Capítulo 1: You deserved it or not?
A veces uno quiere muchas cosas y la mayoría de ellas al ser inalcanzables nos hacen perder las ganas de obtenerlas. Yo desde que lo conocí no le pude quitar los ojos de encima. Noche tras noche pensando en él e imaginándome diversas situaciones en las que cruzábamos más de dos palabras para que al día siguiente, cuando lo veía la única palabra coherente que salía de mi boca era: “…”
Eso definitivamente no es una palabra, solo es un silencio. Yo en mi casa si bien podía reconocer que era torpe para ciertas cosas no eran tan sonsa. Mis notas no eran malas y al contrario estaban entre las mejores del salón a si a veces pareciera que estaba en la luna… aunque la mayoría de veces si lo estaba. El estar distraída en clase era por supuesto culpa de él. Se quedaba dormido y yo no encontraba mejor manera de perder el tiempo que contemplarlo hasta que sonara la campana de término de clases.
Mi pasatiempo favorito en estos casos era ver como Horio trataba de despertarlo… la cara que ponía iluminaba mis mejillas… no cabía duda que lo mejor era verlo dormir. Quien pensaría que esa cara que parecía de ángel escondía a una persona totalmente ajena a mí. El nunca pareció mostrar interés en mí a pesar que me paraba en frente de él esperando algún tipo de comentario que me diera alguna luz que por lo menos me consideraba su amiga pero creo que desperdicie mucho tiempo.
Era común para mí después de cada día de clases ir con Tomoka a ver los partidos de práctica que dirigía mi abuela. Nunca le habría podido coger interés al tenis si no fuese por él ya que mi abuela por un buen tiempo estuvo presionándome para que practicara con ella.
Pero mi abuela no entendía que lo que a mi me faltaba era algo más que una practica intensiva… necesitaba talento por que sino podría hacer el ridículo delante de él. Varias veces practiqué pero siempre pasaba él por ahí o el resto del equipo y obviamente mis movimientos de muñeca eran desastrosos… arrancaba más de una risa a alguno a pesar que se esmeraban por reírse entre dientes… aún así yo los oía… para estas cosas tengo un súper oído.
Entonces como se dan cuenta hasta ahora mi vida giraba alrededor de él pero ahora ya no sé si siga interesada en eso… Lo mejor que podía hacer era despejar mi mente y serenarme… vaya que lo quería… era un fastidio pero era mió. Me fui a una feria donde vendían varias cosas curiosas… Le pedí a Tomoka que me acompañara pero por cuidar a sus hermanos tuvo que dejarme ir sola.
La feria estaba repleta de gente pero no logré ver a nadie conocido… Caminé de puesto en puesto mirando una serie de artículos a la venta. Habían cosas muy bonitas… vi un prendedor que combinaba a la perfección con mi chompa rosada y un par de adornos para la cabeza que quedarían muy bien con una chompa negra que mi abuela recientemente me había comprado…
Si le doy un punto extra a favor de esta feria fue que logró sacármelo de la cabeza por más de dos horas y eso para mí era algo más que un milagro. Pero a medida que caminaba podía escuchar algunos rumores de la gente que venía en dirección opuesta a la mía. La gente hablaba de una adivina… alguien que no solo veía tu futuro sino que daba consejos acertados a las personas sobre diferentes problemas pero su especialidad eran los líos amorosos.
Cuando llegue al lugar de donde salía toda la gente me encontré con una gran cola. Todos había llegado ahí por algún amigo que les paso el dato y la mayoría contaba soluciones asombrosas a sus problemas.
Bueno si la adivina era tan buena entonces valía la pena esperar un rato más para ver que me podía decir… Mientras tanto me puse a jugar con algunas cosas que cargaba en mi maleta especiales para estos casos de aburrimiento extremo como una lima de uñas… mi mamá siempre decía que era importante que las uñas estuvieran limpias en especial que ya estaba comenzando a crecer. Pero en mi maleta también tenía algunos dulces, la revista que me había prestado Tomoka donde decía ella que había un conjunto que era perfecto para mí… pero con lo que me entretenía más era mi agenda.
Mi agenda para mí era especial. No solo tenía a la fecha todas las cosas que tenía que hacer, también me hacía las veces de diario. Era una agenda algo seria para una chica de mi edad pero eso no me importaba mucho por que yo me había ideado la manera de decorarla…. Para los partidos de tenis no solo iba a mirarlo a él… también había conocido a una reportera que estaba a cargo de tomarles las fotos a todos pero lo que nadie sabia es que ella, Tomoka y yo nos habíamos hecho buenas amigas… y cada vez que había un partido siempre nos alcanzaba las fotos que nosotras queríamos… en mi agenda estaba pegada mi colección de fotos… era algo así como un álbum de él… admito que este pasatiempo es un tanto enfermo pero no encuentro una mejor manera en que desperdiciar mi tiempo.
Una vez más subí a mi nube tratando de no sentir tanto la cola que parecía que nunca avanzaba… Estaba tan embelesada que no prestaba atención a nada y a nadie. No noté cuando la cola avanzo de la nada sino hasta que lo oí a lo lejos…
-“No creo en ninguna de las cosas que dice…”
-“Créeme niño… las gitanas hacemos esto y nunca fallamos!” - la adivina salió como persiguiéndolo hasta la puerta de su cabaña mientras le gritaba a un Ryoma que estaba cada vez más lejos de ella y cada vez más cerca de mí – “Si no me creer allá tu pero sino me pagas te las verás conmigo… ya verás!”
-“Mada mada dane!” – he ignoró a la gitana. Continuó su camino hasta que por fin después de siglos se dio cuenta de mi presencia en la cola de espera. – “No me digas que tu crees en estas tonterías?”
-“Etto… Ryoma kun, no deberías fastidiar a la gitana… obachan dice que esas maldiciones son de temer”
-“No pasa nada, no creo en esas cosas y tu tampoco deberías hacerlo, serías una tonta si lo hicieras” – no le pude decir nada por que se fue. No permitía que nadie me dijera tonta y mucho menos él. Si quería llamar su atención pero no por ser tonta o torpe o por gritar como una loca… quería hacerlo bien.
Sentí algo de cólera al pensar el motivo por el cual me había hablado… prácticamente lo había hecho para decirme tonta… pero quien se creía él para decirme eso si fue él mismo quien llego primero a ese lugar y quien sabría desde hace cuanto tiempo habría estado haciendo la cola para entrar?
Que baboso! El resto de la cola me la pase haciendo hígado por su culpa. Estaba empezando a tener dudas si en verdad me interesaba tanto. O sea… que ganaría yo con alguien como él? Es lindo pero me considera tonta. Es inteligente pero es arrogante también y la mayoría de las veces no parece tener respeto por nadie. Tiene cosas graciosas como sus frases pero también suele ser fastidioso y buscar problemas donde no los hay.
Yo quería un chico que me quisiera por quien yo era. Un chico que supiera darme mi lugar y no tratarme como un banco o ser su blanco de burlas o de risas… no era un payaso por más que a veces cometiera torpezas y me viera envuelta en situaciones embarazosas…
-“EL siguiente…” – una mano me empujo hacia adentro de la cabaña. L lugar era algo oscuro pero después de unos pasos uno podía ver un ambiente posterior bien iluminado. La gitana estaba sentada en el suelo en medio de cojines… el aroma del lugar era penetrante… podía detectar varias fragancias de inciensos pero lo que había en cantidad eran las velas. Miles de velas por todo ese ambiente. Velas colgadas, en el piso, en mesitas, en cajones. Velas grandes, medianas, pequeñas, flaquitas, gordas, de varias capas, en frascos, con colores o monocromas… era un ambiente en medio de todo bastante acogedor… - “Te vas a sentar o vas a hacer tu consulta parada?”
-“Eh..” – me senté exactamente al frente de ella – “Yo…”- pero antes de decirle algo la noté tensa… sus manos no paraban de hacer sonidos contra la superficie donde iba a poner las cartas… - “Se siente mal señora?” – la gitana clavó sus ojos en mí y sentí como miraba más allá de lo simple… era una mirada penetrante que me desconcertó.
-“Tu eres una persona más sencilla de leer… aunque tienes tus complicaciones… hay un chico por ahí que tienes en la mira y sientes que no te hace caso… verdad?” – la gente no mentía, esta adivina era en verdad fabulosa! – “Pero gracias por preocuparte por mí, no me siento mal… quizá aun estoy un poco enojada por el mocoso de hace rato” – cuando hablaba de mocoso no debía ser otro más que…
-“Ryoma kun?”
-“Lo conoces!”
-“Si… él es el chico en el que estaba pensado… no sé lo que siento por él”
-“Es normal estar confundida por ese enano… es un baboso! Si fuera mi hijo hace rato le habría dado un par de coscorrones para que aprendiera a comportarse!” – si que estaba enojada con él… que habría hecho esta vez Ryoma para enojar de esa manera a la adivina?
-“Discúlpelo… él no es de aquí y sus costumbres son un tanto extrañas… estoy segura que no fue su intención…” – no sabía por que insistía en defenderlo después de todo lo que había pensado de él esperando la cola… si que era una niñita tonta.
-“Bueno… por la manera como se portó no creo que no haya sabido lo que hacía… pero aún así le daré el beneficio de la duda. Bien niña… dime que es lo que quieres?” – la adivina cambio su cara y me dio una gran sonrisa.
-“Bueno… yo… quisiera que me hiciera caso… trató de llamar su atención pero él siempre tiene cosas más importantes que yo…”
-“Ya veo… algo así me imaginaba que podía pasarte… pero niña tengo la solución perfecta para ti!” – solución perfecta? – “La adivina parecía entusiasmada por mí caso y de un brinco se paro y corrió hacia un estante donde empezó a rebuscar uno de sus cajones. No sabía que era lo que estaba buscando tan desesperadamente, tampoco sabía si daría resultado pero si las cosas funcionaban tal como ella adivinaba entonces todo saldría bien.
Al cabo de un rato y después de mucho desordenar la mujer pareció encontrar lo que buscaba, lo escondió en su puño y regresó a su asiento. Tenía una sonrisa un tanto extraña en la cara… no me dio miedo pero si presentí que quizá no era una buena idea…
-“Mira niña… lo primero que tienes que saber es que esto es efectivo y una vez hecho no hay vuelta atrás. Estas dispuesta?” – para la advertencia que me hacía tenía que ser algo muy serio…
-“Por que no hay vuelta atrás?” – pregunté con curiosidad
-“Verás… este chico no sabe apreciar lo que tiene enfrente además que no tiene modales, lo que vas a hacer es un pequeño hechizo que sin duda le hará darse cuenta de su error. No será nada malo a no ser que él mismo lo piense pero esas cosas nunca suceden así que despreocúpate” – rió como para tratar de hacerme olvidar lo que había dicho – “Mira, este es un hechizo al que yo llamo ‘el que la hace la paga’. Tu te acercas a hablarle y si el no se da cuenta de ti entonces recibirá un pequeño escarmiento… algo como cuando alguien le niega el caramelo a un niño”
-“O sea que si le hablo y me ignora se cancelaran sus practicas de tenis por ejemplo?”
-“Algo así!” – no era nada malo entonces…
-“Pero y eso en que me beneficiara a mí? Que se pierda algo por mí culpa hará que me odie! Yo no quiero eso, yo quiero que me presté atención!”
-“Si, lo sé pero es así como funciona. Tu le puedes dar el castigo como… ‘si tu no me haces caso te ira mal’ entiendes?”
-“Pero eso no es como forzarlo al miedo?”
-“Si, en parte pero los hombres niña necesitan a alguien a su lado que les adviertan las cosas y los peligros… todos son unos niños y no sé dan cuenta… vas a ver que después de unas tres o cuatro advertencias bien puestas va a hacerte más caso que a su propia madre!” – eso sonaba interesante… me prestaría atención y mi palabra sería ley… ya no pensaría que soy tonta…
-“Que es lo que tengo que hacer?”
-“Solo repite después de mí…”
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Ahora iba al colegio a probar el hechizo. Durante la noche tuve cierto cargo de conciencia por hacer eso… no estaba segura ahora de lo que había hecho y quizá debí haberme alejado de ese lugar pero como me lo advirtió la gitana al principio… ‘No hay vuelta atrás’
Traté de olvidarme de esas cosas y pensar en que nada podría resultar mal. Solo era para que me prestara atención… no podía suceder nada malo y todo se podía controlar con una simple palabra… la situación en ningún momento se podía salir de control por que yo tenía la sartén por el mango…
-“Hola Sakuno!”
-“Hola Tomo chan!”
-“Hoy luces contenta… sucedió algo ayer?”
-“Pues no…” – mentí… no me gustaba ocultarle nada a mi amiga pero la adivina me había advertido también que mientras menos personas supieran de esto sería mejor. Las dos seguimos caminando hasta el salón comentando las tareas y los exámenes que nos tacaban más tarde.
Cuando entre al salón él no había llegado así que me senté en mi carpeta a esperarlo pacientemente como hacía todos los días desde que lo vi entrar al colegio. La clase empezó y él no llegó… que le habría pasado? Pero Ryoma no apareció sino hasta la segunda hora de clases, justo antes que entrara el profesor.
-“Ryoma kun… donde estabas?”
-“Hola” – me saludó… y sin la necesidad de probar el hechizo! – “Que te pasa?”
-“No, nada es que…”
-“Espero que la adivina no te haya lavado la cabeza… estas rara… estas hablando más que de costumbre” – acomodó sus libros y se sentó como concluyendo nuestra conversación… Se que hice mal y como dijo la adivina debí advertirle lo que le venía pero esta vez y solo por esta vez se la quise cobrar…
Cerré mis ojos y pensé en algo… unas horas de detención no le harían nada mal… o mejor aún… una tarea inconclusa… no… no podía hacerle eso… que lo tuviera en mis manos no significaba que podía abusar de él de esa manera…
-“Ryusaki…” – voltee para ver por que me llamaba Ryoma – “Hoy estas demasiado rara… siéntate que el profesor ya entró” – todos prorrumpieron en risas y yo me sentía apenada y sin perder más tiempo me senté
La clase transcurrió tan igual como siempre. Ryoma dormido, Horio tratando de despertarlo, yo mirando toda la escena al igual que la mayoría de chicas del salón hasta que el profesor se dio cuenta y de un grito lo despertó.
-“Echizen! Vaya al baño y lávese la cara para que este más despierto!”
-“Uis” – con toda la paciencia que lo caracterizaba se puso de pie y paso por mi asiento… miré sus zapatos… tenías la agujetas sueltas…
-“Ryoma kun… amárrate los zapatos o sino te puedes caer…”
-“Cuando llegué al baño…” – alcanzó a decirme mientras cruzaba el marco de la puerta. Todos automáticamente trataron de volver a prestar atención a la clase que iba a reanudarse cuando de pronto sonó como algo fuerte. Nadie perdió tiempo y todos corrimos hacia la puerta para ver lo que había pasado…
Ryoma estaba tirado en el piso sobándose la cabeza. A pesar que la caída parecía haber sido bastante brusca su apariencia daba risa. Parecía una araña negra despanzurrada sobre el piso blanco…
-“No se burlen chicos… Estas bien Echizen?” – le pregunto el profesor conforme avanzaba hacia él para ayudarlo a pararse.
-“Estoy bien… solo me duele un poco el pie… creo que fue solo un golpe fuerte…”
-“Lo puedes mover?” – Ryoma intentó mover el pie y lo hizo solo que con algo de molestia en su casa… al parecer le dolía mucho solo que no quería hacerlo notar a nadie, lo conocía bien… - “Señorita Ryusaki puede ayudar a su compañero a ir a la enfermería?”
-“Hai!” – acompañe a Ryoma. Puse su brazo por encima de mi hombro, en este caso no me importaba que me usara de bastón… después de todo no había tenido el tino como para medir mis palabras… de alguna forma medio extraña y difícil de explicar yo había sido la culpable de esa caída. – “Te duele mucho Ryoma kun?”
-“No es nada…” – apenas hablaba… no lo iba a obligar en este momento a hacerlo pero si me hubiera gustado unas palabras de agradecimiento forzado por lo menos…
-“Etto… puedo hacerte una pregunta Ryoma kun?” – no me dijo nada pero su silencio a veces solía responder mejor que sus propias palabras – “Que te paso ayer con la adivina? Cuando entré seguía molesta contigo”
-“le dije que era una charlatana… me dijo cosas que no eran. Además yo no creo en esas cosas…”
-“Y si no crees por que entraste?” – se quedó callado
-“No lo sé muy bien… algo me jaló hacia adentro…” – me hubiera gustado seguir interrogándolo más pero ya habíamos llegado. Conforme la enfermera lo revisaba a un lado yo me ponía a reflexionar… sin casi notarlo había conversado con él… no había sido un simple hola y un chau… había sido una oración con uso de verbos y de más de tres palabras… era sorprendente.
Quizá el pretexto de toda esta conversación había sido su caída gracias al hechizo de la gitana pero el resto había sido mió… en ningún momento dije nada estúpido, ni balbucee o me quedé callada… todo había sido muy natural… como si no hubiese hecho ningún hechizo…
Después de un rato salió la enfermera a escribir un papel a su escritorio mientras Ryoma se movía detrás de las cortinas… no me había dado cuenta que se había tenido que desvestir un poco… lo supe por que cuando salió se estaba abotonando la camisa blanca. Ya podía mover bien su pie aunque aún se le notaba algo de dolor en la cara pero sus ojos… estaban medio rojos… le habría dolido tanto que se le habían caído algunas cuantas lágrimas? O sería mi imaginación.
Ryoma se frotó los ojos y se sentó a mi lado a esperar a que la doctora dijera algo.
-“Bien… solo ha sido una caída fuerte pero ahora esta vendado y le he echado un ungüento… el ardor de los ojos se te quitara dentro de un rato pero sería bueno que te lavaras la cara. Niña… tu trata que no haga mucho esfuerzo a la hora de caminar y recuérdale que no debe hacer ningún tipo de deportes por lo menos en lo que resta de la semana… hasta que se le baje la hinchazón al menos.”
Comprendí a la perfección lo que se me había encomendado y juntos regresamos al salón no sin antes hacer una pequeña parada en los baños… mientras lo esperaba a salir no podía creer que lo tenía a mi cargo… era raro y difícil de creer… Tomoka al menos no me creería…
TBC…