Indice

Bellezas Tristes

Fascinaciones

IO

Pesim

            BELLEZAS TRISTES

                        1
Llora el amor perdido en la lluvia de una noche de frío
Olvidado de la luna, atrapado por ensueños de ciudades solitarias
Filósofo del desengaño, agobiado por el fondo del océano
Vientos negros arrastrando sal de lágrimas

Ojos hinchados de luto van a secarse al cementerio
Hay un  silencio poblado de llanto junto al paso del desconsuelo
Una aspereza de rostros mustios de oficinistas trasnochados
El amor llora perdido la soledad de la salida de los cines

Triza de la noche con el dolor en los bolsillos
Velas de funeral en la iglesia vacía
La lluvia apresura el retorno del vaho a las chimeneas
El amor, detenido, llora lento su calor perdido.

2
Como una joven viuda con el amor aún en sus labios
llora con lágrimas de silencio el silencio de la amada
La muerte y el olvido son lo mismo para los amantes
El milagro y la esperanza su único alimento
La noche, el luto que viste su dolor

La noche que extrae el silencio de la angustia
que impone los límites a la soledad
que protege el recuerdo de la ferocidad del caos
que urge a la poesía a conquistar el abandono
La noche, amiga, es cuando la luna deja de ser satélite
y se convierte en una melodía triste del piano

Como huida de un dilema y entrada a la incertidumbre
en las crestas serenas de las ráfagas de la ira
el rictus de la muerte y la cicatriz del olvido
es el rostro de aquella máscara que intenta sonreír

                        3
De noche por las ciudades, sin causa ni protección
Un ancho sentido del temor de habitaciones vacías
Hoteles silenciosos, candelabros, sombreros húmedos
El camino hacia las noches por las ciudades del mundo
ajeno a los hogares, mundo de lunas,
serranías estrelladas de peatones solitarios.

Pozos de saliva bajo el humo del tabaco
El insomnio sobrevuela la cicatriz de los semáforos
Hay un encierro de bifurcaciones en la noche
que permite la potencia del paso hacia el ocaso
Ausencia de perros en el deseo de ladridos.

Umbrales hacia jardines abandonados
paso hacia el invierno de mendigos muertos
abismo de insectos sombríos
albas secretas de perpetración de crímenes
Por la noche hacia el mundo
al corazón perpetuo del misterio

                        4
Lánguida la lágrima surca la mejilla
de la mujer abandonada al designio de su belleza
Un asomo de lascivia ingenua
empuja un gesto al umbral de la sonrisa
Ella desfallece como la nieve crepuscular del otoño
con la elegancia de los hechos ineludibles

Sin duda, atardece en el bosque
donde este femenino réquiem de clarinetes
consuma el cansancio de la silueta y los espejos
En los árboles deja su testimonio de esfuerzo estéril
y se impregna de olvido
para perderse, para jamás haber existido
para verificar la esperanza de sus ideas

El lamento de esta hora en el viento
es de un hombre que ha perdido el llanto y las ideas
Sólo un desierto sería tumba para tal desconsuelo.

                        5
En el preludio a la última estación del metro
blanca la luz, el trabajo ido
arriba la noche, ha acabado el día
con la esperanza terrible de otros iguales

Luz blanca, asientos vacíos
Silencio absorto de hombres cansados
Sopor de párpados caídos
reflejos de luz en pupilas fijas
Bruma de bostezos
miembros todavía tensos de trabajo
en cada estación abren un músculo

Llegada la última
un último chisporroteo de neones
despide al habitante a su sueño de desesperanza
Apaga sus deseos y se enfunda en la noche.

                       
6
Ha perdido todo
y baila una palidez más blanca en la playa
Sonríe como una lánguida despedida
frente al mar de noche viento en sus cabellos

Ha quedado sola
como la distancia entre las estrellas
Podría ser sirena
para que corales y espumas
atrajeran el silencio de las mareas
a la sorda tumba que palpita en sus sienes

Pero es mujer
y su humedad desnuda
es el espejo de la luna en la arena

                        7
Un recuerdo persistente de un lugar ido
en otoño, cuando la angustia leve socava la calle
y el paso se mide más lento para apurar las imágenes

Un recuerdo sin nombre estableciendo distancias
para que la mirada presente sea más clara
o al menos sin los ruidos secos de las rutinas

Un recuerdo que modifica la cadencia del soliloquio
convierte la desazón del esfuerzo en tristeza asoleada
tibia paz de plazas vacías, alrededor del crepúsculo
poco antes que la noche derrame los recuerdos
que algunos llaman sueños y otros pesadillas.

                        8
Los anónimos con nombre de los azares de las ciudades
a una hora limpia, después de la lluvia tal vez
o muy adentro del frío de la noche
quietos como fogonazos de silencio
ensimismados en la coincidencia de sus rimas
de lejos son un ajedrez de ropas negras y pasos blancos

Un hombre sólo conocido por sus secretos
emerge de los oscuros rincones a las avenidas principales
Vibra su emergencia en el vaho de las luces

cubre su ensoñación los ángulos de los bares
se hace viva voz de los anónimos silencios
intensifica la noche con el desvarío de sus ofrendas.

Y se detiene, cesa su mirada
se deprime como la marchitez de los abortos
vuelve a los rincones
vuelve al anonimato de su propia multitud
y tal vez se prepara para embellecer otro arrabal de azares.

                        9
Sepamos desde ahora que el fulgor del crepúsculo
es el fuego decrépito de una hoguera otoñal
Sepámoslo para que en la languidez de las grises playas
el grito blanco de las olas aparte el cáliz amargo
de los labios perdidos en la sombra de los recuerdos

Esos recuerdos de amores fugaces y prematuras esperanzas
que en las regiones de la sal y la piedra y la roca pulverizada
se hacen inminente gemido de gaviotas
No es necesario un cuerpo humano
para que esta mitología de algas desarraigadas
sea una sincera lágrima perdida en las arenas.

Porque sepamoslo o no, el espejismo de las bellezas
en las latitudes feroces del agua
siempre se imagina como una silueta cabizbaja
aferrando sus rodillas para no caer en el precipicio
de las palabras no dichas.

                        10
Pálida como un cementerio de lunas
las córneas negras de su llanto
han cesado la esperanza de rendir a las tumbas
Como el viento, ha desatado sus vestidos
queriendo imponer desnuda el silencio de su brillo

Nadie ha muerto, pero desea un rito fúnebre
para purificar la vida callada de sus gritos
Temblando, piensa y hace acto el célibe placer
de masturbarse entre las flores de las despedidas
Es un rocío de orgasmos que reverbera en la niebla
un ulular de lechuza, un puñal de gemidos
que penetra en la noche y hiere a la luna

Recobrada de pudor y frescura
sonríe con la delicadeza de emperatrices decapitadas
pliega el centelleo a una sombra de pupilas
coge sus vestidos, se perfuma con la tibieza de sus pechos
y olvida.
No hay recuerdos para hechos esenciales
sólo brumas en los senderos
y señales inéquivocas cuando la piel nuevamente siente el llamado.

           

Fascinaciones de puños artísticos

                        1
Agarro con el tímpano manual de mi deseo
la caída de gaviotas nocturnas en el océano
Este sonido lo repito hasta que hayan marejadas
y las olas me dejen salino y transparente

Quiero decir que si no hay amor, hay belleza
Belleza de palabras sin cordones umbilicales

Así, agarro ahora el sueño erótico de poblaciones dormidas
Lo hago mío y transpiro y muerdo la almohada
y un grito mudo parte mi garganta
y sueño que alas de ángeles brotan de mi pecho

Vuelo hacia el inicio del tiempo
y veo a Dios con compases y metrallas
vociferando instrucciones a los arquitectos del destino
Veo también que la muerte precede los pensamientos de la materia
Aquí, sabio, me sacio de agonía.

            2
Desazón de primavera muestra mi risa del tedio
Lento el tiempo consume las horas de acción
Sórdida quietud de las obligaciones
Arañas de vidrio en un mar de desilusión

Pujante inercia de la ruina
como aspas de molino en las tormentas del desierto
Palabras divinas en el coágulo de mis azotes
Tristeza de vidas viudas, de noches perdidas en las manos

Desastre de las frases de supervivencia
Adherido a rincones, pegado a vientos ásperos
Fusilamiento de rumbos equivocados
Me desvisto, me desalojo de las obviedades
y me olvido, me exilio de la muerte y el tiempo
que aunque son hermanos, son enemigos
son húmedas vulvas donde caen y terminan
los eternos hipos de los ebrios de abrazos.

            3
Ha emitido un juicio la trompeta del Nirvana
Y los ángeles bulliciosos han abierto sus bocas
Barba de silencio y sigilo
como jardín de mohos y estatuas
impone silencio y recelo
(Cisnes violetas se mecen en acordeones

                        4
Que el árbol deja caer su sombra
mientras la libélula de la luz se adormece en la melancolía
es un hecho
la clase de milagro que ennoblece a las lombrices

Generosidad vegetal para poetas egoísta
Disfraz húmedo del hormigón incesante
Desánimo para contemplar la paciencia del otro día
Una brisa añeja con sabor a uva
apacigua el calor de la rutina rugiente.

Sombras en las pausas de los jardines
Un charco de somnolencia en el espejismo de las ventanas
Las frutas de las bodegas oscuras
perfuman las avenidas con la pudrición de las promesas
y la luz también se inflama de agua
para que la ceguera de la cordillera se llene de nieve

                        5
El recuerdo, de pronto, golpea un soplo de presente
y las palabras se ensimisman en un espacio de abandono
Es la fuga del apuro a las islas de la detención
donde no cruje el cerebro sino que se dilatan los placeres

Pueden acontecer milenios de infancias
en estos resplandores de sosegada esperanza
Pueden llorar las alegres mujeres
que destrozan sus vestidos tras los vidrios
Pueden suceder fechorías de adolescentes
en lugares carentes de estupefacientes o alcoholes
En realidad, todo puede suceder
excepto el nacimiento de una vida ya vivida.

En estos instantes, los ecos del olvido
aguzan el oído de los que ignoran el futuro
Y con amnesia, se recomienza la digestión del calendario

                        6
Me acerco al rutilante pezón de una rubia
y de a poco, ella húmeda, yo silencioso,
le anillo su frutilla con el prepucio de mis intenciones

Ahora (en la fusión, en la sombra de la piel)
le propongo una concentración de ombligos
una simbiosis de sudores, un pétalo de lenguas
una frecuencia de gemidos, un edulcorante de salivas
un enlace de latidos, una acrobacia de dedos
una separación delicada como epílogo del bombardeo

Me alejo ácido y sulfúrico
por los caminos de los sexos distanciados
dejando pistas para los caracoles eróticos
que cuelgan de su concha recuerdos de masturbaciones.

                        7
Nieve y cordillera
Fondos del océano
Bosques y ríos
Desiertos y playas
Arrecifes y volcanes
Selvas y pantanos
Montañas y ventisqueros
Lagos y praderas
Oquedades y estrellas
Vientos y sequías
Presencia humana como marco del óleo

                        8
Hembras adoloridas, como gavillas de trigo
arrojan sus partos a los caminos de tierra
Pasan por aquí gavilanes urbanos
y se apiñan junto al dolor
esperando que los fetos comiencen sus gritos

En esta sangre polvorienta
caen las miradas de elegantes vampiros
Hospital rural de obscenidades entonces
cuando los dolores y las iras
mezclan sus calores y nacen los epitafios

El dolor cesa
los apetitos se sacian
el viento evapora los últimos gemidos
nada ha sucedido en cualquier paisaje de la tierra
Sólo quedan rastros para los arqueólogos del misterio

                        9
Se masturba la virtud en la soledad de sus vicios
Arquea su médula, gime en silencio
Se sacia de sombra para ocultar el brillo de sus espasmos
Ocultar es la obscenidad de su corazón
Huye con frenesí al núcleo del olvido
El hechizo es momentáneo, mañana tiene nombre
Se corrompe la virtud en el encierro de sus vértebras

Y fatales arpías quiebran cristales
Y perros ladran pesadillas
Y se pierden las manos en una falacia de espejos
El peso de la noche tras los cristales de la soledad
La fuerza de las distancias
La eyaculación solemne de un insolente rito.

                        10
La noche grita un torbellino negro
mientras fulge la ira de las espadas de las estrellas
Tempestades celestiales en los rompeolas siderales
Ingravidez medida por el aceite del hidrógeno
Sólo un ser humano contempla estas metamorfosis de la luz
Es un poeta inyectado de tiempo
casualmente imaginando las centellas de la fantasía

Una pupila de la lluvia (ojo o púber)
desencadena un incandescente eco de espejos
Las nieves repetidas engendran cordilleras
Albor profundo de las gargantas del frío
Avalanchas de mamíferos acuchillados
nivelan los abismos donde mueren los bosques
Nuevamente, un visionario vagabundo
levanta en sus manos el cáliz de las transformaciones

                        11
Acueductos de angustias
Trepanaciones melancólicas a la sonrisa de los huesos
practicadas por Hipócrates digitales
a las tristes máscaras hipnotizadas por el miedo

Cloacas histéricas
Seres escondidos en hospitales anónimos
Posiblemente sol, seguramente una llovizna
que simbolice el sucio llanto de los imperfectos

Lodazales de odio
Fusiles y tumbas cruzados en una bandera
Un frío que muerde los labios
transforma las venas en témpanos de azufre

Reverso de las monedas
Sostén de los espejos
Curva del vacío en la palma de las manos
Superficie de la tierra en una erupción de hipos
Cuatro minutos para entrar a escena

                        12
Insolente insomne acribillado en un estupor de calambres
Abre como se abren las estrias maduras de los moluscos
las calladas grietas que ocultan los pólipos de los gritos

Exclama y brilla en las llamaradas de los astros
Viaja por las angosturas violáceas de las gargantas galácticas
Acaracolate, embadurna con la baba de cetáceos
las cloacas donde fermentan las furias
Redúcete, inclina el esternón al sonrojo de tu pisada
Exclama con signos de eternidad y paréntesis de ahora
Mejor no digas nada: podría una sintaxis encadenarte con diccionarios

(Aquí, justo entre mi voz y las órbitas de silencio,
una dimensión de números encabritados
expone una ecuación irracional de escaleras absurdas
En la incuestionable noche donde cesan las miradas
mitologías de desarraigo cierran las puertas
Quizás una onda de poesía titile en el núcleo de los destellos)

Íntimo tímido en el columpio de las babas
Asfixia el bostezo que ruge en los coágulos
Embadurna con látex los rincones oscuros de los ángulos
Sigilia con ciclos los arreboles de la fatiga
Con la laringe irritada
grita las indecencias que callas por sedosidad
Melaza de ayeres colgando de los rincones

Y no te preocupes: si ha de acabar, acabará

                        13
De noche, distinto a otro día,
el silencio percibido en los arenales de la palabra
es la orquesta
donde realizan su presencia
la ropa colgada iluminada por el viento
el rocío del pubis de una aceitada sirena
el bosque húmedo de una neblina amanecida
y tal vez seres humanos
muy tranquilos anocheciendo en alcoholes

Aunque de día, de noche prorrumpe la palabra
Siembra sales donde el hastío abusa del día
Y se precipitan cactos por las dunas
para que un cuadrilátero de espinas
sea escenario de lentas y tibias madrugadas marinas
de peces fríos y aves húmedas
de senderos abruptos que cometen suicidios en la playa
y quizás de enamorados tristes que dejan un recuerdo
para olvidarlo en el regreso de los amores fugaces

Yo callo para que hablen las palabras
Para que una casa de tablas sea alcoba de poemas
Aquí se regocijen amantes con la luz de las estrellas
Púrpuras miradas anclen la noche a una bruma de guitarras
Tiempos lentos para intensas bocanadas
El paisaje se ciñe como el desnudo a un vestido
Ritmo de sangre hincha las maderas
A lo lejos, un ligero indicio de alba
seduce al sueño a pronosticar una carestía de soles
para dormir en paz en el brillo de la noche.

                        14
Una mirada insomne filosa como un grito de bisturies
penetra la carne oscura de la noche
Aunque no hay pájaros, y menos cuervos de utilería,
una autorización de antiguos poetas ebrios
me permite una decoración de aves inexistentes en este poblado de lentejuelas

De manera que lechuzas absortas pierden la cabeza
cuando en ángulo picado cae la mirada a establecer sus atalayas
Penetra la luz de las lontananzas habitadas
Penetra tanto que adivina estadísticas de hechos consumados
como el tibio lecho de un amor fresco que recupera sus alientos
como el sabor salobre que un adiós ha dejado en una puerta abierta
como el terror que ciertos niños descifran en las ventanas
como recién muerto es asombrado el compañero de vida
como el vulgo inclemente sacia de vino su sangre ciega
como la belleza de una mujer palpita bajo las sábanas
como todos los habitantes cumplen los ritos y las transgresiones.

Mirada a sí misma entonces
completa el círculo, baja a la recta de las igualdades
y confundida con ojos blandos como la mano de un bendito
se oculta en la fiebre transparente de un poeta imaginario

IO

                        Uno
Si niego es por la esquizofrenia de mis afirmaciones
Si me ves gritando de gozo, dobla la esquina
y revisa los goznes de mis giros
Animal bicéfalo que antes del galope presume su tropiezo
soy en la partida, si hay competidores
Solo, aclamo mis pulsaciones
para que se conjuguen líbido y razón
y en la meta, donde los espejos abren sus reversos
soy un categórico equilibrio de bisagras.

Sí, en el aprendizaje de la magia,
las pócimas degeneran en venenos
las señales de presencia de desvanecen como ululares de trenes
En verdad, si no se toca la última cicatriz del fondo de la herida
un abundante carrusel de obscenidades
extraviaría todas las medidas de los hechiceros

Si  la luz aún flecta su futuro inmisericorde
hay un inicio para una mirada atrás
Se ciñe uno el gesto de puño
y regresa a la fuente del impulso, más fuerte
para entregar mañana las medidas del recuerdo

            Dos
“Prender la luz para ver si está apagada”
Y yo con pirotecnias de predicador frustrado
deslumbrando a un publico incandescente
atrapado en el misterio de la ampolleta de las neveras

Así el absurdo, tan pleno de túnel
tanta tiniebla en el interior del esfuerzo
Uteros epilépticos en un acuario de tiburones
La mascara en la mano, una atroz pupila de sabiduría
Me desnudo en la noche para descontrolar mis controles
me regocijo en este asterisco sin puntuaciones
y supongo que mis uñas crecen con una mugre diferente

No he caído a este tabique iluminado
para consumir las herencias de los desastres
Me he levantado para discernir la arquitectura de mis ondulaciones
Otra caída, menos profunda pero mas peligrosa,
y un azote de absurdos seria mi tumba.

            Tres
Como no puedo saciar mis poros con la sal de los océanos
derramo a los vientos el polvo de mis huesos
humedecido con las gotas agrias de mi saliva
y grito tan poderoso que calmo los truenos

Como no puedo prolongar mis brazos hasta el deseo de mis manos
reviento los nudos de mis articulaciones
y me extiendo como mantel de cartílagos
por todos los esqueletos satisfechos con sus dedos

Como no puedo comprender este cardumen de alientos rotos
profiero obscenidades que espanten la caza
y solo con mi sombra sigo mi camino
cayendo en todas las trampas de los cazadores

            Cuatro
Cuatro cigarrillos me he fumado
para escribir tres estrofas perezosamente solemnes
Me curo del espanto, me pongo serio
cambio mi ánimo como cambio de camisa
y me afirmo como puedo
en algún principio duradero que finalice hoy día

Así soy, me dice un tú asfixiado,
ceniza aún humeante tras el diluvio
remolino al que le fulguran aspas negras
retención, fuga en pausa, paso en ciernes
aventurero de metros cuadrados
un hombre erguido en esta curva de los relojeros

Es el ánimo de cigarrillos
el que proporciona este juego de luces
el que hace lenta la distancia de los vértigos
Otro entonces para equilibrar las sombras.

            Cinco
Yes, Oui, Da, Ya, Sí
Políglota paloblanco
Así entro, buscando el resquicio
cualquier aviso de luces que diga:
è Por aquí, la poesía

Y una vez adentro
que me importa lo que dejo atrás
Aquí me las arreglo
para que algo apenas coherente
impresione a los buscadores de círculos
Cerré la puerta, clausuré las hendijas
Solo, fundiré los diccionarios

De que otra forma
podrían detenerse las ráfagas del día
cómo crecerían las raíces del inicio
cómo ponerle palabras al tiempo
Encierro de toros
domadura de potros
caza de flagelos
Nombres y cadenas
para sintetizar los dominios

No es cosa de gustos
Es un asunto de serias consecuencias
considerando las sinvergüenzura de los calendarios
Es detenerse de vez en cuando
y mirarse las manos.

            Seis
Toda mi irritación
un collar de cebollas y alacranes
Un sudor de besos desesperados
junto a lágrimas de payaso frágil
Un hervidero de salivas agrias
humeando las amargas sonrisas del enmascarado
Sangre seca de manos crispadas
yugulares tensas, nervios crepitantes
en una salvaje contención de gritos

Toda mi rabia
en una razón que ruge en mi semen
Escupitajos de sudores amargos
goteando por las comisuras del rictus
Hambre de posesión en la furia de los oleajes
Gólgota irónico de un Mesías perdido

            Siete
Vuélvete piedra
animal perezoso que ondulas tu distancia
Conoce tu existencia en la respiración de tus hermanos
Entrégate plano al asfalto,
penetrados los ojos en el murmullo de tu cuerpo
Muere en la tarde, renace al amanecer
aunque las resurrecciones sean mitología de cruces

De pronto estalla, y sé vulgar y garabatero
Espanta la lógica del simulacro
Pule el vientre embarazado
depositando las liendres de tu esperanza
en las estrías más profundas,
las que enseñan al hijo los caminos tortuosos

Y otra vez, desaparece como puerta abierta
dando chirridos, dejando resquicios
dejando el filo del grito en las bocas abiertas
dejando un moho de cuerdas en las lenguas sedientas

Vuélvete muro
cobija a los insectívoros de los ladrillos
Perfora la perversión, amplía la grieta
Ríete hasta que se estremezcan los cimientos
No pretendas libertad con los puños bajos
Vuélvete ánimo para fundar los estados

Yo soy el que me hablo
Soy el que me convierto
Soy el viento y la veleta
Y no sé quien soy pues soy el que me hablo

            Ocho
Míralo como azares callejeros
como siembras, como favorito
como el fluir silencioso de los hechos
como otro aspecto de lo inexplicable

Por supuesto, explico poesía
Insisto en el dúo a una voz
Y lo digo pues estoy acalambrado
Medio encogido de tanto flectar
los músculos verbales de mi paciencia

Y puede ser peor
Pueden faltar los tambores
Puede faltar la acústica
que ensordece las dudas del oficio
Puede faltar la fuerza para liberar los animales

Sin embargo, míralo como atardeceres
como reglas impuestas por tu propio juego
como algo fervoroso incrustado en los témpanos
como un intento de desencajar temores
como sea, pero insiste

           
Nueve
Con la premura de las palabras de todos los días
Con el olvido forzado a ciertos compromisos
Con las ganas desganadas de desbocar fogosidades
me comprimo
me desvanezco
me repito
me someto
me alejo en círculos de la concentración de mis poderes

No me conozco y simulo máscaras
Primero lo segundo, metas en la largada
Y sigo, con instinto de profeta ciego
Recopilo días para un almanaque vacío
Y sigo, sin embargo, izando banderas

Hay anchas avenidas en la Tierra
como para permanecer inquieto en calles vacías
Hay suficiente vómito para superar las arcadas
Hay tiempo aún pero también hay esperanzas
Unísonas las distancias para que el paso retumbe

            Diez
No voy a ser sincero
Voy a fatigar diez mil razones
para ocultar el rodeo de mis cansancios
Voy a mentir con cara de espanto

Porque hay una verdad que se adelanta
cuando finjo desfalleciente una sonrisa de acomodo
Que invento tan despiadado
las solitarias máscaras que dan la mano

Qué tantas risas cuando una profunda tristeza
marcha adelante señalando las encías
No es posible tanta historia caida
a un ser diminuto que carece de antepasados

Hay que abrirse, someterse a las corrientes
que relajan las entrañas
Hay que dejarse llevar por los vientos
que modulan las melodías de los senderos

            Once  
O me oprime el mundo o he crecido
pero un encierro oscurece mi yugular
un rayo de rabia, una campana de tristeza
una persistente certeza de estar equivocado
una extraña sensación de coherencia
una pala enterrada, un desdén altanero

No desespero por un optimismo infundado
en aquellos años donde sucedía lo mismo
pero el mundo era ancho y medía mi estatura
No me enmohezco gracias a la asepsia de paladines educados
No me descuelgo de la máquina
por la misma paladina cobardía de poseer bolsillos
Y yo, que me creía medio santo, medio genio,
aquí estoy, reducido a palabras para abrir la puerta

¿Cómo, a pesar de tanta costilla torcida,
se endereza el engaño y se guiña el ojo a la mañana?
Porque aunque la opresión provenga o emerja
no rompo los vidrios, sino que con histeria
de ogresa flatulenta contemplo mis trizaduras
y sonrio breve para no espantar con mis dientes amarillos
Este acto presente es mi puente hacia la noche

            Doce
No creo ser un haragán escéptico
ocurre que ha sido fuerte el golpe
esos golpes que Vallejo da a la vida

Entre el alcohol y la tinta
perdí el instinto de ser feliz
Y casi me pierdo totalmente
si no es por el instinto de ser vivir

Inconforme, inconsistente
inteligente como la sonrisa de un pez
insisto en la violencia de una sorpresa
como un camaleón blanco
atrapado pero seguro de su arco iris

Hay golpes, César, que no duelen
pero te dejan un azote en el alma
Entonces la piel se oculta
tras los bisturíes de la incredulidad
y te pones contemplativo
pero te confunden con un haragán
que no sabe lo que quiere
ni somete su voluntad.

Y además, está la poesía....

            PESIMFILOPOE

Emprendido el camino, no hay vericueto que le dé ojos al destino
Soñamos mil posibilidades y sin embargo la flecha sigue su vuelo
Nunca nos detenemos pues somos fuga de átomos
Y cuando creemos ver nuestra sombra el sol comienza otro día
Velocidad pura dentro de astronautas apesadumbrados
Y aunque sintamos el ardor del fuego somos el resplandor de la llama
Siempre eternos bajo la mirada de las estrellas
Nos agrandamos para colgarle relojes al tiempo
Y sólo somos entes dentro de nuestras propias palabras
Para eso vivimos, para dejar un testamento de gritos
Que en la consumación de los herederos deje el testimonio de seres perdidos.

Y al final del día, cuando se han cerrado todos los espejos
el grito hacia el paso no dado retumba precisamente como tumba
en todas las puertas abiertas que no fueron traspasadas
Aunque la permanencia sea un estado inquebrantable de vigilia
más escapes que corazones duermen en el sueño del testimonio
Por eso es atroz el final del día aun cuando felices
gocemos mañana las solicitudes de los obstáculos

Obsesionados con el vuelo fatuo de los aeroplanos
destruimos con nuestros timones las aves mensajeras
Ni vuelos ni arrastres en el caos de los objetivos
Pasos, no pisadas, quedan detrás de nuestros ruidos
Insistiendo en olvidar la siguiente hora
para que el tic tac no acumule ecos en nuestro vacío

Sin embargo, callamos con la mejor de nuestras sonrisas
o con la peor de nuestras furias
y seguimos esperando un sin embargo pleno de conjunciones.

                        2

Solos, enormemente solos los individuos se hacen únicos
Vemos como caen los pétalos de nuestras compañías
Vemos como crecen las distancias nocturnas
Vamos máximos a un mínimo punto de incerteza
Nos alejamos de las tibias ubres de las vacas ciegas
y en la lejanía se congelan nuestros deseos
Detenidos, plenos de tensión, pero carentes de flechas
nos enfurece el absurdo de imaginar Adanes.

Sin amarras, permanecemos en los puertos
Le tememos al mar aunque aniquilamos las sirenas
y extinguimos con golpe de doctrinas sus monstruos vengativos
Es la desconfianza en los timones, los propios y heredados,
la que enloda nuestros remos y paraliza nuestras velas.
Sólo la esperanza en el azar mantiene en pie los malecones
Sólo el puñal de la desesperanza amenaza los nudos de la inercia
Si hemos de ahogarnos, que sea en las olas de la inquietud
y no en la charca de la resignación
donde desembocan las cloacas del sudor de las manadas.

Transcurrimos pretendiendo una redención de muertos
Saludamos vuestras caras con los sellos de nuestros espejos
Lenguaje de anzuelos, aspavientos de redes
en los días de nuestras palabras, en las noches de nuestros amores
Siempre certero de días y noches
con esperanzas enfermas en la incertidumbre de ahora.

Muchas telarañas de signos podemos colgarles a los rincones
Sin embargo, no somos arañas de rincón
y necesitamos luces precisas para destacar en la luz
para no ser pisados por las avalanchas de la historia
para clavar el puñal cardinal al ombligo del tiempo
Y da rabia, incluso esta sarta de adivinanzas reflexivas
es una pretensión de recuerdos para diluir el olvido
Pero (el gran pero, el hito retorcido de nuevas encrucijadas)
debemos incluir raíces para soportar nuestras calamidades

Cuando digamos: dije, nuevas palabras serán necesarias
para comenzar un nuevo intento de razones:

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Las razones anudadas al flujo de las respiraciones
Porque aún somos descastados divididos sonrojados de nuestra sombra
Inclementes cuando la suma concuerda con nuestros deseos
Fugitivos cuando el deseo es prohibido
Inermes siempre en las noches de los silencios
Las razones cometidas en el asesinato de los obstáculos
Todo sometido al feroz abrazo de los inconclusos

Navegamos en medidas misteriosas
midiendo con la vara de nuestras más preciadas esperanzas
Alli donde acaban las miradas, se monta un pájaro de fuego
para que nos regurgite el polvo de los confines de las estrellas
Somos el intersticio del bostezo de una sombra
y en esta penumbra añoramos un fuego que nos consuma pero nos aclare.

Somos lo que permite el sonido de nuestras voces
y el silencio de nuestras escrituras
Eso somos los obsesionados de búsqueda
El circo corre con sus payasos propios
Somos el disimulo consumado de la máscara
Solos somos en la hora de nuestra vida y nuestra muerte

Definiciones solamente, partidas falsas a metas incógnitas
De pie sólo por motivos de desequilibrio
Resignados, en fin, a una gris concordia de circunstancias
Pares añorando impares
Monedas de caras iguales perdiendo las apuestas
Síncopes del misterio narcotizados por la enormidad del tiempo
Evangelios sin creadores acuñando biblias del desamparo

No somos, solo acompañamos un rescoldo muerto
La resonancia del verbo engaña nuestros tímpanos
El palabrerío se acumula como montañas
ocultando sonidos que de otra manera desvelarían la piel de las momias
Qué tronar de túneles, qué amasijo de luces
en este torbellino de desentrañar estrellas
mientras la cena está servida y el despertador acumula rutinas.