Pai Fariña

 Hablar del pai Fariña es uno de los capitulos más fascinantes y difíciles de la historia de nuestro pueblo. Hay que tratarlo tal cual era. Ya sea como hombre o como sacerdote. Bien diferenciado. Yo no sé cuando llegó al pueblo, pero cuando tuve noción de las cosas o de "mis circunstancias" ya estaba en la iglesia. Es posible que él me haya bautizado. Desde siempre me simpatizó este hombre santo. Como hombre era bien parecido, de regular estatura, rubio de ojos azules, de porte atlético, cabello ondulado en todo una figura apolínea.

 Entusiasta en todos los deportes, jugaba football, tennis, volleyball, o lo que se presentara. Siempre se lo encontraba con el mejor espíritu y predispuesto a apoyar cualquier empresa que tienda a promocionar el deporte. Resultaba familiar y simpático verlo correr en la cancha detrás de un balón con su sotana levantada hasta la cintura. Ya sea en tennis o en football pasaba por la calificación de ser un excelente jugador. Integraba los equipos de primera. Le gustaba guardar la forma, encontrarse liviano, lo que le costaba algún sacrificio. Como hacía misa muy temprano, entonces aprovechaba unos minutos antes para hacer ejercicios y correr alrededor de la plaza. Era muy voluntarioso y disciplinado. Su tiempo le resultaba escaso toda vez que tenía que atender gran parte del día sus obligaciones religiosas. Además tenía que dividirse entre dos pueblos: Yegros y Yuty. En este pueblo era donde pasaba más tiempo debido a que siendo más poblado y más antiguo le otorgaba preferencia. Es posible que allá se le haya designado su sede central.

 Se sabía que debía atender una estancia ganadera que una devota solterona, había dejado para la Iglesia junto a todo su patrimonio. El pai Fariña era de un temperamento fuerte y activo. Vivía con devociön y atentoa sus obligaciones sacerdotales. Tenía muy bien organizado la enseñanza del catecismo donde se preparaban a los niños para la primera comunión o para la confirmación. Tenía un plantel de entusiastas jovenes de la sociedad yuteña que colaboraban con el reverendo. El ejecutaba cualquier instrumento musical, siendo el piano su preferido. Organizó un coro que amenizaba las misas cantadas y que en las ceremonias de bodas otorgaba un gran lucimiento. Pero su mejor logro resultó cuando pudo hacer realidad la formación de una banda de músicos. Paralelamente un batallón de boys-scout, se organizaba cada Domingo o días de fiestas, previo a la misa cantada, un desfile en que al frente del ordenado grupo marchaban con aire marcial los "banderos" atronando y llenando de metálicos sones a todo lo largo y ancho del pueblo. De por sí resultaba una ceremonia alegre, musical y colorida. Despertaba el entusiasmo, los que no iban por la misa era por participar del jolgorio general.

 El Pai Fariña era un hombre leído, culto e inteligente. Tenía un profundo conocimiento de la disciplina teologica. Le atraía la lectura de los grandes filósofos y en especial de aquellos que se vincularon a la vida de Cristo como Santo Tomás de Aquino. Vivía preocupado de su parroquia. Cuando llegó a Yuty no encontró nada. Tuvo que levantar "piedra sobre piedra"para construir la amplia iglesia. Tuvo la ayuda fervorosa de todos los parroquianos que admiraban y amaban a su "pai". Es que él era siempre el primero en estar frente a la construcción. Ordenaba a los albañiles y cuando faltaba algún ayudante, se levantaba la sotana y se hacía cargo de la carretilla para acarrear la mezcla o los materiales. En el trabajo tenía una presencia distinta a lo habitual. Se mostraba exigente y actuaba con una voz de mando imperiosa, sin lugar a réplica. Todo debía moverse al unísono. El trato dulce del sacerdote se daba una pausa para erigirse en el "patrón". Era la única forma que las cosas anden rápido, era una excusa ante Dios... En ese contacto diario con la gente lugareña hizo que la voz de que había un "machazo"en ese curita medio gringo, despertara la especial estimación de todo el pueblo. Muy pronto quedó terminada la iglesia. Se preparó una gran inaguración. Se invitó a la máxima autoridad de la iglesia de la República, el Obispo, y a la mayoría de los Arzobispos y Párrocos de distintas ciudades y pueblos. La misa sería con-celebrada!! Nunca antes habia sentido tanta emoción... Era su primera obra real y tangible. Siempre había soñado con tener una iglesia; pero esta se había construído gracias a su idea y a su voluntad irreductible. Ahi estaba la casa de Cristo, su hogar, no podía creer, su corazón saltaba de gozo..

Cuando se aproximaba la fiesta de San Sinforiano, patrono del pueblo, el Pai Fariña sufría una extraña metamorfosis. De su habitual apariencia de hombre corriente que lo diferenciaba de los demás por su atuendo clerical, sus hábitos, sus costumbres cotidianas, etc., pertenecían a la de un hombre corriente. Más al acercarse la fecha del patrono del pueblo, entonces él se transformaba en un paí, en un cura enserio, formal y exigente. La iglesia igualmente se transformaba. Meses antes se la pintaba en toda su magnitud. En el altar se cambiaban los manteles bordados, se lustraban los candelabros de bronce, los floreros recobraba su lozanía original, y se llenaban de las más hermosas flores quegeneralmente traían del jardín de doña Lili y de la casa de los Savy. Los cuadros que representan las estaciones del martirio sufrido por Jesús en su trayecto al calvario final al igual que, las campanas también eran pulidos hasta que su brillo semejara al sol. Todo quedaba limpio, reluciente y bellamente adornado por las flores que regalaban sus fragancias dulces y hasta agresiva. Las vela de distinto tamaños daban un efecto sobrecogedor.

El paí Fariña comandaba, cual un general napoleónico, con su voz potente al grupo de mujeres y hombres que obedecían sumisos las órdenes imperativa. El paí acostumbraba usar una fusta, no precisamente como un símbolo de autoridad, sino que por si apareciera algún perro bravo o alguna víbora, era su argumento. Pero el pueblo entero consideraba que esa fusta era parte de su personalidad autoritaria. Cuando oficiaba en comandar a los acólitos lo hacía con su voz de "guerra" estridente y potente que se escuchaba a kilómetros del pueblo.... En esos instantes de labor no había lugar para las bromas. Eran instantes de severa tensión. Cada uno de los integrantes de los "voluntarios"que ofrecían en forma generosa sus buenos oficios trabajaban sin descanso alguno. Hubieron casos de desmayo de mujeres con excesso de peso...Ví una vez como el paí manejó un caso con una mujer gorda que oscilaba entre los treinta años, creo que era una de las Berdún. La mujer estaba tirada en el suelo, sus amigas, asustadas, no atinaban que hacer. Al momento, alertado por los gritos, llegó el paí Fariña, miró el cuadro y de inmediato alejó al grupo de mujeres. La mujer en cuestión no reaccionaba a los masajes que se le hacía en la cara. El paí pidió a las mujeres que miraban asustadas que lo ayudaran para colocarla sobre un camastro que tenía el cura detrás de la sacristía para descansar. Fué un gran esfuerzo llevarla hasta allá y recostarla. A continuación el sapiente paí le desabrochó los botones de la blusa, luego con un estirón soltó la cuerda del corpiño y dos inmensas pelotas saltaron cobrando su espacio. El paí no se inmutó, tomó la botella de alcohol y la refregó en el inmenso pecho sobre el corazón. Veía con malicioso encanto como los pechos de esa inmensa mujer saltaban de un lugar a otro conforme los masajeaba con sus potentes manos. Al final, su respiración fué cobrando su ritmo normal, abrió los ojos, parpadeó y medio subconciente se dió cuenta de la embarazosa situación en que se encontraba y automáticamente buscó alguna prenda para cubrir su pudor. Pobre mujer, casi se volvió a desmayar de la vergüenza que la embargaba, el cura notando eso echó a todas las mironas y quedó a solas con la eventual víctima.... Seguramente que proseguiría con el masaje.....