerte con coraje
sin ponerme nada bermejo
con atrevido desparpajo
un valiente lo toma o lo deja
un estimulante toma y daca.
Dejame trepar por tu andamiaje
esconderme bajo tu ropaje
acariciar tu fuselaje
repasar tu aparejo
seguir las curvas de tu dibujo
palpar y sopesar tu gramaje
vagar por tus callejas
circular libre de peajes
retozar por tus altibajos
sondear todos tus parajes
explorar los rincones de tu cortijo
buscar de tu puerta la manija
cruzar tembloroso la franja
y desplegado mi catalejo
lanzado en audaz abordaje
bucear profundo en tu aguaje
flotar ingrávido en tus burbujas
volar libre envuelto en tu celaje
tocar tu campana con mi badajo
jugar travieso con tu trebejo
perderme por tu ramaje
encontrarme en tu follaje
hundirme en tus entresijos
colmar tus secretos antojos
estacionar en tu garaje
efectuar un pasajero anclaje
para después, llamame hereje,
bien colocada bocabajo
tomarte por el atajo
de tu retaguardia en pleno ojete
en dulce y mórbido ultraje.
Tu homologado prefijo,
otrora sellado por virgo,
y su alternativo sufijo,
que el esfínter protege,
probar en profundo transfijo;
gozar a fondo de las ventajas
y del beneficio de los gajes,
sufrir paciente las desventajas.
Pero ya me salgo del eje.
El plan te resumo y dibujo
en esquemático bosquejo,
espero y deseo que cuaje:
Un estimulante masaje
un hábil y voluntarioso manejo
un delicado y óptimo estruje
un húmedo y lubricante cotejo
un deslizante derrapaje
un acoplado y compenetrado encaje
un excitante y rítmico empuje
un turbador y mareante oleaje;
con una culminación salvaje
en fluido e íntimo canje
un retardado alunizaje
un sutil y dulce aterrizaje
o, si así lo prefieres y eliges,
un suave y acuático amaraje.
Que un dulce a nadie le amarga
y nuestro sino es bien fijo
y no encuentro mejor consejo:
que caigan presto los vendajes
tengamos bien abiertos los ojos
y librándonos de los abrojos
librémonos contentos al relajo,
gocemos a fondo del festejo
que del vino corran tinajas
embriaguémonos de orujo
riamos con regocijo
olvidemos el malaje.
Que nuestro destino y acabijo,
y aquí me reitero y repito,
es pudrirnos en la zanja
envueltos en la mortaja.