ALEJANDRO BALOS

ORATORIO HWV 65

Personajes: · Alejandro Balos, rey de Siria · Jonatán, líder judío · Ptolomeo, rey de Egipto · Cleopatra, hija de Tolomeo · Aspasia, confidente de Cleopatra · Mensajeros · Cortesano adulador · Coro de israelitas · Coro de asiáticos

OBERTURA PRIMER ACTO Escena 1: Regresa Alejandro despúes de haber conquistado a Demetrio.
1. CORO DE ASIÁTICOS Eufóricos con la conquista, inflamados por Mitra (fuente de los rayos eternos); cantamos a Balos, cantamos a Mitra cantos de triunfos, cantos de alabanza. 2. RECITATIVO ALEJANDRO: Hasta ahora, vosotros gloriosos compañeros de guerra, el poder de lo alto ha prosperado nuestros planes. Demetrio ha caído y Siria se arrodilla ante mí, su señor, con gozo universal. Les recompensaré con aquellas virtudes reales: justicia y clemencia. JONATÁN: ¡Nobilísimo rey! Los hijos de Israel (deseosos de paz, aunque también alertas y valientes en la guerra, donde sea que su nación les llame) te felicitan por este éxito; y te ofrecen obsequios, y aún más que obsequios, sus manos y sus corazones te ofrecen como asociación estable, como recientemente la aceptó, la Roma imperial. ALEJANDRO: Tu ofrecimiento es aceptado. Que sea escrito en bronce: "Jonatán es amigo de Alejandro"; los corazones de los hermanos gobiernen en nuestras pasiones, y reinen en nuestras grandes resoluciones. JONATÁN: Que el cielo lo confirme. 3. ARIA JONATÁN: Gran autor de esta armonía, que riges en las alturas, Oh, une esta liga de amistad con cadenas de fraternidad eterna. 4. RECITATIVO PTOLOMEO: Y así como el Faraón del dichoso Egipto ha demostrado su afecto con el sonido de la trompeta, que todas las naciones alrededor sepan que Balos ordena a los poderosos tolomeos para protegerle, o para adornar su trono. 5. ARIA PTOLOMEO: Bienaventurado tres veces, sea el monarca, a quien las naciones se disputan o para darle consejos como guía, o para prestar sus armas para defenderle. Seguro se establece el trono, que descansa en la concordia, y por ésta se preserva la tiera y los cielos. 6. RECITATIVO CLEOPATRA: Saludos al amigo de nuestro padre, en medio de este regocijo general que nos dirige. Pero ¿cómo entretendrá Cleopatra al oído real, a menos que el mismísimo Apolo se dignare a afinar su propia arpa a mi canto? 7. ARIA CLEOPATRA: Oíd, oíd, Apolo tañe el arpa de oro. y le señala a su alegre coro, que Alejandro reina. Vosotros dóciles ecos, retened el sonido y esparcid esta alegría por los alrededores en dulces y armoniosos acentos. 8. RECITATIVO ALEJANDRO: Sea mi principal deseo levantarme en aquel lugar, donde el valor verdadero por aquellas obligaciones me hable con gratitud. 9. ARIA ALEJANDRO: La hermosa virtud me atraerá, y el honor me prevendrá de entregarme a este amor; Aunque las corrientes fluyan de las fuentes, y los rebaños se pierdan en las montañas o en los valles. 10. CORO DE ASIÁTICOS ¡Vosotras felices naciones en derredor, levantad con fuerza vuestras voces de triunfo! Resonad en sinfonía coral la alabanza del Gran Alejandro.
Escena 2: Alejandro
11. RECITATIVO ALEJANDRO: Jonatán, amigo mío. ¿te fijaste bien en sus encantos? ¿sentiste la música de sus ojos? me son tan suaves y dulces como su melodiosa voz. La belleza es una grata tirana, mi amigo, que se ríe de lo que desprecia la voluntad, y con sus encantos humilla los corazones de los reyes. 12. ARIA ALEJANDRO: ¡Oh qué irresistibles encantos se le han dado a la simetría de sus facciones! Parece el modelo de todo el Cielo, y el triunfo de toda la naturaleza.
Escena 3: Cleopatra y Alejandro
13. ARIA CLEOPATRA: Sutil amor, con visos de fantasía, gozos de éxtasis que brotan de esta alegría, juegan alrededor de mi corazón cautivo. Pero todos los esfuerzos para liberarme, sólo hacen que el dardo se hunda más. 14. RECITATIVO CLEOPATRA: Aspasia, no sé cómo lograr este encuentro. ¡Concededme, oh vosotros poderosos, que él esté feliz! pero yo me siento enferma por la duda. ¿Aspasia, te fijaste en el rey? En verdad, que no se veía como un rey: Sino que coronada su radiante frente, con los rosados rayos de la juventud, parecía como si el Amor estuviera sentado en el trono, lleno de majestad. 15. ARIA CLEOPATRA: Cuán felices nos probaríamos los mortales, cuán gozosos pasando el día, si el mérito del silencio ganara el amor, que el astuto cortejo furtivamente aleja. 16. RECITATIVO ASPASIA: No trates de controlar los gratos acentos de tu boca. No te avergüences, bella princesa, de declarar tu pasión por el valiente. Es una recompensa, además de los honores de la buena batalla en el campo, con derecho, ellos reclaman: "Nadie más se merece a la bella". 17. ARIA ASPASIA: Así la dulce y atractiva sonrisa, obtendrá gracias, suaves abrazos, siempre coronará la labor del soldado: Cuando él olvide por un momento el fuerte sonido de la alarma, y del choque de las armas, para triunfar en los gozos conyugales. 18. RECITATIVO CLEOPATRA: ¡Qué felicidad! ASPASIA: Esa felicidad será tuya CLEOPATRA: Que ni siquiera una ley tirana regirá la elección. ASPASIA: Ni los débiles vuelos de la fantasía guiarán la voluntad. CLEOPATRA: Pero un amor igual se forma en un mérito igual, y con puro amor alimenta la llama constante. 19. DÚO CLEOPATRA Y ASPASIA: ¡Oh qué placeres, de los que hemos hablado, fluyen de un amor constante y puro! Todo es gozo y bendición, y se ven favorecidos por el paso de las horas.
Escena 4: Jonatán y Alejandro
20. RECITATIVO JONATÁN: ¿Por qué pesa tal tristeza sobre la frente del monarca de Siria? mientras que su gran corazón se levanta con súbita pasión? La doncella real, digna del amor de Alejandro ¿Ha convertido al poderoso conquistador en esclavo? Sepa tu real persona, que sólo debes pedir, y Tolomeo, debe entregar. ALEJANDRO: Sí, que sea así. Con prisa, envía amigo mi mensaje, enriquécelo con dones, dignos de un rey... Pero ¡oh! ¿qué dones? Si yo tuviera un mundo para dar a cambio, no sería precio comparable por tal gema. 21. ARIA ALEJANDRO: Tal vez los héroes se jacten de sus poderosas hazañas, y de hablar de conquistas con fuerte vozarrón. Pero incluso, es más frecuente que la poderosa belleza conduzca encadenado y cautivo al conquistador. Vuela rápido, en las alas que presta el amor. Vosotros, minutos de pies tardíos, ¡volad! y traedme la sentencia, para resolver esta desesperada tortura: vivir o morir.
Escena 5: Jonatán, Coro de Israelitas
22. RECITATIVO JONATÁN: Vosotros, hijos de Judá, con gran festividad, proclamen este día de alegría. La espada descansa en Israel ¡los cautivos son devueltos! y la libertad que es la vida de la vida, y el alma de la propiedad, diriga a sus hijos a alabar con gozo de éxtasis, al Donador. 23. ARIA Y CORO JONATÁN: Gran Dios, de quien procede toda bendición: vida, libertad y fama. A ti, Judá agradecida alaba y magnifica tu nombre. CORO: Estos son tus presentes, Todopoderoso Rey, vida, libertad y fama. A ti la agradecida Judá alaba, y magnifica tu nombre.
FIN DEL PRIMER ACTO

SEGUNDO ACTO
Escena 1: Alejandro, Jonatán, un cortesano adulador, el coro de israelitas 24. ARIA ALEJANDRO: Amable esperanza, tú, amiga universal, dulce bálsamo en toda aflicción, aún así, atiende el ruego de un enamorado que ni con un fantástico éxtasis de triunfo mi alma enferma de amor tendrá calma, ni en aguas tranquilas viajará. 25. RECITATIVO JONATÁN: ¡Viva eternamente el rey! Así anuncia el mensajero de Egipto: Ptolomeo te saluda como a su hijo, y Cleopatra se muestra con todo el esplendor de una novia en flor, y en el puerto de Ptolomais, espera que llegue el feliz momento. ALEJANDRO: Dirigámonos, entonces, aprisa, querido Jonatán, y dejemos de lado, todas las espinosas preocupaciones del trono, aprovechemos el dulce momento, y regocijémonos. 26. ARIA ALEJANDRO: ¡Oh Mitra, con tus más brillantes rayos, resplandeces sereno y alegre, y viertes todo tu torrente dorado, para alegrar nuestro día nupcial! 27. RECITATIVO UN CORTESANO ADULADOR: Deténgase, mi temido soberano, y que sólo la venganza asegure su trono. Un desagradecido y ruin hombre, ocultando su propósito, con la especiosa máscara de la amistad, trama contra su trono y contra su vida. El afecto leal dicta esto, y aún más, me obliga a decir, que aquel es Jonatán ALEJANDRO: ¡Eso es falso! Acércate y te señalaré para morir. Traedme, señores míos, la más rica túnica de púrpura, y la corona ducal: mucho más merece mi amigo, mi hermano Jonatán, y más le exaltaré, el mejor de mis hombres; porque sagrado es este día para el honor, la gratitud y el amor. JONATÁN: No existe grandeza en la mortalidad, que pueda colgar el descaro en las lenguas difamatorias, o escapar de las deliberadas heridas de la calumnia. Es un arduo freno, que la virtud debe sobrepasar; siempre está en peligro, e incluso siempre segura, bajo la protección del Todopoderoso. 28. ARIA ALEJANDRO: El poderoso amor llama a tomar las armas, Escucha, que él toca la primera alarma: Guía dulce Himeneo, guía la senda. 29. ARIA JONATÁN: ¡Odioso hombre! tu lengua calumniadora, en vano arroja el dardo ponzoñoso. Entérate que dentro de poco se retractará, cuando se condene a ser apuñalado, el corazón del traidor. 30. CORO ¡Oh calumnia, a la virtud sirves, como una sombra, incluso a la virtud odias: Vuela, de estas regiones superiores, vuela, nativa de las sobras subterráneas, parte, vete ya! Vete con todos tus planes viles, con toda tu falsedad, tu hipocresía, tu inventiva y quédate por siempre en la oscuridad.
Escena 2: Cleopatra y Aspasia
31. RECITATIVO CLEOPATRA: ¡Ah! ¿de dónde proceden estos espantosos presentimientos de mi mente? ¿por qué decae my alma, cuando se encuentra a pasos de la felicidad? ¿Acaso no es él valiente, existoso, bueno y rey? ¿y todo lo que puede merecer como retorno del amor? Incluso la aprehensión de no sé qué, cuelga con peso en mi alma y refrena este gozo por nacer. 32. ARIA CLEOPATRA: Errante voy, agitada de un pensamiento a otro, me rodea el gozo, me confunde el temor: Cada pasión es tuya, oh amor. ¡Amor, tú, placentero y fastidioso invitado! Haces brotar los deseos, Haces que las dudas sorprendan, No le das descanso a tu cambiante marea. 33. RECITATIVO ASPASIA: Arroja al viento, hermosa princesa, estas vanas dudas y estos temores ansioso; No pienses que provienen de algún habilidad profética en el libro del destino. Sino que vienen de la naturaleza pura, que con decente conflicto, entre esperanza y temor, observan la escena que se aproxima. 34. ARIA ASPASIA: El amor, la gloria, la ambición, lo que pueda inspirar una llama que es eterna o sólo un simple deseo, se unen a la elección de una monarca tan grande, para hacer completo cada gozo, y cada felicidad. Entonces, entrega a los vientos estas desconsoladas lágrimas, porque en vez del lamento, aparece el consuelo.
Escena 3: Ptolomeo
35. RECITATIVO PTOLOMEO: Así cuanto mis deseos prosperan. Con anhelante gozo el ilusiorio Alejandro se precipita a la tarea. Amigo, hermano, hijo o lo que sea que fuere, él caerá; Caerá en mi ambición. Por eso, le di a Cleopatra, y por esto con otras artes fortaleceré nuestra alianza, hasta que pueda provocar su ruina. Sí, lo he adulado, pero sólo para devorarlo; y pronto arrojaré a este feliz monarca desde su trono de fantasía; para sentar allí a quien yo pueda mejor gobernar: al joven Demetrio. 36. ARIA PTOLOMEO: Virtud, tú, nombre ideal, todos tus honores, yo desprecio; vana complacencia de las mentes cobardes. La fuerte ambición no conoce leyes, las almas activas, como la mía, no se impresionan, pues son fieras y violentas como vientos tumultuosos.
Escena 4: Jonatán, coro de asiáticos, Alejandro y Cleopatra
37. RECITATIVO ACOMPAÑADO JONATÁN: Vosotras, felices naciones, proclamad con fuerte voz vuestro agradecido gozo en verso de matrimonio; Balos y Cleopatra reclaman tal alabanza. 38. SOLO Y CORO Triunfa, Himeneo, en esta pareja; Así unidos, así se complacen, uno es valiente, la otra es bella. 39. RECITATIVO ALEJANDRO: Finalmente el grato tiempo ha llegado al punto feliz, cuando la larga esperanza vivida muere en la dulce posesión. Mitra, te lo agradezco; mía es Cleopatra. Tú, sagrado poder, eres testigo de mi amor, cálido como tus llamas, y puro como la luz del mediodía. CLEOPATRA Que Isis por siempre ate mi agradecido corazón a los votos de obediencia, más que un amor leal. 40. DÚO ALEJANDRO Y CLEOPATRA: ¡Saludos amor conyugal, misteriosa ley! que deleita a los corazones, que une a las almas; mil dulzuras sacamos de ti. un mil, mil dulzuras sacamos. paz y placer, inconmensurables, de la misteriosa ley del amor conyugal. 41. CORO DE ASIÁTICOS Himeneo, bello hijo de Urania, vierte tus bendiciones mejores sobre la bella pareja real; Que el honor puro y el placer coronen el día y bendigan la noche, porque él es valiente y ella es bella.
TERCER ACTO
42. SINFONÍA
Escena 1: Un jardín, Cleopatra, rufianes.
43. RECITATIVO Cleopatra: Es cierto, la naturaleza instintiva, rara vez indica alguna maldad que se aproxime en vano. Mas ciertamente, vanas fueron mis dudas y mis temores pasados: Porque estoy feliz, feliz, más de lo que se puede imaginar en esta brillante escena de gozo siempre constante. 44. ARIA Cleopatra: Aquí, entre el bosque frondoso de flores fragantes y de fuentes cristalinas, prueba, alma mía, este encantador sitio, retiro tranquilo del amor y de la gloria. Ídos, vanidosa duda, y temor ocioso: Que el gozo, y solamente el gozo, habita aquí. Coro de rufianes: ¡Falsa reina! ¡Los dioses y Ptolomeo han ordenado otra cosa! Vendrás con nosotros Cleopatra: ¡Auxilio, auxilio, Oh Isis! ¡Auxilio Alejandro!
Escena 2: Alejandro, Jonatán, Aspasia, Coro de asiáticos.
45. RECITATIVO Alejandro: ¿Ah, no fue esa la voz de mi Cleopatra? ¿la voz de Cleopatra en problemas? No puede ser, ¿qué bestia podría saltar esos muros? ¿o qué hombre tan audaz y feroz se atrevería a invadir nuestra privacía real? Seguramente, ella está aquí, y yo le prometí ser participe con ella de la dulzura y de los puros placeres del descanso. 46. ARIA Alejandro: ¡Poderosos guardianes de toda la naturaleza, Oh preservad mi bello amor! Alejad a mi amada de insultos, ciertamente la virtud tiene encantos para hacer que uno se emocione. 47. RECITATIVO Jonatán: Traición, oh rey, traición inaudita acecha al reino con pasos gigantescos, y se enorgullece de su éxito. Las ciudades de Siria han recibido a Ptolomeo con las puertas abiertas, como vuestros queridos amigos y padre. De esta forma han ingresado, él con los soldados egipcios se han guarnecido en cada lugar, y ahora en Antioquía ha asumido la doble corona de Egipto y de Asia. Alejandro: Hablas de coronas y reinos perdidos, mi amigo, los recuperaremos; ¿pero sabes qué es de Cleopatra? Aspasia: Se dice que tus guardias sobornados por el pernicioso oro dejaron entrar rufianes enviados por Ptolomeo y así tomar a la reina para Demetrio, el joven. Alejandro: ¡Horror, confusión! reunid mis fuerzas a las armas, mi amigo Jonatán, y apresurémonos sobre el culpable enemigo, y que sienta la furia de la majestad ofendida. 48. ARIA Alejandro: ¡Furia con ojos rojos resplandecientes, levántate, en todo tu terror; que todo sea destrucción! Que la venganza pueda darme algo de quietud, o que la fría muerte me dé el descanso deseado a los horribles dolores que siento. 49. RECITATIVO Aspasia: ¡Dioses! ¿Podrá haber espectáculo que aflija más, que tal grandeza de majestad esté en problemas? ¡Cómo ha caído! ¡del imperio, del amor y de la alegría! El maldito escarnio de los esclavos mercenarios! 50. ARIA Aspasia: Extraños cambios del destino humano, poderoso gozo, y poderoso dolor. Nadie es feliz, nadie es grande en este estado terrenal, tan cambiante. 51. RECITATIVO Jonatán: Que regrese con su bella frente coronada con laureles de victoria. Pero ¡oh, temo por esos dioses! porque las criaturas divinas en las que él confía, no podrán ayudarle: no son dioses, son todas sólo simples ilusiones. 52. ARIA Jonatán: A Dios que creó el sol radiante, y lo fijó en su trono central, la pálida luna, y cada estrella, que lanza su luz brillante desde lo lejos; a Él, El Todopoderoso, El Grande, El Magnánimo, Jehová, conocido como el Señor de los Ejercitos, le pertenece toda victoria. Sólo Él es la ayuda de Judá, para que ellos le ofrezcan su humilde oración y entonen sus gratos himnos. Coro de Israelitas: Sol, luna y estrellas, y todos vosotros ejércitos de los cielos, dad toda la gloria al gran Jehová. En su creación, a su poder siempre salvador, Judá apelará y a Él sólo adorará.
Escena 3: Ptolomeo, Cleopatra.
53. RECITATIVO Ptolomeo: Sí, él fue mentiroso, mi hija, te fue mentiroso. Y ha conspirado contra la vida de tu padre. El instito de supervivencia y el cuidado paternal por ti, mi hija, me obligaron a destronar a este rey impostor. Entonces, no pienses en la pérdida de Alejandro, sino que recibe a un héroe más digno, de acuerdo a la voluntad de tu padre. Cleopatra: ¡Imposible! Él nunca me hubiera mentido a mí, o a ti; ¡tan valiente, tan justo y tan benevolente! ¡Pero, oh, mírame una vez más y consiente que me despida por última vez de él, de quien estoy atada, por el lazo más fuerte de la naturaleza, el amor conyugal. 54. RECITATIVO Ptolomeo: Niña desagradecida, por todos los poderes sagrados tú nunca, nunca más le verás. Vanos son tus suspiros, vano tu lamento; porque pronto tu corazón rebelde aprenderá a darnos la bienvenida con alegría. 55. ARIA Ptolomeo: Oh espada, y tú, mano siempre osada, Sólo imploro tu ayuda. No ruego a otros dioses, o poderes, para conquistar o para salvar.
Escena 4: Cleopatra, dos mensajeros.
56. RECITATIVO Cleopatra: ¿Sonreirá de nuevo Cleopatra, alguna vez? ¡Oh no! sea lo que sea que mi padre ordene él no puede cambiar el curso de la pena de mi adolorido corazón. 57. RECITATIVO Mesanjero: Oh reina, traigo ingratas noticias para sus reales oídos; pero es la voluntad del destino. El valeroso judío ha vencido tres veces a sus enemigos, a quienes persiguió, cuando huían a Azoto, y asoló con destrucción a sus ciudades, incluso el templo de Dagon, y al mismo dios; y ahora regresa triunfante. Pero, el rey, ¡ah! el rey, sobrepasado por Ptolomeo, su padre, y abandonado por su tropa, buscó refugio en Arabia, pero fue en vano: Porque el traicionero Zabdiel, no prestó atención a su suplica, que en la amargura de su alma pedía, no por él mismo, sino por usted, su reina, su vida; sin remordimientos, con la espada le cortó la cabeza. 58. ARIA Cleopatra: Oh sacadme de esta odiosa luz: tortura, acábame, muerte, ayúdame, envuelta en las sombras de la noche eterna. 59. RECITATIVO Segundo mensajero: ¡Perdóneme, oh reina, que sea un mensajero de malas noticias! Cleopatra: Habla, habla. Todos los sucesos terribles y extraños son bienvenidos para aquélla cuyo solo consuelo es la desesperanza. Segundo mensajero: Vengo de la terrible escena de la guerra sangrienta, donde Ptolomeo, su padre, fiero, violento y valiente, aún en la primera línea, debido a muchas heridas, ha entregado su alma. Cleopatra: Esta es mi destrucción, ¡oh ambición! amargura de la felicidad humana. ¡Oh! si nunca hubiera nacido reina, para sentir los efectos terribles que esperan a la fortuna del que es de alta cuna y está maldito. Pero vanas son todas mis quejas. 60. RECITATIVO ACCOMPAGNATO Cleopatra: Cálmate mi alma, dulce Isis, con un noble desprecio de la vida, Gozos ideales y dolores momentáneos, que quiebran o molestan este sueño que despierta. 61. ARIA Cleopatra: Relegadme a alguna costa pacífica, donde las ondas tumultuosas no rujan, donde la vida, aunque sin gozo, aún es calma, y el dulce contentamiento es el bálsamo del dolor. Ahí, libre de pompa y preocupaciones, esperar, olvidando y olvidada, la voluntad del destino.
Escena 5: Jonatán, coro de los israelitas
62. RECITATIVO Jonatán: Misteriosos son tus caminos, oh Providencia pero siempre justos y verdaderos. Por ti, los reyes reinan, y por ti, caen. ¿Dónde está ahora el orgullo de Egipto? ¿Y el orgullo de Siria? yace en tierra; mientras que Judá electa triunfa en victoria, y siente la presencia del brazo de Jehová. Teniendo en cuenta esto, tema siempre Israel, con reverencia filial, su tremendo nombre, y con corazones dadivosos exalten su alabanza. 63. CORO Jonatán e Israelitas: Vosotros siervos del Eterno Rey, cantad de su poder y de su gloria, y hablad de todos sus caminos rectos con maravillas y con alabanza. Amén. Aleluya. Amén.
F I N


Traducción por Osvaldo Castro © 2005 Home Page