¿Cómo planificar la inversión bursatil?

 

La bolsa es un mercado muy útil tanto para el inversor que busca la máxima rentabilidad como para el que quiere primar la seguridad. Lograr un objetivo u otro depende de la actitud con la que el inversor accede al mercado. Asomarse a las plazas bursátiles con un perfil netamente conservador permitirá encontrar en ellas respuesta a la necesidad de seguridad. Por el contrario, abordaras con una actitud agresiva abre las puertas a conseguir magníficas rentabilidad, pero también expone al inverso a un riesgo considerable.

 

Si tiene un perfil conservador, recuerde une la historia bursátil demuestra que los mercados sufren correcciones cada tres o cuatro años. Si desea protegerse de esos movimientos, debe optar por horizontes de inversión de al menos un lustro.

 

La nueva fiscalidad que se aplica a las plusvalías favorece a los inversores conservadores y con rentas altas. Si mantienen su inversión en bolsa durante más de dos años, las plusvalías tributan a un tipo fijo del 20 por ciento, aunque el resto de sus rentas o patrimonio lo hagan a un

tipo más alto.

 

El ahorrador escasamente proclive al riesgo también puede elegir títulos bursátiles que tradicionalmente ofrezcan una elevada rentabilidad por dividendo. Esta estrategia le aproximará más a la posibilidad de asegurarse una buena retribución y le exigirá menos atención a las oscilaciones en la cotización de sus acciones.

 

Un inversor de este perfil no debe hacer incursiones más allá de las empresas incluidas en el Ibex-35. Suelen ser los más sólidos, los menos proclives a dar sustos a sus accionistas. Recuerde que la composición del Ibex-35 no es fija.

 

*Si tiene un perfil agresivo, probablemente no se creerá el viejo principio que asegura que la bolsa es la inversión más rentable en un horizonte temporal largo. Sabemos que no dará a ese aforismo categoría de catecismo. Su perfil le inclinará a las inversiones a corto plazo, a la selección de

valores especulativos e incluso a la utilización de los instrumentos más modernos del mercado: las opciones y futuros. Si se decide a emplear estos dos últimos instrumentos, tenga al menos dos precauciones: invierta en ellos una mínima parte de su patrimonio y déjese asesorar por un profesional. Recuerde también que las opciones y futuros no son meras herramientas de especulación; en un momento dado, puede utilizarlos también como instrumentos de cobertura contra riesgos.