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LA
ESPIRITUALIDAD
DEL PUEBLO
MAYA
Objetivos
--Que los jóvenes conozcan los principales elementos de la espiritualidad de nuestro pueblo maya.
--Que los jóvenes valoren, defiendan, amen y vivan los valores de la espiritualidad de nuestro pueblo maya.
Miramos nuestra realidad
Seguimos con nuestros temas de contenido cultural. En el tema anterior hablábamos de lo que es la liturgia y su importancia para celebrar nuestra fe. Y también señalábamos la necesidad de que nuestra liturgia también pase por el proceso de inculturación, para que la celebración de nuestra fe se haga con sentido. Ahora este tema lo vamos a dedicar a la espiritualidad de nuestro pueblo maya. Pretendemos que los jóvenes conozcan la espiritualidad de su propio pueblo, la valoren y cultiven los valores de esta espiritualidad para que se mantenga viva. Pero antes de entrar de lleno en el tema vamos a acercarnos a nuestra realidad para ver lo que conocemos y lo que se vive de nuestra espiritualidad maya. Leemos el siguiente hecho de vida y dialogamos sobre las preguntas que se plantean.
Hecho de vida
Eduardo y Maribel estaban de
visita en el municipio de Momostenango, del Departamento de Totonicapán. Venían
desde España para conocer la realidad de Momos. Visitaron los riscos de Momos,
las Aguas Calientes de San Bartolo y otros lugares. En una ocasión, en la casa
de Don Arturo, en donde Eduardo y Maribel se quedaron durante unos días,
participaron en un rito que les impresiono muchísimo. Don Arturo y su familia
prepararon una comida especial como si fuera de fiesta, y la sirvieron en una
mesa y la dejaron servida durante todo el día y toda la noche. Al día siguiente,
toda la familia se comió los alimentos que habían preparado el día anterior y
que dejaron servidos en la mesa. Eduardo y Maribel no entendían nada de lo que
había hecho la familia, pero no se atrevían a preguntar. Maribel ya no aguantó
la curiosidad y le preguntó a Don Arturo: ¿Qué
significa eso que ustedes han hecho? Don Arturo le contestó: Es que nuestros difuntos han venido a comer
con nosotros. Maribel y Eduardo no entendían, y preguntaron: ¿Y por qué lo hacen, si ellos ya están
muertos? Don Arturo dijo: Es parte de
nuestra espiritualidad maya. Para nosotros nuestros difuntos siguen presentes
con nosotros y nos visitan y comparten con nosotros. Eduardo y Maribel se
quedaron sin comprender.
Dialogamos sobre las siguientes preguntas:
1.¿Pasan cosas como la que cuenta el hecho de vida? Comentar alguna.
2.¿Saben qué significa “espiritualidad maya”?
3.¿Qué elementos conocen de la espiritualidad maya?
4.¿Qué importancia le damos a la espiritualidad de nuestro pueblo maya?
Ponemos en común las respuestas.
Iluminamos nuestra realidad
Después de mirar nuestra realidad nos damos cuenta que nuestro pueblo maya tiene su propia espiritualidad, que la expresa en diferentes aspectos de su vida. Un ejemplo de ello es el caso que hemos leído en el hecho de vida. Sin embargo, nosotros los jóvenes actualmente conocemos poco nuestra propia espiritualidad. Si tuviéramos que explicar a otras personas cuáles son los principales elementos de nuestra espiritualidad maya casi seguro que no sabríamos qué decir. Esa es nuestra realidad. Vamos ahora a iluminar un poco esa realidad explicando brevemente lo que es la espiritualidad y los principales elementos de nuestra espiritualidad maya.
¿Qué es la espiritualidad?
La espiritualidad, como la misma palabra lo indica, se refiere al espíritu, a lo espiritual. Podemos describir la espiritualidad como el conjunto de los valores espirituales que guían la vida de las personas. La espiritualidad de un pueblo, entonces, será el conjunto de los valores espirituales que guían la vida de las personas de ese pueblo, el espíritu con que ese pueblo vive, y que unifica y le da sentido a toda la vida del pueblo.
Por supuesto que todos estos valores espirituales que unifican y guían la totalidad de la vida de un pueblo, tienen mucho o todo que ver con el mundo de lo sagrado, con el mundo superior, con Dios. De la relación del pueblo con lo divino, con Dios, nace su espiritualidad, se inspira en el pueblo el sentido de toda su vida, de la naturaleza, de la muerte, de la relación entre las personas, del trabajo. La espiritualidad del pueblo es como el corazón y el alma de la vida del pueblo.
La espiritualidad de nuestro pueblo maya
Como hemos dicho, la espiritualidad de un pueblo son los valores espirituales de ese pueblo, el espíritu con que el pueblo vive y que le da sentido a toda su vida. Por eso cuando hablamos de espiritualidad del pueblo maya nos referimos al conjunto de valores espirituales, al espíritu que anima y da sentido a la vida de nuestro pueblo maya. Debemos tener claro que cada pueblo tiene su propia espiritualidad, porque cada pueblo tiene una experiencia diferente de relación con lo divino, de donde nace su espiritualidad. Nuestro pueblo maya tiene su propia experiencia de Dios, el creador y formador, de donde nace su propia espiritualidad, que se expresa en el sentido que el pueblo da a la vida y a la muerte, a su relación con Dios, con la naturaleza, con las personas. Veamos algunos elementos de la espiritualidad de nuestro pueblo maya.
Dios, creador y formador
Un elemento fundamental, o el más importante de los elementos que constituyen la espiritualidad de nuestro pueblo maya es su creencia en Dios, el creador y formador de todo lo que vive. Nuestro pueblo maya reconoce que somos criaturas, que la vida de las personas y de todo lo que existe viene del creador y formador, que lo ha hecho todo con armonía, para que cada criatura que vive realice su misión, su vocación, y así haya un equilibrio en el mundo que garantice el bienestar y la felicidad. Esta creencia en el creador y formador es el origen de la espiritualidad de nuestro pueblo maya, que va a inspirar, guiar y dar sentido a todos los aspectos de su vida.
La religión
Nuestro pueblo maya es profundamente religioso. Su creencia en el creador y formador, corazón del cielo y corazón de la tierra, que ha hecho todo con armonía y ha dado a cada criatura una función en orden a que se guarde el equilibrio en la creación, se traduce en la necesidad de vivir en relación con el creador y formador. Nuestro pueblo maya reconoce que el creador y formador ha hecho a la persona humana con la capacidad de vivir en relación con él, de comunicarse con él y de agradecerle. Por eso nuestro pueblo maya ve en la religión el medio por el que la persona vive unida al creador y formador y el camino para vivir en armonía y equilibrio con toda la creación.
La relación con las personas
Para nuestro pueblo maya la persona humana es un ser privilegiado en relación a los demás seres de la creación, porque el creador y formador hizo a las personas con la capacidad de hablar y poder comunicarse con su creador. Las personas no son solamente otros seres creados, sino que para nuestro pueblo maya las otras personas son nuestro complemento (Qatz’aqat), son nuestros hermanos, a quienes tenemos que amar, respetar, con los que tenemos compartir lo que somos y lo que tenemos.
La relación con la naturaleza
Para nuestro pueblo maya todos los seres de la naturaleza son criaturas, que tienen vida como nosotros, y tienen su razón de existir, su función en orden a que se mantenga el equilibrio de toda la creación. Por eso, para que se mantenga ese equilibrio las personas tienen que convivir con la naturaleza, quererla, respetarla, cuidarla. La persona humana necesita de la naturaleza para vivir (árboles, animales, ríos, tierra...), pero tiene que usarla con respeto, alimentarla y cuidarla como a una madre.
La muerte
Para nuestro pueblo maya la muerte no es una tragedia, ya que la vida no se termina, sino que se transforma. Los difuntos no desaparecen, sino que siguen estando presente con nosotros y teniendo influencia en nuestra vida. La muerte es un paso a otra forma de existencia. En la comunidad maya no sólo conviven los vivos, sino que también las abuelas y abuelos y antepasados difuntos forman una sola comunidad con los que viven. Esa comunión con los difuntos se expresará de diversas maneras, como en el caso que hemos leído en el hecho de vida.
Para poner en práctica
Tenemos que preocuparnos por conocer más nuestra propia espiritualidad maya. Podríamos platicar con los ancianos o sabios de nuestra comunidad para que nos enseñen más sobre nuestra espiritualidad maya. En segundo lugar podríamos hacer un análisis para ver los valores de nuestra espiritualidad maya que se han perdido y cuáles se mantienen vivos. Eso para procurar recuperar los perdidos, ponerlos en práctica y vivir nuestra espiritualidad maya.