

Dios,
aún habla con las personas?


Un joven de vida espiritual fue a una
reunión de estudio de la Biblia, en la residencia de un matrimonio amigo. Era noche de Jueves. El
matrimonio
dividió el estudio entre oír a Dios
y obedecer la palabra del Señor. El joven
no podía dejar de querer saber si "Dios
aún habla con las personas".

Después del estudio, él salió para tomar un café
con los amigos que estaban en la reunión familiar, y discutían un poco mas sobre el mensaje de esa noche. De formas diversas, ellos hablaban como Dios
había conducido sus vidas de maneras tan diferentes.

Eran
aproximadamente las 22 horas cuando el joven se despidió de sus amigos
y comenzó
a dirigirse a su casa. Sentado en su automóvil, comenzó a pedir:
"Dios! Si aun hablas con las personas, habla conmigo. Yo te
escucharé.
Haré
todo para
obedecerte". Mientras conducía por la avenida principal
de la ciudad, tuvo un pensamiento muy extraño, como si una voz
hablase dentro de
su cabeza: "Detente y compra un litro de
leche". El movió su cabeza y dijo en voz alta: "Dios, eres tu Señor?".
No obtuvo respuesta y continuó dirigiéndose para su casa. Sin embargo, nuevamente,
surgió el pensamiento:
"Compra
un litro de leche".
El
joven pensó en Samuel y como él no reconoció la voz de Dios, y como Samuel corrió hacia el. "Muy bien, Dios! En caso de ser el Señor, voy a comprar la leche. Esto no parece ser una
prueba de obediencia muy
difícil."

Total, él podría también usar la leche.
Así que paró, compró la leche y reinició su camino a casa. Cuando pasaba por la séptima
avenida, nuevamente sintió un pedido: "Gira en aquella calle".
Esto es una locura, pensó, y pasó de largo el retorno.
Nuevamente sintió que debería haber girado en la séptima avenida. En el siguiente retorno, él giró y
se dirigió por la séptima avenida.

Medio
bromeando, dijo en voz alta:
"Muy
bien, Dios. Lo haré". Siguió avanzando
por algunas cuadras cuando de repente sintió que debía parar.
Se detuvo y miró a su alrededor. Era un área
mixta, comercial y residencial.
No
era la
mejor área, mas también no era la peor de la vecindad. Los establecimientos estaban cerrados y la mayoría de las
casas estaban a
oscuras, como si las personas ya se
hubiesen ido a dormir, excepto una del otro
lado de la calle, y que estaba cerca.

Nuevamente,
sintió algo,
"Ve y dale la leche a las
personas que están en
aquella
casa del otro lado de la calle". El joven miro la
casa. Comenzó a
abrir la puerta del coche, pero se
volvió a sentar.
"Señor,
esto es una
locura. Como puedo ir a una casa extraña
en medio de la noche?".

Una
vez más, sintió que debería ir a dar la leche. Finalmente,
abrió la puerta, "Muy bien, Dios, si eres el Señor, iré y entregaré la leche a aquellas personas. Si el Señor
quiere que yo
parezca un idiota, muy bien. Yo quiero
ser obediente. Pienso que esto va a contar
para algo; sin embargo, si ellos no responden inmediatamente, me iré
en el
mismo acto".
Atravesó la calle y tocó la campanilla.
Pudo oír un barullo viniendo
desde dentro, parecido al llanto de una criatura. La voz de un
hombre sonó alto:
"Quien esta ahí?? Que quiere?".
La puerta se abrió antes que el joven pudiese huir. De pie, estaba un hombre
vestido de jeans y camiseta. Tenía un olor extraño y no parecía feliz de ver a un desconocido
de pie en su
solera.

"¿Que
pasa? ". El joven le
entregó la botella de leche.
"Compré
ésto para
ustedes". El
hombre tomó la leche y corrió adentro hablando alto. Después, una mujer pasó por el corredor cargando la leche en
dirección a la cocina.
El hombre la seguía sosteniendo en brazos una criatura que
lloraba.
Lágrimas
corrían
por el rostro del hombre y luego comenzó a hablar, medio sollozando:
"Nosotros
oramos. Teníamos muchas cuentas que pagar este mes y nuestro dinero se había acabado. No teníamos más
leche para nuestro bebé. Apenas recé
le pedí a Dios que me mostrase una manera de conseguir leche". Su esposa gritó desde la cocina: "Pedí a Dios que me mandara un
ángel con
un poco...
Ud. es un ángel?
El
joven tomó su cartera y sacó todo el dinero que había en ella y lo colocó
en las manos del hombre. Se dió media
vuelta y se fue a su vehículo,
mientras
las lágrimas corrían por sus mejillas. El experimento que
Dios todavía responde los pedidos justos y verdaderos.

Ahora,
una simple prueba para Usted: Si usted cree en que Dios Habla,
mande este mensaje a todos sus amigos.
Usted está leyendo este texto porque yo escuché una voz.


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