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Detalle del sector central del panel nº 3 de O Ramallal.
(La imagen se obtuvo por procedimientos digitalizados).
LLama poderosamente la atención el modo seguido para grabar las armas de este friso central (imagen 3). Un detenido examen revela la anterioridad en la factura de las armas diseñadas con la punta hacia abajo. La observación de los motivos del primer grupo, delata que, excepto, la nº 9, un tanto alejado de las restantes, las demás se localizan muy próximas entre sí, dejando áreas trinagulares de diversa superficie entres las respectivas hojas. Esta disposición se aprovechó para grabar, en una segunda etapa genérica, nuevas armas, esta vez, con la punta hacia arriba, sirviéndose para la configuración de las nuevas hojas de los filos de las previamente insculturadas con la punta hacia abajo. El resultado obtenido remite a dos tipologías figurativas básicas: mientras las armas iniciales son en general de hoja larga y estrecha, y de empuñadura con pomo desarrollado y acusado, los puñales de la supuesta segunda fase, si bien siguen mostrando una hoja triangular y empuñadura también con pomo, aquélla es más corta y más ancha, y el pomo mucho más desenvuelto.
En esta descripción hemos empleado la articulación en
fases de la grabación de las armas. Queda por averiguar la naturaleza de estas fases, es decir, si se traducen en etapas artísticas diacrónicas, o si bien, hubo un planteamiento estético previo, pero aplicado con diversidad técnica y morfológica. De lo que no nos cabe la menor duda es del hecho de la precedencia de un conjunto de las armas respecto de las otras, asimismo con características comunes entre ellas y dispares a las anteriores, pues un minucioso estudio de los puntos de contacto de los respectivos surcos definidores de las hojas,  nos permite establecer categóricamente esta afirmación.
A un estilo semejante a los modelos de la
segunda fase parece pertenecer el ejemplar nº 10. Por último, la figura nº 11 es muy distinta estilísticamente a todos los anteriores, e incluso, exhibe una rotunda menor calidad.

A la derecha de este sector central fue grabada una figura de forma rectangular con los lados  mayores sensiblemente arqueados hacia dentro, y con los vértices superiores ligeramente proyectados, contando además con dos segmentos semicirculares adosados a cada lado. Sinceramente ignoramos su significación material si la tuviere, y no se trate de un ideomorfo. De momento, cuando quepa hablar de ella la referenciaremos como
forma Ramallal 3/13, y así será mencionada en futuros artículos.

Análñisis artístico.

El panel Ramallal 3, como quiera que constituye una manifestación artística, antes de ensayar cualquier otra consideración que acerca de su naturaleza nos podamos formar en la actualidad, sean estas valoraciones tipológicas, arqueológicas, ideológicas, sociológicas, etc., exige forzosa y previamente a la necesaria sistematización tecnológica o cultural, un análisis artístico interno riguroso. En efecto, pretender sin más correlacionar estos motivos con determinados artefactos de origen arqueológico, pertenecientes a etapas culturales concretas, nos parece excesivo y muy atrevido, pues es condición indispensable antes de aplicar tal metodología establecer si el o los artistas han seguido un esquema iconográfico objetivo, o si han aplicado, o matizado la realidad con una óptica sujetiva, esto es, si en la plasmación de las figuras han utilizado convenciones artísticas que de algún modo distorsionen la realidad. En otras palabras, y más sencillamente, debemos tratar de delimitar si se ha intentado imitar modelos de armas reales, o si no era su plasmación fidedigna estrictamente obligatoria, pues lo perseguido era la expresión de un concepto, al margen de la veracidad de los prototipos concretos.

En este panel, destaca sobrenanera sin lugar a dudas la presentación de las armas del sector central. Los puñales 1 al 8 fueron dibujados siguiendo compositivamente un esquema en zig zag descrito por los filos y la forma triangular de las hojas. Bajo esta apariencia es como ha llegado a nosotros, radicando la cuestión en aclarar si hubo un planteamiento y estructuración anterior a la insculturación definitiva, o si por el contrario, lo que ahora vemos, no es más que el fruto de sucesivas adiciones a motivos grabados con anterioridad. Que todos estos motivos aparezcan asociadas compartiendo surcos, y que incluso no se perciban ostensibles divergencias en las calidades de los respectivos trazos, no son condiciones suficientes para propugnar una identidad cronológica absoluta. Piénsese que nadie de los actuales existentes ha estado allí cuando se realizaron los grabados, como para lanzar afirmaciones rotundas, sin proponer argumentaciones que superen la mera suposición subjetiva.
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