| EL CÍRCULO SAGRADO
DESDE muy remotos tiempos,
los magos y los iniciados de las más variadas escuelas de espiritualidad han usado el
Círculo Sagrado como campo acotado, designado y personal de trabajo operativo, rituales,
meditaciones, ceremonias, meditaciones, rezos o decretos de manifestación. El Crculo
Sagrado, al aire libre, trazado, simplemente sobre la tierra o delimitado por piedras,
debió ser el primer templo que la Humanidad inventó, y aún se encuentran impresionamtes
cromlech en muchos sitios arqueológicos, de los cuales el más
famoso debe ser Stonehenge, en Gran Bretaña.
Pero el Templo
Exterior no es sino un reflejo arquitectónico del TEMPLO INTERIOR, y el
templo interior, ya sea el de los oficiantes o el de cada miembro del público
participante, es su propia mente individual, si se encuentra suficientemente purificada y
conectada como para servir de morada al Espíritu.
Y si no se
encuentra, el Espíritu no estará pudiendo manifestarse, y si no puede manifestarse, no
hay Templo ahí, sólo personalidad inconsciente haciendo teatro, y un templo exterior sólo habitado
por personalidades sin espíritu consciente de sí mismo, tampoco es Templo Exterior, sino
apenas un cascarón venerable, un monumento nostálgico a tiempos mejores, un fantasma...
aunque sea tan grandioso como Stonehenge, o tan bien conservada como la Catedral de
Santiago en horario de visita turística.
-¿Ya nadie se acuerda de lo que hizo Jesús de
Nazaret cuando vió la Casa del Padre llena de bulliciosos turistas, de cambistas y de
comerciantes? - "No, nadie, esto es un patrimonio cultural, circule, respete, no
moleste" -dijo el Becerro de Oro desde una pantalla de vigilancia.
Puesto que es
imposible hacer trabajo espiritual en una catedral, empresa colectiva gigantesca en la que
nuestros antepasados pusieron lo mejor de su esfuerzo y de su creatividad durante siglos,
el templo exterior de la Nueva Era vuelve a situarse al aire libre, en la naturaleza
solitaria e incontaminada, o en el cuarto más íntimo de la persona conscientemente
contenedora de espíritu.
Y, para ello,
basta con trazar un círculo, aunque sea imaginativamente, alrededor del propio centro, y
situar en él, con un cierto orden, las fuerzas de variado grado de consciencia que
componen nuestro Ser.
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El problema con los arcángeles es que las diversas escuelas no están de acuerdo en
si colocar a Gabriel o a Rafael en el Este o el Oeste, o en cual elemento... y Uriel
es un misterio, cada fuente esotérica dice cosas diferentes de él. Así que no puede uno
fiarse de la Tradición. No existe una, sino múltiples tradiciones. |
Éste es el
CÍRCULO SAGRADO más tradicional. Una representación bien
convencional del propio Ser, a modo de un mapa con lo más elevado de nosotros mismos,
Dios Uno y Trino, colocado en el centro, y sus más conocidos arcángeles, cada uno de
ellos regente de uno de los cuatro elementos, y ocupando y guardando cada uno de los
cuatro puntos cardinales.
El Este a la cabecera, porque es el punto de donde nace
la luz. Allí se coloca también el altar, con una vela encendida, un bastón, o cetro, o
antorcha, que representa al fuego, una bola, bandeja o moneda, que es la tierra, una
espada, el aire, y una copa, que es el agua.
Los arcángeles son nuestras virtudes, o,
mejor dicho, los modelos de puras virtudes recién emanadas de Dios a quienes se deberían
asemejar nuestras virtudes, aunque no es posible, por causa de lo metiditos que estamos en
la materia. "El justo peca 7 veces al día..."
Nos parece que nos podemos fiar de Dios, y
también de sus ángeles, por eso los colocamos como guardianes y guías de nuestro
trabajo, que se realizará, fundamentalmente, sobre los comandantes de nuestros cuerpos
elementales, llamados por muchos los CUERPOS
INFERIORES:
...Físico, etérico, emocional e
intelectual. Así, el cuatro material, guardado arcángeles, en la periferia, y el
cinco, que son tres, espiritual, en el centro. La Quintaesencia, la Trinidad. y cuatro
más tres, siete, el numero mágico cien por cien. |
| Cuando uno empieza con el proceso de los 21 días se
da cuenta, enseguida, que quien manda normalmente sobre uno no es Dios en nosotros, ni sus
arcángeles, ni siquiera nuestras dudosas virtudes. Nuestra voluntad es un campo de
batalla, una presidencia de república bananera que sufre golpes de estado continuamente,
y que no consigue imponer su autoridad mucho tiempo.
Las rebeldías contra los
propósitos evolutivos de mi Voluntad de Ser me venìan, claramente, del Cuerpo emocional,
secundado por el intelectual, quienes, a su vez, inluenciaban facilmente al cuerpo
físico. El etérico no se hizo notar mucho, seguramente porque era el que se encontraba
más debilitado o más directamente intervenido por la "cirugía astral" que se estaba operando en mì desde que comenzó el ayuno.
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Durante la segunda semana de mi proceso, a raiz
de un sueño en el que ví el escudo de mi apellido como si fuese el Arbol de la Vida
Kabalístico, surgió en mi la necesidad intelectual de ordenarme por dentro, de poner
todas mis fuerzas y aliados donde rapidamente pudiese echar mano de ellas, y también, la
de dar nombre a aquellas energías que se estaban oponiendo a mi propósito evolutivo, a
fin de exorcizarlas y controlarlas.
Así, pinté un gran círculo sobre una
tela en el suelo de mi estudio, y meditaba sobre ella, y cada día me llegaban nuevas
inspiraciones para ir completándola, de tal manera que coincidiesen en él los ángeles,
los Cuerpos Inferiores, todas las séfiras del Arbol de la Vida, y, por fin los siete
Chackras, mas el chackra Yug de la Nueva Era.
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