La risa es el medidor más confiable de la naturaleza humana. F. Dostoïewsky

Jamás un pesimista descubrió los secretos de las estrellas o navegó hasta una tierra inexplorada o abrió un nuevo horizonte al espíritu humano. Hellen Keller

Ríe mucho. Un buen sentido del humor cura casi todas las enfermedades de la vida.

Siempre he pensado que el humor es la forma suprema de la bondad.

Vive al minuto y toma lo mejor que cada minuto te ofrezca.

Ahora que estoy muriendo, solo me arrepiento de no haberme reído más en la vida...

Todos tenemos ideas estúpidas, sepamos reírnos de ellas.

Los grandes maestros son inmortalmente risueños. El buen reír educa y forma el gusto. (Sarmiento)

No hay día más perdido que aquel en que no hemos reído. (Chamfort)

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En estos tiempos difíciles solemos olvidarnos de recurrir al poder curativo del humor y de la risa. Esto no significa necesariamente que podamos convertir en una comedia las circunstancias penosas de la vida; significa permanecer abiertos y flexibles, buscar nuevas perspectivas.

La palabra humor deriva del latín humere; tener humor es ser fluido como los humores del cuerpo, como la sangre o el agua. El humor nos permite reencuadrar las situaciones agobiantes bajo una luz positiva y, dando un paso al costado, situarlas en el contexto más amplio de las enseñanzas y las oportunidades.

Los antiguos griegos enviaban a sus enfermos, para curarse, a una "casa de comediantes" y los monarcas tenían siempre sus bufones. Las conmociones y el estrés liberan una hormona que inhibe la reproducción de los glóbulos blancos, con lo cual el sistema inmunitario se torna inoperante. Si nos damos cuenta de que nuestros pensamientos y emociones determinan en gran medida nuestro bienestar y salud, podemos apreciar el cambio gozoso que la risa y el humor son capaces de provocar.

La risa activa la musculatura, hace vibrar al cuerpo íntegro, acelera el ritmo cardíaco aumentando la circulación de la sangre y mejora la respiración al incrementar la entrada de oxígeno. Todo esto se parece a las reacciones que producen en el organismo una clase de gimnasia. Por lo tanto, la risa es una especie de aerobismo interno.

Cuando terminamos re reírnos, el sistema nervioso libera endorfinas que nos dejan un estado de relajación que alivia toda tensión emocional.

Un niño se ríe continuamente. ¿Cuánto nos reímos los adultos? Se nos ha enseñado erróneamente a sacrificar expresiones de alegría en aras de la seriedad adulta.

La concepción humorística de la vida no es innata, hay que saber desarrollarla, hay que trabajar para conseguirla, pero vale la pena intentarlo.

El humor nos acerca a lo que realmente somos, a la simplicidad, la alegría, el optimismo.

Tenemos que recordar que el estrés no es un suceso concreto sino la reacción ante un suceso, y aprender a soltarnos, a desprendernos de lo que ayer funcionó pero hoy no funciona, a dejar los apegos. Sobre todo a ser amables y pacientes con nosotros mismos, a tener en cuenta el alma que compone nuestra esencia, la liviandad angélica de nuestro ser y a entregarnos a los innumerables momentos de alegría, júbilo o éxtasis en los que el humor nos da alas para volar. La Biblia nos dice que un corazón alegre actúa como un médico. Kant escribió que la risa produce una sensación de salud mediante el estímulo de los procesos físicos vitales. Y para Freud el regocijo era un medio utilísimo para contrarrestar la tensión nerviosa, mal de nuestra época al que podemos combatir tan fácilmente...