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LA ALEGRÍA DE SER JÓVENES

SEGUIDORES DE JESÚS

 

Objetivos

--Que los jóvenes sean conscientes de que vivir la fe implica seguir fielmente el camino de Jesús.

--Que los jóvenes se comprometan a ser fieles seguidores de Jesús, viviendo según su ejemplo.

--Que los jóvenes descubran y sientan verdadera alegría de ser fieles seguidores de Jesús.

Miramos nuestra realidad

Quizá hemos oído hablar de que el cristiano es un “seguidor de Jesús”, pero tal vez no nos hemos detenido a pensar qué significa ser verdaderos seguidores de Jesús. En este último tema religioso vamos hablar sobre el compromiso de los jóvenes de ser verdaderos seguidores de Jesús. Pero antes vamos a mirar nuestra realidad para ver cómo estamos viviendo nuestro seguimiento de Jesús. Para acercarnos a dicha realidad dialogamos sobre las preguntas que se proponen y después compartimos el fruto de nuestro .

1.¿Qué significa que el cristiano es “seguidor de Jesús”?

2.¿Comprende la gente que se llama “cristiana” este significado?

3.¿Vive la gente que se llama “cristiana” como auténtica seguidora de Jesús?

4.¿Viven los jóvenes como seguidores de Jesús? ¿Por qué?

5.¿Qué dificultades tenemos para ser verdaderos seguidores de Jesús?

Ahora ponemos en común nuestras respuestas.

Iluminamos nuestra realidad

Si somos sinceros, tenemos que reconocer que muchos de los que nos llamamos cristianos no sabemos a cabalidad lo que significa ser seguidores de Jesús y el compromiso que ello implica en nuestra vida. Otros, aunque lo sabemos, no lo vivimos; somos incoherentes, porque decimos una cosa y vivimos otra; decimos creer en Jesús, ser cristianos, pero nuestra vida dice todo lo contrario, porque realmente no vivimos como nos exige Jesús.

Llamados a seguir a Jesús

La vocación a ser cristianos es exigente. Jesús exige a sus seguidores muchas cosas, no imposibles, pero que requieren que la persona se disponga y se esfuerce por vivirlas. Sólo tenemos que recordar aquella ocasión en que un joven se le acercó a Jesús y le preguntó qué tenía que hacer para tener la verdadera vida. Jesús le exigió renunciar a sus riquezas, a las cosas que le atan y le impiden vivir para los demás, ser solidario con sus hermanos pobres. Sólo así el joven estaría libre y dispuesto para aceptar la invitación de Jesús y seguirlo. Pero la respuesta del joven fue alejarse, porque no estaba dispuesto a vivir lo que Jesús le exigía.

¿Qué significa ser seguidor de Jesús?

Ser seguidores de Jesús significa vivir como el vivió, entregarnos por su misma causa, que es la construcción del Reino de Dios, vivir los valores que el vivió: la reconciliación y el perdón, la justicia y la verdadera paz, la humildad y la cercanía con los necesitados, la valentía de decir siempre la verdad, amar a todos sin límites. Esto es un reto para nosotros como jóvenes. Tendríamos que dar respuesta a una serie de preguntas fundamentales:

¿Cómo vivir hoy, en nuestras familias, en nuestra escuela, en nuestro trabajo, en nuestra comunidad en nuestra Iglesia, del mismo modo que Jesús viviría hoy si fuera uno como nosotros? ¿Cómo vivir de verdad la reconciliación y el perdón con las personas que nos han hecho daño? ¿Cómo rechazar toda actitud violenta para construir la paz?

Nos seguimos preguntando: ¿Cómo denunciar toda injusticia trabajar por la justicia y el respeto de los derechos de las personas? ¿Cómo rechazar y denunciar toda mentira y ser testigos de la verdad, aunque ello muchas veces nos afecte? ¿Cómo dejar nuestro egoísmo para vivir pensando en los demás, dispuestos a servirlos y ser solidarios con los que nos necesitan? ¿Cómo vivir la verdadera unidad y comunión fraterna, para formar entre todos una gran familia de hermanos unidos por el amor, la fe y la esperanza?

Son muchas preguntas, pero tenemos que responderlas; no de palabra, sino con nuestra vida de cada día. Si las respondemos positivamente, entonces sí seremos de verdad discípulos de Jesús, entonces seremos sus seguidores, cristianos de verdad. Por supuesto, que esto supone esfuerzo y renuncias. Pero Jesús nos ha dicho que su carga es ligera, que él camina con nosotros y nos hecha una mano cuando el camino se hace difícil y se nos van acabando las fuerzas. Para eso nos prometió y nos envió su Espíritu, para que fuera nuestro guía y fortaleza, su presencia permanente que nos indicara en cada momento como vivir para ser fieles a discípulos, testigos de su Reino.

La alegría de seguir a Jesús

Como jóvenes cristianos tenemos que caracterizarnos por la alegría. Pero no la alegría que da el tener dinero, o una canción alegre, o una buena comida. La alegría del joven cristiano nace de lo profundo de su fe y de su esperanza. De saber que está siendo fiel a Jesús, que está manifestando con su vida los mismos valores que Jesús vivió y nos mandó vivir, que está en el camino que le llevará a la verdadera vida, a la salvación. Es una alegría pascual, porque ni los sufrimientos ni las dificultades la pueden quitar.

Por eso en el joven cristiano no tiene cabida la desilusión y la tristeza sin esperanza. Somos testigos de la vida de Jesús, de la alegría de la salvación en medio de los demás jóvenes. Somos instrumentos del Reino, para sembrarlo en el corazón y en la vida de los jóvenes.

Para poner en práctica

Examinar nuestra vida, para ver de nosotros vivimos alegres de ser jóvenes cristianos, o si por el contrario el ser cristianos es para nosotros una pesada carga, que llevamos con resignación y sufrimiento, con amargura. De esta reflexión tendríamos que hacernos un proyecto personal de vida, con nuestras metas, con nuestros compromisos para vivir con alegría y fidelidad el seguimiento de Jesús.