¡Hola! Éste es mi primer fanfiction, espero que esté bien escrito y os guste. Os ruego que me pongáis en el foro de la página qué os parece y los fallos para que en los próximos capítulos o fanfics lo pueda rectificar. En mi fic, podréis conocer más a fondo la casa Slytherin. Que os divirtáis.

Miss Voldemort

 

¿Y SI EL SOMBRERO HUBIERA DICHO...?

 

CAPÍTULO 1

¿Y SI EL SOMBRERO HUBIERA DICHO...?

 

Harry estrechó la mano de Malfoy.

-       Espero que estemos en la misma casa - dijo éste último- si es Slytherin, claro - y se alejó con sus dos amigos.

-       Todos los magos que se han echado a perder fueron de Slytherin - susurró Ron, a su lado.

-       Vaya, no lo sabía - se sorprendió Harry - espero no estar allí.

Fue entonces cuando se abrieron las puertas dl Gran Comedor. La profesora McGonagall les guió hasta una tarima, donde había una larga mesa llena de profesores, pasando por otras cuatro igual de largas. En la tarima, un taburete con un viejo sombrero les esperaba.

La profesora McGonagall les explicó brevemente que ese sombrero sería el encargado de asignar a cada casa a cada alumno.

Ron, Hermione, Neville (todos Gryffindor), Malfoy, Crabbe, Goyle (Slytherin)... todos sus amigos del tren iban siendo designados a cada casa. Hasta que finalmente:

-       ¡Harry Potter!

Sintiendo que todos le miraban logró sentarse en el asiento y colocarse el sucio sombrero.

-       Mmm... dijo una vocecita en su oreja -. Difícil. Muy difícil. Lleno de valor, lo veo. Tampoco la mente es mala. Hay talento, oh, sí. Y muchas ganas de probarse a sí mismo. Entonces, ¿dónde te pongo?

Harry pensó: <<en Slytherin no... en Slytherin no...>>

-       En Slytherin no, ¿eh? Podrías ser muy grande, ¿sabes? Lo tienes todo en tu cabeza y Slytherin te ayudaría en el camino a la grandeza, ¿verdad?

Harry dudaba, no sabía qué pensar.

-       Sí, creo que sí. Tu sitio está en... ¡SLYTHERIN!

A Harry le dieron ganas de comerse el sombrero. Diciéndose a sí mismo <<mierda, mierda...>> anduvo hacia la mesa de Slytherin. Pero al llegar comprendió... que Slytherin no estaba tan mal como lo pintaban. La calurosa bienvenida por parte de todos, además de tener ya tres amigos y... ¡Rediez!

-       Oye, Draco - llamó Harry dándole con el codo - ¿quién es?

-       Oh, "ella". Es mi prima. ¿No te has fijado? La han seleccionado poco antes que tú. Se llama Seoane. Tranquilo, si te gusta yo no te la voy a quitar - dijo con aires. A Harry se la cayó una gota por la cabeza - es mi prima, ya te he dicho. Pero hasta yo reconozco que está bastante bien... - y se volvió hacia su budín.

Era estupenda. Pelo muy negro, muy liso, ojos claros y verdes, figura envidiable... todas las chicas la miraban de reojo, muertas de envidia. Pansy Parkinson estaba a su lado, como un perro faldero, chismorreando.

-       Límpiate, tío, que se te cae la baba - observó Draco.

-       Qué dices... - se defendió Harry. Pero no dejó de mirarla de vez en cuando en toda la noche.

Se lo estaba pasando realmente bien. Una vez su mirada se posó en Ron. ¡Se había olvidado! Era muy majo. A su vez, Ron apartó la mirada de Hermione, con la que estaba charlando, y miró a Harry, el cual sonrió. La sorpresa fue cuando Ron hizo un gesto de asco y continuó hablando con su amiga. Claro, él estaba en Slytherin (cerdo partidista).

Harry se desilusionó. Pero la ira iba creciendo, y creciendo... Entonces recordó que sus amigos de verdad estaban ahí: enfrente y a su lado, Draco, Crabbe, Goyle, y... ella. Ya tendría tiempo de conocerla.

 

*  *  *  *  *

 

-       Eeh... ¡hola! Harry..., ¿verdad? - Harry dio un salto. Los de primer año de Slytherin se dirigían guiados por un prefecto a los dormitorios. Una voz dulce, femenina le hablaba -. Me alegro de conocerte. Soy Seoane.

A Harry por poco le da un yuyu de los fuertes.

-       Ho... hola Seoane. Te... he visto en el banquete. Draco me ha dicho que... que eres su prima.

-       ¡Oh! si, lo soy. Ya hablé con él. Le caes bien. Igual tito Lucius está mosqueado con todo ese rollo de tú y Voldemort... No, no me da cosa decirlo, ¡no creo que me vaya a matar por nombrarle! - se apresuró a decir al ver la cara de asombro de Harry -. Bueno, sólo quería saludarte. Draco tiene razón. Eres simpático... espero que seamos amigos.

-       ¡Claro! Dijo Harry contento - nos vemos en las clases. Seoane le sonrió.

 

En la habitación ya todos los equipajes estaban en su sitio, y los chicos no tuvieron más que cambiarse e irse a dormir. Todos durmieron plácidamente, y Harry como el que más. El día había sido duro. Pero no iba a ser nada comparado con el día siguiente.

 

CAPÍTULO 2

LAS PRIMERAS CLASES

 

Todos se levantaron de muy buen humor y con ganas de empezar las nuevas clases. La primera toma de contacto con el resto del colegio fue la hora del desayuno, bastante muy abundante. La primera clase que impartían ese día era la de encantamientos, con el profesor Flitwick.

          Fue divertido, en esa materia no tuvieron que tomar casi apuntes, y la mayor parte del tiempo practicaron el hechizo Wingardium Leviosa, que hacía levitar los objetos. Pero algo faltaba en la mente de Harry, y era que ella no estaba.

-       Ha ido a la enfermería - dijo Draco cuando le preguntó - demasiado pudding.

Harry y los demás slytherins odiaban que Hermione Granger fuera tan marisabidilla. No dejaba contestar a los demás nunca. En toda la mañana consiguió 5 puntos para Gryffindor.

          Las clases siguientes no fueron tan divertidas ni estimulantes como la primera, con la excepción de Herbología: exprimir bulbos resultaba gratificante.

          Al terminar la mañana se fueron al Gran Comedor para saborear la jugosa comida. Seoane ya había llegado. Al parecer, había pasado toda la mañana en la enfermería pero ya estaba bien.

-       ¿Qué toca a la tarde? - preguntó Harry.

-       Pociones dobles con los Gryffindor. Dos horas - respondió Draco - genial, Snape siempre favorece a Slytherin.

-       Estupendo, te voy a decir lo que vamos a hacer para...

Draco se sonrió.

-       Tío, eres lo peor.

-       Ya - dijo Harry orgulloso de su plan.

 

*  *  *  *  *

 

Rápidamente llegaron las 4:00 y los Slytherins y Gryffindors se dirigieron a las mazmorras. Tuvieron que esperar unos 5 minutos antes de que llegara el profesor, el cual apareció como quien quiere partir una puerta, y empezó rápidamente su discurso sobre la asignatura.

-       Vosotros estáis aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones - comenzó. Hablaba casi susurrando, pero se le entendía todo. Lograba mantener a la clase sin ningún esfuerzo en silencio -. Habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita. No espero que lleguéis a entender la belleza de un caldero hirviendo, el delicado poder de los líquidos deslizándose por vuestras venas, hechizando la mente, engañando los sentidos. Puedo enseñaros cómo embotellar la fama, hasta detener la muerte... si sois algo más que los alcornoques a los que habitualmente enseño.

Hermione Granger se desesperaba en su silla, impaciente por demostrar que ella no era nada de eso.

-       ¡Weasley! ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo? - gritó de pronto Snape.

Ron puso tal cara de idiota que Draco y Harry se tuvieron que agachar debajo del pupitre para poder reírse a gusto. La mano de Hermione se agitó entonces.

-       Bien, bien - dijo Snape - ¿Nadie lo sabe? A ver, tú.

<< Ya está la pesada de Hermione ganando puntos >> pensó Harry con amargura.

-       Asfódelo y ajenjo producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos en vida, profesor.

          ¡Era Seoane! No sabía que era... como... ¿Hermione?

-       Excelente, 5 puntos para Slytherin - dijo Snape "sonriendo". Le tendría pelota para todo el curso.

-       Genial, Seoane, ¡has ganado ahora lo que Granger en toda la mañana! - la felicitó su primo - pero no te hagas como Hermione - la chica le dio un calmante.

-       Eres MEJOR  que Granger.

<< ¿Qué dices, Harry? >> se dijo a sí mismo << ¿Quieres que lo descubra? >>. Seoane sonrió.

 

 

Draco guiñó un ojo a Harry. Había llegado el momento de la venganza contra Ron. Toda la clase estaba haciendo una poción engordante. Cuando Snape se volvió para ridiculizar a un Gryffindor, Seoane le susurró a Harry unas palabras al oído. Inmediatamente, Harry se deslizó hasta debajo del caldero de Ron, sin que éste se diera cuenta. Puso su varita justo debajo del caldero y murmuró las palabras de Seoane. Rápidamente, volvió a su sitio mientras la poción se desparramaba por las caras y los cuerpos de Ron y Hermione.

Empezaron a engordar y engordar, se pusieron tan tan gordos que no llegaron a caber por la puerta y tuvo que ir Neville a avisar a la Srta. Pomfrey. Pero lo mejor de todo fue:

-       ¡Weasley, niño inútil! - dijo Snape, cuando la enfermera ya los curó -. ¡Un mínimo error puede hacer que la poción explote! Le serán sustraídos 5 puntos a Gryffindor por su error y consecuencias catastróficas.

No cabe decir que Harry, Draco y Seoane estaban por los suelos, sin  poder respirar de la risa que les había entrado.

-    ¿Visteis el papo de Hermione? ¡Ja ja ja! - rió Seoane.

-       Habría dado lo que fuera por una cámara... creo que necesitaría objetivo panorámico - dijo Harry. Los 3 rieron a carcajadas.

-       El plan se ha llevado a cabo con éxito, y de premio los 5 puntos menos para Gryffindor - dijo Draco con tono perverso, mofándose.

-       Venga, vamos a hacer la tarea que así tenemos tiempo libre después de la cena - dijo Seoane severa -. Que responsable soy.

Se dirigieron a la Biblioteca. Había un cartel en la puerta que decía:

 

BAILE DE HALLOWEEN

 

Por conmemorar los 50 años que el director Albus Dumbledore lleva en dirección, se ha organizado una fiesta en su honor el día 31 de octubre, Halloween, con baile, músicos y cena. Todos los alumnos deberán llevar túnica de gala para la ocasión.

Co-Directora

Minerva McGonagall

 

-       ¡Genial! Tantas cosas buenas en un mismo día no dan para la capacidad de procesación de mi cerebro - dijo Draco, siempre tranquilo.

-       No digas chorradas - dijo Seoane -, y búscate pareja. Me pregunto con quién iré yo... igual alguien me pide ¡pero sólo de Slytherin!

-       Ven conmigo. No quiero ir con Pansy. Seguro que me obliga.

-       Ni lo sueñes primito. Irás con Pansy. Vamos, ella lo está deseando...

Draco dio un codazo a Harry. Éste le pisó.

-       Venga, vamos dentro - dijo Seoane.

 
 

CAPÍTULO 3

EL BANQUETE DE HALLOWEEN

 

-    Venga, tío, pregúntale ahora - susurró Draco.

-    Vale... vale... - dijo Harry, rojo -. Esto... ¿Seoane?

-       ¿Sí, Harry? - dijo ésta distraídamente, sin dejar de mirar sus apuntes. Estaban todos en el Gran Comedor haciendo deberes una mañana de sábado.

-    Me, me preguntaba si podrías ir conmigo en el baile de Halloween.

          Seoane se detuvo. Miró al frente. Miró a Harry.

-       Estaba esperando que me lo dijeras. Eres el único decente que me lo ha pedido - unos chicos de Hufflepuff la oyeron y agacharon la cabeza. A Seoane no le importó -. Ya le he dado calabazas a... muchos - dijo finalmente.

-       Guai - no podía esperar a mañana - Nos veremos en la sala común.

 

*  *  *  *  *

 

-       Tío, te tendrían que haber fichado para un anuncio de Tomate Orlando. Como tomate, claro - dijo Draco cuando salieron del Gran Comedor.

-       Qué va.

-       Cuate, aquí hay tomate!!! - dijo Draco descojonán... riéndose mucho.

 

*  *  *  *  *  *

 

-       ¡Esos asquerosos sangre sucia! - dijo Draco mientras entraba en la sala común.

-       ¿Qué pasa, Draco? - preguntó Harry, que estaba leyendo.

-       Ron Weasley y Hermione Granger me han acorralado cuando salía del váter - explicó airadamente -. La sabelotodo esa, me ha echado una maldición mientras Weasley le sujetaba.

-       ¿Cuál? Te veo perfectamente.

-       La maldición Yiumus. Todo mi cuerpo se ha vuelto como de mantequilla. Me desplomé en el suelo, sin dominar mi cuerpo. ¡Como si no tuviera huesos! ¡Kuso!.

-       Que piii de piii. Es un piii cobarde y la piii esa de Granger... lo van a pagar. ¿Cómo nos vengamos?

-       Un duelo. Pero no de magos. A puñetazo limpio - solucionó Draco -. La noche después del baile, la noche del día 1 al 2.

-       Me parece perfecto - pero yo soy más poca cosa que Ron.

-       Si quieres, lucho yo con él - se ofreció Draco -. Tengo ganas de romperle la cara por lo que me hizo.

-       No, déjamelo a mí, por favor. A lo mejor Seoane me puede enseñar un hechizo o una poción para hacerme más fuerte... - pensó Harry en voz alta.

-       No hará falta que te lo enseñe, porque yo también voy - susurró una voz a sus espaldas-. Lo de Granger y yo ya es personal.

-       ¿Y eso? - inquirió Draco.

-       ¿Sabéis la mañana que falté a clase? Ella fue al baño, yo estaba utilizándolo... y me restregó por la cara que había ganado 5 puntos para Gryffindor - explicó la guapa chica -. Pues yo me cabreé, y le pegué un bofetón y volví a la enfermería. No sin antes, ella echarme un maleficio para vomitar... de no haber sido por eso, habría asistido a clase antes.

-       Vaya, ¿por qué no nos lo contaste? - preguntó su primo.

-       No le di importancia. Snape es amigo de la familia, y sabía que le iba a ganar, en 2 horas lo que ella había conseguido en toda la mañana - de repente dio un brinco -. ¡Me tengo que preparar para el baile! LLuego os veo, chicos - y desapareció por las escaleras de los dormitorios.

          << Eso, eso... con lo guapa que es... voy a ser la envidia de Ron. Tengo la mejor pareja del colegio >> pensó Harry.

          Draco y él, por no saber qué hacer, se pusieron a hablar y a reírse de Ron, su familia, etc... Pasó hasta una hora, y Draco reaccionó.

-       Venga Harry, vamos a cambiarnos ya, y a empolvarnos la nariz - se fueron riéndose.

 

*  *  *  *  *

 

          Cuando bajaron, Pansy Parkinson cogió inmediatamente del brazo a Draco y se lo llevó fuera. Draco miró a su amigo, implorando ayuda, pero Harry no le miraba a él, precisamente. Miraba la belleza que tenía delante.

          Seoane estaba más maravillosa que de costumbre, que ya es decir. Su túnica parecía estar hecha de hilo de plata, que relucía cada vez que una luz directa daba en uno de sus pliegues. En el cuello llevaba una gargantilla de plata auténtica, y unos pendientes largos y finos, plateados hasta los hombros, asomaban por entre el pelo negro, con mechones ondulados combinándose con lisos. Apenas iba maquillada, con rimel negro y una fina raya negra con perfilador, ligeramente pintados en el párpado con gris-plateado, que apenas se vislumbraba, a no ser que te acercaras.

          << Rediez, qué guapa >> pensó harry, pero las dos últimas palabras le salieron con sonido.

          Seoane sonrió. Nerviosamente, la verdad.

-       Gracias, Harry - dijo -. Tú vas estupendo, también.

-       ¿Yo? - la verdad era que Harry había pedido en la tienda la mejor y más bonita túnica de gala de todas, verde de terciopelo - bueno, gracias. ¿Bajamos?

-       Si, está a punto de empezar.

Ambos bajaron al Gran Comedor. Inmediatamente, vieron al pobre Draco aburridísimo en un asiento. Rápidamente, se sentaron con él.

-       Qué bien que hayáis venido. No me aburría tanto desde la fiesta de mi madre con la crême de la crême de mi barrio.

-       ¡Uuuh! - dijo una voz burlona a sus espaldas-. Ell bonito Draco tomando el té con su mamá. ¿Asustado, Malfoy? Mira que si te hacemos lo de la otra vez, no lo cuentas.

-       Cierra tu sucia bocaza, Weasley - dijo Draco con desprecio -. Además, ¿tú qué sabes de tomar el té, si en tu casa bebéis agua de la charca?

Harry y Seoane se rieron con ganas.

-       Con vosotros tres queríamos hablar, Weasley, Longbottom y Granger - continuó Draco, en el mismo tono -. Os retamos a una pelea: con las manos, Granger - Hermione le dirigió la mirada más amenazadora que tenía: labios fruncidos y ojos achicados.

-       Aceptamos la propuesta: en el ático. Esta noche no, la próxima - dijo Weasley.

-       Eso os íbamos a proponer. Y ahora iros, que ensuciáis el ambiente.

          Ron se dio media vuelta. Hermione lo mismo, pero sacudiendo su roñoso pelo, y Longbottom les siguió dando saltitos, como un asqueroso perro faldero.

-       Igual no van - dijo Seoane.

-       Irán - dijo Draco -. A no ser que quieran ser lla rechifla del colegio.

          En ese momento Dumbledore se puso en pie y soltó su discurso: Que si gracias, que si tal, que si cual... hasta que al final dio las gracias y se sentó

-   ¡Uuuf! Que rollista! - dijo Harry - venga... venga... - ¡Floup! Apareció la comida. Él y Draco casi se tiran a por ella. Escuchar a la gente da hambre.

Seoane se sirvió delicadamente.

-       Ha estado muy bien lo que le dijiste a Weasley - elogió Harry -. Muy inspirado.

-       Ya - dijo Draco con altivez -, esas cosas me salen de dentro.

          Seoane resopló. Los dos la miraron. Estaba observando algo. Los dos amigos miraron justo donde miraba ella. Ron Weasley acababa de descubrirse la capa que llevaba encima. Qué horror.

          En verdad, daba bastante pena. Su túnica era de color rosa-salmón. Los cuellos, las mangas y los bajos eran de puntillas del mismo color. Estaba muy remendada y la mesa de Slytherin estalló en carcajadas al verla.

-       Tío, yo si era Weasley venía desnudo antes de venir con "eso" - dijo Draco con serios problemas respiratorios.

 

*  *  *  *  *

 

Fue una noche muy divertida (por Ron) y redonda (para Harry) ya que bailó varias veces con Seoane.

-       ¡Uf! Qué cansado estoy - dijo Harry, mientras se sentaba junto a Draco.

-       Lo estarás tú - dijo Draco - porque yo no me jalo una rosca.

-       Pues ésa te mira mucho - advirtió Harry.

-       "Ésa" es de segundo año.

-       ¡Y qué, tío! - se acercó Harry a la chica (bastante guapa) -. Hola, que dice Draco que a ver si quieres bailar con él (Draco miraba hacia el lado opuesto, tapándose la parte de atrás de la cabeza, como escondiéndose).

-       Vale - repuso la chica, que era tan alta como DDraco, a pesar de su edad.

-       "Gracias, cupido" - susurró Draco mientras se dirigía a la pista de baile.

          Harry se había quedado solo. << ¿Y ahora qué hago? ¿Dónde está Seoane? >> pensó. Recorrió la mirada por toda la sala, pero no la encontró. Salió fuera pensando que tal vez estaría allí. Y lo estaba. Pero hablando con... ¡Ron! Harry se enfadó, pero aun con las ganas que tenía de partirle la nariz a Ron, se quedó en su sitio, espiándoles. De repente, Ron cogió y se fue, al parecer al lavabo. Seoane agachó la cabeza, pero enseguida la levantó y se dirigió al Gran Comedor. Harry la interceptó.

 

 

CAPÍTULO 4

UNIÓN DE FUERZAS

 

-       ¿Qué quería? - dijo con voz fría.

-       Hola, Harry - dijo Seoane -. No te lo vas a creer, pero me ha... pedido perdón.

-       ¿Y a ti por qué? ¡¡Si él a ti no te ha hecho nada!! Sólo Granger.

-       Por Granger, precisamente. Se ve que ella es demasidado orgullosa como para hacerlo.

-       Vale, pero ¿porqué se ha ido? con la cabeza gacha...

-       ¡Es que... bueno... eeh... pues que se me ha... declarado! - susurró.

-       ¿¿Qué?? - gritó Harry - << ¡Justo ahora que le iba a pedir salir! >> pensó.

-       Tranquilo - dijo Seoane mientras entraban en el comedor - me da grima.

-       Esto... bueno, yo te iba a decir una cosa... y es que...

-       ¡¡¡TROOOL, EN LAS MAZMORRAS!!! ¡¡¡HAY UN TROL EN LAS MAZMORRAS!!! - berreó el profesor Quirrel, entrando corriendo en el comedor, y gritando a los cuatro vientos. Todo el mundo calló -. Ya lo he dicho... - dijo Quirrel en voz baja, y se desplomó.

Todo el mundo se puso a gritar, a correr de un lado para otro.

-       ¡¡¡Sileeeeeeencio!!! - gritó Dumbledore - Ahora, los prefectos conducirán a los miembros de sus casas a las salas comunes. Los profesores me acompañarán a las mazmorras.

Todos salieron. Harry y Drago se encontraron y siguieron con los Slytherins.

-       ¿Y Seoane? ¿Dónde está? - cayó Harry entonces.

-       Deja, ya estará con alguna amiga - dijo Drago sin importancia alguna.

 

*  *  *  *  *

 

          Seoane corría. De repente vio la gran sombra del trol asomarse. Rápidamente, se escondió en un recodo de la pared tras una columna. Sabía que el trol iba a los lavabos, y que Ron estaba allí. Era la única que lo sabía ¿no?. Pues no.

-       ¡Ay! - susurró una voz - ¿Qué haces tú aquí? - dijo Hermione.

-       Pues he venido a ayudar a Ron - dijo Seoane con mucho desprecio - creía que era la única que lo sabía.

-       ¡Yo también! Pero  ya que estamos aquí, venga, vamos.

-       No creas, que no me hace ninguna gracia.

          Se oyó gritar a Ron. El trol ya había llegado a los lavabos. Las dos chicas apretaron a correr, y cuando llegaron, el trol lo destrozaba todo. Ron estaba escondido bajo un lavabo. << ¡Seoane! >> pensó.

-       Venga, Granger. Si sabes realizar decentemente un encantamiento aturdidor, vamos a lanzárselo.

-       Sé hacerlo, venga - respondió Hermione, con desprecio, también.

-       ¡IMPEDIMENTA! - gritaron al unísono. Dos rayos de luz dieron de lleno en el trol, que cayó al suelo desmayado. En ese momento llegaron McGonagall, Snape y Quirrel.

-       Dios mío - dijo McGonagall - ya podéis ir dándome una explicación de esto.

-       Verá profesora, esto... - empezó Hermione.

-       Weasley estaba en el lavabo y... ella y yo nos dirigíamos al de las chicas. Entonces le oímos gritar. No dio tiempo da avisar a alguno de ustedes. Si no, el trol lo habría matado.

-       Muy bien, señorita Malfoy - dijo Snape - Aunque debo decir que tuvieron mucha suerte, han hecho un excelente servicio al colegio. 10 puntos para Slytherin, y otros 10 para Gryffindor - dijo entre dientes - pero 5 puntos menos para Gryffindor porque Weasley no estaba con sus restantes compañeros de casa cuando debía estarlo. Suerte que lo salvaron - y se fue.

Vale, sí, fue injusto... pero ya sabéis cómo es Snape. ;)
 

 

CAPÍTULO 5

QUIDDITCH (I)

 

          Harry estaba bastante quemado por aquello de que Seoane ayudara a Ron. Y NO lo disimulaba.

-       ¡Socorro, Draco, ayúdame! - dijo Harry con voz asustada cuando se le cayó un tenedor.

-       Vale, Harry - dijo Seoane - y come algo.

-       No tengo hambre - dijo éste con un suspiro.

-       ¡Come! Hoy necesitarás fuerzas para ganar a Gryffindor.

[El que Harry sea buscador del equipo de quidditch de Slytherin tiene su explicación. Todo empezó un día, en clase de vuelo...]

 

FLASHBACK

 

          La profesora Hooch había llevado al "patoso" de Neville a la enfermería después del accidentado vuelo que había sufrido. Fue entonces cuando Draco cogió la recordadora de Longbottom.

-       ¡Je! ¿Visteis su cara? Si ese zoquete hubiera aterrizado sobre esto, lo habría aplastado con su gran culo - se mofó Draco.

-       Trae aquí eso, Malfoy - dijo Ron en un tono cortante.

-       ¡No! Lo esconderé en algún sitio para que Longbottom la busque. ¿Qué tal en el...?- dijo Draco, pero enseguida le interrumpió Hermione, que con un brusco movimiento arrancó el collar de plata de Seoane y se lo dio a Ron.

-       Serás... ¡ese collar es un regalo! - dijo Seoane, angustiada.

Ron se alejaba volando con él. Rojo de rabia, Harry se elevó con su escoba hasta donde él estaba.

-       Ya me estás dando ese collar, Weasley, o te tiro de esa escoba.

-       ¡Noo, por favor! - dijo Ron con voz sarcástica - no has volado en tu miserable vida, Potter. No me interesa esa recordadora. Lo que me interesa, es que a ti te dolería mucho que el collar de tu novia se rompiera, ¿no?

-       No es mi novia, y como le hagas algo al collar, te mato, ¿me oyes?

-       No permitas que se dañe, ¡cógelo! - y lo lanzó con una fuerza increíble.

Harry se lanzó en un vuelo rapidísimo a por él. El collar iba cayendo, y, tras un peligroso vuelo en picado, recuperó la horizontal poco antes de que el collar cayera al lago. Harry aterrizó próximo a la puerta principal, la cual se abrió y apareció Snape, muy complacido. Éste convenció al director para que dejara que Harry, a pesar de su edad, jugara al quidditch, y así empezó todo.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

-       Eh, Harry, tengo una idea cobarde y ruin para que castiguen a Weasley.

-       Cuenta, cuenta, Draco - dijo el aludido con mucho interés.

-       ¿Y si avisamos a Filch con una nota anónima de que alguien va a andar esta noche por el ático? Si los pilla (que lo hará) les castigarán para los próximos seis meses! jajajajaaa!!!

-       Muy rastrero - susurró Harry sobrecogido - ¡de acuerdo!.

Seoane les dirigió una mirada de desaprobación.

-       Muy bonito, primo - suspiró.

-       Bah - respondió Draco - Nosotros nos vamos ya, Harry. Creo que tu también deberías ir. Vamos a pillar un buen sitio en las gradas.

-       Voy yendo con vosotros.

Harry entró en los vestuarios con el resto del equipo. Llevaba en su mano la estupenda escoba Nimbus 2000, la cual le había cedido el colegio.

-       Potter - le dijo Marcus Flint, el capitán - comprenderás que hoy tenemos que ganar. Aplasta a Johnson - el hermano pequeño de Angelina, que iba a segundo, jugaba de buscador.

-       No te preocupes, Marcus - lo tranquilizó Harry (aunque no sabía cómo porque no podía ni tranquilizarse a sí mismo - estoy mejor entrenado que él.

-       Eso espero - respondió, preocupado -  tenemos que empezar con buen pie la temporada.

          Entonces todo el equipo se dirigió con paso firme al campo, donde les aguardaba el equipo de Gryffindor y la señora Hooch. Un chaval de color de Gryffindor, Lee Jordan comentaba el encuentro.

-       Os recuerdo que quiero un partido limpio y sin problemas, por parte de todos - parecía dirigirse más bien a Marcus Flint -. Montad en las escobas.

El silbato pitó e inmediatamente las quince escobas se levantaron del suelo.

-    Bienvenidos al segundo partido de quidditch de la temporada. Como sabéis, el primer encuentro fue entre Hufflepuff y Ravenclaw. De modo que Gryffindor y Slytherin tienen que ganar este partido para asegurarse el mejor puesto en la clasificación. Va a ser un partido muy reñido. Y ahí va, Angelina Johnson tiene el quaffle no, Slytherin ha cogido el quaffle, Flint se dirige hacia la portería contraria... pero no... es interceptado por Katie Bell, de Gryffindor... se le acerca Pucey, de Slytherin... ¡dale una patada en los huevos, Katie!

-       ¡JORDAN! - la profesora McGonagall lo vigilaba.

-       Lo siento, profesora -  se disculpó - Adrian Pucey cogiendo velocidad hacia los postes de gol, pero lo bloquea otra bludger, enviada por Fred Weasley... ¡buena jugada!, y Johnson otra vez en posesión del quaffle, el campo libre y allá va, realmente vuela, evita una bludger, los postes de gol están ahí... vamos, ahora Angelina... el guardián Bletchley se lanza... no llega... ¡GOL DE GRYFFINDOR!

          Harry ya estaba mucho más relajado. Eso era lo que le gustaba: volar. Dio unas volteretas en el aire para relajarse más y aflojar tensión, y volvió toda su concentración a la búsqueda de la snitch. El pequeño Johnson, iba pegado a él, muy atento a todos sus movimientos. En varias ocasiones casi una bludger le come la cabeza, pero de lo que sí podía estar orgulloso el equipo de Slytherin, era de sus golpeadores. Cogieron la bludger y le dieron en toda la nuca a George Weasley, que se dio con su propio bate del impulso y se hizo una brecha. El otro golpeador se la tiró a Wood, y se cayó de la escoba. Suerte (¿o no?) que se agarró al poste, y a duras penas pudo volver a montar.

-       ¡Basta! ¡Penalti para Gryffindor por ambas agresiones contra sus jugadores! ¡Dije que quería juego limpio!

-       Calla, foca - dijo Harry. Suerte que no le oyó.

-    Entonces penalti para Gryffindor, Bell se pone en posición de ataque, tira... será difícil de interceptar para un portero tan mediocre como Perks - abucheos de los hinchas de Slytherin - ¡SÍ! ¡GOL DE GRYFFINDOR!.

          Harry oyó la burla contra su compañero de equipo claramente. Sin bajar la guardia por si aparecía la snitch, se dirigió donde Jordan, le escupió, y volvió a su puesto. McGonagall estaba hablando con Binns, así que no se dio cuenta. Ron le gritó algo, Harry se dio la vuelta, le dedicó un señor corte de manga y se volvió a tornar. El mar color verde esmeralda le aplaudía. Harry se sentía más tranquilo, le apoyaban.

          Pero entonces lo vio: un rayo de luz, como una maldición, salía de la punta de la varita de una sombra en un borde del campo, se dirigía sin remedio hacia él. Harry se quedó petrificado, y la maldición le dio de lleno, y su vista se nubló. Sintió que caía desde 50 metros hacia el duro suelo. Caía, y nadie llegó a tiempo para impedir lo peor. La gente gritaba, y Harry lo sabía: iba a morir. De una caída así no se salva nadie...

 

continuará....

 

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