LA EDUCACIÓN EXTRAESCOLAR

Un camino para un proyecto de vida



El Mejoramiento de la Calidad de la Educación en el área Ciencias, supone la solución a diferentes problemas que la sociedad actual enfrenta, entre los cuales destaco:

- La preocupación por el decreciente número de personas dedicadas a la enseñanza de las ciencias.

- La necesaria actualización profesional, de los que enseñamos las ciencias, coherente con las necesidades del país.

- La urgente tarea de descubrir y promover las vocaciones científicas en nuestros educandos.

- La disponibilidad de recursos que permitan realizar una formación científica experimental.

- El fortalecimiento de la actividad extraescolar científica.

- El favorecer áreas deficitarias del desarrollo científico y tecnológico en nuestro país.

Sin restarle importancia a ninguno de estos puntos, quisiera hacer especial mención al referido a las actividades extraescolares científicas:

No está muy a la vista la preocupación de generar espacios serios de participación de la juventud en el desafío de la investigación y estudio de diferentes temas de interés científico.

Muchas regiones, comunas, corporaciones y establecimientos no tienen actividad científica para los alumnos; ya sea porque los responsables de promover la actividad extraescolar no son personas afines a las ciencias o porque no cuentan con recursos para incentivar un trabajo sistemático de largo aliento o porque nosotros mismos nos encontramos impedidos del tiempo que ello requiere.

Hacia fines del año pasado en un diario de la Región de Valparaíso se publicó una nómina de jóvenes destacados en actividades extraescolares a nivel regional; la mayoría en deportes, muy pocos en cultura artística y literaria; ninguno en ciencias, y eran aproximadamente treinta premios.

Creo que el país está perdiendo muchas personas con talentos y vocación científica, porque cuando hay que estimular e incentivar a los involucrados en la tarea de promoción científica, los recursos no están pero sí los discursos que terminan siendo declaración de buenas intenciones.

En la propuesta de reformar el sistema educacional, anunciada por nuestro Presidente el 21 de mayo de 1996, se nos propone que si hay acceso a una educación de calidad y equidad hay más posibilidades de estar a tono con las exigencias y oportunidades que dan las naciones que ya dieron ese paso.

De acuerdo, pero las exigencias del mundo moderno que nos mencionan, tienen un fuerte matiz científico y tecnológico, sin perder de vista el marco valórico y cultural que identifica a la sociedad en donde están ya propuestas. Si ya hay convicción, en todos los sectores de nuestra sociedad, que los recursos disponibles no son un real incentivo para la tarea de enseñar; es menester que exista, al menos, una política nacional de ciencia y tecnología que esté inserta en la reforma educacional, que existan recursos para la experimentación, que existan intenciones estratégicas de fortalecer la actividad extraescolar científica, con personas dedicadas a esta tarea como primera prioridad.

A nosotros, los Profesores, nos corresponde proponer ideas y formas adecuadas de participación para generar planes que fortalezcan la enseñanza científica en nuestras escuelas, somos profesionales y debemos superar nuestra autodependencia que nos imponemos, debemos tomar iniciativas. Siempre esperamos que nos impongan los planes y las tareas por hacer, es hora que seamos nosotros los que, con convicción y decisión, asumamos la responsabilidad que tenemos frente a la formación científica de la población de nuestro país.

La autoridad, tiene la responsabilidad, de decirnos claramente cuál es la política que perfilará el desarrollo de la ciencia y la tecnología en nuestro país; está bien que nos de libertad para proponer ideas ... pero debe velar por que sean coherentes con lo que el país necesita, porque cualquiera sea el espacio que nos otorgue en la formulación de planes y programas de estudios, sus propuestas serán nuestros ejes centrales.

Nuestro país no puede darse el lujo de que de cada sector surjan propuestas de mejoramiento de la calidad de la enseñanza de la ciencias, si estas son aisladas y carentes de articulación en pos de objetivos nacionales o, al menos, regionales.

Muchas vocaciones profesionales y proyectos de vida toman cuerpo, en el joven, cuando la escuela le brinda espacios de participación no formal. Si consideramos que la actividad extraescolar es una de ellas, es posible que muchos jóvenes se interesen por las ciencias si nosotros les abrimos el espacio adecuado.

Debemos llegar a ser capaces de desarrollar planes de investigación formales con los estudiantes; para ello tenemos: academias, talleres, clubes u otras formas de hacer para plantearse desafíos interesantes para los estudiantes y nosotros.

Debemos hacer que la comunidad, especialmente el sector que puede aportar recursos, participe en nuestros trabajos.
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