SUBSISTEMA SEMILLA

SUBSISTEMA PLAGAS Y ENFERMEDADES

SUBSISTEMA FERTILIZACION

SUBSISTEMA CONSERVACION DE RECURSO SUELO Y AGUA

Todo el proceso de diagnóstico efectuado durante la primera etapa del proyecto permitió definir los aspectos del sistema que requerían investigación. La misma se orientó hacia la generación de tecnologías sencillas adaptadas a las condicionantes agroecológicas y socioculturales de la zona, y se ejecutó en conjunto con los agricultores involucrados. La selección de los productores se basó en la tipología ejecutada inicialmente, habiéndose definido los tipos I y II como los beneficiarios fundamentales del proyecto, por sus mayores dificultades para acceder a la tecnología y por sus mayores limitaciones en el manejo de los factores de producción.

Las alternativas a evaluar se discutieron con los agricultores, quienes se involucraban en el proceso desde la fase de planificación, hasta la ejecución de un día de campo para difundir los resultados.

La producción de piña en el Estado Lara se fundamenta en el cultivar Española Roja, de gran adaptación a las condiciones de la zona, particularmente a la sequía. Es un cultivar muy rústico, espinoso, produce gran cantidad de hijos basales, los cuales son utilizados para el establecimiento de nuevas plantaciones. Los hijos axilares garantizan la continuidad de la producción, una vez que la planta madre ha completado su ciclo productivo, hasta completar alrededor de cinco cosechas.

La situación inicial del proyecto en esta materia es la siguiente:

• Los productores utilizan material de propagación proveniente de sus propias parcelas. Ocasionalmente cuando hay escasez, los adquieren de otras fincas.

• Todos los bulbillos cosechados eran usados para establecer nuevas plantaciones. No se realizaba ninguna selección en base a un tipo particular de planta o fruto, situación que resultaba en una alta heterogeneidad entre plantas de una misma parcela. Así, podíamos encontrar plantas con hojas acanaladas o estrechas; las espinas se podían localizar a lo largo de toda la hoja, solamente en el tercio superior de la hoja, o estar ausentes. El porte de la planta podía ser erecto o achatado. La corona podía ser simple o múltiple con una dominante.

• Al establecer la plantación no se clasificaban los hijos en cuanto al tamaño, mezclándose en campo material pequeño, mediano y grande, con las consecuentes diferencias en el crecimiento y la producción; la cosecha escalonada ocasionaba un incremento en el costo de la recolección.

• Con relación a la selección de materiales apropiados y homogéneos, que mejoren la calidad de los productos, quedó pendiente para una etapa posterior la evaluación de materiales genéticos sin espinas, que resistan las condiciones de sequía, permitan incrementar la densidad de plantación y faciliten las prácticas de manejo.

• Se realizó un trabajo sobre la clasificación y desinfección del material de propagación, con la finalidad de demostrar a los agricultores las bondades de dichas prácticas y para determinar la efectividad del uso de un insecticida y un fungicida en la solución de desinfección. Se encontró que la mezcla de parathion (0,2%) con benlate (1,2%) indujo un crecimiento medido en altura de planta estadísticamente superior (47,60 cm) al parathion con vitavax (0,6%) (45,07 cm), al parathion solo (42,87 cm) y al testigo (40,73 cm), a los ocho meses de la plantación.

Las diferencias se mantienen, aunque solo numéricamente, para los diez meses de plantación. Se midió el efecto de los tratamientos sobre la condición fitosanitaria del cultivo, encontrándose que los tratamientos que incluyeron un fungicida mostraron menor incidencia (4, 2%) de quemazón foliar que el insecticida solo (9%) o el testigo (13%). La incidencia sobre la fase productiva fue también notoria; el tratamiento con benlate indujo el mayor número de frutos por parcela (50,5), comparado con el de vitavax (43), el de insecticida solo (43), y el testigo (35). Si bien no se encontró diferencia significativa entre los tratamientos para el parámetro producción en kg por parcela, resultaron numéricamente superiores los tratamientos que incluyeron fungicidas (96,7 y 84,3) comparados con el insecticida solo (77,65) y el testigo (60,90). Los tratamientos con fungicida resultaron estadísticamente superiores (1,910 y 1,960 kg) para peso promedio de frutos, comparados con el insecticida solo (1,840) y con el testigo (1,750).

Al final del proyecto, la situación de los productores en cuanto a la clasificación y desinfección de material de propagación ha mejorado, debido a la divulgación de los resultados de la práctica a través del convenio de transferencia de tecnología que se ha mantenido con PROSALAFA.

Con todos los productores incluidos en el seguimiento técnico económico se trabajó en la clasificación de hijos, obteniéndose muy buenos resultados en cuanto a la adopción de esta práctica. Ella permite lograr una mayor uniformidad entre plantas y simplificar la labor de recolección.

Al inicio del proyecto se realizó una caracterización fitosanitaria para determinar las plagas que mayormente afectaban el cultivo, en algunas localidades del Municipio Iribarrren y Crespo.En los Cuadros 15 y 16 se muestran los resultados obtenidos. En Crespo (cuadro 15) notamos la presencia de la chinche harinosa o Dysmicoccus brevipes, asociada con una sintomatología de amarillamiento o coloración rojiza en las hojas. La amplia difusión de esta plaga está relacionada con el mal manejo de los materiales de propagación y con la falta de desinfección. Su control químico, aparte de costoso, resulta ineficaz, debido a que este insecto se esconde entre las axilas de las hojas.

En Iribarren (Cuadro 16) se detectó la presencia del hongo Thielaviopsis paradoxa en frutos de piña provenientes de Calicanto y La Chepa. Su incidencia no es alta, pero sí mayor que en años anteriores, cuando no había sido detectada. Asimismo, daños en raíces encontrados en Calicanto, Tierra Brava y Los Quemados correspondieron al hongo Phytophthora sp., los cuales constituyen un reflejo de su incremento como enfermedad.

En fincas ubicadas entre 650 y 700 msnm se encontró el comején. Fallas en la preparación de suelo debido a la falta de mecanización y a las dificultades que se presentan en la labor manual, permiten la permanencia de troncos en el terreno, los cuales son excelentes hospederos de este insecto plaga. La cochinilla aparece igualmente diseminada.

El gorgojo negro de la piña se encontró en altitudes cercanas a los 900 msnm, con una mayor distribución en Crespo.. Este insecto había sido reportado por Fernández en 1991 causando perforaciones en el pseudo tallo, y atacando fruto y pedúnculo, con grave daño económico. La falta de dedicación y atención continua a la plantación por parte del productor se relaciona con la destrucción que dicho insecto ocasiona.

En el Municipio Crespo, donde se detectó en localidades de mayor altitud (desde 820 hasta 1040 msnm), la presencia de perforaciones en diferentes partes de la planta sin importar la edad de la misma. Se determinó que dichas perforaciones son causadas por el gorgojo Metamasius dimediatipennis

También se encontró la pudrición basal de la planta de piña, evidenciada en el campo por el desprendimiento de las hojas centrales de la roseta junto a una pudrición blanda de la planta. Se localizó en diferentes localidades de Crespo como Pico-Pico, La Ceiba, Pueblo Nuevo, Santa Lucía y El Guamal, en altitudes desde 820 hasta 1040 msnm, en plantaciones jóvenes y adultas. Dicha pudrición corresponde a una bacteriosis cuyo agente causal es la bacteria Pseudomonas marginalis.

• Se reportó como nueva plaga un gorgojo rayado causando daños similares al descrito anteriormente. Dicho gorgojo resultó ser una nueva especie para la ciencia, descrito por el Dr. Charles O´Brien, en base a muestras enviadas desde Venezuela. Fue identificada como Cholus vauriae O´Brien perteneciente al grupo Cholus spinipes (Cholini, Curculioninae, Curculionidae).

La descripción de esta nueva especie es como sigue: banda del tórax y elitra en amplias áreas difusas de escalas blancas; el protórax con tubérculos medianamente débiles; mácula elitral subglabroso con muy pocas escalas o setas; área ventral con seta blanca y también con escalas blancas desde ovales hasta lanceoladas dispuestas lateralmente sobre el esterna torácico y especialmente sobre los márgenes del esterna abdominal 1 y del esterna abdominal 2.

El daño causado por dicho gorgojo fue descrito. Los huevos son depositados en la base del pedúnculo floral. Las hembras abren un pequeño hueco con las partes de su boca y deposita sus huevos dentro. También, pero con menor frecuencia, pueden ovipositar en la base de la corona o de los hijos basales. La larva se alimenta dentro del pedúnculo, moviéndose hacia arriba o hacia abajo desde el punto de entrada. El daño causado por la larva es la destrucción del tejido interno del pedúnculo floral, lo cual afecta el normal crecimiento del fruto, y se caracteriza por la carencia de formación de la corona. Los frutos atacados cuando están totalmente desarrollados y durante el proceso de maduración pueden podrirse. Los adultos normalmente se alimentan de las hojas, haciendo huecos los cuales pueden ser reconocidos por sus bordes necróticos. Cuando atacan la parte basal de las hojas, se produce un exudado gomoso en las heridas. En presencia de altas densidades poblacionales del insecto, los frutos pequeños también pueden ser atacados.

• En relación con la pudrición blanda de la planta de piña, se confirmó que dicha enfermedad, observada en el cultivar Española Roja, es producida por la bacteria Pseudomonas marginalis, mediante el estudio de las características morfológicas y fisiológicas de la bacteria aislada de plantas de piña con esa sintomatología, así como en pruebas de patogenicidad. Se determinó la amplia distribución de esta enfermedad en toda la zona alta del Municipio Crespo donde se cultiva piña. Se observó en plantaciones de diferentes edades adquiriendo especial importancia cuando se mantienen condiciones de temperaturas frescas y abundante rocío, ya que la planta puede morir y no completar su ciclo de producción. Se detectó su presencia tanto en plantas de reciente transplante, como en plantaciones en plena producción. La incidencia de dicha enfermedad resultó baja, encontrándose dentro de las fincas porcentajes de infección que van desde 0,8 hasta 6,2% (Cuadro 17).

Dado que el trabajo realizado en esta materia estuvo más relacionado con diagnóstico e investigación básica, el impacto entre los productores ha sido bajo. Todavía persisten muchos problemas relacionados con el control. Asimismo, hay un gran vacío en el área de capacitación de los productores, quienes desconocen las enfermedades, su manejo, y fundamentalmente, las medidas preventivas como parte de un control integrado. De los resultados obtenidos se desprende que las medidas de control están relacionadas con el manejo adecuado de los materiales de propagación, la eliminación de soca, quema de materiales infectados, etc.

Los productores enfrentan serios problemas para realizar control químico debido a la falta de agua y de transporte hacia las parcelas. El alto costo de los productos y la falta de recursos, son elementos que determinan un mayor grado de dificultad en la lucha basada en pesticidas.

El uso de fertilizantes en el cultivo de piña es una práctica que se realizaba de manera empírica, sin un criterio técnico que la soportase, y que estaba supeditada a la disponibilidad de recursos para su aplicación. Se utilizaban fundamentalmente fórmulas completas, más fáciles de obtener en el comercio, pero más costosas que las fuentes simples.

El costo de los fertilizantes químicos ha venido incrementándose considerablemente en los últimos años. Ello ha obligado a los productores a definir un uso más racional, tomando en cuenta los requerimientos del suelo y de la planta, para lo cual deben considerarse tanto los resultados de los análisis de suelo, como la etapa de desarrollo del cultivo.

Dado que el cultivo de piña es un alto extractor de nutrientes, en particular de potasio y nitrógeno, y que su ciclo de vida puede extenderse por más de cinco años, la fertilización se convierte en una práctica fundamental para evitar el agotamiento del suelo.

En este sentido, tampoco se manejaban prácticas alternativas que incluyesen rotación de cultivos, fertilización orgánica, uso de coberturas vegetales, cultivos asociados, etc.

Se ha incrementado el uso de fuentes simples en la fertilización del cultivo. También se ha incrementado el interés por realizar análisis de suelo, en un afán por racionalizar la práctica de fertilización.

No se ha extendido el uso del fosfoyeso porque no está disponible en los puestos de venta de la zona. Pero existe conciencia de sus beneficios, y se ha ampliado el panorama de alternativas que se plantean los productores cuando se trata de la nutrición de la planta.

Sin embargo, ante la presencia de comerciantes que introducen nuevos productos, entre los agricultores de menores recursos ha crecido el interés por aplicar productos que contienen hormonas para acelerar el crecimiento del fruto, y se descuida la atención de la planta como ente generador del producto final. El resultado de esta práctica es que se está afectando la producción de hijos por parte de la planta, ello se explica porque al descuidarse su atención y concentrarse en el crecimiento del fruto, la planta no tiene capacidad para soportar la producción de suficientes hijos que garanticen la reproducción del sistema. Esta situación está exigiendo un esfuerzo adicional en materia de capacitación, que informe al productor que el mayor cuidado debe ser dedicado al cultivo, es decir, a la planta, como eje fundamental de su unidad de producción.

La producción de piña en el Estado Lara, como lo hemos señalado anteriormente, ocurre en condiciones de sequía, en algunos casos extrema, al punto de que se dificulta la producción de cosechas. Las fuertes pendientes, la pedregosidad, constituyen otros elementos que dificultan la producción agrícola. Las intensas precipitaciones que ocurren tienen un efecto negativo sobre el suelo, provocando la pérdida del mismo. Si a esto agregamos la práctica de suelo desnudo en la calle entre el cultivo, usada por los productores, se conforma un panorama que facilita el proceso de erosión. Aunque debemos señalar también, que a diferencia de otros estados donde se produce piña, la plantación se hace en sentido contrario a la pendiente, práctica que favorece la conservación del suelo.

Destaca, sin embargo, la ausencia de prácticas para conservar la humedad, factor crítico en la zona. Y uno de los aspectos que se debe enfrentar con mayor énfasis si realmente se pretende el mejoramiento de la producción.

La caracterización agroecológica realizada por el proyecto determinó que el sector El Caimito, de acuerdo a la vegetación, era más seco que otros, Se encontraron además signos evidentes de erosión ocasionada por las lluvias torrenciales. Por estas razones se iniciaron los trabajos de asociación en dicho sector.

• En una primera prueba realizada, se encontró que la asociación de piña con yuca sardina, resultó superior que la asociación con la yuca coreana, por presentar porte bajo, buenos niveles de producción y por no interferir con la producción de piña. La asociación se estableció plantando la yuca en la calle del cultivo de piña, a una distancia de 0,8 m entre plantas. Su manejo resultó muy sencillo, no requirió de ninguna práctica especial, resultó resistente a las plagas y enfermedades, y sólo se le realizó un aporque. Esta condición es importante, porque un cultivo asociado no debe representar una complicación para el productor.

• Teniendo como base el resultado de la prueba reportada anteriormente, se realizó una segunda prueba en el mismo sector. En ella se evaluó la asociación del cultivo de piña con yuca sardina y con quinchoncho, y el uso de la cobertura con follaje de mata e´ratón. Se usó un diseño factorial 3x2, donde se evaluaron dos factores, asociación y cobertura. En el primero se evaluaron tres niveles: piña sola, piña más yuca sardina y piña más quinchoncho. En la primera fase del trabajo se evaluó el crecimiento del cultivo de piña, no encontrándose diferencias significativas entre los tratamientos. Encontramos que la altura de planta resultó de 67 cm en la asociación con yuca, 67,6 cm en asociación con quinchoncho y 67,3 cm en el testigo. Para el parámetro número de hojas resultó 20,3 17,6 y 16,4, respectivamente. Este resultado indica que el crecimiento del cultivo de piña no se vio afectado por la asociación con otro cultivo.

* Medias seguidas de la misma letra no difieren estadísticamente al 5%.y separación de medias por el método de Newman y Keuls.

* Medias seguidas de la misma letra no difieren estadísticamente al 5%.y separación de medias por el método de Newman y Keuls.

Al final del proyecto se notó la adopción, por parte de algunos productores del sector El Caimito, de la práctica de asociación del cultivo de piña con el de yuca. También se creó conciencia sobre la necesidad del uso de coberturas. Algunos productores usan las malezas al cortarlas o las hojas de piña después del desvareje (poda de hojas después de la cosecha).