¿Qué ésta en una mala época? Pues bien, estamos aquí para hacerla mejor. . . Th.Carlyle

Jugar limpio significa, ante todo, no culpar a los demás de nuestros errores. . . Eric Moffer

Quien se anda fijando en los errores ajenos... de seguro no quiere reconocer los propios. . . G. Rocha

Si tiene una buena excusa, ¡Deséchela!. . . Emerson

Nada nos engrandece más que un gran dolor. . . Musset

Esta es la fuente de todo sufrimiento humano: considerar permanente lo que por esencia es pasajero. . . A. De Mello

Los demás nunca te exigirán... más de lo que les has prometido. . . G. Rocha

Debes hacer a toda costa lo justo; debes dejar de hacer lo injusto, sin importarte lo que el ignorante piense o diga. . . Krishnamurti

La Bondad es un lenguaje que el sordo puede oír y el ciego puede ver. . . Mark Twain.

 

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¡Que cosa maravillosa es la confianza! Poder confiar en alguien sin la más mínima sospecha de engaño. Ojalá pudiera darse siempre con aquellos a quienes amamos.

Pero, desgraciadamente, en toda relación de confianza puede estar presente la posibilidad de una traición. La esposa puede engañar a su esposo, el esposo puede serle infiel; los socios y los amigos pueden hacernos trampas.

Hay promesas no se cumplen; palabras que se van con el viento y la confianza entonces se transforma en deslealtad.

Únicamente podemos ser traicionados en las relaciones más íntimas, en aquellas en que es posible la confianza. La traición absoluta se da cuando la confianza es también absoluta; nos pueden traicionar los hermanos, los amantes, los cónyuges, no los enemigos o los desconocidos. Cuanto más profundos sean el amor y la lealtad, el grado de cercanía y de compromiso con el otro, mayor será el engaño.

Dicen que la confianza alberga en sí la semilla de la traición, que la confianza y la posibilidad de la traición aparecen en el mundo al mismo tiempo; que cuando una relación se basa en la confianza, el riesgo de la traición siempre está latente. Y que la traición, como alternativa en nuestra vida, pertenece a la confianza, como la duda a la fe. ¡Que hermoso sería revertir esta opinión! Que pudiéramos ser siempre tan leales como para que la confianza no fuera nunca traicionada, que aquellos que nos conocen y nos aman pudieran esperar siempre de nosotros lo mejor, nunca una trampa, nunca una deslealtad.

Pero vivir o amar sólo cuando podemos confiar, cuando existen la seguridad y la contención, cuando estamos seguros de que nadie nos lastimará ni decepcionará, cuando lo que se promete se convierte en un compromiso de por vida, implica ser ajeno a todo mal y eso es, en estos tiempos, desgraciadamente, vivir una bella fantasía... ¡Tratemos de hacerla Realidad!