Mi primera noche de juerga.





Yo era una respetable rana que vivía de día, feliz chapoteando en cualquier charca que se me ponía a tiro. A partir de ese día todo cambió. Empezó con una bonita cena con mis amigos. Ellos parecían felices, con sus conversaciones dicharacheras y su saludable sentido del humor.





Creía que mis amigos eran gente sana, alejados del pernicioso influjo del tabaco y de los efluvios del alcohol. ¡¡Grave error!! Son todos unos borrachos degenerados, especialmente Javi, que primero me obligó a fumarme un par de pitillos, y luego me hinchó de alcohol.





Encima, va el tío guarro ¡¡ y me obliga a autopracticarme sexo oral !! No, amigos, no es que el sexo oral no me guste. Pero se tienen que dar dos condiciones para que lo disfrute. Primero, que me lo haga otra persona. Y segundo (esta es la más importante), que quien me lo haga sea DE SEXO FEMENINO. De cualquier especie, pero una hembra, por favor.




No es de extrañar que para los postres, yo ya estuviese fuera de mi, exhausto y convertido en escoria anfíbia. Y he dicho escoria, no entendáis otra cosa.




Estos dos sí que son peligrosos. ¡¡Van y me roban la tarjeta de crédito!! Vaya par de mafiosos, se pusieron ciegos a mi costa.




Mientras buscamos un sitio en el que poder consumir alcohol de forma tranquila, me querían obligar a robar una moto. Suerte que mis convicciones y mi moral son firmes, y me negué.




Al fin encontramos un garito, el Barroc. Situado en El Born, la meca de la gente cool, encontramos allí un lugar tranquilo lejos del bullicio, atendiendo así las reclamaciones de los que se quejan de que siempre se acaba en el Arena.




Además, una de las camareras se encaprichó de mi (cosa que a estas alturas ya no me extraña).




La clientela es bastante selecta. Como soy un poco tímido, Jesús me ayuda a acercarme a esta rubia.




En esta secuencia se ve como el alcohol influye negativamente en algunas personas a la hora de afrontar los famosísimos tests. Claro, luego nos vemos obligados a tirar los resultados por el wáter. ¿Como, que no habías oído hablar de los tests? Básicamente son una serie de preguntitas, sencillas y sin mala intención, que repartimos entre las féminas a partir de las 2 de la madrugada, siempre y cuando se hayan tomado un par de copas. Si quieres rellenar unos de nuestros tests, ponte en contacto conmigo y lo arreglamos.




Pues nada, amigos, esa fue mi primera salida y desde entonces no paro. Me he dado al vicio y al desenfreno junto a mis amigos. ¡¡Larga vida al Martini y al vodka!!