¿Cómo se calcula y qué significa el Índice de la Bolsa?

 

La Bolsa de valores es un gran mercado, principalmente electrónico y telefónico, en el que se compran y venden acciones, obligaciones, deuda pública y otros títulos apetecidos por los inversores y emitidos por las empresas o por el Estado y otros organismos públicos.

 

Supongamos que un empresario descubre una gran oportunidad de inversión para su empresa y no quiere dedicar todos sus recursos a realizarla. Podría pedir otro préstamo a sus bancos, pero por evitar el peso de los intereses prefiere convidar a los ahorradores a que participen en su capital y sus ganancias. Si ha obtenido beneficios en los años anteriores podrá colocar acciones en el mercado, que pasado un tiempo comenzarán a venderse y comprarse, a precios que se forman libremente.

 

Las acciones o títulos de propiedad de los dueños de cada compañía tienen un precio en Bolsa según las expectativas de beneficio que se formen los inversores y el precio al que crean que podrán revender esas acciones en un futuro. Las acciones de cada compañía cotizada en el mercado tiene su precio peculiar y propio.

 

De hecho, en el mercado español predominan las acciones de bancos, eléctricas, comunicaciones (principalmente la Telefónica) y petróleos (como Repsol). Es una pena que sectores importantes en la economía nacional, como la alimentación y el turismo, estén tan mal representados en el mercado de valores.

 

Pese a que cada compañía tiene su propio valor independiente de todas las demás, es curioso notar que en cierto grado todos los valores de la Bolsa suben y bajan en armonía, como si el conjunto indicara las expectativas de toda la economía productiva española. Los movimientos de este conjunto se miden de forma abreviada por medio de índices, que, por así decirlo, miden la temperatura general del ambiente de negocios del país.

 

La Bolsa de Madrid selecciona 110 valores más importantes, suma sus precios cada día, dando más peso a los de las compañías de más valor, y divide esa suma por la obtenida en un punto de partida, de hecho el 31 de diciembre de 1985. El resultado es el Indice de la Bolsa de Madrid, que ahora se encuentra en 468, si se da valor 100 al mencionado punto de partida. Los valores incluidos van cambiándose a medida que entran y salen de esos selectos 110.

 

Pero en España hay más Bolsas, en Bilbao, Barcelona y Valencia. Otro índice, el IBEX 35, refleja la evolución conjunta de las acciones de las 35 compañías de mayor valor o capitalización de esas Bolsas. Lo interesante del IBEX, cuyo nivel de partida en 1991 fue 3000, es que se puede apostar sobre él arriesgando dinero sobre su cotización futura, comprando y vendiendo opciones y futuros sobre lo que valdrá en unas fechas regulares y recurrentes de liquidación. El IBEX se comporta, pues, como si fuera un título emitido por la Bolsa española, casi como una acción de "España Sociedad Anónima", si se me permite la expresión.

 

Por eso nos ponemos tan contentos cuando vemos subir los índices bursátiles: eso quiere decir que los negocios van bien, porque las condiciones económicas generales permiten augurar pingües beneficios para las compañías.

 

Pero, ojo, lo que sube tiene que bajar.