AGUSTINOS RECOLETOS
PANAMA
CATEQUESIS DE CONFIRMACION
TEMA 10º: EL SEÑOR DE LA VIDA
Objetivo: Que los jóvenes comprendan la importancia de la resurrección de Jesús, que es el fundamento de nuestra fe, la razón de nuestra esperanza y la señal de nuestra salvación.
IIª PARTE: REUNION POR GRUPOS
¡QUÉ SEMANA!
- Compartimos lo vivido en la semana
- Revisamos el compromiso: ¿Hicimos el listado de nuestras actividades diarias? ¿Encontramos cosas que hacemos por los demás?
- Revisamos la tarea: ¿Cómo nos fue en la entrevista?
EL TEMA DEL DIA:
Recordamos las ideas principales expuestas en nuestro encuentro anterior.
¿De qué hablamos la semana pasada?
¿Cuál dijimos que era la
mayor prueba de amor que puede haber entre las personas?
¿Qué nos enseñó Jesús con su
muerte?
¿Cómo dijimos que podíamos
nosotros imitar a Jesús en eso de dar la vida por los demás?
El tema de nuestro encuentro de hoy es continuación del que vimos la semana pasada. La salvación que Dios nos ofreció por medio de la muerte de Jesús se completa con la resurrección del Señor. Jesús al resucitare vence la muerte y se convierte en Señor de la vida y al hacerlo, nos abre a nosotros también las puertas de la vida eterna.
LO QUE VIVIMOS
Ser gestes de éxito
A todos nos gustaría ser de éxito. A las personas exitosas las admiramos y también sentimos bastante envidia. Nos gustaría ser como ellos.
Dialoguemos un poco sobre todo esto:
¿A quién admiramos de la
gente famosa y popular? ¿Porqué admiras a este personaje?
¿Para ti qué es “tener
éxito”?
¿Hagamos un listado de las
diez personas más exitosas de Panamá?
¿Para qué crees les ha
servido el éxito a estas personas?
¿Imagínate que logras ser una
persona exitosa, cómo vivirías?
¿Conoces el caso de alguna
persona exitosa que haya destruido su vida, precisamente por el éxito?
¿Conoces personas cuyo éxito
ha perdurado en la historia?
Ideas a destacar:
Generalmente las personas que tienen popularidad son personas exitosas en el sentido de que han sobresalido en un aspecto determinado de la vida: la política, la economía, el deporte, la música, el cine, la cultura etc.
Ser popular, tener éxito en la vida, da mucho poder y hace que una persona sea admirada y envidiada también.
Pero no siempre estas personas saben hacer buen uso de ese poder y popularidad. No todas las personas exitosas saben manejar adecuadamente el éxito que han obtenido. Conocemos muchos casos de gente exitosa que se han destruido porque se han dejado llevar del poder que da el éxito.
La mayoría de las personas exitosas son populares mientras dura la actividad que realizan, pero enseguida quedan silenciadas y desaparecen.
Pero aquellas personas que se han destacado en aspectos de verdadera importancia para la humanidad, han logrado pasar a la historia y siguen vivos en la memoria.
LO PROFUNDIZAMOS
Jesús es el gran triunfador
Jesús murió como un fracasado. Viendo cómo acabó sus días, nadie diría de él que fue una persona exitosa. Ya sabemos que mientras anduvo de aldea en aldea, a Jesús lo seguía mucha gente, pero, una vez colgado en la cruz, parecía un fracasado. La gente que miraba el espectáculo de la cruz decía cosas como estas: “salvó a otros, que se salve a sí mismo ahora, si de veras es el Mesías de Dios y su escogido” Los soldados también se burlaban diciendo: “Si tú eres el Rey de los judíos sálvate a ti mismo”. Y uno de los ladrones que criticaban con él le decía: “Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros” (Lc23,35-39)
El mismo Jesús pareciera que moría con ese mismo sentimiento de haber fracasado. Colgado en la cruz y a punto de morir hace ver cómo se siente solo y abandonado, aunque confíado en su Padre a cuyas manos encomienda su espíritu: “Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado? (Mt. 46) “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!” (Lc 23,46)
A los tres días de su crucifixión, tal y como lo había anunciado, Jesús resucitó, volvió a la vida. Aquella súplica de Jesús en el huerto de los olivos la noche en que lo cogieron preso y se lo llevaron para crucificar: “Padre mío, si es posible, líbrame de este trago amargo, pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (Mt 26,39) Dios la escuchó y la prueba de ello es la resurrección.
Pensando en nosotros, dejó morir a su Hijo y pensando en nosotros también, y escuchando la súplica de su Hijo, lo resucitó. De esa manera Jesús se convierte en el vencedor de la muerte y nos enseña que la vida es eterna, que no termina cuando nuestros días se acaban en este mundo.
La resurrección es el fundamento de nuestra fe
Vamos a leer y luego a reflexionar un texto en el que vemos muy claramente cómo vivieron la muerte, primero, y la resurrección después dos discípulos de Jesús. Pongamos mucha atención a todos los detalles del texto:
Leemos
Lucas 24,13-36
Ahora dialoguemos:
¿Por
qué creen que estos dos discípulos se fueron del lugar donde estaban los demás
discípulos y abandonaron su compañía?
¿Qué
significado tiene el retorno a su pueblo?
¿Por lo que hablan cuando el
persona extraño se les acerca, cómo se sienten estos dos discípulos?
¿Por qué deciden quedarse a
pasar la noche si ya debían estar muy cerca de su pueblo?
¿Qué cambia en ellos cuando
se dan cuenta que el persona que les acompañaba y que les comentaba las
escrituras es Jesús?
¿Por qué deciden regresar a
Jerusalén, a pesar de que es de noche?
Finalmente, ¿qué supuso para
estos dos discípulos la resurrección de Jesús?
Ideas a destacar:
Cuando los discípulos se dan cuenta que Jesús ha muerto se quedan sin esperanza, desanimados y piensan que todo lo que habían soñado con Jesús no se va a dar. Jesús, su maestro ha fracasado y no hay razón para creer en él.
Es por eso que estos dos discípulos deciden volver a lo que era su vida de antes y regresan a su pueblo. Si un decidieron dejarlo todo y seguir a Jesús porque creían en su proyecto de Reino de Dios, ahora que está muerto sienten que han sido engañado. Se desvanece su ilusión por un mundo mejor.
Al retornar a Emaús se apartan de la luz del día y retornan a los tiempos en que sus vidas eran oscuridad. Por miedo pasan la noche en un lugar cerca ya de su pueblo.
Al compartir la mesa con el desconocido personaje que les ha acompañado en el viaje, se dan cuenta que es Jesús y que en verdad ha resucitado.
Entonces, todo cambia de nuevo. Ya no siguen pensando en volver a su vida vieja, a aquella vida sin ilusión y sin esperanza. Ya no tienen miedo a la noche y deciden retornar de inmediato a Jerusalén, a la compañía de los demás discípulos que siguen reunidos.
Tampoco les importa que Jesús los deje de nuevo, ya ellos tienen la confirmación que necesitaban para creer en él. Ya se han dado cuenta de que cumplió su promesa de resucitar al tercer día. Reconocen que decían la verdad aquellas mujeres que volvieron del sepulcro diciendo que estaba vacío y que el Señor había resucitado.
Jesús se había convertido para ellos en el Señor de la vida, en vencedor de la muerte. En Jesús podían confiar y creer.
Dialoguemos:
¿Qué nos dice a nosotros este
pasaje que hemos reflexionado?
¿Qué cambia para nosotros que
la vida sea eterna?
Ideas a destacar:
Para nosotros la resurrección de Jesús es la razón de nuestra fe. Si Cristo solo hubiera muerto no nos hubiera podido salvar. No hubiera pasado de ser un personaje más en la historia, uno de los muchos que han dado su vida por los demás. Pero eso no hubiera cambiado nuestra suerte.
Porque Jesús resucitó, nosotros sabemos que resucitaremos. Nos lo dice muy claramente San Pablo: “Por que si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen... Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. El es el primer fruto de la cosecha: ha sido el primero en resucitar” (1Cor.15,13ss)
La vida de mucha gente cambió
A aquellos hombres desencantados y desilusionados por la muerte de Jesús, la vida les cambió totalmente al ver que había resucitado. Su vida tenía a partir de entonces un nuevo sentido. Así nos cuentan los hechos de los Apóstoles que vivieron los primeros cristianos su fe en Cristo resucitado: “Todos los creyentes estaban unidos y compartían sus bienes entre sí; vendían sus propiedades y todo lo que tenían, y repartían el dinero según las necesidades de cada uno. Todos los días se reunían en el templo a orar y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (Hchs 2, 44-45)
Cristo es también la razón de nuestra vida porque no es lo mismo vivir convencidos de que nuestra vida se acaba aquí abajo o vivir sabiendo que después de esta experiencia y tiempo en la tierra nos espera la vida en plenitud en el cielo. Si nuestra vida se acabara aquí abajo, lo mejor sería pasar estos días gozando y disfrutando lo más que podamos sin importarnos nada los demás y sin tener que cumplir ni normas ni leyes, ni nada.
Pero porque sabemos que la vida que Dios nos ha dado es eterna, tenemos que vivir nuestra vida en la tierra haciendo la voluntad de Dios, siendo discípulos de Jesús, siguiendo sus enseñanzas y su camino porque esa es la manera de asegurarnos que Dios nos recibirá en su casa.
Tenemos que hacer como hicieron los primeros cristianos: vivir en comunidad, mantener en nosotros la concordia, ser solidarios con los demás y compartir lo que tenemos y lo que somos. Y orar constantemente y participar en la eucaristía con el resto de los creyentes.
NO SE NOS OLVIDE:
► Jesús, al resucitar se convierte en el triunfador por excelencia. Es el Señor de la vida y de la muerte.
► Sin la resurrección de Jesús, ni nuestra vida ni nuestra fe tienen sentido.
► Por la resurrección de Jesús sabemos que nuestra vida se vive en dos etapas: primero como peregrinos en este mundo y, cuando terminan nuestros días aquí, nuestra vida continúa en el cielo.
► Que nuestra vida sea eterna, cambia también el sentido de nuestra vida en el mundo.
► Vivir en comunidad, compartir con los demás, y orar constantemente con las señales de la nueva vida que vive el que cree en Jesús y aspira a la vida eterna.
PARA LLEVARLO A LA PRACTICA
Compromiso: Pensemos entre todos
y propongamos algunos compromisos para esta semana.
Tarea: Preguntar a tres o cuatro personas que no conocemos si son creyentes y, si lo son, cuestionarles por qué creen en Jesús.
Y SE LO CONTAMOS A DIOS
Oración
personal: Le contamos a Dios lo que hemos dialogado en
este encuentro de hoy.
Oración
Comunitaria:
A cada frase respondemos: Gracias, Señor de la Vida.
Porque tu palabra es la verdad que ilumina nuestra vida....
Porque eres tú, y no las cosas del mundo, quien nos da seguridad...
Porque con el ejemplo de tu vida nos has enseñado a vivir nuestra vida...
Porque nos enseñas que el éxito verdadero consiste en vencer la muerte...
Porque tú eres el camino para vivir como hombres y mujeres libres...
Porque nos das la posibilidad de compartir contigo la vida eterna...
Por no castigarnos con la muerte cada vez que nos apartamos de ti...
Porque sabemos que resucitaremos y viviremos para siempre en el cielo...
Porque si nuestra vida es eterna, siempre seremos jóvenes...