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LOS JÓVENES CRISTIANOS

NADAN CONTRA LA CORRIENTE

DE LA SOCIEDAD DE HOY

 

Objetivos

--Que los jóvenes sean conscientes que los valores cristianos no son los que nuestra sociedad propone y vive; por ello, si son fieles a esos valores, encontrarán la oposición de la sociedad.

--Que los jóvenes se dispongan a vivir el compromiso de ser testigos de los valores del evangelio, asumiendo el riesgo de ir contra la corriente de la sociedad de hoy.

Miramos nuestra realidad

Comenzamos mirando nuestra realidad, para ver la experiencia que viven los jóvenes que quieren ser fieles a su fe y ser testigos de los valores cristianos, en medio de una sociedad que les propone otros caminos y les opone obstáculos para intentar apartarlos del camino del evangelio. Para acercarnos a nuestra realidad leemos el siguiente hecho de vida, y en grupos dialogamos sobre las preguntas que se plantean.

 

Hecho de vida

Ventura, Ricardo, Irma y Gloria eran muy buenos amigos, y además formaban parte del tercer nivel de la Pastoral juvenil de su comunidad. Eran compañeros en el instituto, y siempre se les veía juntos y bien alegres: juntos y iban al instituto en el pueblo, juntos volvían a su comunidad, juntos estudiaban, y siempre participaban en las actividades deportivas y culturales del instituto. Eran responsables, buenos compañeros y respetuosos con todos. A todos ayudaban y colaboraban en todo lo que podían para bien de los demás.

Ventura y Ricardo jugaban en el equipo de PapiFutbol de su curso. Pero una vez decidieron dejarlo, porque en un partido el entrenador y sus demás compañeros les pedían que jugaran duro, que si era necesario que derribaran al jugador contrario para impedir que goleara. Pero ellos siempre respondían igual: No haremos violencia en el deporte. Si no les gusta como jugamos, nos lo dicen de una vez y nos vamos. Algo parecido pasaba con Irma y Gloria, que jugaban en el equipo femenino de baloncesto.

Cuando ganaban un partido, los compañeros de equipo de Ventura y Ricardo les invitaban a tomarse unos tragos para celebrarlo, pero su respuesta era firme: ¡No!... ¡jamás!, nosotros rechazamos los vicios y vivimos sanamente. Sus compañeros se molestaban y se burlaban de ellos: Ustedes son unas nenas, no son hombres de verdad. Pero ventura y Ricardo no les hacían caso. Lo mismo sucedía cuando les invitaban a hacer alguna fechoría, a hacer algún robo o a pelearse con los jóvenes de otros equipos. Siempre Ventura y Ricardo se mantenían firme y rechazaban hacer malas cosas.

Irma y Gloria no tenían mejor suerte con sus amigas. Sólo vivían diciendo chismes de las demás, y pensando sólo en divertirse. Un día Susy y Vero se acercaron a Irma y gloria y les dijeron: Tenemos una invitación para ustedes. Tenemos unos amigos y hemos quedado de acuerdo con ellos para vernos esta noche. Nos vamos a divertir mucho. Ellos están dispuestos a hacer todo lo que ustedes quieran. Pero sin dudarlo, Irma y Gloria, enfadadas, dijeron: ¡Pero qué han pensado ustedes! ¿Creen que nosotras somos como ustedes que se “acuestan” con muchachos como si el sexo fuera un juguete? La sexualidad debe vivirse con responsabilidad y madurez, según el plan de Dios, y es una expresión de amor, no sólo es placer.

Así vivían, y aunque muchas veces eran rechazados por sus compañeros, se burlaban de ellos y les trataban mal, seguían firmes y eran felices porque daban testimonio de los valores cristianos y eran un ejemplo entre los jóvenes.

 

Ahora dialogamos en grupos sobre las siguientes preguntas:

 

1.¿Estos casos se dan entre los jóvenes de nuestra comunidad?

2.¿En nuestra comunidad hay muchos jóvenes como Ventura, Ricardo, Irma y Gloria?

3.¿Por qué Ventura, Ricardo, Irma y Gloria no se dejaban llevar de la corriente de sus otros amigos y amigas? ¿Qué les animaba a ser de esa manera?

4.¿Con cuál de las actitudes nos identificamos, con la de Ventura, Ricardo, Irma y Gloria, o con la de sus amigos y amigas? ¿Por qué?

5.¿Ventura, Ricardo, Irma y Gloria encontraron dificultades para mantenerse firmes en su manera de pensar y de comportarse? ¿Cuáles?

6.Y nosotros, ¿encontramos dificultades en nuestra sociedad para mantenernos firmes en nuestros valores cristianos y en nuestra manera de comportarnos? ¿Cuáles?

 

Ponemos en común lo que hemos dialogado en grupo.

Iluminamos nuestra realidad

Como ya hemos visto nuestra sociedad, por medio de muchas personas nos proponen caminos que no nos llevan a la verdadera felicidad ya crecer como personas auténticas según el proyecto de Dios. Ante esos caminos que se nos ofrecen nuestra actitud como jóvenes cristianos ha de ser crítica, para no dejarnos engañar y caer en ellos. Siguiendo el ejemplo de Jesús, tenemos que rechazar de plano las tentaciones que nuestra sociedad nos presenta y mantenernos fieles en nuestro camino, dando testimonio de los valores cristianos.

Pero como en el hecho de vida que hemos analizado, mantenerse fiel a los valores cristianos en medio de nuestra sociedad, no es fácil. Es como “nadar contra corriente”, porque la corriente de la sociedad nos quiere llevar por otros caminos distintos al camino que Jesús nos ha enseñado. Lo mismo que el que en un río nada contra la corriente tiene que hacer mayores esfuerzos para llegar a su meta, así también nosotros, como jóvenes cristianos que queremos seguir el camino de Jesús y ser fieles a los valores que él nos ha enseñado, tendremos que hacer mayores esfuerzos para no dejarnos vencer por la corriente de nuestra sociedad.

La corriente de nuestra sociedad nos quiere llevar por el camino de la diversión y el placer como lo más importante, a buscarlos sin importar lo que hagamos para conseguirlo. Pero la corriente del evangelio, nuestros valores cristianos nos enseñan que el placer no es lo absoluto, y que no todo placer el bueno. El placer sexual tiene un límite y nuestra madre Iglesia nos enseña que ha de vivirse con responsabilidad y como expresión del amor dentro de un proyecto de vida matrimonial.

La corriente de la sociedad nos quiere llevar por el camino de los vicios (Alcohol, droga, cigarro), como una salida para los problemas o como medios de diversión y placer. Pero la corriente del evangelio, nuestros valores cristianos nos enseñas que los vicios destruyen a la persona y la hacen esclava.

La corriente de nuestra sociedad nos quiere llevar por el camino del materialismo, es decir, de buscar el dinero, el poder y las riquezas materiales como si de ellos dependiera nuestra verdadera felicidad y realización como personas. Pero la corriente del Evangelio nos lleva a mirar los bienes materiales como un medio necesario para vivir dignamente, y sólo procurar los bienes materiales suficientes y necesarios para vivir dignamente. Lo que nos sobra puede ser un estorbo para vivir la libertad y el desapego de lo material. Además, la verdadera felicidad no depende la cantidad de bienes que tengamos.

La corriente de nuestra sociedad nos quiere llevar a vivir para nosotros mismos, sin pensar en los demás. Pero la corriente del evangelio nos lleva a vivir para los demás, a vivir el servicio generoso y desinteresado, la solidaridad efectiva. Es el ejemplo de Jesús, que vino no para que le sirvieran, sino que vivió totalmente entregado en servicio a todos los que le necesitaban. Este ejemplo es el que tenemos que seguir, aunque vayamos contra corriente en medio de nuestra comunidad, de nuestro pueblo, de nuestra sociedad.

Para poner en práctica

Pensemos en las situaciones en que tenemos que dar testimonio de los valores cristianos en nuestra escuela, con nuestros amigos/as, en el deporte, en nuestro trabajo, en nuestra comunidad: ¿Cómo reaccionamos? ¿Nos dejamos llevar por la corriente de nuestra sociedad o nos mantenemos firmes y damos testimonio de que somos verdaderos jóvenes cristianos? ¿Cómo nos sentimos después? Pensemos en las veces en que no damos testimonio y nos dejamos llevar por la corriente de la sociedad: ¿qué vamos a hacer de ahora en adelante para que cuando se nos presenten esas ocasiones nos mantengamos firmes y demostremos que de verdad somos jóvenes cristianos? Después de pensar tenemos que comprometernos a luchar contra la corriente.