Fiestas de san Miguel Arcángel

Las fiestas patronales de san Miguel Arcángel se celebran en mayo. El fin de semana cercano al 8 de mayo, día de la aparición del Arcángel. Duran tres días.

Organizan las fiestas: El Ilmo. Ayuntamiento, la Comisión de fiestas y los mayordomos de la Cofradía de san Miguel, creada en el año 1546.

Los actos más sobresalientes, tanto religiosos como culturales y deportivos son:

Primer día:

- Proclamación de la reina y damas de honor de las fiestas, ataviadas con los trajes regionales

- Pregón de fiestas: este año 2001, principio de siglo y milenio, se ha iniciado para que perdure, el primer pregón a cargo de  don Alejandro Desiderio Casado Alcalde, hijo de Villalba de Duero(ver texto), residente en Granada, que es catedrático de Filosofía en la Escuela de Arte de Granada.                                                                                                          Portada de la parroquia

                                                                                         

- Chupinazo de inicio de fiestas.

- Bendición y entrega a todos los cofrades  pan, queso y vino; tradición que data del año 1669. Además se invita a todos los asistentes a probar estos alimentos de la tierra. Mientras los asistentes recogen los productos bendecidos y los vecinos catan los mismos y bailan la jota y la danza al son de dos dulzaineros y un tamborilero.

Segundo día: Festividad de san Miguel:

 -  Misa solemne y procesión. Durante la procesión se toca y baila a lo largo del recorrido, con una gran participación de niños, jóvenes, adultos y mayores, la danza e incluso una jota delante del Arcángel, combinando con el canto del himno.

- Por la tarde: Campeonatos deportivos: frontón, tuta, rana, fútbol, etc. Este año se celebraba el VIII campeonato nacional de Tuta “memorial Clemente Parra”, hijo de Villalba de Duero.

Tercer día:

- Misa de difuntos: por los cofrades difuntos

- Continuación de los campeonatos deportivos.

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TEXTO DEL  PRIMER PREGÓN DE FIESTAS PATRONALES DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL DE VILLALBA DE DUERO (BURGOS).

Ilustrísimo  Sr. Alcalde y señores concejales, Sr. Abad Cura-párroco, Sr. Alcalde y señores mayordomos de la Cofradía de san Miguel, Reina y señoritas damas de honor de las fiestas, señores todos,  hombres y mujeres de Villalba, niños y mayores de nuestro pueblo:

Historia tenemos. Hijos somos de los que fueron habitantes en el Prado y en Villalba, aldeas pertenecientes a la villa realenga de Aranda.

Más de nueve siglos  han pasado cuando el Prado, situado cercano a la vía de comunicación entre Clunia y Astorga y elevado sobre los pastos de hierba, vivían gentes dedicadas al pastoreo y, cuando Villalba, al cobijo de la cuesta de san Pedro, crecía al ritmo en que las bodegas se  horadaban, los claretes chispeaban y producían beneficios económicos en abundancia.

Por fin, en el año 1639, fuimos dueños de nuestro destino, siendo villa de pleno derecho,  con jurisdicción civil y criminal, con los cargos correspondientes para organizar a la sociedad y castigar a los infractores con rollo, picota,  grillos, horca ...

Hombres de apellidos muy nuestros como Abán, Alcalde, Alonso, Arandilla, Arranz,  Calvo, Coello, de Cuellar, Cuesta, de Domingo, del Amo, de Pedro Juan,  García,  Hernando,  Herrero,  Hervás,  Ibáñez, Lagarto, Mañero,  Núñez, Olalla, Oquillas, Parra, Rubio, Santo Domingo, Sanz, Simón, Villa, etc. formaron una piña para conseguir del Rey Felipe IV la emancipación de Aranda. Grandes cantidades de dinero hubieron de pagar y con la ayuda del Conde de Castrillo, don Alonso García de Avellaneda y Haro, quedaron  libres de Aranda.

Grandes dificultades tuvimos para amojonar las lindes, ya que nos rodeaban poderosas empresas, como la villa de Aranda, que no aceptaba nuestra independencia, el real sitio de la Ventosilla, lugar de caza de reyes o de señores feudales y el Condado de Haza por el Duero.

Dificultades tuvimos para que nuestros ganados pastasen en el Montecillo, al estar arrendado al Obispado de Segovia para saldar las elevadas deudas de Aranda, pero nuestros antepasados salieron adelante.                                

Si en lo civil, los de Villalba tuvieron las estructuras organizativas, no menos y casi un siglo antes, las constituyeron en relación con lo religioso, con las creaciones de la parroquia y, por lo que hoy y ahora,  estamos aquí, la Cofradía de san Miguel, fundada el día 26 de septiembre de1546.

La cofradía de san Miguel fue un punto de apoyo para unirse el pueblo, aunque había otra cofradía como la dedicada a san Pantaleón, pero poco a poco la de san Miguel fue aglutinando  a todos los villalbinos para ayudar a los más necesitados, para tener señas de identidad, para tener un santo protector como guía. Se daba de comer a seis pobres el día del santo patrón; comían juntos todos los cofrades carne de carnero y corría a raudales el buen vino de las bodegas de Villalba. El abuso llevó al Obispo de Burgo de Osma a prohibir la comida en el año 1669 y se instauró lo que actualmente se hace:  La entrega de queso, pan y vino, que ya cuenta con 332 años de antigüedad.

Si el vino, el pan y el queso son productos que fueron quehacer y negocio de nuestros antepasados, también son de nuestra cultura: ahí están los espacios situados en bellas zonas del pueblo, dedicados a la trilla, las eras de arriba y de abajo;

Más complejas y emotivas son las construcciones dedicadas al vino, tanto que muchos de vosotros recordareis,  los lagares de los Baronas, Boteros, Cascones, el Fraile, Jaráiz, la Mona, el Tercio, etc. y  las bodegas, ¡lo que tuvieron que trabajar nuestros antepasados para hacer las bodegas! la de Ánimas, Anselmo, Capellán, La Villa, Pacoblasa, los Señores, Trillo, Tutor, etc.

Y las zonas de pasto como el Prado, Montecillo, el Carrascal ... Villalba en los siglos pasados llegó tener 40 corrales para ganado lanar y vacuno en general.

Por tanto, el queso, el pan y el vino son signos de nuestra identidad como trabajadores y como cultura.

Hago una propuesta al Ayuntamiento para que consiga dinero de instituciones para recuperar un lagar y una bodega como símbolo de nuestra historia y se conviertan en museos.

Todos estos son recuerdos.

Las eras ahora son cosechadoras, el vino se hace en almacenes, llamados bodegas, pero no son nuestras bodegas;  los lagares y las bodegas son añoranza. Ahora los villalbinos, los que faenan en el campo no van al paso lento de los bueyes ni al arre de los machos, ni cantan en el trillo, ni pisan la uva  ni suben ni bajan pellejos de vino. La gran mayoría trabaja, como empresarios o empleados, en fábricas, oficinas, en la construcción, en carpinterías metálicas o de madera, en muebles, en transportes,  negocios de ropas, carnes, en automoción, son profesionales de la banca, de la salud,  de la docencia, etc. Trabajos variados y diversificados.    

Pero un  pueblo que cambia con los tiempos, pero guarda las tradiciones y  las adapta, es un pueblo sabio. Y esto es lo que habéis hecho, hemos realizado los vecinos de Villalba. Hoy todo ha cambiado, y el pueblo de Villalba ahí está. 

No hay mejor manjar que el queso para probar un buen vino. Así inicia Villalba sus fiestas. Unos de los platos más exquisitos es el lechazo con un buen vino de la Ribera. No habrá casa en Villalba que no coma  cordero lechal en el día de su santo patrón.

Villalba sabe disfrutar de la vida y eso es festivo, bueno y necesario en sus justos términos.

Más aún, Villalba tiene otros signos de identidad, como la iglesia situada en un altozano, esbelta, que siendo de construcción barroca, no está recargada de adornos, es de líneas claras y  se divisa a varias leguas; su santo arcángel, a quien está dedicada, es un ángel atrevido, arriesgado y que ha dado la cara cuando las circunstancias lo pedían, como sabemos por la tradición religiosa.

Estos signos son nuestra guía, somos orgullosos, altivos, directos, arriesgados, claros y con iniciativa. Ahí están las empresas, los negocios, las actividades de tantas  gentes de Villalba.

Ahí están las nuevas organizaciones deportivas y culturales, recuperando juegos olvidados como la tuta, la rana y otras,  que tantos premios fuera de nuestros límites han conseguido sus participantes.

Ahí están los veranos culturales organizados con la participación de algunos vecinos, con actividades variadas y para todas las edades.

Villalba sale en 200 páginas en internet y la escuela tiene la suya propia.

Villalba está viva. Crece en habitantes, nos vienen nuevos vecinos de fuera, se construyen nuevas casas y muy confortables. Los que se marcharon a Aranda, vuelven, aunque nunca se fueron. Los que estamos fuera los recuerdos y las visitas son continuas. Pero, en particular,  Villalba está viva por los niños y la juventud, que son la ilusión y el futuro de un pueblo.

Brindamos por el futuro de Villalba,

¡Viva Villalba!

¡Viva San Miguel!  

Villalba de Duero, 4 de mayo de 2001. Viernes. 

 

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