El Alaskan Malamute era criado por una tribu de inuit llamada mahlemiut. El significado de la palabra mahle es desconocido, pero se sabe que miut significa "pueblo de". Por tanto se puede interpretar mahlemiut como pueblo de Mahle. Siguiendo la fonética inglesa, la dicción se transforma luego en Malamute. Esta tribu vivía en Alaska, una gran región que antiguamente formaba parte del imperio y que fue vendida a Estados Unidos en 1867 por 7.200.000 dólares. La zona habitada por el pueblo de los Malamute era la denominada del Kotzebue Sound, un territorio comprendido entre dos grandes ríos: el Kobuk y el Noatak. Los hombres y mujeres de la tribu de los mahlemiut (Malamute) eran muy apreciados entre las demás tribus inuit por su coraje, su orgullo y su habilidad en la caza y en la pesca. En su aspecto físico eran algo distintos a los demás inuit, al parecer por cierto parentesco suyo con las tribus indias; eran algo más altos y proporcionados, con rostros más finos y narices más pequeñas. Vivían sobre todo de la pesca, a lo largo de las costas y los ríos, y de la caza del caribú, cuyas migraciones estacionales seguían. Según parece, trataban a sus perros con particular atención y afecto en comparación con las demás tribus inuit. Estos perros eran famosos por su belleza y por sus características de fuerza y resistencia, que hacían de ellos óptimos elementos para el tiro. Eran, en general, más grandes y potentes que los demás perros nórdicos, con aspecto similar al lobo y grandes y suaves colas llevadas sobre el dorso.
Testigos de la época cuentan que entre 1870 y 1880, aproximadamente, los caribúes, por razones inexplicables, cambiaron sus habituales recorridos migratorios quitándoles así a las tribus Malamute una importante fuente de sustento. En estas condiciones las familias ya no podían permitirse mantener grupos de perros formados por más de dos o tres ejemplares: testimonios de la época hablan de hombres, mujeres e incluso niños que ayudaban a sus perros a tirar de los trineos. En esta situación la población comenzó a disminuir y la misma suerte corrieron sus perros.
Tres fueron las principales líneas de sangre que dieron origen al Alaskan Malamute: la Kotzebue, la M¨loot y la llamada tercera línea, conocida también como Hinmann o Hinmann-Irwin por el nombre del propietario de los perros. Las dos más importantes numéricamente, pero también la tercera tuvo una notable influencia en la raza.
A la línea Kotzebue pertenecían los primeros Malamutes registrados por el A.K.C. (American Kennel Club), los que habían servido para estudiar el estándar y habían proporcionado un primer "stock" homogéneo para el reconocimiento de la raza. Eran en general, de tala inferior a los sucesivos M´loot, tenían hermosas cabezas anchas, con orejas generalmente pequeñas y bien implantadas; tórax de barril bien desarrollado, patas traseras muy bien anguladas y un movimiento desenvuelto y elástico. Tras el reconocimiento de la raza por parte del A.K.C. vino un período de apertura de los registros para inscribir a un número de perros suficiente para que se pudiese comenzar a criar y seleccionar la raza. Pero después de la segunda guerra mundial hubo que constatar que habían quedado poquísimos Malamutes registrados oficialmente. Así, el A.K.C. volvió a abrir las inscripciones durante un segundo período. Esta vez antes de ser registrados los perros eran sometidos a normas más severas: debían conseguir diez puntos de campeonato, es decir, obtener la puntuación necesaria para llegar a ser campeones en las exposiciones de belleza. Fue en este período cuando se registraron numerosos Malamutes de la línea M´loot/Hinmann.
La línea M´loot presentaba en general ejemplares de talla más grande, con cabeza más estrecha, hocico más afilado, orejas más largas y de nacimiento más alto, tórax más estrecho, patas traseras menos anguladas y un movimiento más rígido y saltante. Al cierre de las inscripciones por parte del A.K.C. se obtuvo así un "stock" heterogéneo de perros con los que criar, que daba la posibilidad a los criadores de seleccionar, trabajando sólo con líneas puras de sangre o combinándolas entre sí, un tipo propio de Malamute de tipo diferente. Hoy en día podemos ver en nuestras exposiciones Malamutes de tipo diferente. Sólo analizando su historia, remontando sus pedigrees hasta los orígenes podemos entender qué herencia han transmitido sus antepasados a nuestros actuales ejemplares y deducir de ello qué intentos deberemos hacer para seleccionar ejemplares cada vez mejores. A partir del estudio de las distintas líneas originarias podremos saber qué valiosas características una línea más que otra y trabajar en la selección de nuestros para mejorarlos. Ahora, como antaño, los distintos tipos de Malamute que se han ido diferenciando con los años presentan características diferentes, pero ello no debe hacernos olvidar que cada criador creía en lo que estaba haciendo y que cada uno de los tipos tiene, sin duda, tanto cualidades como defectos. En el trabajo de selección el estándar debe ser un punto firme y esencial de referencia, al que hay que remitirse para verificar cuáles son las cualidades que hay que mantener y los defectos que deben eliminarse.
En las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos fueron muchos los que sintieron la fascinación de las razas nórdicas y se apasionaron por ellas hasta el punto de comenzar a criarlas. Los perros de trineo se habían hecho famosos por sus hazañas y, agotada la fiebre del oro, cada vez con mayor frecuencia se organizaron competiciones de perros de trineo que en poco tiempo asumieron importancia nacional e internacional. En aquellos años las competiciones gozaron de un éxito de público sin precedentes, y muy pronto en torno a este interés floreció un sistema de apuestas con sumas exorbitantes. Con sus eufemismos, la fiebre del oro había hecho acudir a buscadores y aventureros de todos los rincones de la tierra, de forma que la población de aquella zona creación como nunca, mientras pueblos y pequeñas ciudades parecían surgir de la nada. De todas formas, el Norte seguía siendo un territorio duro e inhóspito donde durante mucho tiempo comunicaciones y transportes sólo eran posibles con trineos tirados por perros.
En aquellos años se hicieron famosos, e incluso legendarios, "mushers" como Scotty Allan, Leonard Seppala y Arthur Walden . La primera gran carrera, organizada en 1908, fue All Alaska Sweepstakes, 408 millas, de Nome a Candle y vuelta. Esta se fue repitiendo cada año mientras se iban añadiendo otras, hasta la que ya todo el mundo conoce: La Iditarod Trail Race, Anchorage a Nome. Esta competición se organizó por primera vez en 1973, en memoria de una hazaña llevada a cabo por perros y "mushers": en Nome (Alaska) había surgido una epidemia de difteria, pero no había suero suficiente para vacunar a la población. El único modo de transportar el suero hasta Nome desde Nenana era utilizar trineos tirados por perros. Era pleno invierno y las condiciones meteorológicas era prohibitivas por las violentas tormentas de nieve que azotaban la región. Hubo entonces que organizar un transporte mediante relevos: 20 "mushers" y 160 perros se repartieron el trayecto de 658 millas para llegar a Nome. A pesar de las enormes dificultades ( en esa estación sólo hay dos o tres horas de luz al día, las temperaturas bajan a -40º y más y el viento sopla hasta los 80 km. Por hora) el último trineo llegó a Nome sólo cinco días y medio después de la partida del primero, y de esta forma fue posible salvar a la ciudad de la epidemia. Gran parte del mérito de esta hazaña se debe a "togo" y "Scotty", jefes de jauría de Seppala, y a "Balto" el más famoso de todos ellos, que fue el perro que entró en "Nome" con su "musher", Kasson, llevando el suero con ellos. "Balto" llegó agotado y con las patas sangrando y, según contó Kasson, si no llega a ser por su perro no hubiese llegado, ya que más de una vez él quedo desmayado a causa del cansancio y las bajas temperaturas y fue el perro el que seguía el rastro hasta llegar a Nome. En honor de este perro se erigió en el Central Park de Nueva York una estatua en febrero de 1926 con el siguiente párrafo: "Dedicado al indomable espíritu de los perros de trineo que salvaron a la ciudad de Nome recorriendo más de 600 millas y sin desfallecer Orgullo-fidelidad-inteligencia".
La necesidad hizo que el pueblo de Malamute realizara una estricta selección de unos perros que dio lugar a una raza cuyas cualidades físicas y psíquicas nos fascinan. La dureza del trabajo a la que eran sometidos hizo de ellos animales muy fuertes y con una gran resistencia a las condiciones ambientales adversas. El tener que convivir durante muchas jornadas completas con el hombre exigía que fueran perros equilibrados y en general con un inmejorable carácter. Su cercano parentesco con el lobo -lo cual salta a la vista- , su primitivismo, los hace atractivos no sólo para los amantes de la raza, ni siquiera del perro, sino para cualquier persona que guste de la naturaleza, ya que conservan sus instintos como ningún otro perro y por tanto su comportamiento ante las funciones vitales es como el de los animales salvajes: mucho más perfecto, atávico y tierno en muchas ocasiones. Si alguien ha criado una camada de Alaskan Malamute sabrá a qué nos estamos refiriendo. Desde el parto, con gran facilidad y destreza en la limpieza de los cachorros y corte del cordón umbilical, pasando por las muchas horas que pasan con su prole incluso cuando tienen bastantes días, tiempo en que la mayoría de las perras comienzan a estar hartas de tan cansada labor, hasta cuando los cachorros están destetados y tienen hasta varios meses de edad, período en que les facilitan la comida, juegan con ellos y los protegen sin darles el menor gruñido. Hemos criado camadas de otras razas, pero ninguna como está.
Toda esta serie de cualidades se traducen en una belleza en el sentido amplio de la palabra, austera y reflejo de una funcionalidad perfectamente desarrollada para un fin, y de una psicología equilibrada y amable con el hombre, así como de una impresionante dignidad. Son muchos los que piensan que es una lástima que esta raza, al igual que las otras razas nórdicas, hayan sido sacadas de su hábitat. Estaríamos de acuerdo con ellos si la utilidad de éstas se hubiese limitado a la de animales de compañía. Pero no hay que olvidar que para ellos están pensadas las carreras de tiro de trineo, consideradas como uno de los deportes más duros, realizándose recorridos de cientos de kilómetros a través de montañas nevadas. Los verdaderos amantes de esta raza sabemos de su necesidad de desplegar su vitalidad y nunca solemos criarlos en jaulas o tener un excesivo número de ellos, ya que el Malamute necesita de un amplio espacio vital y difícilmente aceptará vivir junto a otros ejemplares de fuerte temperamento (sobre todo en el caso de los machos). Su instinto les induce a la pelea para dominar, al igual que ocurre con los lobos en busca del establecimiento de una jerarquía. Su aspecto fornido y ágil a la vez hace el merecidamente llamado "locomotora de la nieve" un perro ideal para los amantes de la naturaleza y del deporte, cosas ambas que nos ofrece y exige. El Alaskan Malamute está perfectamente adaptado para una funcionalidad muy concreta: el tiro de trineo con cargas pesadas y soportando unas muy bajas temperaturas. Esta utilidad los hacía imprescindibles para la supervivencia de las tribus malhemutos, pero con los avances de la técnica los medios de locomoción por la nieve fueron evolucionando y esta actividad fue pasando a ser un deporte, primero limitado a sus zonas de origen hasta que en 1920 Arturo T. Waldon hace la primera exhibición de carros tirados por perros en América; desde entonces estas pruebas han ido alcanzando gran popularidad hasta convertirse el tiro de trineo en deporte internacional.
De todas las razas nórdicas el Malamute posee unas características propias para el tiro. Estas le vienen dadas por ser un perro poderoso bien construido, con pecho amplio y fuerte y cuerpo compacto, aunque no excesivamente corto, que lo hacen la raza más potente, fuerte y resistente, aunque no la más veloz. Está considerado como el perro tronco por excelencia cuando son varias las razas que componen el tiro. Un tiro formado exclusivamente por Alaskan Malamute será capaz de arrastrar pesadas cargas y mantener una velocidad que, si bien no es muy alta, sí será constante, sin verse afectada notablemente por los desniveles del terreno y pudiendo ser mantenida durante horas dada su enorme resistencia. Hemos expuesto brevemente algunas notas sobre el carácter, belleza y utilidad de nuestro amigo el Alaskan Malamute. Con ellas queremos expresar nuestra satisfacción por criar esta raza disipar en lo posible la mala prensa que han sufrido los perros nórdicos en cuanto a su carácter por parte de los adiestradores y propietarios que no han sido capaces de entender este carácter noble, independiente y digno heredado del lobo, y dejar constancia del binomio hombre-perro que esta raza nos permite establecer.
El Alaskan Malamute, uno de los más antiguos perros de trineo del Artico, es un perro potente y bien construido, con pecho ancho y cuerpo fuerte y bien musculado. El Malamute se mantiene firme sobre sus patas, y esta posición le da la apariencia de mucha actividad y porte orgulloso, con la cabeza erguida y los ojos alerta, mostrando interés y curiosidad. La cabeza es ancha. Las orejas son triangulares y erguidas cuando está alerta. El hocico es grueso, disminuyendo ligeramente su anchura hacia la trufa. No es puntiagudo, ni largo, ni barbudo. El pelaje es denso, con una capa exterior de suficiente longitud para proteger la capa lanosa y submanto interior. Los Malamute son de diversos colores. Un rasgo característico son las marcas faciales. Consisten en un casquete sobre la cabeza, con el rostro limpio o marcado con una barra y/o máscara. El rabo es peludo, llevado sobre el dorso, tiene el aspecto de una pluma ondulante. El Malamute debe ser un perro de huesos fuertes, con patas firmes, buenos pies, pecho ancho y hombros potentes, y debe reunir todos los demás atributos físicos necesarios para el desarrollo efectivo de su trabajo. Su movimiento debe ser firme, equilibrado, infatigable y completamente eficaz. No debe ser concebido como un perro de trineo de carreras para competir en velocidad. El Malamute tiene una estructura para resistencia y potencia, y cualquier característica individual, incluido el temperamento, que interfiera en el cumplimiento de este propósito debe ser considerado como el más grave de los defectos.
Hay una franja de tamaño natural en la raza. El tamaño deseable para machos es de 25 pulgadas a la cruz y 85 libras de peso (63,5 cm. Y 39Kg. Aprox.). Las hembras, 23 pulgadas y 75 libras (58,5cm y 34kg.aprox.). Sin embargo el aspecto del tamaño no debe preponderar sobre el tipo, proporción, movimiento y otros atributos funcionales. En ejemplares juzgados iguales en tipo, proporción y movimiento debe preferirse a aquel más próximo al tamaño del estándar. El ancho del pecho es aproximadamente la mitad de la altura del perro a la cruz, siendo el punto más ancho justo detrás de las patas delanteras. La longitud del cuerpo desde los hombros hasta el final de la pelvis es mayor que la altura del cuerpo desde el suelo a lo alto de la cruz. El cuerpo no debe ser pesado y los huesos irán en proporción al tamaño.
La cabeza es ancha y fuerte, pero no basta ni pesada, y siempre en proporción al tamaño del perro. La expresión es dulce e indica una afectiva predisposición . Los ojos están colocados oblicuamente en el cráneo. Son marrones en forma de almendra y de tamaño mediano. Se prefieren los ojos oscuros. Los ojos azules son defecto descalificatorio. Las orejas son de tamaño mediano. Pero pequeñas en proporción a la cabeza. Son de forma triangular, ligeramente redondeada en las puntas. Se colocan separadas, en el borde exterior trasero del cráneo, en línea con la punta superior del ojo, dando la apariencia, cuando están levantadas, de emerger del cráneo. Las orejas erguidas apuntan ligeramente adelante, pero cuando el perro trabaja suele replegarlas contra el cráneo. Las orejas de implantación alta son un defecto. El cráneo es ancho y moderadamente redondeado entre las orejas, gradualmente estrechándose y aplanándose al acercarse a los ojos hasta las mejillas, que deben ser moderadamente aplanadas. Encontramos un ligero surco entre los ojos. La línea superior del cráneo y la del hocico muestran una pequeña ruptura descendente en línea recta a medida que se unen. El hocico es ancho y voluminoso en proporción al tamaño del cráneo, disminuyendo suavemente en amplitud y profundidad al ir acercándose a la trufa. En todos los colores del pelaje, excepto el rojo, la trufa, labios y contorno de ojos la pigmentación es negra. La pigmentación marrón se permite en los rojos. La pérdida parcial de color estacional o "nariz de nieve" se acepta. Los labios son ajustados. Las mandíbulas superior e inferior son anchas y con grandes dientes. Los incisivos cierran en tijera. El que sobresalga la mandíbula inferior o superior es un defecto.
El cuello es fuerte y moderadamente arqueado. El pecho está bien desarrollado. El cuerpo es de construcción compacta, pero no es corto. La espalda es recta y suavemente inclinada a la cadera. El lomo es duro y bien musculado. Un lomo largo, que puede comportar una espalda floja, es un defecto. El rabo es moderadamente inclinado y sigue la línea de la columna. Se lleva sobre la espalda cuando no trabaja. No es un rabo enrollado, ni reposa sobre el lomo, ni es de pelo corto como el de un zorro. El rabo del Malamute estará bien poblado y tiene la apariencia de una pluma ondulante.
Los hombros son ligeramente inclinados. Las patas tienen fuertes huesos y están musculadas, son rectilíneas hasta los cuartillos cuando se observan de frente. Los cuartillos son cortos y fuertes, ligeramente inclinados al observarse de perfil. Los pies son del tipo "zapato de nieve", apretados y anchos, con almohadillas bien alconchadas, dando apariencia de compactos y firmes. Los pies son anchos; los dedos ajustados y bien arquelados. Entre los dedos existe pelo protector. Las almohadillas son gruesas y suaves, y las uñas, cortas y fuertes.
Las patas traseras son anchas y muy musculadas en los muslos; rodillas moderadamente curvadas; las articulaciones de los corvejones son moderadamente curvadas y sueltas. Visto desde atrás, las patas se colocan y mueven en línea con las patas delanteras, ni muy juntas ni muy separadas. Los espolones en las patas traseras no son deseables y deben ser extirpados poco después del nacimiento.
El Malamute tiene un espeso y áspero pelaje exterior, ni largo ni suave. El subpelo es denso, de 1 a 2 pulgadas de profundidad (de 2,5 a 5,8 cm, aprox.), oleoso y lanoso. El manto exterior varía en longitud según sea el subpelo. El pelo es relativamente de corto a medio en los lados del cuerpo, aumentando en longitud al acercarse a los hombros y al cuello, bajando por la espalda, sobre la grupa, en la parte trasera de las patas y en la cola. Los Malamute suelen tener el pelo más corto y menos denso durante los meses de verano. Debe presentarse en exposiciones naturalmente. Los recortes de pelo no se aceptan, a excepción de aquellos que den un aspecto limpio a los pies.
Los colores habituales van del gris claro a través de sombreados intermedios hasta el negro, arena y sombreados de arena hasta rojo. Las combinaciones de colores son aceptables en el subpelo, puntos y reflejos. El único color completo permitido es el totalmente blanco. Siempre encontramos blanco, predominando en la parte inferior del cuerpo, parte de las patas, pies y parte de las marcas de la cara. Una llama blanca en la parte delantera de la cabeza y/o collar o estrella en la nuca es atractiva y aceptable. El malamute es uniforme, y los colores quebrados extendiéndose por el cuerpo o salpicados, son indeseables.
El movimiento del Malamute es firme, equilibrado y potente. Es ágil a pesar de su talla y construcción. Visto de perfil, los cuartos traseros muestran una fuerte mancha que se transmite por un bien musculado lomo a las patas delanteras. Los cuartos delanteros reciben la dirección desde atrás con una suave amplia zancada. Visto desde el frente o de atrás las patas se mueven en una línea, ni separadas ni muy juntas. Al trote rápido los pies convergen en la línea central del cuerpo. Un movimiento artificial o cualquiera que no sea eficaz e infatigable debe ser penalizado.
El Alaskan Malamute es un perro afectuoso y amigable. No es un perro de un solo dueño. Es un compañero leal y devoto, juguetón cuando se le invita a ello y generalmente impresionante por su dignidad en la madurez.
Importante: Al juzgar Malamutes su función como perro de trineo para cargas pesadas en el Artico debe ser considerada sobre todo lo demás. El grado en que un perro sea penalizado dependerá de cuanto aquél se desvíe de la descripción del ideal Malamute y de cuanto aquel defecto en particular vaya a afectar las aptitudes de trabajo del perro. Las patas del Malamute deben demostrar una inusual resistencia y tremendo poder de propulsión. Cualquier indicio de debilidad en patas y pies delanteros y traseros en estático o en movimiento debe considerarse como un defecto muy grave. Estos defectos serán pies aplastados, corvejones de vaca, malos cuartillos, hombros rectos, falta de angulación, movimiento artificial (o cualquiera que no sea equilibrado, sólido y enérgico), fragilidad, poca profundidad, pesadez, ligereza de hueso y proporciones en conjunto pobres. Descalifica: ojos azules.
Quiero dirigir este artículo a las personas que se sientan atraídas por esta raza y no la conocen lo suficiente, pues al final el carácter de una raza es lo que hace interesante o no para uno. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el Alaskan Malamute es un perro primitivo. Es de las razas más cercanas al lobo y menos alteradas por el hombre, que sólo en los últimos tiempos ha seleccionado un carácter más suave para hacerlo compatible con la vida actual. En consecuencia, el Alaskan Malamute es un perro de exterior, que necesita mucho movimiento y espacio. Es un perro de gran actividad, con una enorme capacidad para fugarse, lo que obliga a tener cercados sin fallos, pues el activo cerebro del Alaskan encontrará o hará un resquicio para huir. Por otro lado, dada la forma de vida esquimal y nómada y compartiendo todo, no es una raza de protección , pero sí deberá de alertar ante cualquier peligro, por lo que puede ser un buen perro de alerta, que avisará a su dueño de algo extraño con esa voz suya tan propia que es la combinación de aullido y ladrido. Que quede claro que no es un perro para guarda y defensa; no es ladrador y considera en general a todos los hombres como amigos. Como consecuencia de su antigua vida, es un perro con fuerte instinto de manada, lo cual origina frecuentes agresiones con otros animales. Además, los machos son muy competitivos y agresivos con otros machos, por lo que no pueden alojarse juntos. Si va a tener un Alaskan en un piso, las hembras son mucho más manejables y obedientes, y dentro de la casa estorban poco y se evitará las peleas con otros perros en sus paseos diarios. Esta raza adora la compañía de la gente, y tiene unas enormes dosis de lealtad, cariño y disposición al trabajo, lo que hacen del Alaskan un buen perro casero. Es increíblemente cariñoso con los niños, hasta con los desconocidos, y les encanta acompañarlos a todos lados. Debido a su independencia, lo que es una seguridad para sí mismo y para su amo en el tiro de trineo, el Alaskan tiene fama de cabezota intratable entre la gente que no lo conoce o no se ha tomado el tiempo para entender esta raza. Son perros increíblemente sensitivos, enormemente afectivos y humorísticos. Sí, sí ven bien, esta raza tiene más de comediante que ninguna otra del mundo canino. Por otro lado, el Alaskan es un perro poderoso, y lo sabe. Equilibrado y muy resistente tanto física como psíquicamente, es un perro con una inteligencia innata extraordinaria. Rápidos en aprender, poseen reflejos agudos y a la vez se alarman rápidamente. Existen Alaskan campeones de obediencia trabajando con ciegos, y cuando no tiene que trabajar jugarán y harán fiestas y payasadas a su amo. El Alaskan tiene una personalidad tan compleja como "el cubo de Rubik". ¿Es un truhán o un santo?. Es la esencia de la simplicidad y lo directo y tiene misteriosas habilidades para comunicar a aquellos que aprendan el lenguaje de estos reyes caninos. Quiero remarcar que el Alaskan, es una raza totalmente sin engaños, y que son los perros más nobles y menos rencorosos con los hombres que existen. Insisto en que no es una raza de perros hecha por el hombre, sino una cuyos ancestros vivían en la noche de los tiempos. Y esto nos lleva a otra de las características de esta raza: su instinto de caza. Son muchas las leyendas sobre el instinto cazador y el fino olfato del Alaskan. Los conductores antiguos contaban muchas experiencias de perros que encontraban el camino cuando el "musher" estaba perdido, pues son perros con gran sentido de la orientación; y también de tiros de perros que de repente cambiaban el rumbo cuando olían al oso o al alce, dejando al guía desesperado. Son perros pescadores y cazadores y causaban grandes problemas en zonas de ovejas y cabras. Esto nos lleva a la comida. Son perros glotones, pero, eso sí, muy limpios. Comen rápidamente y no juegan con le agua. A veces se limpian lamiéndose como los gatos, y si tienen oportunidad se revolcarán en la hierba o en la nieve para limpiarse. Es un perro que no despide olor. También debe tenerse en cuenta que el Alaskan tiene muda semianual, pero el resto del tiempo pierde muy poco pelo. Y por último, un consejo: rechace los Alaskan tímidos, pues son inaceptables y pueden ser peligrosos. La timidez es una maldición en todas las razas caninas, aunque, por fortuna, es rara en el Alaskan y no siempre es culpa del criador, pues hay propietarios que cogen al cachorro y lo tienen siempre encerrado o atado. Saque a su cachorro de paseo con la correa, campo, calles, tráfico, gente, etc., que se sociabilize y se acostumbre a todo.
El Alaskan Malamute, según su standard, debe tener siempre el color blanco en la cara, patas y abdomen. En lo que se refiere a la capa, pueden ser varios los colores del pelo, pero pueden reconducirse a los siguientes: gris (con sus diversas tonalidades que generan denominaciones distintas), negro, blanco (es el caso de los ejemplares totalmente blancos) y rojo. Todos ellos son colores aceptados en la raza. Conocer el color de la capa de los antepasados de nuestros perros es importante, principalmente a la hora de criar con el mismo, y es por ello por lo que en los pedigrees americanos se indica el color de cada ejemplar con unas abreviaturas determinadas. Pero es necesario conocer uno a uno cada color; qué problemas y qué ventajas comporta. Negro: El Alaskan Malamute negro y blanco es bastante habitual, pese a que muchos ejemplares de los que se dice negros y blancos son en realidad una modalidad del gris. El perro negro tiene el pelo exterior y el subpelo negros. Se caracterizan principalmente por su excelente pigmentación. La pigmentación de labios, trufa y párpados debe de ser negra. Blanco: Poco habitual, pese a ser el único color total aceptado en la raza. Pueden sufrir, y de hecho es habitual que sea así, problemas de pigmentación en el caso de los ejemplares que son producto de un cruce poco afortunado. Su pigmentación debe ser negra. A menudo puede apreciarse una pequeña evidencia de máscara en color crema. Rojo: Pese al hecho de su general aceptación , el estándar no lo contemplaba expresamente hasta su inclusión en las modificaciones aprobadas por el A.M.C.A. en agosto de 1993. En este caso debemos distinguir entre dos colores el rojo y el marrón. La diferencia es difícil de explicar en palabras. El rojo es más claro y más luminoso que el marrón. Y debemos tener muy en cuenta que los ejemplares rojos o marrones tienen una pigmentación acorde con el color de su pelo, es decir, marrón. Los labios, trufa y párpados serán de color marrón. No deben evidenciar ningún factor negro. Gris: Hemos dejado para el final el color más habitual en la raza. El Alaskan Malamute Club Of América ha definido muchas variedades del color gris. Son las siguientes: Gris Lobo: Pelo exterior gris con subpelo gris claro, crema o blanco. El perro definitivamente es gris pese a que pueden darse algunos reflejos negros en la línea dorsal. Ninguna evidencia de coloración roja. Foca de Alaska, o falso negro, Pelo exterior negro o con las puntas negras, pero con el subpelo blanco o crema. De lejos el perro parece negro, pero realmente no lo es debido al subpelo claro. También se le ha denominado "gris carbón". Gris Plata: Pelo exterior gris claro y subpelo blanco. Arena (sable): "Wolf Sable". Pelo exterior negro o gris con subpelo rojizo y pinceladas rojas. Son muy evidentes tanto los factores negros como los rojos. Finalmente se llaman "trimmings" las pequeñas sombras o pinceladas de color oro, crema, marrón o rojizo que se encuentran habitualmente en las patas, orejas, cola y cara, entre las partes blancas inferiores del cuerpo y el color oscuro de las superiores. También existe una denominación universal del tipo de marcas que podemos encontrar en la cara del Malamute. Los colores rojo y blanco son recesivos; es decir, que sólo tendremos posibilidades de criar cachorros blancos o rojos si tanto el padre como la madre tienen antecesores de estas características..., y esperar un poco de suerte. Puede parecer poco importante el color en el perro, pero lo es, y mucho (¿ por qué si no en los pedigrees americanos se indica el color de cada perro?). Es importante porque un apareamiento erróneo puede comportar problemas de pigmentación que podrían llegar a ser catastróficos. Nunca, nunca deben cruzarse un macho blanco con una hembra blanca. ¿Por qué?. Pues porque este cruce comportaría con total seguridad problemas de pigmentación en los cachorros. Por el mismo motivo nunca deben cruzarse dos perros rojos. Lo correcto es, si deseamos cachorros blancos bien pigmentados, cruzar un perro blanco con uno negro hijo de blanco. La introducción del color negro en la sangre nos dará la corrección en la pigmentación deseada y será muy difícil que los cachorros resultantes sufran de despigmentación. Por el mismo motivo tampoco es conveniente cruzar dos ejemplares rojos, si no que deben buscarse (y existen) perros negros o grises con excelente pigmentación y que tengan el color rojo en su genealogía. En el caso de los Malamute grises, éstos también están indicados para aparearlos con ejemplares rojos o blancos, pero procurando siempre que el gris no sea hijo de blancos o rojos (según el caso) y que tenga una pigmentación correcta. Por todo lo expresado también estaría contraindicado (y sería casi aberrante) cruzar un perro rojo con uno blanco, ya que los problemas de pigmentación estarían prácticamente asegurados. El color, pues, es una de las variantes que hay que tener en cuenta a la hora de decidir el macho con quien tenemos intención de cruzar nuestra hembra, ya que un error de este tipo en la elección puede provocar consecuencias no deseadas. Pero ¿cuál es la genética que rige el color en el Alaskan Malamute? Los fundamentos básicos de la genética del color en el perro son bien conocidos. Unos pigmentos llamados melaninas son los casi absolutamente responsables de la coloración del pelo, de la piel y del iris en los mamíferos. Se dan dos formas de melaninas. Eumelanina o pigmento oscuro, negro o marrón. Phaeomelanina o pigmento claro, rojo o amarillo. Un gen se compone siempre de dos alelos, y cada alelo tiene como soporte un cromosoma transmitido por cada uno de los padres. Los cromosomas van siempre por parejas de dos cromosomas idénticos, uno proveniente del padre y otro de la madre. Un gen correspondiente a una característica precisa se encuentra siempre en el mismo lugar sobre una pareja dada de cromosomas. Este lugar se llama el locus. Existen: Un locus que determina el color de base del pelo. Un locus que afecta a la intensidad de la pigmentación , un locus de pelaje. En lo que se refiere al locus que determina el color base del pelo, el problema es simple: solamente dos clases de alelos pueden ocupar este locus. B+ la eumelanina es negra (aquí se incluye el gris), b la eumelanina es marrón. La intensidad del marrón es susceptible de variar bajo la influencia de genes modificadores o de interacción con otros genes de coloración que se hallen en el locus que afecta a la intensidad de la pigmentación. El alelo b es recesivo en relación al alelo B+, es decir que el mismo no puede expresarse si no está doblemente presente en el locus y el perro es forzosamente bb. Un perro B+b es exteriormente exacto a un perro B+B+. En el Malamute esto se traduce de la siguiente forma: Los Malamutes grises o negros son B+B+ o B+b+ ( en este segundo caso susceptibles de producir descendientes rojos si son cruzados con elementos B+b o bien bb). Los Malamute marrones o rojos con bb. En lo que se refiere al color de los ojos, están identificados tres alelos en el locus Ir (iris) con el siguiente orden de dominancia: - Ir+, iris oscuro. - Irm, iris color almendra. - IrY, iris amarillo. Entre estos tres alelos la dominancia no es completa y consecuentemente las distintas combinaciones posibles corresponden a resultados distintos... El color del iris se transmite, en conjunto, independientemente del color del pelo. Sin embargo, algunos genes que rigen este último pueden influenciarlo: bb aclara el iris con respecto a perros B+B+ (Irm da ojos color almendra claro, IrY, amarillos muy pálidos). En el Malamute, según el estándar, se buscan perros Ir+, que podrán ser B+B+, B+b ó bb. Los perros rojos o marrones (bb) tendrán el iris obligatoriamente más claro que los otros debido al color de su eumelanina, que es marrón y no negra; este iris podrá ser más o menos claro en función de los alelos Ir presentes en su código genético; un perro bb IrY es rojo con los ojos extremadamente pálidos, casi blancos, cosa que no es deseable, mientras que un perro bb Ir+Ir+ es rojo con los ojos calificados como ámbar oscuro, siendo perfectamente normal, y si este perro es cruzado con un perro Ir+Ir+ producirá sujetos con ojos marrón oscuro tal y como los define el estándar. En consecuencia, un perro no rojo con los ojos muy claros no es deseable, ya que el mismo es portador del alelo IrY, que trasmitirá a su descendencia, si bien hay que tener en cuenta que un ejemplar bb (es decir, rojo) siempre deberá tener los ojos más claros, si bien ello no afectará a su descendencia no roja por cuanto será portador del alelo Ir+ o Irm.LAS LINEAS DE SANGRE EN LA CRÍA DEL MALAMUTE Que el Malamute es un perro de gran belleza y que posee cualidades que resultan poderosamente atractivas no es un secreto para nadie, y no es el objeto de este artículo alabar lo que es evidente al menos para los que los hemos elegido por diversas razones: unos porque les gustaba para mascota y otros con la intención primaria o secundaria de convertirse en criadores. Pero emprender la tarea de criar con la responsabilidad que exige el obtener ejemplares de calidad, y a pesar de lo fácil que en principio parezca, no es en absoluto un camino de rosas y con frecuencia se cometen multitud de errores debidos al desconocimiento. Por eso este artículo pretende ser una pequeña guía de iniciación para los que empiezan y un punto de reflexión para todos los que desde hace tiempo asumimos la crianza de Malamutes. El estándar de la raza está al alcance de todos y no vamos a extendernos en un análisis pormenorizado, pero sí debemos recalcar la importancia que tiene aprender a interpretarlo. El estándar del Malamute no es una normativa cerrada, puesto que al ser una raza primitiva de desarrollo natural al ejemplar "tipo" se le exige primordialmente una conformación adecuada a su actividad de tiro de trineos, en cuanto a estructura ósea y muscular; y una serie de características en el resto que fueron fundamentadas en su capacidad de adaptación al medio: orejas relativamente pequeñas con respecto al cráneo para regular correctamente la temperatura; ojos oblicuos que les dotan de una óptima visión ante la reflexión de la luz en el hielo; pelo y subpelo de longitud, dureza y espesor ideales para aislarles de las bajas temperaturas, etc. (En cuanto a longitud de pelo, peso y altura de los ejemplares siempre entre unas medidas recomendadas y supeditadas en todo momento a las proporciones y homogeneidad del perro con respecto a lo marcado en el estándar y no al contrario. En el único caso en el que son determinantes es cuando se deba elegir entre ejemplares de igual calidad en cuyo supuesto se recomienda dar preferencia a aquel que más se acerque a lo recomendado.) El estándar debe releerse hasta la saciedad. No debiendo permitirnos la menor duda de interpretación en ninguno de sus puntos y una vez superado este difícil tramo del camino hacia la crianza con éxito deberemos tener presente que existen varias líneas de sangre predefinido por criadores de América del Norte y que tomaremos como patrón, dado que fue en ese país donde el Malamute adquirió su "carta de naturaleza" y que de allí proceden todos los ejemplares reproducidos en España (con más bien poco éxito a juzgar por la escasa calidad de los ejemplares en ring). Emular el sistema de crianza de estos criadores sería una medida muy inteligente y con la que todos saldríamos beneficiados. Debemos asumir que sólo manteniendo principios genéticos básicos conseguiremos la crianza de ejemplares que puedan considerarse "TOP" o tan emblemáticos como Inuit Sweet Lucifer de la línea Inuit o Glacier Storm Kloud de la línea Storm Kloud, por poner dos de los ejemplos más conocidos. Elegir entre una u otra de las líneas dependerá de nuestros gustos personales, ya que la calidad que reproducen estos afijos está avalada por largos años de éxito en competiciones y no cabe la menor duda de que todos sus ejemplares poseen las cualidades que marca el estándar (ver capítulo sobre líneas americanas y fotos de sus ejemplares). Si alguien se pregunta qué llevó a estos criadores a crear sus propias líneas le remitiremos al estándar y en él a apreciar lo que ya apuntábamos al principio; que los Malamute son tan variados entre sí en muchos aspectos, tales como estructura, tamaño, color, etc... que la única forma de "marcar" aspectos concretos era "crear", a partir de perros de similares características físicas y mediante cruces consanguíneos, un círculo cerrado de sangre que por fuerza debería dar cachorros semejantes a sus progenitores, unos de mayor calidad que otros, pero todos en consonancia con el patrón predeterminado por el criador. Pero como un exceso de consanguinidad acabaría por degenerar la genética de los ejemplares, introducían sangre nueva en proporciones cuidadosamente estudiadas y controladas, para que "rompiendo" el círculo sanguíneo la línea, se fortaleciera, pero se mantuvieran las características que se habían conseguido fijar. Otro error muy común es el de conceder a un solo sexo la responsabilidad de legar su carga genética; y muy comúnmente ésta recae sobre el macho, considerando a las hembras como simples receptoras sin más, que por obligación parirán cachorros parecidos al padre. Jamás obtendremos buenos resultados si no concedemos a cada uno la importancia que tiene en la reproducción, y no sólo padre y madre, sino también a todos sus antepasados, de los que ellos han heredado los genes que trasmitirán. Que un perro sea campeón no es garantía de que también sea buen reproductor, y puede darse el caso, y se da con demasiada frecuencia, de que sea un precioso ejemplar, pero un mal reproductor (hablamos tanto de machos como de hembras). Tengamos en cuenta que ningún perro "TOP" buen reproductor ha sido fruto de la casualidad, sino una grata recompensa con la que el criador de élite ve premiados sus esfuerzos. Conseguir un "TOP" en cada generación es un sueño de todos los aficionados, pero ellos saben lo difícil que es que aparezca este ejemplar excepcional en muchas generaciones de Malamutes seleccionados. Por ello su meta es, en resumen, reproducir siempre ejemplares de calidad, en la línea de su tipo, y llegar a ver en lo más alto al mayor número de ejemplares. Criar para muchos tal vez sea un negocio, pero el auténtico criador no lo considera así: criar es una creación que tiene mucho de arte y que exige muchas horas de estudio y trabajo incesante. Un buen criador criador jamás pasará a la historia de la raza por el número de ejemplares vendidos, sino por la calidad del trabajo realizado. Después de tener presentes estas premisas estaremos en condiciones de averiguar a qué línea pertenecen nuestros perros y plantearnos con seriedad si la proporción de sangre de un solo tipo que poseen (en España se han tenido poco en cuenta los pedigrees a la hora de reproducir, por lo que podemos encontrar las más variadas combinaciones en la sangre de nuestros perros) podrá ser garantía de conseguir, cruzando con ejemplares más puros, criar de forma consecuente. En nuestro esfuerzo por criar con la mayor calidad deberíamos contar con el apoyo y la ayuda constante del Club de la Raza, puesto que su principal preocupación debería ser velar por el auge y la pureza de la raza es España, informando con imparcialidad y luchando por formar jueces que conozcan con todo lujo de detalles la raza que van a juzgar, puesto que el éxito en el ring de ejemplares sin cualidades y que poco o nada aportan a la raza desorienta a muchos y falsea la realidad.PRESENTACIÓN EN EL RING DEL ALASKAN MALAMUTE El Alaskan Malamute es un perro que no requiere un arreglo específico para ser expuesto. Se presentará en ring de forma natural, limpio y con un buen cepillado. No se admiten los recortes de pelo. El único arreglo con tijera admitido por el Alaskan Malamute Club of América, y tal como se prevé en el estándar, es el arreglo de los pies, para que aparezcan con un aspecto limpio. Consiste ello, pues, en el recorte del pelo que aparece entre los dedos, pero no arbitrariamente, sino lo justo para que aquella zona tenga un aspecto cuidado. Cualquier otro recorte no está admitido y debería ser sancionado. La posición estática del Malamute es firme y dará imagen de cuadro. Visto de frente, el exterior de las patas delanteras formará una línea con el cuerpo perpendicular al suelo, con los pies apuntando rectos hacia adelante. Visto de perfil, las patas delanteras serán perpendiculares al suelo. Un error habitual consiste en ponerlas demasiado adelantadas. Para evitarlo debería practicarse ante un espejo. Las patas traseras se colocan de forma que los codos estén perpendiculares al suelo y los pies apunten adelante. Vistos desde atrás, si trazáramos una línea que pasara por el límite externo de la pelvis hasta la cara interna de los codos convergería sobre esta línea. Visto de perfil, los codos van perpendiculares al suelo, y si trazamos una línea hacia arriba tocaríamos la parte trasera de la pelvis. Hay que mantener esta posición con la cabeza erguida y la cola flotando. El Malamute debe dar esencialmente aspecto de potencia, fuerza y equilibrio. Ello no significa que deba pelearse o gruñir a los demás ejemplares del ring. Un comportamiento así debería considerarse una falta, y el perro, aun cuando no deba ser descalificado si no es muy grave, nunca debería ser dado vencedor, ya que con ello se promocionaría esta indeseable conducta. El Malamute debe entrar, estar y pasear por el ring con porte orgulloso, alegre y decidido, independiente e indiferente a los demás ejemplares que se exhiben. Su paso es elegante y muy amplio, denotándose la propulsión procedente de las extremidades traseras mientras que las extremidades delanteras se lanzan a una gran zancada, en línea entre ellas y sobre una imaginaria línea central del cuerpo. El llamado "single track". De cualquier modo, el movimiento por excelencia del Malamute no lo observaremos en ring, sino que debe observarse en el trabajo, tirando de un trineo o de una carga. Allí es donde el ejemplar demostrará realmente toda toda su potencia en el movimiento. Por ello hay que ver que el Malamute es esencialmente un perro de trabajo, y por tanto la supuesta distinción entre un Malamute de Trabajo y uno de belleza no existe. Todo Malamute debería seguir sesiones de trabajo de modo regular, tanto para mejorar o mantener su aspecto físico como para conseguir esa potencia y energía que el estándar refleja y que debería estar presente y ser meritoriamente más considerado en todas las exposiciones de belleza. Potencia, energía, orgullo y un cierto aire de superioridad serían los calificativos más determinantes de la raza, y que deben ser la base de cualquier campeón.
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