Los cambios de un novio enamorado

1er. Mes: No se sienta, no toma café, todo está bien, siempre dice "por favor" y "gracias".

2do. Mes: Se sienta (no muy a gusto), toma café pero no acepta el pedazo de pastel, le hace cariños al perro, todo está óptimo.

3er. Mes: Almuerza en la casa de la novia, toma Whisky con el suegro, abre la nevera solito, y se fija en las buenas piernas de la cuñada.

4to. Mes: Coloca el pie en la mesita de la sala, va al baño (con la puerta cerrada), ya eructa frente a la novia, y da opiniones.

5to. Mes: Entra sin ser invitado, se sirve solo a la hora de las comidas, se limpia la boca en el mantel de la mesa y tira con su novia en el sofá de la sala.

6to. Mes: Almuerza y cena, le pide el carro prestado al suegro, se suelta pedos en el sofá sin ninguna pena, le muestra la muela con caries a la suegra.

7mo. Mes: Duerme con la novia en los fines de semana. A la hora de la cena, se levanta y se acomoda los interiores en el culo con el dedo y sigue comiendo.

8vo. Mes: Le reclama a la suegra, mea con la puerta del baño abierta, se limpia el moco con la toalla de mano, pasa la mano por el culo de la cuñada.

9no. Mes: Caga y no descarga el WC, patea al perro, se acuestas con la novia en la cama de la suegra y se limpia con la cortina.

10mo. Mes: Pasa más tiempo en la casa de la suegra que en la suya, trata a la novia como una sirvienta y le pide dinero prestado al suegro (sin devolvérselo después claro).

11vo. Mes: Grita con todo el mundo de la casa, insulta a la suegra, le pega al hermano menor de la novia, preña la cuñada.

12vo. Mes: Acaba con el noviazgo, ¡pues no soporta más a la familia de ella!!!


La Elección de una buena esposa.

Un hombre tenía 3 novias. Para decidirse en el dilema de con cuál casarse, les entregó $100,000.00 a cada una y ver que hacían con el dinero. La primera tomó todo el dinero y se fue al salón de belleza, se hizo manicura, pedicura, se corto y tiñó el pelo, se fue de compras y compró lujosas ropas y joyas.

-Lo he hecho por ti -le dijo cuando lo vió- deseo estar muy guapa para ti, porque te amo muchísimo.

La segunda tomó el dinero y compró un estereo, un Rolex de oro de caballero, un reproductor de CD's portátil y unas corbatas carísimas. Cuando lo vió le entregó todo y le dijo:

-Te he comprado todo esto porque te quiero muchísimo. La tercera invirtió todo el dinero en la bolsa. Ganó el doble de dinero, tomó la mitad y reinvirtió el resto, devolviéndole los $100,000.00 que le había dado.

-He invertido el dinero para ti, y lo he duplicado. Te devuelvo lo que me has dado, y reinvierto lo demás para nuestro futuro, porque te quiero muchísimo.

El hombre analizó cuidadosamente todos y cada uno de los comportamientos, sopesando pros y contras de cada una... tras mucho pensar... decidió casarse con:

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¡LA QUE TENIA LAS TETAS MAS GRANDES!!!


El permiso

El ardiente galán dice a la avispada chica:

-Dime, Rosalba: ¿Soy yo el primero que te pide hacer el amor?

-Sí. Todos los demás me lo han hecho sin pedírmelo.


La Chiripiorca

Llega Juanito a casa de su novia María y le dice:

-María esta es nuestra noche... órale véngase pa' que hagamos el amor

-Ay Juanito que mi mamá me dice que si hago el amor antes de casarnos me entra "la chiripiorca"

-Que no María, pos probemos pa' que veas

María y Juanito comienzan a hacer cositas cuando de repente Juanito ve a María y se asusta al ver que comienza a mover la cabeza hacia abajo y de forma muy extraña, entonces le pregunta asustado a María:

-¡María! ¿le está entrando la chiripiorca?

-Pos no, es que me esta entrando la trenza


Madurez

Le dice la novia algo madurita al novio:

-Manuel, después de 15 años de relaciones, ¿por qué no nos casamos?

-¿Y quién nos va a querer?


El Cucharón

Juan invita a su madre a cenar una noche en su apartamento de soltero.

Durante la cena la madre no pudo dejar de reparar en lo hermosa que era Lourdes, la compañera de apartamento de su hijo.

Durante mucho tiempo ella había tenido sospechas de que su hijo tenía relaciones con Lourdes y, al verla, la sospecha no pudo sino acrecentarse. En el transcurso de la velada, mientras veía el modo en que los dos se comportaban, se preguntó si estarían acostándose.

Leyendo a su madre el pensamiento Juan le dijo :

-Mamá se lo que estás pensando, pero te aseguro que Lourdes y yo solo somos compañeros de apartamento.

Una semana después, Lourdes le comentó a Juan que desde el día en que su madre vino a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata para servir la sopa. Juan contestó que, dada la posición de su madre, dudaba que se lo hubiese llevado, pero que le escribiría una carta. Así que se sentó y escribió:

Querida Mamá: No estoy diciendo que tu tomaras el cucharón de plata de servir sopa, pero tampoco estoy diciendo que no lo tomaras, pero el hecho es que este ha desaparecido desde que viniste a cenar a casa.

Unos días más tarde, Juan recibe una carta de su madre que decía:

Querido hijo: No estoy diciéndote que te acuestas con Lourdes o que no te acuestas con Lourdes, pero el hecho es que si Lourdes se acostara en su propia cama, ya habría encontrado el cucharón de plata para servir sopa.

Con todo cariño, tu Mamá.



El rico y pedante novio se comunica con su amor desde su coche:

-¿Bueno?

-¿Qué paso mi amor?, estoy en la camioneta y voy por ti.

-De verdad, en cuanto tiempo llegas, porque estoy comiendo.

-Uyy, pues como en 15 minutos, además te tengo una sorpresa... bueno más bien dos.

-Hayyy... ¡que lindo eres! Me voy a apurar. Nos vemos.

-Ok. Bye.

Después de colgar, la bella muchachita, termina sus alimentos y corre a su recámara a cambiarse. Entre tando el novio llega abordo de una flamante camioneta, con vidrios polarizados y llantas deportivas. Se estaciona frente a la casa y baja a tocar la puerta. La novia, peinandosa aún, baja corriendo las escaleras y sale a recibir a su novio. Ya fuera de la casa, como por arte de magia, los efectos de la comida se hacen sentir subitamente y la muchacha comienza a sentir la necesidad de liberar una inoportuna flatulencia.

Aguantando lo más posible, piensa para si:

-Ahorita que me habra la puerta, aprovecho cuando se dé la vuelta para subirse.

El novio tiernamente abraza a la novia y le entrega una pequeña cajita diciendo:

-¡Esta es la primer sorpresa!

-Ay mi amor, que lindo -haciendo un ezfuerso- pero... por que no nos subimos a la camioneta.

-Vámonos mi amor.

El novio gentilmente abre la puerta a su novia y la cierra, aprovechando ese momento, la novia libera una muy sonora flatulencia y por fin descansa. El novio abre su puerta y al subir dice:

-¿Oye mi amor, no huele como a quemado?

-...No..., no.. mi amor... y bueno... ¡cual es la otra sorpresa!

-¡Que mis papas vienen atras!!!



La impaciente novia no dejaba de asomarse por la ventana en busca de su amado, por fin el galán aparece en escena y toca la puerta, la madre de la novia abre:

-Que gusto Jorgito, pasa, Martita ya esta lista y te esta esperando.

-Gracias señora.

-Cuídala mucho y recuerda que se tiene que acostar temprano.

-No se preocupe señora, yo me encargo de eso.



La chica le dice a su galán.

-Ay Juanito, que beso tan fogoso acabas de darme...

-No, lo que pasa es que no me diste tiempo de quitarme el cigarro de la boca.



Está una pareja de novios besándose.

-Mi amor, ¡me pasaste el chicle!

-No mi cielo, es que tengo catarro.



Plática entre una pareja de novios:

-Mi amor, desabrochate otro botón.

-¡Estás loco!, ¿qué pretendes?

-Solo uno más, ¡por favor!

-Bueno, está bien ¿Conforme?

-Mi amor, otro nada más, ¡sólo uno más!

-De acuerdo. ¡Pero ya es suficiente!

-Mi amor, ahora... ¡mejor quítate la blusa!

-Mira Juan, si sigues de cochino, ¡te voy a colgar el teléfono!



El pequeño hijo de Don Juan de la Garza, pregunta a su padre:

-Oiga ¡apá!, ¿Se acuerda lo que me dijo al respecto de cómo escoger y comprar las vacas?

-¡Claro mijo!, le dije que tenía que revisar las ubres para ver si no tenían infecciones, además, deben de fijarse en el cuadríl para saber si es una vaca sana, pero ¿por qué lo pregunta tan al tiro huerco?

-Es que afuera en el portal, esta mi hermana y su novio y yo creo ¡que te la quiere comprar!



En cierta ocasión en una fiesta, la organizadora pregunta a su papá:

-¿Tu invitaste a la pareja de la mesa del fondo?

Tras una rápida mirada...

-¡No!, a propósito -responde él-, ¿aquél grupo de jóvenes junto a la barra son amigos tuyos?

-¡No!, tampoco.

El señor entonces, se dirige hacia el micrófono y comienza a hablar en tono formal:

-Señoras y señores, para grabar el video, es necesario que todos los invitados del novio, se sitúen al centro de la pista.

Muchas de las personas que se encontraban distribuídas en las mesas se levantan y hacen caso al llamado.

-Ahora, por favor -prosigue-, a los invitados de la novia se les pide que también pasen al centro de la pista.

Después de unos instantes, solamente pequeños grupos aislados de personas permanecieron en las mesas.

-Muchas gracias a todos. Ahora por favor, todas las personas del centro de la pista, se me van al diablo, porque esto es un bautizo, no una boda!


como el de un recien nacido


Juanita y Pepe estaban por comprometerse en matrimonio. Pero antes de aceptar, ella pensó que sería prudente confesarle que, debido a una enfermedad infantil, sus senos no se habían desarrollado normalmente y, debido a eso, se le habían quedado de un tamaño equivalente a los de una niña de doce años. Al enterarse de su secreto, Pepe le aseguró que no tenía de que preocuparse, que el amor que sentía por ella estaba por encima de esa contrariedad. Y ya que estaban en eso de las confesiones, pensó que también sería propicio contarle un secreto que escondía por muchos años. La miro a los ojos y le dijo: "Mi amor, tengo que decirte que tengo el pene del tamaño de un recién nacido. Espero que esto no sea problema". Ella le contestó que el tamaño de su pene no sería ningún problema, porque lo amaba tanto que buscaría la manera de solucionar ese 'pequeño' problema. Se casaron, y al llegar al hotel donde pasarían su luna de miel, inmediatamente comenzaron con los manoseos y caricias. En eso, al introducir Juanita su mano en los calzoncillos de Pepe, soltó un grito ensordecedor y salió corriendo de la habitación. Alcanzándola, Pepe, asombrado, le preguntó qué era lo que le había pasado. Todavía agitada, la chica le contestó: "¡Me mentiste, me dijiste que tenías el pene del tamaño de un recién nacido!" "Es verdad, cariño, lo tengo del tamaño de un recién nacido: pesa tres kilogramos y mide 48 centímetros de largo".