La gratitud
Anónimo
Aportación de Norma Montañez
Meditación de Gratitud:
Al finalizar el día, sientate delante
de tu mesa. Dedica unos momentos a revisar el día. Recuerda
todas las cosas agradables que te ocurrieron durante el dia, con
personas y acontecimientos, y también lo que fue desagradable o
dificil. Cierra los ojos y deja que surjan uno a uno los
acontecimientos o incidentes importantes. Contempla una a una las
experiencias agradables y agradece los dones o regalos que han
llegado a tu vida hoy. En silencio, identifica cualquier
sentimiento de gratitud que sientas por cada persona o
acontecimiento, y tomate tiempo para abrir el corazón y recibir
el regalo de esa experiencia. Dando las gracias por cada regalo,
deja que surja y desaparezca cada imagen hasta que te sientas
completo.
Después comienza a recordar las
experiencias desagradables del día. Centra la atención en un
incidente o encuentro particularmente doloroso. Trata de poner
gratitud en ese recuerdo. ¿Que observas cuando prácticas el
agradecimiento por algo doloroso? ¿Que emociones te surgen? ¿Te
calmas o te enfureces? ¿Te resulta fácil o dificil? Continua
con una imagen dando gracias repetidamente por el hecho de que
esa persona o acontecimiento haya formado parte de tu día.
Agradece la enseñanza que te ha aportado, aquello que te ayudo a
observar o conocerte a tí mismo. Uno a uno ve poniendo gratitud
en cada recuerdo doloroso.
Por último da gracias por la vida.
Dedica un momento a enumerar explicitamente todos los aspectos de
tu vida por los que sientes gratitud: tu respiración, tus hijos,
tu conyuge. Con la práctica de la gratitud podremos comenzar a
cambiar la inercia habitual que impulsa la maquinaria de la
expectativa y la decepción. Con la gratitud abrimos la puerta a
la alegría.