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NOS COMUNICAMOS

NOS DAMOS A CONOCER

 

Objetivos

--Que los jóvenes se comuniquen con sinceridad, naturalidad y confianza, superando las barreras que impiden el conocimiento mutuo.

--Que los jóvenes se den a conocer tal y como son: sus sentimientos, su manera de ser y de pensar.

Miramos nuestra realidad

En el tema anterior veíamos que para construir un grupo de verdad, hay que poner buenas bases, y una base fundamental es el conocimiento de los miembros del grupo, para que lleguen a comprenderse, respetarse, apoyarse y quererse. Pero lamentablemente en nuestros grupos descuidamos este aspecto de conocimiento y buena relación. Por eso nosotros, queriendo poner base firme a nuestros grupos, hemos comenzado nuestros temas de formación humana con estos primeros pasos para conocernos.

En el tema anterior dábamos un primer paso y nos presentábamos. Ahora damos otro paso y nos comunicamos y nos damos a conocer. Pero para entrar de lleno en este tema vamos a reflexionar sobre un hecho de vida para darnos cuenta de cómo está realmente nuestra comunicación. Lo leemos y dialogamos sobre las preguntas que se plantean.

 

Hecho de vida

Después de lo sucedido con Miriam, que después de seis meses de participar en la Pastoral Juvenil del paraje de Pak’ak’b’e casi nadie sabía ni su nombre ni nada, los jóvenes del primer nivel de formación decidieron presentarse entre todos, porque lo mismo que con Miriam, pasaba con otros más del grupo. Así lo hicieron y todos al menos sabían el nombre de los demás y de qué paraje eran. Pasaban los meses y la pastoral juvenil progresaba: la formación llegaba a todos, participaban con ganas en los encuentros juveniles, talleres, oraciones juveniles, festivales de danza, etc.

Se acercaba la fecha del cumpleaños de Julian, el hermano de Miriam, y los compañeros del grupo querían darle una sorpresa, llegar a visitarle y celebrar su cumpleaños. Se reunió una comisión para organizar la visita y comprarle un regalito. Pero la dificultad vino porque no sabían qué comprarle, qué cosa le podrían gustar a Julian. Entonces llamaron a Mario, que siempre andaba con Julian y quizá era el que mejor lo podría conocer. Le preguntaron qué cosas le gustan y Mario contestó: ¡Y a mí por qué me preguntan! Yo no tengo ni idea de lo que le gusta. Los demás compañeros se sorprendieron y siguieron preguntando: ¿Crees que le guste que le hagamos chistes? Mario respondió: No sé. Parece muy serio, no sé si tenga buen humor y le gusten los chistes.

Los compañeros un poco exaltados dijeron a Mario: ¡¡Y tú no lo conoces, siempre están juntos!! ¿De qué platican, pues? Mario dijo: Platicamos del futbol, de qué equipo le gusta, cuál es su jugador favorito, pero nunca platicamos de cosas personales, no sé como piensa o cuáles son sus sentimientos. Entonces sus compañeros dijeron: Entonces tú no lo conoces realmente, ¿cómo entonces puedes ser su amigo?

 

Dialogamos sobre las siguientes preguntas:

 

1.¿De verdad pasan cosas como las que cuenta el hecho de vida?

2.¿Podemos decir que nos conocemos si sólo sabemos el nombre?

3.¿Qué cosas hacen falta para que de verdad lleguemos a conocernos?

4.¿Por qué casi no hablamos de cosas personales: sentimientos, etc?

 

Ponemos en común las respuestas.

Iluminamos nuestra realidad

En el hecho de vida que hemos reflexionado nos presenta un caso en el que jóvenes que aparentemente son amigos y se relacionan habitualmente, a penas se conocen. Mario, siendo quizá el mejor amigo de Julian, no sabe qué cosas le gustan, si tienen buen humor... mucho menos qué cosas le preocupan, cómo piensa acerca de algunos temas, sus principales sentimientos. Y esto porque nunca hablan de cosas personales.

Este hecho se da muchas veces en nuestras comunidades e incluso nosotros mismos hemos vivido esos casos en que tenemos amigos y no sabemos casi nada de cómo son, cómo piensan, cómo sienten, sus principales preocupaciones, sus deseos para el futuro. Esta experiencia nos hace darnos cuenta que en nuestras relaciones personales no nos comunicamos realmente. Comunicamos cosas, pero no nos comunicamos a nosotros mismos tal y como somos.

Para conocernos tenemos que comunicarnos

Para conocernos, primero tenemos que comunicarnos para darnos a conocer cada uno como somos, y así poder aceptarnos, respetarnos y llegar a querernos. Pero hay muchas cosas que dificultan que entre nosotros nos lleguemos a conocer de verdad. Entre esas cosas está nuestra forma de ser poco comunicativos, nos cuesta mucho hablar con los demás, sobre todo si son extraños; y mucho más difícil es llegar a tener la confianza de platicar sobre cosas personales. También nuestra forma de pensar de que no se ve bien que los muchachos platiquen con las muchachas, y en todo caso no se platica de cosas muy personales. A esto hay que sumar nuestra timidez, la poca sinceridad a la hora de comunicarnos, la falta de respeto hacia la forma de ser de los demás que hace que pierdan su confianza en nosotros para comunicarnos sus cosas personales, etc.

Tenemos que ser bien conscientes que Dios nos ha creado para que nos relacionemos, nos comuniquemos, nos conozcamos y así podamos amarnos como verdaderos hermanos, hijos del mismo Padre. El nos ha creado a su imagen y semejanza, con la capacidad de amarnos, de respetarnos, de perdonarnos para vivir la fraternidad. ¿Cómo vamos vivir como hijos del Padre Dios, miembros de su familia que es nuestra Iglesia Católica y ser de verdad hermanos si no nos comunicamos ni conocemos?

Como jóvenes tenemos que ir rompiendo las barreras que nos impiden comunicarnos para conocernos de verdad, tanto las barreras que tenemos cada uno como las que nuestras costumbres nos ponen. Es una tarea urgente que tenemos que empezar ya.

Para poner en práctica

En el conocimiento entre las personas no se trata sólo de ser conscientes de que es necesario comunicarnos para conocernos, sino que lo más importante es ponerlo en práctica y empezar a comunicarnos. Por eso vamos a realizar un ejercicio de comunicación, para seguir dando pasos y llegar a conocernos de verdad.

1º. Cada uno reflexiona en silencio cómo se siente en su vida de familia, con sus amigos o amigas, en su trabajo, estudio, y marca con una X el sentimiento correspondiente de la lista que se propone. Luego cada uno busca alguien conocido para comunicarse sus sentimientos, expresando el POR QUÉ se siente así.

 

En la familia

Con los amigos

En el trabajo

En la escuela

----Feliz

----Comprendido

----Respetado

----Muy a gusto

----Incomprendido

----Querido

----Envidiado

----Solitario

----Mal tratado

----Tímido

----Vigilado

----Admirado

----Solo

----Criticado

----Muy conforme

----Desconocido

---- ......................

---- .....................

---- .....................

---- ....................

 

2º. Después de comunicarnos nuestros sentimientos en pareja, nos reunimos con otra pareja que menos conocemos y dialogamos sobre las siguientes preguntas:

--Mirando a tu pasado, ¿de qué te sientes avergonzado? ¿Por qué?

--¿Cuál es tu mayor defecto? ¿Y tu mayor virtud?

--¿Qué es lo que más te gusta de la vida? ¿Y lo que menos te gusta?

--¿Qué importancia tiene el dinero para ti?

--¿Qué piensas del noviazgo? ¿Qué buscas en una muchacha (o muchacho)?

Concluimos dialogando entre todos sobre lo que hemos hecho:

--¿Qué dificultades hemos encontrado para comunicarnos?

--¿Qué nos enseñó este ejercicio? ¿Qué hacer para seguir conociéndonos?