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Hablando de equidad y calidad de la educación:

En los países de la región, hablar de calidad y equidad en la educación casi siempre está ligado a factores socioeconómicos que nos afectan. Y en este punto, el problema es crítico ya que son muy marcadas las diferencias sociales que coexisten y peor aún es en el asunto relacionado con ingresos que tienen las familias según su procedencia social.

En América Latina es, quizás, donde más marcada son las diferencias de ingresos económicos, se da el hecho de que la cuarta parte del total la reciben tan solo el 5% de la población más rica, mientras que el 30% más pobre recibe solo el 7% del mismo.

Los grupos sociales más ricos acceden a una educación que se brinda en establecimientos pagados, donde la infraestructura y tecnología implementada puede dar una atención mejor a los estudiantes que ahí están. Los estudiantes de colegios pagados reciben una educación de más calidad, normalmente con más horas de estudio que los de otra naturaleza. Los profesores reciben una mejor remuneración. Esto último si bien no es de carácter regional, por lo menos se da en varios países.

Los grupos sociales más pobres acceden a la educación que el aparato estatal dispone para ellos, pero que a pesar de políticas de una mejor distribución de los recursos, siguen siendo deficitarias para atender a los estudiantes y sacarlos del círculo de pobreza en que se encuentran. Los profesores de los establecimientos donde estudian los niños y jóvenes en estado de pobreza no se ven recompensados en proporción a sus esfuerzos, al atender a una población en condiciones difíciles para una adecuada inserción a la sociedad productiva. En este sector de la sociedad es donde más se da la deserción escolar con las consecuencias lógicas: búsqueda de una fuente laboral a temprana edad y reiteradas frustraciones sociales, conducentes, incluso, al elevamiento de la tasa de delincuencia.

Mientras los estudiantes que provienen de familias adineradas pueden terminar con éxito la formación inicial y con grandes posibilidades de continuar sus estudios en la Universidad, Del 40% de los estudiantes más pobres, más de la mitad no terminarán sus estudios básicos e ingresarán al mundo laboral, con puestos que otorgan salarios de subsistencia o menores aún.

En nuestros países, las familias ricas son aquellas en que sus componentes que trabajan reciben altos ingresos, y no necesariamente porque sean familias adineradas. Lo anterior está ligado al factor escolaridad, ya que para acceder a puestos de trabajo de altos ingresos se debe tener una muy buena educación, esto es lo que marca diferencias en la distribución de la riqueza. El factor educación.

Una medida que los estados deberían implementar es buscar soluciones es el fortalecimiento de la escuela y la construcción de una calidad de enseñanza mejor y más contemporánea.

Para lograr lo anterior, los Ministerios de Educación deben dar prioridades estratégicas en las Reformas Curriculares y de Sistema Educacional. Entre los factores que deben atender está el de la Alfabetización Científica Para Todos, que se trató con anterioridad.

Se trata de que el estudiante, adquiera herramientas y conocimientos básicos para enfrentar los desafíos de la modernidad.

También debe surgir la necesidad de entregar una educación que de más importancia a la “solución de problemas”, como estrategia para que el ciudadano, esté donde esté, asuma un rol más creativo, y aporte a la sociedad mecanismos eficientes y eficaces.

La misión de la escuela no es, necesariamente, romper el círculo vicioso pobreza – mala calidad de la educación – inequidad en la distribución de los ingresos. Pero el tipo de enseñanza que se entregue puede colaborar para que las personas sean más responsables a la hora de asumir  y tratar de romper las diferencias socioeconómicas que existen en la sociedad.

Los profesores somos un factor clave para la solución de algunos problemas, y – básicamente – se trata de que asumamos la responsabilidad de realizar nuestro proceso de enseñanza con profesionalismo y concientes de que somos factor de cambio en la cultura de nuestros países.

Las Asociaciones de Profesores, son agrupaciones profesionales que reúnen a grupos de pares que están preocupados por mejorar su labor profesional en forma independiente a los estímulos que de todas maneras son importantes y necesarios.

En las tareas de estos grupos organizados deben surgir acciones tendientes a la actualización y al perfeccionamiento de los conocimientos específicos de la materia que enseñan y también en cuanto a metodologías de la enseñanza, especialmente ahora que es necesario entregar un conocimiento contextualizado.

Las Asociaciones de Profesores deben procurar mecanismos para que se logre un real intercambio de experiencias con buenos resultados, porque las hay, entre pares y también debe ser un nexo para solucionar problemas locales y puntuales del proceso de enseñanza.

Las Asociaciones de Profesores deben ser un puente entre los responsables de la investigación y construcción de nuevos conocimientos, que normalmente se da en círculos universitarios, y los profesores de enseñanza básica y secundaria. Esto es estratégico para que lo que se enseñe esté actualizado y cercano a las necesidades reales de la sociedad.

Es labor de las Asociaciones que, entre sus acciones, se promueva la necesidad de que los profesores entreguen un conocimiento científico tal, que sea un factor de atracción y no de repulsión para los estudiantes. Uno de los factores comunes que existen en la región latinoamericana es que el tipo de enseñanza científica que se realiza no está motivando a la población estudiantil para que aumente la cantidad de personas dedicadas a las ciencias y a la tecnología. Nuestros países necesitan de más científicos e investigadores que sean capaces de crear y desarrollar conocimientos que nos den una mejor y más precisa identidad, que nos permitan solucionar problemas que son nuestros. Al respecto un comentario que no es de competencia de las Asociaciones:  un porcentaje importante de la carencia de científicos e investigadores en nuestros países es porque han emigrado a países desarrollados ya que en sus naciones de origen no ven satisfechas sus expectativas académicas y económicas. Hace falta entonces, una fuerte política de reinserción de científicos e investigadores, pero al no haber más cupos en el campo universitario, es necesario que la empresa emprenda caminos conducentes a la investigación y desarrollo de nuevos conocimientos que, como valor agregado, contribuirá al fortalecimiento cultural y económico de las naciones.

Una consideración especial debe hacerse al problema del género y la relación con la población que se dedica al desarrollo científico y tecnológico. Desde la escuela se empieza con un problema que posteriormente se agrava: la poca participación de las mujeres en la actividad científica. En la escuela, si bien es cierto que la enseñanza científica y tecnológica va dirigida a todos los estudiantes, sin distinción de sexo, raza o ideología, en los programas e iniciativas extra curriculares en el área científica, la participación de las mujeres es bastante reducida. Las Asociaciones deberían, entre sus postulados, considerar este aspecto y promover, entre sus asociados, una política tendiente a la motivación y fortalecimiento de la participación femenina en las actividades ya mencionadas. Podrían también, realizar actividades, como seminarios y otro tipo de encuentros, donde la temática central fuera precisamente la relacionada con la participación de las alumnas en las actividades extra curriculares.

Otra tarea que deben asumir las Asociaciones de Profesores es la de participar activamente en la gestión y elaboración de estándares curriculares. Hasta el momento esto ni siquiera ha sido tarea de los Ministerios de Educación ya que, a lo más, se limitan a elaborar una propuesta curricular, y aún así – muchas veces – no hay una consulta o una correspondencia adecuada con quienes son los que asumirán la responsabilidad de enseñar. Sería oportuno que las Asociaciones asumieran el liderazgo y convoquen a un amplio espectro del quehacer nacional para que, entre todos, se establezcan los ¿qué? debe esperarse que aprendan los estudiantes en las disciplinas científicas. Es muy importante que los estándares se obtengan por consenso entre los interesados (docentes, académicos universitarios, empresarios, industriales, investigadores, etc) y no por imposición. Incluso es necesario plantear el problema del ¿para qué enseñamos ciencias en (país)?, esto es algo que trivialmente no es materia de preocupación para el profesor. En nuestros países, la existencia de estándares de la enseñanza científica permitiría a los docentes que, independiente del programa de estudio, tengan claridad respecto a lo que hay que lograr con el proceso de enseñanza del cual somos protagonistas. Este sería un importante tema a desarrollar a la brevedad dentro de las Asociaciones.

Es cierto que en algunos países las Asociaciones han sido consultadas en materias referidas a Programas de estudio, esto es positivo, pero falta más aún. Las Asociaciones deben ser interlocutores válidos entre los Profesores de Ciencias y otras instituciones, incluyendo los Ministerios de Educación. Es una de las ofrecimientos que se pueden hacer para que los afiliados a ellas se sientan debidamente retribuidos.

Por último, sin que sea menos importante, está el problema de la participación de los Profesores de Enseñanza Básica y Secundaria en actividades como éstas. En los congresos de profesores la mayor cantidad de interesados en presentar ponencias y/o exposiciones donde se presentan ideas tendientes al mejoramiento de la calidad de la enseñanza de las ciencias, provienen del sector de los profesores universitarios. Es bueno que esta relación, entre el académico universitario y el profesor de secundaria y básica se dé, pero hace falta mayor participación de éste último sector. Uno de los factores que entorpece ésta participación tiene que ver con las dificultades administrativas que imponen los sistemas públicos y privados, con diferentes matices en los distintos países de la región. Otro factor es la falta de motivaciones debido al escaso o nulo reconocimiento que tiene la participación de docentes en seminarios, congresos u otro tipo de encuentros. Es bien sabido que gran parte de los participantes en eventos de este tipo, se repiten en uno y en otro. Aquí las Asociaciones pueden y deben reclamar ante las autoridades para que a futuro, los eventos cuya finalidad esté en torno al crecimiento profesional tengan algún tipo de reconocimiento o, al menos, el otorgamiento de facilidades y estímulos para una mayor asistencia y participación.
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