9
LA PERSONA HUMANA:
CÓMO Y CUÁNDO
EMPIEZA A EXISTIR
Objetivos
--Que los jóvenes sepan que la persona humana es criatura de Dios, hecha a su imagen y semejanza, con una dignidad y un valor sin igual.
--Que los jóvenes sean conscientes que cada ser humano tiene un comienzo como persona y está llamado a llegar a una plenitud.
Miramos nuestra realidad
En los dos temas anteriores nos hemos preguntado ¿quién soy yo? Y hemos respondido que cada uno es importante porque es persona, y hemos señalado algunas características fundamentales que definen a la persona. Pero aún nos quedan cosas por saber sobre la persona: ¿de dónde apareció la persona, cuál es su origen?, ¿cuándo podemos decir que cada ser humano empieza a ser una persona?, ¿dejamos de ser persona alguna vez?
Estos son los interrogantes a los que intentaremos dar respuesta en este tema. En primer lugar hablaremos del origen de la persona humana, de toda la humanidad, cuándo, cómo y de dónde comenzó a existir. Y después hablaremos sobre en qué momento cada ser humano empieza a ser persona y cuándo deja de existir como persona, si es que alguna vez la persona deja de ser persona. Para entrar en el tema primero vamos a mirar nuestra realidad para ver qué idea se tiene sobre el origen y el final de la persona humana. Leemos el siguiente hecho de vida y dialogamos sobre las preguntas que se plantean.
Hecho de vida
Leonor estudiaba magisterio bilingüe en la ENRO por las tardes. En el curso de sociales le dejaron un deber para el lunes de la siguiente semana: investigar sobre el origen del ser humano. Ella investigó en varios libros y decían que el hombre y la mujer tienen su origen en el mono, y que por un proceso de evolución llegaron a ser como son ahora. Pero entonces a Leonor se surgieron dudas, porque en la Iglesia católica le enseñaron que el hombre y la mujer habían sido creados por Dios.
Llegó el lunes y le toco el turno a Leonor de exponer su investigación. Todos sus compañeros habían explicado la teoría de que el hombre y la mujer se originaron del mono por evolución. A pesar de ir en contra de lo que habían dicho los demás, Leonor dijo que el hombre y la mujer habían sido creados por Dios, y leyó el libro del Génesis donde se habla de la creación del hombre y la mujer (Génesis 1, 26-31, y 2, 7.15-25). Entonces se armó una discusión porque los demás no estaban de acuerdo con lo que había dicho Leonor. Incluso el profesor le discutió a Leonor su teoría.
Tanto discutieron, que se salieron del tema y empezaron a hablar sobre el nacimiento de las personas: unos decían que si Dios era el creador entonces como era que el hombre y la mujer procreaban los niños, si Dios participaba en el nacimiento de cada niño. Otros preguntaban que si antes de nacer un niño, cuando todavía está en la barriga de la mamá, es ya una persona humana o solamente después que nace, y cuándo deja de ser persona. La discusión ocupó toda la hora de clase, y al final no llegaron a un acuerdo, ninguno cambió su manera de pensar. La verdad es que todos se quedaron inquietos y con muchas dudas sobre el tema.
Dialogamos sobre las siguientes preguntas:
1.¿Alguna vez nos hemos planteado el tema del origen del ser humano?
2.¿Qué idea tiene la gente, la de Leonor o la de sus compañeros?
3.Y nosotros, ¿qué idea tenemos? ¿Para nosotros es un problema? ¿Por qué?
4.¿A qué edad cada uno empieza a ser persona? ¿Antes de nacer? ¿Por qué?
5.¿Cuando uno deja de ser persona? ¿Por qué?
Ponemos en común las respuestas.
Iluminamos nuestra realidad
Mirando a nuestra realidad nos damos cuenta de que el tema del origen del ser humano para muchas personas no es un problema, y por eso no se lo plantean o no le dan mucha importancia. Parece que para esas personas está claro que el ser humano es criatura de Dios, porque es lo que han aprendido desde pequeñitos y así lo dice el libro del Génesis. Sin embargo para otras personas la cuestión no está tan clara. Y para otros está más claro que el ser humano viene por evolución del mono. Lo cierto es que si nos ponemos a pensar bien, encontraremos algunas dudas al respecto.
Por ejemplo, en Génesis 1, 26-27 se dice que Dios creó al hombre y a la mujer a la vez; sin embargo en Génesis 2, 7.15-25 se dice que primero se crea al hombre del polvo y después a la mujer de una costilla del hombre. En Génesis 4, 1-17 se cuenta que cuando Caín mata a su hermano Abel y Dios lo echa fuera, Caín tiene miedo de que alguien lo encuentre por ahí y lo mate; y se dice que después de marcharse conoció a su mujer y tuvieron hijos; ¿cómo puede ser esto posible si Adán y Eva y sus hijos Caín y Abel eran las únicas personas que existían en el mundo? ¿Cómo explicar esto?
Dios es el creador de todo, también del ser humano
En primer lugar tenemos que tener claro que la Biblia no es un libro de ciencia, sino que su interés es contar las cosas que tienen que ver con la salvación de las personas. A la Biblia no le importa mucho si venimos del polvo, del barro o del mono, no le interesa la materia de la que estamos hechos ni el proceso para hacerlo; lo que a la Biblia le interesa es el hecho de que el ser humano es obra de Dios, que Dios lo hizo por una razón y para una finalidad. Por eso a nosotros no nos tiene que importar mucho discutir si venimos del polvo o por evolución del mono, lo que nos tiene que importar es que, de uno o de otro modo Dios es el autor del ser humano; y entender bien la importancia que tiene el que Dios haya creado al ser humano.
Valor del ser humano desde su creación
Lo que el libro de Génesis nos quiere enseñar es que Dios es el creador de todo lo que existe, de manera especial del ser humano; sea del modo que sea es Dios el origen del ser humano. Y es el ser humano la criatura más importante de todas las que ha hecho Dios. Por eso dice el Génesis que Dios hizo al ser humano con sus manos, con un cuidado especial como un alfarero. Además Dios lo hizo a su imagen y semejanza, con la capacidad de amar y con la tarea de desarrollar la creación y de vivir en comunión con él. Por eso hombre y mujer tienen una misma y altísima dignidad.
El que la persona humana sea lo más importante de la creación es confirmado por el mismo Jesús. Jesús manifiesta que la persona humana está por encima de las leyes humanas, y que las leyes tienen valor y sentido en la medida en que ayudan al bien y a la realización de las personas (Mateo 12, 1-17; Lucas 6, 1ss). La persona humana es, pues, lo más importante que ha creado Dios. Y nosotros somos personas humanas, lo más importante a los ojos de Dios, sin importar nuestras limitaciones. Tenemos que valorarnos y amarnos, no por lo que hagamos o tengamos, sino porque somos persona, porque Dios nos ha dado un alto valor al crearnos a su imagen.
Cuándo empezamos a ser persona
En el punto anterior hemos hablado del origen de toda la humanidad como creación de Dios. Ahora tenemos que hablar sobre el origen de cada uno de nosotros como personas. La cuestión es: ¿cuándo comenzamos a ser persona, cuando somos concebidos en el vientre de nuestra madre o después que nacemos? Esta pregunta es muy importante, porque si respondemos que un niño antes de nacer todavía no es persona, entonces estaremos de acuerdo en que el aborto no es un crimen, porque no sería quitarle la vida a una persona. Nuestra madre Iglesia católica nos enseña que desde el comienzo del embarazo ya la criatura es persona. Por eso el aborto es un asesinato, es faltar al quinto mandamiento de Dios: “no matar”. Tenemos, pues, que valorar, respetar y defender la vida y dignidad de toda persona humana. Y el mismo Jesús nos exige el amor y respeto a toda persona (Mateo 5, 21-26.38-48).
Cuándo dejamos de ser persona
Hemos dicho que Dios nos ha creado, que es el autor y único dueño de la vida. Por eso no podemos quitar ni quitarnos la vida en ninguna circunstancia. No podemos decidir cuándo terminar con la vida. Algunos piensan que un anciano o un enfermo grave, que ya no sirven para trabajar y sólo causan molestias es mejor quitarle la vida o no hacer nada para que se mantenga vivo. La vida es un valor que debemos respetar y proteger siempre, la nuestra y la de los demás. Como creyentes pensamos que nunca dejamos de ser persona ni siquiera con la muerte, por eso siempre será un crimen atentar contra la vida de cualquier persona, aunque pensemos que alguien ya no merece vivir.
Para poner en práctica
Nos comprometernos a valorarnos y amarnos por ser
personas. Respetar y defender la vida de todos los demás, también su integridad
moral, no calumniando ni maltratando.