AGUSTINOS RECOLETOS

PANAMA

CATEQUESIS DE CONFIRMACION

 

TEMA 16º:  EL ESPIRITU SANTO ANIMA Y ASISTE A LA IGLESIA

 

Objetivo: Que los jóvenes conozcan el papel del Espíritu Santo en la Iglesia.

 

IIª PARTE: REUNION POR GRUPOS

 

¡QUÉ SEMANA!

            - Compartimos lo vivido en la semana

- Revisamos el compromiso: ¿Qué hemos hecho esta semana?

- Revisamos la tarea: ¿Qué actividades realizan los seglares en nuestra parroquia?

 

EL TEMA DEL DIA:

Recordamos lo dicho en el tema anterior:

¿Qué es lo que en la Iglesia nos hace a todos iguales y que es lo que nos diferencia?

¿Qué función tiene en la Iglesia la autoridad?

¿Cuál es el papel del Papa en la Iglesia?

¿Quiénes son los obispos y cuál es su función?

¿Cómo dijimos que estaba organizada la Iglesia en Panamá?

¿Cuál es la misión de un sacerdote?

¿Quiénes son los religiosos y las religiosas?

 

En nuestro encuentro de hoy vamos a ver cómo la Iglesia, que es una institución humana y se organiza como se organiza y programa toda institución formada por hombres y mujeres, tiene algo de especial que la diferencia y distingue de cualquier otra organización social. Esta diferencia viene marcada por el Espíritu Santo, que es quien asiste, acompaña, guía y anima a la Iglesia en su historia.

 

LO QUE VIVIMOS

El desgaste del tiempo:

“El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos”, dice una canción. Todos experimentamos la sensación del cansancio, nos hacemos víctimas de la rutina, la ilusión que tenemos al comenzar un proyecto, una actividad, con el tiempo se agota y muchas veces nos lleva a darlo por terminado sin haberlo concluido.

Dicen los expertos en las cosas sociales que una de las notas características de la sociedad moderna, principalmente de los jóvenes, es la conformarse con pequeñas proyectos, no hacerse grandes ilusiones, ni tener grandes esperanzas porque luego la realidad nos viene a demostrar que las cosas no son como nosotros las deseamos y que, por mucho que nos empeñemos en que sean distintas, acaban siendo como son.

Radiografía de una juventud:

 

SE DICE...                                                                        ¿QUÉ DIGO YO?

No merece la pena luchar porque total... para qué?

 

No trae cuenta estudiar porque luego no hay trabajo para uno practicar su profesión

 

Como la política es pura corrupción, yo no paso de todo ello y ya está.

 

Como he nacido pobre y siempre voy a ser pobre, trabajaré simplemente para disfrutar lo que pueda en esta vida.

 

Aquí cada quien debe resolver sus problemas y nadie nos tenemos que meter en la vida de nadie.

 

No quiero que me vengan con eso de ser solidario porque yo también tengo problemas y dificultades y a mí nadie me ayuda.

 

Después de todo, comprendo a los que se drogan; por lo menos por una rato se olvidan de su mala suerte y de sus problemas

 

Hay mucha gente que se afana por cambiar las cosas y resolver los problemas de los demás, pero nunca consiguen nada al respecto.

 

 

¿Te has sentido alguna vez así?

¿Qué es lo que lleva pesimismo hoy a los jóvenes?

¿Por qué crees que se ha llegado a esta situación?

¿Qué se necesita para que este pesimismo lo cambiemos por esperanza?

 

Ideas a destacar:

La falta de resultados en nuestros proyectos y empeños, las dificultades a la hora de resolver los problemas y de salir hacia delante, la rutina y el cansancio nos suelen llevar al desencanto, a la desilusión y al abandono.

Los jóvenes que tenemos un largo trecho de historia por delante, debemos adoptar ante la vida una actitud positiva. Cada día es una nueva oportunidad de empezar de nuevo a soñar y de hacer algo porque los sueños se hagan realidad.

Necesitamos constantemente nuevas energías, una nueva vitalidad que nos de las fuerzas necesarias para vencer las dificultades y perseverar en nuestros empeños por un mundo mejor, por un futuro mejor para cada uno de nosotros y para todos en conjunto.

 

LO PROFUNDIZAMOS

El alma de la Iglesia:

La existencia de la Iglesia, los dos mil años de historia que lleva a sus espaldas, solo se puede explicar porque en todo este tiempo ha estado guiada, conducida, animada, fortalecida por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia.

Ya vimos en nuestro encuentro número trece que al Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, lo podemos mirar como el “Dios amigo” que está siempre con nosotros, que nos anima y nos da fuerzas para seguir adelante. Esto es lo que ha venido haciendo y lo que sigue haciendo el Espíritu Santo en la Iglesia.

Sin la asistencia, sin el acompañamiento del Espíritu Santo, la Iglesia hubiera sido simplemente una institución humana y hubiera sucumbido hace mucho tiempo. Conocer la historia de la Iglesia nos lleva a la conclusión de que, si no fuera por el Espíritu Santo, hace tiempo que la Iglesia pertenecería al pasado como consecuencia de los errores y pecados de los cristianos.

El Espíritu Santo no es un invento de Jesús:

Ya vimos que Jesús, antes de partir para el cielo después de terminar su misión entre nosotros, prometió a sus discípulos el envío del Espíritu Santo para que les hiciera entender bien todas las cosas que él les enseñó y para que les diera fuerza para cumplir la misión de predicar por el mundo el Evangelio.

Pero, eso no quiere decir que Jesús creó o se inventó el Espíritu Santo. Por ser la tercera persona de la Trinidad, es decir, por ser Dios, el Espíritu Santo existe desde siempre y ya de Él se nos habla en el Antiguo Testamento, aunque lo conocemos mejor por lo que Jesús nos ha dicho de él.

Por ejemplo, en el relato del Génesis se dice que “el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas” (Gn 1,2). También hubo personas que hablaron en nombre de ese Espíritu. El rey David, al pronunciar sus últimas palabras dijo: “El Espíritu del Señor habla por medio de mí, su palabra está en mi boca”.

 

El Espíritu Santo amigo de Jesús:

También el Espíritu Santo fue amigo de Jesús y le acompañó en su misión ya desde el momento de su concepción en el vientre de María: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti, por eso el niño que nazca será santo”.

Cuando Jesús se bautizaba también estuvo con él: “Descendió el Espíritu Santo... y se oyó una voz: Tú eres mi Hijo amado” (Lc3,21-22)

El mismo Espíritu condujo a Jesús al desierto después del bautismo: “Jesús, lleno del Espíritu Santo volvió del río Jordán y el Espíritu lo llevó al desierto” (Lc 4,1)

Lo acompaña y le ayuda a descubrir su misión: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres (Lc 4,16)

 

El Espíritu Santo amigo de los apóstoles:

Ya vimos cuando tratamos el tema de Pentecostés que el Espíritu Santo se hizo también amigo de los apóstoles dándoles valentía y quitándoles el miedo y ayudándoles a entender las enseñanzas de Jesús: “Todos quedaron llenos del Espíritu y comenzaron a hablar... según el Espíritu les movía a expresarse” (Hch2,4)

Los fortalece para cumplir la misión que Jesús les encomendó. “Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y anunciaban con valentía la Palabra de Dios” (Hch 4,31)

Cuando están confundidos y no saben qué es lo que hay que hacer para resolver los problemas, él Espíritu les ilumina y ayuda a encontrar nuevamente la verdad: “Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que las indispensables” (Hchs 15,28

El Espíritu los empuja también a ir por el mundo entero para anunciar la Buena Nueva: “Recibiréis la fuerza de lo alto y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y hasta los confines de la tierra” (Hchs 1,8)

 

El Espíritu Santo amigo de la Iglesia y de los cristianos:

Lo que el Espíritu Santo hizo con Jesús y los apóstoles es lo que ha hecho desde el principio con la Iglesia y lo sigue haciendo hoy en todos nosotros. La historia de la Iglesia no se puede explicar sin la intervención del Espíritu Santo en ella.

El Espíritu Santo estuvo desde el comienza de la historia de la Iglesia el día de Pentecostés y desde entonces:

-         Ilumina a los pastores para que enseñen la Palabra de Dios a los hombres.

-         Fortalece la fe  de los creyentes.

-         Asiste a los misioneros para que lleven la Buena Noticia de Jesucristo a todos los rincones del mundo.

-         La asiste en los momentos de crisis y dificultad para que no pierda de vista la verdad de Jesús y corrija sus errores.

-         Mantiene la unidad

-         El Espíritu Santo que hemos recibido en el sacramento del bautismo, y que renovará se presencia en nosotros el día de nuestra confirmación, es también nuestro amigo.

 

Un amigo de verdad:

Viendo lo que el Espíritu Santo ha hecho desde el principio del mundo por la vida, por Jesús, por la Iglesia y por cada uno de nosotros, no nos resultará difícil comprender que el Espíritu Santo es un amigo de verdad. Solo un amigo de verdad hace tantas cosas por nosotros.

Vamos a completar estas frases:

El Espíritu Santo es el Alma de la Iglesia porque....................................................................

..................................................................................................................................................

El E.S. es luz porque ................................................................................................................

El E.S. es guía porque...............................................................................................................

El E.S. es motor porque............................................................................................................

El E.S. es animador porque.....................................................................................................

El E.S. es santificador porque..................................................................................................

El E.S. es maestro porque........................................................................................................

El E.S. es fuerza porque...........................................................................................................

Nosotros amigos del Espíritu Santo:

La amistad que nos ofrece el Espíritu Santo debe ser correspondida por nosotros con amitad también.

            ¿Cómo podemos demostrarle al Espíritu Santo nuestra amistad?

 

            Ideas a destacar:

-         Dejándonos guiar por él

-         Dejándonos transformar por él

-         Pidiendo y sintiendo siempre su presencia en nosotros

-         Dejar que él nos llene con su fuerza, con su alegría, con su luz.

-         Agradeciendo y tomando conciencia de los dones que nos ha dado y poniendo esos dones a la disposición de los demás.

 

NO SE NOS OLVIDE:

► Sabemos por experiencia que el paso del tiempo, el cansancio, las dificultades, la rutina nos hacen caer muchas veces en el desánimo y el desaliento y que necesitamos renovar nuestras fuerzas, nuestras ilusiones etc.

► El Espíritu es el alma de la Iglesia y gracias a Él esta institución ha sobrevivido y sobrevivirá en la historia.

► Aunque fue una promesa de Jesús, el Espíritu Santo, que es Dios, no lo inventó Jesús; existía desde el principio y desde el principio intervino en la creación del mundo y acompañó al pueblo de Israel en el Antiguo Testamento.

► También el Espíritu Santo acompañó a Jesús en los momentos más importantes de su vida y también acompañó a los apóstoles a quitarse el miedo y a comprender las enseñanzas de Jesús para que pudieran llevar a cabo la misión del Maestro.

► El Espíritu Santo ha acompañado a la Iglesia siempre y la ha guiado y conducido asistiendo a sus pastores y a todos los que reciben el bautismo.

► También el Espíritu Santo es nuestro amigo y para nosotros se hace alma, luz, guía, motor, animador, santificador, maestro, fuerza, educador..

► Nosotros debemos ser amigos del Espíritu Santo escuchando sus sugerencias, dejándonos conducir por su luz, poniendo al servicio de los demás los dones que Él nos ha regalado al hacerse nuestro amigo.

 

PARA LLEVARLO A LA PRACTICA

Compromiso: En mi oración diaria a Dios, tener un poco más presente cada día a la persona del Espíritu Santo.

Tarea: Investiga cuáles son los siete dones del Espíritu Santo que recibimos

 

Y SE LO CONTAMOS A DIOS

            Oración personal: Compartimos con Dios las principales ideas del tema de hoy.

            Oración Comunitaria:

            Cantamos un canto al Espíritu Santo: p.e.  Ilumíname, Señor, con tu Espíritu