AGUSTINOS RECOLETOS

PANAMA

CATEQUESIS DE CONFIRMACION

 

TEMA 3º SOMOS CREYENTES

Objetivo: Que los jóvenes comprendan que ser creyentes, tener fe, marca y da sentido a nuestra vida y que Jesús es quien da ese sentido y la respuesta a todos nuestros misterios.

 

IIª PARTE: REUNION POR GRUPOS

¡QUÉ SEMANA!

         Compartimos lo acontecido en la semana

Evaluamos nuestro compromiso de la semana.

Damos cuenta de la tarea que quedamos de hacer: recoger alguna noticia que hablara de los jóvenes en los medios de comunicación social.

         Ya hoy es tercer encuentro que tenemos y deberíamos saber todos nuestros nombres. Cada uno vamos a preguntar el nombre de aquellos o aquellas que no recordamos y vamos a tratar de retenerlo bien en nuestra mente para que no se nos olvide.

        

EL TEMA DEL DIA:

         Hemos hablado hasta hoy de que somos grupo y de que somos jóvenes. Hoy nuestro tema lleva por título SOMOS CREYENTES. De esta manera vamos poco a poco perfilando bien nuestro grupo, que no es un grupo cualquiera sino un grupo de jóvenes creyentes.

Primero recordamos lo tratado la semana pasada:

¿De nosotros los jóvenes, qué características positivas y buenas vimos?

¿Y cuáles dijimos que no eran correctas?

¿Por qué dijimos que las ofertas de felicidad que nos presenta la sociedad no nos llevan realmente a ser felices?

¿Qué dijimos que significa eso de “nadar contra corriente?

¿Y, eso de ser profetas hoy en Panamá?

 

LO QUE VIVIMOS:

Eso de la fe y de creer, cuando uno es niño no se lo cuestiona mucho. Simplemente nos llevamos de lo que dicen nuestros padres, o nuestros abuelos, maestros etc.

Pero, a medida que crecemos y que vamos viendo la vida y descubrimos las cosas que acontecen, nos van surgiendo un montón de preguntas que nos hacen cuestionar y hasta dudar de nuestra fe, de Dios etc.

Y es que hay muchas cosas que no entendemos, muchos acontecimientos que ocurren que no comprendemos que puedan ocurrir “habiendo como hay un Dios”. La vida es, en definitiva un gran misterio que a veces nos aturde.

Un niño, por ejemplo, puede preguntar: “¿a dónde se va la luz cuando se apaga el bombillo?. Un joven, por el contrario, puede preguntar: ¿por qué tanta oscuridad?”

Preguntas de siempre:

Mucha gente, principalmente en su juventud, se hace preguntas como esta:

q       ¿De dónde viene el mundo?

q       ¿Quién y cómo se ha creado todo esto?

q       ¿Existe la felicidad realmente?

q       ¿Por qué y para qué nacemos?

q       ¿Qué sucederá después de la muerte?

q       ¿Por qué existe tanto mal en el mundo?

q       Si en verdad existe Dios ¿por qué permite que tanta gente inocente muera?

q       Vamos hacer entre todos un listado de estas preguntas que a menudo nos planteamos.

q       ......

El sentido de nuestra vida

Lo que está en el fondo de todas estas preguntas es, ni más ni menos, que lo que podríamos llamar el sentido mismo de la vida. Hay mucha gente que, al no encontrar respuestas a estas preguntas optan por decir que:

►la vida no tiene sentido...... ►lo mejor es no pensar en estas cosas.... ►Vivir lo mejor que se pueda y disfrutar lo máximo.... ►No merece la pena preocuparse por los demás...►Y no hay nada que podamos hacer...Ante el sufrimiento y el dolor no hay nada que podamos hacer, al que le toca le toca... ►Dios no existe...

¿Conoces a alguien que piensa así?

¿ Qué responderías a cada una de estas frases?

 

          MI RESPUESTA

►la vida no tiene sentido......

 

 

 

 

►lo mejor es no pensar en estas cosas....

 

 

 

 

►Vivir lo mejor que se pueda y disfrutar lo máximo...

 

 

 

► No merece la pena preocuparse por los demás..

 

 

 

►...►Y no hay nada que podamos hacer...

 

 

 

Ante el sufrimiento y el dolor no hay nada que podamos hacer, al que le toca le toca...

 

 

Dios no existe...

 

 

 

 

¿Cómo explicar la diferencia entre las frases analizadas y las respuestas que nosotros hemos dado a cada una de ellas?

 

No es malo cuestionarse y tratar de descubrir el sentido de la vida y de las cosas. De hecho, eso nos ayuda a comprender mejor a Dios y a dar un mejor sentido a nuestra propia vida. Muchos grandes personajes se pasaron gran parte de su vida buscando respuestas a estas preguntas tan fundamentales.

A San Agustín pe pasó eso. En su autobiografía, un bonito libro que se titula “las Confesiones” habla de ello con estas palabras tan bonitas: “tarde te amé hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé. Tú estabas dentro de mí; yo fuera. Por fuera te buscaba y me lanzaba sobre el bien y la belleza creados por ti. Tú estabas conmigo y yo no estaba ni contigo ni conmigo. Me retenían lejos las cosas, ni te veía ni te sentía, ni te echaba de menos. Mostraste tu resplandor y pusiste en fuga mi ceguera. Exhalaste tu perfume y respiré y suspiro por ti. Gusté de ti y siento hambre y sed, me tocas y me abraso en tu paz”

¿Cómo interpretamos esa frase de San Agustín que dice: Tú estabas dentro de mí; yo fuera y por fuera te buscaba?

¿Y la que dice: . Gusté de ti y siento hambre y sed, me tocas y me abraso en tu paz?

         La realidad de Dios, el sentido de la vida, la razón de las cosas, a menudo no los percibimos porque afanosamente buscamos fuera de nosotros mismos complicando todavía más el encuentro con la verdad. Cuando el 11 de septiembre pasado las dos famosas torres de Nueva York cayeron y sepultaron a tantas personas inocentes, mucha gente se preguntó dónde estaba Dios en esos momentos, pero muy pocos alcanzaron a comprender que Dios Padre fue el primer en llorar la muerte de esos hijos suyos, incluso la muerte de los que cometieron el acto terrorista porque también ellos eran hijos suyos.

        

LO PROFUNDIZAMOS:

La ventaja de la fe.

Nuestra fe, el ser creyentes, el confiar nuestra vida en un ser superior al que llamamos, queremos y respetamos como Dios, nos da una manera diferente de entender la vida y hasta de enfrentar esas preguntas sin respuesta que nos hacemos.

Sin fe quedamos condenados a la soledad. Necesitamos poner en alguien nuestra confianza, porque nosotros solos no nos bastamos para ser felices.

Desde la fe, cuestiones difíciles de comprender como el dolor, el sufrimiento, las guerras, las muerte, la injusticia, y todo lo que hemos visto al principio de este encuentro, las podemos ver, vivir y enfrentar de manera diferente.

Gente que se fió de Dios

En la Biblia, encontramos muchos personajes que se fiaron de Dios, que creyeron en él, a pesar de todas las preguntas que seguramente que se hacían en su interior. Es el caso, por ejemplo de Abraham, un hombre anciano al que Dios le manda dejar todo, dejar la tierra donde vivió y se hizo viejo, r ponerse en camino hacia un lugar incierto confiado simplemente en la promesa de que Dios lo había escogido para el ser el padre de un gran pueblo.

Recordemos lo que vimos en el pasado encuentro cuando hablamos de los profetas. Eran hombres que se preguntaban y les atormentaba el sufrimiento y el dolor de los pobres, pero en lugar de reclamar a Dios, se pusieron a profetizar, a denunciar las injusticias que les habían llevado a esa situación y a reclamar que cambiaran su conducta.

Jesús es la razón y el sentido de nuestra vida

Para nosotros que somos creyentes, Jesús de Nazaret es la respuesta a todas nuestras preguntas y la explicación de todo lo que nos parece humanamente miserioso.

Para nuestra sed de felicidad, de amor, de esperanza, de alegría, de tantas cosas, Jesús es el agua de la vida: “pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que salta hasta la vida eterna” (Jn 4,14)

Para quienes tienen hambre y se sienten sin fuerzas Jesús es el Pan de vida: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed.... Aquí tienen el pan del cielo para que lo coman y ya no mueran... El que coma de esta vivirá para siempre...” (Jn 6,35.48.51)

Para quien vive en la oscuridad Jesús es la luz: “Yo soy la luz el mundo. El que me sigue no camina en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12)

Para quien está confundido y no sabe por dónde va Jesús es el camino, la verdad y la vida: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14,6)

Dialoguemos:

¿Qué entendemos cuando Jesús nos dice que es el agua que sacia nuestra sed?

¿Y cuando se nos presenta como el pan de vida?

¿Qué nos quiere decir cuando nos enseña que es la luz del mundo?

¿Qué crees que nos falta a los jóvenes para que realmente Jesús sea el camino, la verdad y la vida de todos nosotros?

Jesús es el mejor de los tesoros

A Jesús lo podríamos entonces comparar con un tesoro, como el mejor de todos los tesoros. Porque, ¿qué mejor tesoro que encontrarnos con la luz cuando estamos ciegos, o cuando estamos sedientos con el agua, o cuando tenemos hambre hallar el pan o cuando, sencillamente no sabemos por dónde vamos dar con el camino correcto?

Escuchemos este texto de evangelio que nos habla precisamente de que el Reino que Jesús anuncia es precisamente como un tesoro:  Mt 13,44-46

¿Qué nos dice este pasaje del evangelio sobre el tema del que venimos reflexionando hoy?

Realmente Jesús es un tesoro, él es el que da sentido a nuestra alegría, a nuestro dolor, el que nos llena de esperanza, el que nos salva. Jesús es alguien en quien podemos con toda confianza y seguridad creer. Para nosotros creer es ser cristianos, ser seguidores de Jesús.

Ser seguidores de Jesús

Si saliéramos ahora a la calle y preguntáramos a la gente si es creyente, seguramente nos dirá todo el mundo que si. Otra gente cuando se le pregunta sobre esto dice: yo soy creyente pero no practicante. Al decir esto lo que está expresando en que en su cabe está de acuerdo con las enseñanzas de Jesús, pero que no asume los compromisos que supone ser creyente y pertenecer a la Iglesia; es algo así como alguien que dice ser cristianos pero sin comprometerse a nada.

Si nosotros decimos que creemos en Jesús, estamos diciendo que nos comprometemos a vivir nuestra vida como él vivió. Es decir, que nuestra fe tiene que manifestarse en nuestra conducta, en nuestras obras

¿Cuáles serían las manifestaciones concretas de nuestra fe en Jesús? ¿Cómo nosotros demostramos que somos creyentes?

         (ser responsables, ayudar a los demás, cumplir los mandamientos, orar para encontrarme con Jesús, no hacer mal a nadie porque entonces hago el daño a Jesús que está presente en la otra persona, asistir a las actividades de la comunidad a la que pertenezco: misa dominical, reunión del grupo etc, etc)

 

PARA LLEVARLO A LA PRACTICA

Compromiso:

Acabamos de señalar una lista de manifestaciones, de expresiones concretas de nuestra fe con las que demostramos que realmente somos creyentes. Seguramente hemos visto que flojeamos bastante en alguna de estas manifestaciones. Podríamos escoger alguna de ellas y proponernos practicarla durante estos próximos días.

 

Tarea:

Dialogar en casa con nuestros padres sobre las razones de su fe.

 

Y SE LO CONTAMOS A DIOS

         Oración personal:

Hacemos un poco de memoria de todo lo que hoy hemos reflexionado contándole a Dios las principales ideas y pidiéndole que nos fortalezca la fe pequeña que tenemos.

Contamos a Dios algo de lo que hoy hemos hablado, el compromiso que hemos adoptado y lo que se nos ocurra decirle de nosotros.

         Oración Comunitaria:

         Hoy oramos cantando nuestra fe.