Aneto


AnetoEl Aneto, con sus 3.404 metros, es la cumbre más alta del Pirineo y su ascensión es obligada, aunque para ello tengamos que unirnos a una verdadera procesión de montañeros ansiosos de alcanzar su cima.

Desde Benasque, seguimos la carretera que lleva al Hospital de Benasque y continuamos hasta el Plan d´Estan, donde existe un amplio aparcamiento. Mejor llegar por la mañana muy temprano o por la tarde, si vamos a hacer noche en el Refugio de la Renclusa, pues el acceso de vehículos hasta el aparcamiento es limitado. Al terminar la carretera, no tenemos más que seguir el sendero que, sin pérdida posible, nos sitúa en el Refugio en unos 40 minutos. Es conveniente reservar plaza (Telf. 974 55 14 90 o 974 55 11 26), pues en verano suele estar atestado de gente. En cualquier caso, se puede acampar o hacer vivac en las inmediaciones. Desde el Refugio, nos dirigiremos hacia el sur, por un sendero que comienza en una zona herbosa, para pasar en seguida a otra pedregosa. Subiendo de piedra en piedra, llegaremos al Portillón Inferior, una pronunciada canal llena de piedra suelta en la que hay que poner algo de cuidado. Una vez arriba del Portillón Inferior, seguiremos por lo alto de la Cresta de los Portillones, hasta llegar al Portillón Superior, que da paso al Glaciar del Aneto. Al principio, tendremos que cruzar alguna que otra zona rocosa, por lo que no es recomendable calzarse los crampones al principio. Ya no tendremos más que subir el glaciar haciendo una cómoda diagonal hasta el Collado Coronas. A partir de aquí, la pendiente se acentúa, pero sólo restan unos 200 metros de ascensión para llegar al Puente de Mahoma, que da paso a la cumbre. Nosotros no pudimos disfrutar plenamente de la panorámica que se divisa desde el pico, pues había algo de niebla. Pero ésta levantaba algo de cuando en cuando y nos permitía disfrutar de la vista del cordal que va del Pico de Coronas hasta La Maladeta, así como del valle de Coronas, con los lagos del mismo nombre. Para la bajada recomiendo, una vez llegamos a lo alto del Portillón Inferior, no descenderlo, sino seguir por la cresta rocosa hasta el Falso Portillón, y de aquí al Refugio. Así evitaremos el riesgo de resbalar en la pedrera de la canal.