"El que busca a Dios, ya lo ha encontrado". G.Green

"Donde hay Fe, hay Amor; donde hay Amor, hay Paz; donde hay Paz, está Dios; y donde está Dios, no falta nada".

"Oh vosotros, que andáis a la busca de Dios; no es menester que le busquéis, porque Dios es vosotros". Sufi

"El desaliento es un serio impacto en nuestras vidas, pues nos anula, nos hace perder tiempo; y siendo como es, esencialmente una falta de confianza, nos aleja de Dios". Quoist

"Si te viene la idea de que es falso todo lo que pensabas sobre Dios y que no hay Dios, no te asustes. Si ya no crees en el Dios en que creías antes... es porque debes comprender mejor eso que llamas Dios. Si un salvaje cesa de creer en su dios de madera, eso no quiere decir que no hay Dios... sino que el verdadero Dios no es de madera". Tolstoï

"Piedra es si ama a una piedra; hombre si ama al hombre; y si ama a Dios... no me atrevo a decir nada más, porque si os dijera que es Dios, acaso me lapidaríais". San Agustín

"Es engañarse mucho el buscar a Dios muy lejos, sin recordar que está ahí a nuestro lado en nuestras molestias diarias, mientras suframos humilde y valerosamente todas las que surgen de las múltiples imperfecciones de nosotros y nuestros semejantes". Fenelon

"¿Dónde está el amante cuando se ha manifestado el amado? En ninguna parte y en todas. Su individualidad ha sido trascendida, y en la cámara nupcial de la Unidad, celebra Dios las bodas místicas del alma".

"Oh LORD... take my mind and thoughts and let me be in true with you!"

"El alma es un misterio. Dios nos ha dado la tristeza para que conozcamos la alegría y el odio para que apreciemos el amor".

"Dios nos oculta las cosas poniéndolas cerca de nosotros".

"Se diviniza a un objeto cuando se deja de sentir a Dios".

 

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DIOS EN TODAS PARTES

Ver a Dios en todas partes, en todo lugar, en toda circunstancia, es la llave de oro que abre las puertas de la felicidad, en este y en todos los mundos posibles.

No se diga que Dios es incognoscible. Porque aunque sea cierto, quien lo busca con el ojo interno, con el ojo del espíritu, con el ojo sencillo -al decir del Cristo-, Le percibirá de la misma manera que

experimenta la luz refulgente del sol. Quienes buscan a Dios en espíritu y Verdad, Le encontrarán en todas las formas de vida existentes en este plano de armonías y desarmonías, de luces y sombras.

Ciertamente, para muchos resulta harto difícil sentir la presencia de Dios en todas las gentes, en todas las cosas. Porque la mayoría de las personas se enredan en la telaraña de las formas; se dejan cautivar por las apariencias. Cuando nos fijamos en la envoltura, perdernos de vista a Dios. Lo exterior, ofusca y desorienta. Con los ojos cerrados o apaciblemente abiertos, tratamos de ver a Dios en el eje de todos los seres, de todos los objetos. Dios vive en esencia en el centro de su mundo. Porque este mundo es Dios, y cuanto vibra y palpita en él es un reflejo de Su omnipresencia.

Es preciso vivenciar este mensaje que Dios mismo derrama en nosotros. Luego de asimiladas mentalmente, las enseñanzas han de ser vividas. Quien no lo hace, pierde lastimosamente su tiempo. De nada vale aprenderlas de memoria, repetirlas en reuniones y conferencias. De nada vale repetir palabras en un vano intento de demostrar erudición sagrada. Lo que no se experimenta íntimamente, pierde todo valor trascendental, se convierte en cáscara, en cosa vacía. Vivamos prácticamente, valerosamente, sin temor alguno las instrucciones de Maestros y Escrituras.

No importa lo que diga, ni nada significan los gestos tontos de la gente tonta frente a lo que no comprende ni puede asimilar debido a un escaso nivel de evolución.

Cuando comamos nuestro alimento, veamos a Dios en él; cuando bebamos un vaso de agua, percibamos a Dios en el precioso líquido; cuando aspiramos el aire, pensemos que estamos aspirando la infinita vida de Dios. Entonces se realizará un verdadero milagro: nunca nos abatirán las calamidades y nuestro derrotero será un deslizarse generoso, pleno de amor y felicidad, una vida que refleja la propia existencia del Creador.