En estos momentos, a la hora de examinar las noticias que en el sector educación hemos tenido durante el presente año, se tienen, entre otros: los anuncios presidenciales respecto a la prolongación de la jornada escolar; la adopción de nuevos planes y programas de estudios con mayor espacio de participación de la comunidad educativa en su gestión; los aportes del Programa MECE, que favorecen a un vasto sector de la educación chilena; el aporte presupuestario que permitió las llamadas Pasantías, que esperamos se transformen en Perfeccionamiento; las negociaciones que está efectuando el Colegio de Profesores en materia laboral, especialmente en lo referido a remuneraciones. Todos las noticias mencionadas son de interés para todo el sector preocupado por el mejoramiento de la calidad de la educación chilena; los que estamos intentando promover el mejoramiento de la enseñanza de las ciencias no estamos ajenos a todas ellas, sin embargo, además de lo anterior, hay un tema que es y ha sido de permanente preocupación para nosotros: la actividad Extraprogramática científica. Enseñanza extraprogramática o extraescolar o ACLE o como se le quiera llamar, pensando en los propósitos que persigue, siempre serán una alternativa muy importante en el desarrollo de las personas en torno a intereses que, a futuro, podrán ser no solo parte de los proyectos de vida, sino que también puntos de partida para una realización personal para quien las acoja con entusiasmo y decisión. La enseñanza extraescolar científica a través de Academias, Talleres, Clubes u otras denominaciones, aparecen más bien en forma deficitaria. A los Establecimientos y a las autoridades les es más fácil la promoción de actividades más populares, especialmente algunos deportes, ya que, a lo menos, implicarán menos gastos operacionales. Juventud preocupada por “hacer algo” científico existe en todo nuestro país, y más de la que imaginamos; lamentablemente ese “hacer algo” se ve limitado por falta de motivaciones e intenciones de quienes tienen la responsabilidad de determinar las actividades extraescolares que se pueden o no realizar. El Profesor que gusta de promover talentos, o simplemente desarrollar intereses de los jóvenes, a través de actividades extraescolares está en cada uno de los Establecimientos Educacionales. Lo lamentable es que a la hora que lo quiere hacer, no solo deberá disponer de su voluntad, además deberá considerar que más de algún gasto, de su bolsillo, tendrá que realizar y, como sabemos muy bien, no es una forma aceptable ni profesional para ejercer una actividad que, en muchos casos, es más decisiva en la vocación profesional que lo que el joven adquiere en la clase sistemática e incluso en su hogar. Junto a lo anterior, y creemos que es lo más grave, son las autoridades educacionales las que impiden que la actividad científica extraescolar exista. Nos referimos, especialmente, a aquellas personas que en un Establecimiento, en una Fundación, en una Corporación, en un DEM, en una Dirección Provincial, en una Secretaría Regional o a nivel nacional, tienen la responsabilidad de la actividad extraescolar. Resulta lamentable, para nuestro sector, que la mayoría de esas personas sean Profesores de Educación Física, como si la actividad extraescolar se limitara a la actividad física; no pretendemos descalificarlos pero ... ¿cómo pedirles que pongan igual énfasis en el deporte, en las artes, en las ciencias? si “afectivamente” están ligados al deporte. El gobierno y todos los que opinan en nuestro país, han destacado la importancia que tiene la formación científica y tecnológica en la juventud de nuestro país. En el seminario de Ciencia y Tecnología que se realizó el año 1995, en la sede del Congreso Nacional, con participación de los más destacados científicos, investigadores y parlamentarios del país, se concluyó que un factor estratégico para que nuestro país alcance lugares de vanguardia en acontecer científico y tecnológico mundial está en la formación del recurso humano capacitado, y empieza en la enseñanza preuniversitaria. Con nosotros. ¿Cómo es posible que el gobierno y otras instituciones responsables de la educación en Chile no tomen en cuenta dichas conclusiones?. El estado se preocupa de promover espacios de libertad en la formulación de la actividad académica en los Establecimientos, pero creo que debería, entre las sugerencias que hace, así como lo hace con las polémicas JOCAS, considerar una prioridad en relación a la preocupación que debe existir por el desarrollo de la ciencia y la tecnología. El estado debe responder de alguna manera, por la carencia cada vez más ostensible de profesores de ciencias, por la disminución de jóvenes que se interesen por carreras científicas, por dar a la población una alfabetización en ciencias, por dar a la cultura nacional una adecuada formación científica. No hay sector que pueda contradecir la importancia que en tiempos actuales y futuros tiene la ciencia y tecnología. Hace tiempo, llegar a sexto preparatoria era suficiente para una fuente laboral; hace poco bastaba cuarto medio; hoy hay que al menos saber lo que es un computador, un fax, la INTERNET, la robótica, etc. Ya hay países donde el manejo de un computador es prácticamente un requisito para ser estudiante universitario. ¿Hay conciencia, realmente, de la necesidad de fortalecer la enseñanza científica?, especialmente la extraescolar. La autoridad debería empezar a considerar que en la promoción de la actividad científica en los Establecimientos Educacionales del país son necesarias las personas que “afectivamente” se encuentran ligadas con las ciencias. ¡Qué mejor que un Profesor de Ciencias! Nuestra organización (anpc) hace un llamado a todos los profesores de ciencias del país para que no se queden pasivos, tomen iniciativas y exijan posibilidades reales de mejorar la enseñanza de las ciencias, desde la creación de un taller hasta la implementación (incluyendo mantención y personal capacitado para ello) de laboratorios para ser usados con alumnos. |
Responsabilidad sobre lo extraescolar |