ORACION AL DIOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

 

Del 8-12 de octubre, en el Hogar Xavier, de Panamá, agentes de pastoral, religiosas, misioneros y obispos que trabajan en la pastoral indígena de Panamá celebraron su VII Encuentro Nacional de Pastoral Indígena (ENPI) bajo el lema “MISIÓN Y MISIONEROS SIGLO XXI: DIALOGO PASTORAL Y DIALOGO ENTRE CULTURAS”.

En dicho encuentro, que estuvo presidido por mons. José Agustín Ganuza, encargado por la Conferencia Episcopal de Panamá del Departamento de Pastoral Indígena, y al que asistió también mons. José Luis Lacunza, obispo de David, se rezó una oración al “Dios Padre y Madre de nuestros pueblos” que recoge muy bien la identidad cultural, espiritualidad y profunda religiosidad de los pueblos indígenas de Panamá. También nosotros podemos rezarla y expresar con ella nuestra cercanía y acariño a nuestros hermanos misioneros de la Prelatura de Bocas del Toro.

 

 

“Padre y Madre de nuestros pueblos,

Espíritu Mayor que soplas desde los cuatro costados,

principio del Gran Fuego que da calor y brillo a cuanto existe;

Padre Ewandan, Nana Dummad, Ankoré, Ngöbo ti Run, Chubé, Sboré,

aquí estamos; somos la dignidad rebelde

el corazón olvidado de la Patria.

 

Unidos en este gran Encuentro de pueblo originarios,

queremos mostrar la elasticidad de pensamiento,

para expresar en diferentes formas

que a pesar de la relegación, explotación y el desprecio,

somos pueblos con historia y sabiduría milenaria.

 

Hoy nos sentamos a pensar juntos

kunas, ngóbes, nasos, waunanas, buglés y emberás,

para conquistar la paz desde el diálogo,

como dialogan las abejas y las mariposas,

como dialogan las estrellas en el alto cielo

que se unen para brillar más.

 

Queremos afianzar nuestro diálogo,

partiendo de nuestras identidades más profundas

con los misioneros de la Iglesia de tu Hijo,

la casa grande que a todos nos cobija,

para que en la túnica polícrome e inconsútil que la adorna

brillen también los colores de nuestra identidad y nuestro ser.

 

Damos gracias por las generaciones de ayer y de hoy,

que con la sabiduría de tu Espíritu de fuego

han combatido la cultura del autoritarismo,

y hoy combaten la cultura de la globalización aplanadora

con la flor roja de los siete pétalos, Dios, Hombre y Mundo.

 

Te lo pedimos por Cristo, hijo tuyo y hermano nuestro, tu Palabra Bonita

y luz que alumbra a todo hombre y mujer de este mundo,

y que está con el Padre y Madre Luz.

Amén.