| Málaga ilustrada |
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A finales del siglo XVIII Málaga recobra su vitalidad económica, muy deteriorada hasta entonces. Se activa el comercio y se le concede el libre comercio con América (Real Pragmática de 1778). Años después (1790) se instala en la ciudad la Sociedad Económica de Amigos del País, que realizó una importante labor cultural y acometió notables empresas.
En estos años se acometen obras de mejora en las comunicaciones de la capital con los pueblos del interior, especialmente con Antequera y Vélez-Málaga, gracias a la eficaz gestión del obispo Molina Lario, gran benefactor de la ciudad. También las obras del puerto, muy ralentizadas, fueron favorecidas, terminándose un muelle nuevo y propiciando otras de señalización y protección. Málaga llegó a ser uno de los principales centros comerciales deEspaña por su volumen de comercio con las colonias americanas y la exportación de productos nacionales.
La recuperación de la ciudad sufrió un duro golpe a comienzos del siglo XIX con la epidemia de fiebre amarilla de los años 1803 y 1804, que marcan un nuevo declive en la econornía malacitana, del que no se recuperaría hasta transcurridos tres decenios
