Cambiando yo, cambiaría el mundo ... Sólo si intentas cambiar, podrás hacer un mundo mejor. R. Kipling

Nada es tan peligroso como un buen consejo acompañado de un mal ejemplo". Mme. de Sablé

A cada uno de nosotros se nos da una porción de tiempo para que lo usemos como queramos. Lo aprovechamos o lo desperdiciamos a nuestro gusto, pero no podemos recuperar un solo día.

Vive la vida de tal manera que todo el que tome contacto contigo sea fortalecido; que todo el que te bendiga sea bendecido; que todo el que te dé amor, dinero o servicio, sea próspero; y que si alguien tratase de perjudicarte, que toque tu fe en Dios y sea transformado. Que prosperes en salud y bien, así como tu alma prospera.

Comprendo que un hombre pueda mirar la tierra y sentirse ateo, pero no comprendo cómo puede mirar los cielos y decir que no hay Dios. Lincoln

Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo amor, nada soy. San Pablo, Corintios 2,13

El amor es un acto de fe; quien tenga poca fe también dará poco amor. Erich Fromm

Alégrate si amas, porque eres más semejante a Dios que los otros.

Nada fortifica tanto las almas como el silencio; que es como una oración íntima en que ofrecemos a Dios nuestras tristezas. J.Benavente

En lo espiritual, es más sabio quien siente y no sabe, que quien sabe y no siente. Ramatis

Sólo hay un alma, alma universal y que es el espíritu de Dios, es decir: el Amor. El espacio, el aire, el océano, la tierra, los animales, las plantas, los astros, los perfumes, todo esto es el amor que ha tomado todas esas formas. Sakia Muni

Rezar no es pedir; es una aspiración del alma. M.Gandhi

 

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¿QUE ES UN ATEO?

Para comenzar, es preciso definir qué es un ateo. Se acostumbra llamar ateo a quien dice no creer en Dios. Sin embargo, conozco a muchos que niegan la existencia de Dios, pero viven como el mejor de los creyentes. Existen efectivamente "santos ateos", verdaderos modelos para muchos "mentores espirituales". Y también existen personas que se dicen religiosas, perdidas en la mentira y el egoísmo.

Dios es ajeno a los "religiosos" de apariencia y de conveniencia que, usando ese nombre, explotan la credulidad de las personas simples y necesitadas de vida espiritual.

Cuando alguien es ateo, lo es en relación a un determinado "Dios", concebido por mentalidades primitivas. A veces se es ateo por insatisfacción. A medida que se alcanza mayor grado de conciencia, las nociones más primitivas de la divinidad van quedando atrás. Las nociones más altas, mas liberadoras y grandiosas, sólo son alcanzadas por quienes viven en el amor universal.

Hay ateos por arrogante ignorancia.

Entre los estudiantes encontramos frecuentemente un ateísmo nacido de la semiciencia y alimentado por la vanidad intelectual. Después de cortar un pedazo cualquiera de cadáver sin haber encontrado a Dios entre los tejidos muertos, el académico orgulloso se dice ateo.

Lo mismo hicieron los astronautas soviéticos que no lo encontraron en su viaje espacial. Son vanidosas caricaturas de científicos, que niegan la falsa imagen de Dios que les fuera propuesta por una inmadura educación religiosa. Años más tarde, cuando madurado por experiencias personales

que le abrieran el horizonte mental, el ex estudiante, ahora cirujano, al cerrar la incisión después de haber cortado carnes, seccionado nervios, extirpado pedazos o injertado otros, enmendado arterias o drenado órganos, es un creyente. Cree en la capacidad de la auto restauración orgánica. Tiene fe en los principios y energías inteligentes que actuarán para perfeccionar su trabajo. Tiene fe en algo. Es un creyente. Concluimos en que el semi científico no es un ateo. Es solo una mentalidad con falta de madurez, pletórica de orgullo intelectual y movida por una falsa actitud científica que cederá con el tiempo.

Existen también ateos por no ser "complacidos". A éstos les fue enseñado que Dios está siempre a nuestra disposición para atender eventuales pedidos. Ellos entonces oraron, pidiendo esto o aquello y Dios hizo "oídos sordos" a sus pedidos... ¡entonces no existe! Por eso, ahora, no creen en nada. Se trata de otra forma de ateísmo, hija de la ignorancia, asociada esta vez a un egoísmo fundamental.

Los verdaderos ateos no lo son por el simple hecho de proclamarse así. Ateos son aquellos que, aun cuando se consideran muy religiosos, y algunos inclusive lo son de profesión, llevan una vida distanciada de Dios.

No en las palabras, sino en las acciones y los sentimientos somos hijos o negadores de Dios. Si usted fuera un sacerdote, un líder religioso, un profesor o escritor de yoga y no sabe amar, perdonar, servir; si no tiene la convicción de Su Presencia; si no se Le entrega enteramente; si no Le reverencia en cada acto de su vida, sino que al contrario, por acción u omisión, vive egoístamente, buscando solo el propio provecho, entonces le cabrán todos los "ays" que Jesús dirigió a los fariseos.

Materialista no es quien niega el espíritu; es quien, no obstante llamarse espiritualista, vive en este mundo como si solo creyese en la materia. Materialista es el "líder espiritualista", cuya vida es una incesante búsqueda de satisfacción material y de conquistas personales.

El espiritualismo no es solamente una doctrina, sino una forma de vivir. El ateísmo no es una escuela filosófica de negación de Dios, sino una forma de vivir, en la que Dios fue, en verdad, expulsado. Si usted expulsó a Dios de su vida, ya sea por inconsciencia, por estar disgustado con El, ya sea por su vanidosa actitud seudo científica, cambie. Cambie radicalmente. Purifique el templo e invítelo a entrar y gobernar su vida. Sea sabio y humilde. No viva un segundo de su vida que no sea para su alma, su espíritu, la parte Sabia de su Ser, que es donde se encuentra Dios...

Sirva a sus semejantes, viendo a Dios en cada uno de ellos. Adore a Dios en el paisaje frente a su vista. Ame a Dios en los momentos más dolorosos. Viva de aquí en adelante en función de Dios, buscando acercárseLe cada vez más. ContémpleLe como la única realidad y entonces la indigencia en que habrá vivido, así sea indigencia de salud, de recursos económicos, de paz, de consuelo; de sabiduría, de finalidad y contenido de la vida, perderá su seudo realidad Y su vida se transformará. Ofrezca a Dios sus triunfos y también sus frustraciones y dolores; entonces victorias y derrotas pasarán a ser lo que son en verdad: algo efímero.