- Para nosotros, las grandes llanuras
abiertas, las hermosas
- colinas onduladas y los rios
serpenteantes y de curso
- enmarañado, no eran salvajes.
- Sólo para el hombre blanco era salvaje
la naturaleza, y
- sólo para él estaba la tierra infestada
de animales salvajes
- y gentes bárbaras. Para nosotros era
dócil. La tierra era generosa
- y estábamos rodeados de las bendiciones
del Gran Misterio.
- Para nosotros no fue salvaje hasta que
llegó el hombre velludo
- del este y con brutal frenesí amontonó
injusticias sobre nosotros
- y las familias que amábamos. Cuando los
mismos animales del bosque
- empezaron a huir de su proximidad,
entonces empezó para nosotros el
- SALVAJE OESTE.
Luther
oso derecho, jefe sioux.
-
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