A Story To Live By



by Ann Wells (Los Angeles Times)

Aportación de Alejandro Bosch

Mi cuñado abrió el cajón del buró de mi hermana y levantó un paquete envuelto en papel.

"Esto" - dijo - "no es un fondo. Es lenceria".

Tiro el papel que lo envolvía y me pasó el fondo.
Estaba exquisito; seda y encaje.
La etiqueta del precio mostraba una cantidad astronómica.

"Jan compró esto la primera vez que fuimos a Nueva York, hace al menos 8 o 9 años. Nunca lo usó.
Lo estaba guardando para una ocasión especial. Bueno, creo que esta es la ocasión.
"
Me pidió el fondo y lo pusimos en la cama junto con la demás ropa que íbamos a llevar a la funeraria. Sus manos tocaron un momento la seda y cerró de golpe el cajón y volviéndose hacia mi me dijo:

"No guardes nada para una ocasión especial.
Cada día que vives es una ocasión especial
."


Recordé esas palabras durante el funeral y los días que siguieron, cuando lo ayudé a él y a mi sobrina a atender todas las obligaciones tristes que siguen a una muerte inesperada.

Pensé en ellos en el vuelo de regreso a California.
Pensé acerca de todas las cosas que ella no vió, escuchó o hizo.
Pensé acerca de las cosas que ella hizo sin darse cuenta que eran especiales.

Todavía estoy pensando en esas palabras, y han cambiado mi vida.
Ahora estoy leyendo más y limpiando menos. Me siento en el porche y admiro la vista sin fijarme en las malas hierbas del jardín. Estoy pasando más tiempo con mi familia y amigos y menos tiempo en juntas de trabajo. Cuando sea posible, la vida debe ser un patrón de experiencias para disfrutar no para sobrevivir.

Estoy tratando de reconocer estos momentos ahora y disfrutarlos. Ya no estoy guardando nada; usamos nuestra vajilla de lujo por cualquier evento especial como bajar un kilo, destapar el baño o la primera flor de la primavera.

Uso mi blazer nuevo para ir al super, si me dan ganas. Mi teoría es que si me veo próspera, puedo gastar 280 pesos en una bolsa pequeña de despensa sin preocuparme. Ya no guardo mi mejor perfume para fiestas especiales; los empleados de las tiendas y lo cajeros de los bancos tienen narices que funcionan tan bien como las de mis amigos en las fiestas.

Las frases "Algún día" y "Uno de estos días" van desapareciendo de mi vocabulario. Si vale la pena verlo, escucharlo o hacerlo lo quiero ver, oir y hacer AHORA. No estoy segura de lo que hubiera hecho mi hermana si hubiera sabido que no estaría aquí para el mañana que todos tomamos a la ligera. Creo que hubiera llamado a algunos miembros de la familia y a amigos cercanos. A lo mejor hubiera llamado a algunos ex-amigos para disculparse y hacer las paces por posibles enojos del pasado.
Me gusta pensar que hubiera ido a comer comida China, su favorita.

Pero sólo estoy pensando, nunca lo sabrá.

Son esas cosas pequeñas dejadas sin hacer que me harían enojar si supiera que mis horas estan limitadas.
Enojada porque dejé de ver a buenos amigos con los que me íba a poner en contacto "algun día".
Enojada porque no escribí ciertas cartas que intenté escribir "uno de estos días".
Enojada y triste porque no les dije a mi esposo y a mi hija con la suficiente frecuencia cuanto realmente los amo.
Estoy tratando no retardar, detener o guardar nada que agregaría risa y alegría a nuestras vidas.
Y cada mañana cuando abro mis ojos, me digo a mí misma que es especial.
Cada día, cada minuto, cada respiro es un regalo de Dios.

Si recibiste esto, es porque alguien se preocupa por ti y significa que es probable que haya alguien por quien tú te preocupes.
Si estás muy ocupado para tomarte los pocos minutos que te tomaría en mandar esto a otras personas, sería esta la primera vez en que no hiciste ese pequeño esfuerzo que podría hacer una diferencia en tus relaciones? Te puedo asegurarar que no sería la última.