- He oído palabras y más palabras, pero
nada se ha hecho. Las
- buenas palabras no duran si no se
convierten en hechos. Las
- palabras no pagan la muerte de mi pueblo.
No pagan la pérdida
- de mi país, ahora invadido por los
hombres blancos. No protegen
- la tumba de mi padre. No pagan mis
caballos y mi ganado. Las buenas
- palabras no me devolveran a mis hijos.
Las buenas palabras no
- cumplirán la promesa de vuestro jefe
guerrero, el general Miles.
- Las buenas palabras no devolverán la
salud a mi pueblo ni evitarán que
- muera. Las buenas palabras no darán a mi
pueblo un hogar donde pueda
- vivir en paz y cuidar de sí mismo.
-
- Si el hombre blanco quiere vivir en paz
con el indio, puede vivir en paz.
- No tiene por qué haber problemas. Tratad
a todos los hombres por igual.
- Dadles la misma ley. Dadles a todos la
misma oportunidad para vivir y crecer.
- Todos los hombres han sido creados por el
mismo Jefe Gran Espíritu.
- Todos son hermanos. La tierra es la madre
de todos los hombres, y todos los
- hombres deberían tener los mismos
derechos sobre ella.
-
- Todos hemos nacido de una mujer, aunque
somos diferentes en muchas cosas.
- No nos pueden hacer de nuevo. Vosotros
sois tal como os hicieron, y tal como
- os hicieron podéis seguir siendo.
Nosotros somos tal como nos hizo el Gran
- Espíritu, y no podéis cambiarnos;
entonces ¿Por qué habrían de pelearse los
- hijos de una misma madre y un mismo
padre?, ¿Por qué uno habría de engañar al
- otro?. Yo no creo que el Jefe Gran
Espíritu diera a una clase de hombres el
- derecho de decir a otra clase de hombres
lo que deben hacer.