Una regla clara... Divide y vencerás 

1994 fue importante en la historia tributaria de nuestro país. Se modificaron las antiguas bases impositivas que utilizaba la antigua Ley de Impuesto Sobre La Renta por una base mas consona con la realidad. Antes de esta fecha, la Ley gravaba los enriquecimientos conforme la política salarial (base: Salario mínimo) lo cual es absurdo porque el salario mínimo que además de ser un precio “controlado” nunca se ha podido ajustar con los niveles de inflación, mucho menos a las necesidades presupuestarias de un país.

La creciente inflación que hemos vivido durante los últimos años, ha llevado al ejecutivo a decretar aumentos en materia de sueldos y salarios, (que lejos de mejorar los niveles de vida, empujan la inflación) como era de esperarse, se tuvieron que tomar medidas a fin de adecuar las bases tributarias conforme la realidad económica.

La ley anterior adolecía de fallas en vista que fundamentaba sus tarifas sobre bases saláriales poniendo en detrimento las necesidades fiscales que pueden ser distintas.

En resumen, la política fiscal no camina de la mano con la política salarial.

La unidad tributaria como tal es un valor que permite a la administración tributaria, ajustar los tributos anualmente conforme los requerimientos fiscales una vez que se ha hecho una evaluación de la variación producida por en el Índice de Precios al consumidor (IPC) en el área metropolitana de Caracas del año inmediatamente anterior.