Beby:

Después que nos dejaste, aquel 25 de Marzo de 1990, muchas cosas han sucedido. Hemos hecho muchos esfuerzos para llegar a ser unas buenas personas, y muchas de las cosas que hemos emprendido, ya nos han dado frutos satisfactorios. Sin embargo, aún persiste una tarea difícil: aprender a vivir sin ti.

Es duro recordarte y no querer tenerte cerca. Es duro pensar que cada día que pasa algo de tí se nos olvida. A veces pensamos que podemos detener el tiempo y quedarnos siempre contigo. Pero es imposible, la vida es tan corta, y el tiempo, implacable. Y tenemos tantas cosas que decirte.

Pero se nos ocurrió esta idea: fabricar un espacio donde tú estés siempre disponible, dispuesto a regalarnos hermosos recuerdos tuyos, y donde poder estar un momento junto a ti, meditando acerca de lo que podemos hacer para que estés contento y orgulloso de nosotros.

Porque nosotros sí estamos orgullosos de ti. Si hubiese que cambiarte algo sería que tu vida hubiese sido más larga. Acerca de tu sensibilidad, nada. Porque es el mundo que nosotros construimos el que tiene que aprender a acoger a las personas como tú.

A los que han llegado aquí sin conocerte: quiero que sepan que nosotros tampoco lo conocíamos, ni terminamos aún de conocerlo. Pero estoy seguro que así como Dios lo envió a vivir por un instante entre nosotros, de la misma manera los envió a ustedes a este sitio. Ojalá su vida también sea tocada por él y se transforme.