A las 12:00 Mariam, Halim y yo salimos a caminar por el pueblo y la medina. Luego fuimos a almorzar a un restaurante el cual yo nunca lo hubiera descubierto si hubiera estado sola. Estaba super lindo y lo comida estuvo riquísima. Mariam comió un plato de couscous, Halim ordeno pinchitos y yo una
pastela. La pintura que esta detrás de mí es de una casa típica de la medina de Chefchaouen.
Una vez acabamos de almorzar, Mariam y yo regresamos a la casa y Halim se fue al trabajo.
Como la siesta duraba hasta las 3:00 p.m. nos dió tiempo para conversar. Hablamos como hermanas, como si fuesemos amigas de toda la vida. Como en tiempo de viajero 24 horas es todo una vida, tuvimos una de esas conversaciones que usualmente ocurren entre amigas que llevan años de conocidas. Una vez mas me dí cuenta de lo dichosa que fuí al toparme con Halim y Mariam.
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