Remembering

 

Capítulo 2: He is lost inside

No podía dejar de mirar por la ventana. Quería partirme en dos. Quería ir con mis papas pero también quería quedarme en Shibuya por que aquí estaba todo lo que quería y conocía. En la otra ciudad no sabía que iba a encontrar. Papá de dijo que me sentara derecho por que sino me podría dar dolor de espalda además la policía nos podía multar por mi irresponsabilidad. Con el carro pasamos por muchos lugares, el parque donde conocí a mamá, la estación del tren donde conocí a Takuya, Izumi, Jumpei y Tomoki, el hospital donde vi a mi hermano, el colegio donde había asistido siempre a clases y me sentía cómodo en él.

Si seguía pensando todas esas cosas me pondría más triste de lo que ya estaba, no quería llorar en frente de mi papá, mis ojos ya estaban demasiado hinchados. De un momento a otro me moría de sueño, era normal ya que me había pasado toda la noche despierto con Kouichi, a decir verdad no había dormido debidamente en las últimas semanas deseando que no llegara este día. La luz me entraba por la ventana de los asientos de a tras y no me dejaba dormir, tuve que cambiarme de asiento y recostar mi cabeza contra la puerta. El viaje era sumamente incómodo, especialmente por que llevaba conmigo algunas de mis cosas que no habían entrado en el camión como mi guitarra eléctrica, dos cajas con libros, mi maleta de colegio y otra maleta con mis juegos de video aparte de una casaca por si me hacía frío más adelante pero eso no era todo lo que había en el carro. Muy aparte de mis cosas teníamos la cristalería fina de mi mamá, no había querido mandarla en el camión por temor a que le pudiera pasar algo. Los libros de mi papá nos dejaban casi sin espacio si queríamos descansar.

Hacía tiempo no nos mudábamos, ya le había perdido la costumbre a eso y ahora se me hacía más pesado que antes. No recordaba que tuviéramos tantas cosas, creo que a mis papas se les había pasado un poco la mano con las compras últimamente. Habremos recorrido la carretera más o menos cuatro horas que fue el tiempo necesario para que papá sintiera hambre y buscara un lugar para comer. Yo no quería comer, solo quería dormir debidamente, quería cerrar mis ojos por más de diez minutos. Bajamos a comer a un restaurante que tenía cuartos para dormir, le pedí a mi papá por favor que nos quedáramos un día por lo menos para descansar pero no podíamos perder tiempo, teníamos que llegar para recibir al camión de la mudanza en la otra ciudad. Lo único que conseguí fue quedarnos un par de horas para dormir algo en una cama algo dura pero por lo menos más cómoda que el sillón apretujado del carro.

Una vez más subimos al carro, yo seguía cansado, tenía más ojeras que un mapache y el dormir solo había hecho que mi cuerpo quisiera descansar más. Durante el viaje me vino un sentimiento de angustia, no sabía de que podría ser… me habría olvidado de algo en la antigua casa… me había olvidado de despedirme de alguien importante? Traté de retomar mi sueño cerrando mis ojos por enésima vez, me dolía el estómago, sentía ganas de arrojar. Papá paro el carro pero según él eso era imposible por que no había comido nada desde la mañana, mi comida debía estar digerida para estas horas. Tenía razón, lo único que arrojé fue bilis… me sentía mal.

Papá seguía conduciendo preguntándome a cada rato si me sentía mejor. Tenía las manos sudorosas, mi frente estaba fría al igual que el resto de mi cuerpo, me sentía hiperventilado. Después sentía como si no hubiera aire en el carro a pesar que afuera hacía frío. Mis mejillas estaban rojas, mamá me vio.

“parece que tienes fiebre” – ella trato de bajarme la fiebre con lo que tenía a la mano que no era mucho la verdad, lo único frío que había eran sus cristales así que cada cierto tiempo me ponía uno en la frente. La verdad había encontrado un mal tiempo para enfermarme.

Papá quería entrar a algún pueblo a buscar algún tipo de pastilla para mí pero no encontraba ninguna salida en la carretera, para rematar la situación había comenzado a llover, parecía que estuviéramos en medio de un diluvio. Me picaban los ojos, me los froté solo un instante para aliviarlos pero algo me decía que había algo malo. Algo me decía que debíamos habernos quedado en el restaurante a pasar la noche.

“Papá, puedes parar el carro un momento? Creo que quiero arrojar otra vez” – mi papá me miro por el espejo retrovisor para evaluar mi estado, luego se empezó a hacer un lado de la carretera pero no paraba, tampoco diminuía la velocidad. No me aguante más y a tiempo logré abrir la ventana para sacar mi cabeza. – “Gracias de todas formas” – solo lo dije para fastidiarlo un rato, creo que comenzaba a calmarme un poco.

“Salta del carro, tu también Tomoko” – al parecer no le había agradado mi comentario pero aún así Tomoko no había dicho nada de malo para querer bajarla del carro y mucho menos a saltar del carro en pleno movimiento.

“Estas loco? Como le pides eso a tu hijo?”

“Salten! No puedo frenar el carro, creo que se me vaciaron los frenos. Aún puedo manejarlo para que no se choque pero más adelante hay curvas, este carro se estrellara más adelante!” – me asuste por lo que decía papá. Si esto era un broma entonces era de muy mal gusto.

“Si salto no quiero saltar solo. Tu también salta del carro papá!”

“No puedo, alguien tiene que seguir conduciendo el carro para que los demás salten. Salten de una vez!”

“Pero… no saltaremos sin ti. Saltemos a la vez, todos juntos…” – el carro perdía cada vez más el control, la última frenada había sido casi catastrófica. Todas las cajas se me habían venido encima y no me las podía quitar.

“Ayudame… me chancan las cajas!” – Tomoko se volteo para ayudarme pero por la posición no podía hacer gran cosa. Tuve que serenarme lo más que pude para salir de la situación, aún seguíamos con el carro desbocado.

“Salten de una vez los dos!”

“No puedo! Mi cinturón de seguridad esta atorado!” – ahora Tomoko estaba en problemas. Traté de llegar hasta el cinturón de seguridad pero estaba enredado con su chompa y algunas lanas que llevaba. Intente hacer llegar mi cabeza para cortar la lana aunque sea con los dientes pero las benditas cajas no me dejaban pasar. Di una rápida mirada el cinturón de papá también estaba enredado con las lanas y habían pedazos de algunos cristales en su mano.

“Papá, tu cinturón también esta atorado…” – Me estiré lo más que pude intentando coger algún pedazo de cristal pero las frenadas cada vez más seguidas del carro alejaban esos pedazos más de mí.

“Salta de una vez Kouji!”

“No voy a saltar sin ustedes! No quiero saltar solo!” – mi papá se estaba poniendo histérico.

“Saltaremos contigo pero salta!”

“Como van a saltar si están atorados en los asientos!” – la pista estaba resbalosa, demasiado para mi gusto, afuera estaba todo mojado, por la ventana veía charcos gigantescos. Miraba a mi papá para intentar hacerlo recapacitar y encontrar alguna solución, ya no prestaba atención a los sonidos chirriantes que hacían las llantas tratando de frenar, tampoco escuchaba los intentos de Tomoko por salir del atoro, tampoco quería hacerle caso a los gritos que me daba mi papá insistiendo a que saltara… solo sentí una corriente de aire en mi espalda y un brazo que me empujaba afuera del carro. Caía del carro… la caja de los demás cristales caía conmigo… Era chistoso pensar ahora que mamá había querido traer con nosotros sus cristales para protegerlos del viaje… en el camión hubieran ido más seguros…

Caí, pero sentía que mi cabeza caía más al fondo, como a un vacío infinito. Sentía que mi cuerpo caía también conmigo, sentía algo húmedo… debía ser el agua, sentía que rodaba como si fuera una llanta… sentí un sonido fuerte como de una explosión más allá pero me parecía extraño no saber de que era, por que era, quienes estaban ahí? Como sabía que había gente? Esto era un sueño, una simple pesadilla que a cada momento se hacía más vívida… mis ojos se cerraban poco a poco… sentía como si no hubiese dormido en años… solo me preocupaba algo… pero no sabía que… no quería recordar nada…

TBC

 

Cap 1 // Cap 3 // Cap 4 // Cap 5

Home // Author // Fanfiction // Links