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"Escribir poesía es como viajar por un camino hacia corazones y mentes, con derecho a paradas en las estaciones del alma. Y ésta, nos parece, ha sido la misión de Margarida, andariega que en estos años ha recorrido veredas luminosas bajo la luz de la creación,y que nos torna el camino más llevadero, a nosotros que representamos exactamente el destino de sus versos. Existe algo de astronomía en este proceso. Los poetas son luminosos y los que tienen la sensibilidad de nutrirse de su inspiración, son iluminados. Lo fundamental, la esencia de todo, es que haya luz, siempre.
Haciendo trizas de sus sentimientos para permitirle una amplitud cada vez mayor a su sensibilidad, que se materializa en letras de imprenta sobre papel virgen, Margarida Reimão nos brinda versos que fluyen de su interior y alcanzan la contemporaneidad en la técnica, el contenido y el estilo. .....
Leyéndola, uno tiene la impresión de que habita en su interior una incesante e inquieta búsqueda del prójimo, de lo desconocido, para repartir emociones. Ésta es, por lo tanto, la misión del poeta. Sin más, vale la pena repetir la leyenda de Drummond: Cuando Margarida nació, un ángel angustiado, de esos que tienen como misión consolar a los mortales, dijo: Ve Margarida, y sé poetisa"
Jorge Lindsay
(periodista y escritor)
"La Canción nos llega a los oídos tierna y simpática, voz suave del viento de la tarde y acorde acogedor en la noche tibia. La chica cree en otros valores. Esparce entusiasmo con su habla afligida. Encanta con sutilidad en los sostenidos. Despliega toda su fe en los bemoles. La suya, es una partitura elegante que derrama virtudes; sensual es su comportamiento y lírico es su gesto. Hojas de palmera se mecen en su estrofa, un gusto de mar en cada verso, como si el azul del Infinito bajase a su llamado y nos envolviese en su mensaje. Silba el viento. Tejen sinuosidades sus temas. Hay un cuerpo llamándonos. Existe un espíritu convenciéndonos. Es meliflua su forma, que se desnuda en el instante exacto, para que de este encuentro puedan estallar estrellas. Sus instrumentos remontan a la Eternidad, aflorando a cada minuto, secreteándonos todo lo que experimenta a lo largo de su camino..."
Campomizzi Filho
(abogado, escritor y procurador de la Justicia de Minas Gerais)
Traducción de Raquel Orlovitz Levitas