Seres que interfieren en el desdoblamiento

( "Proyección astral: viajar fuera del propio cuerpo" Equipo de expertos Osiris. Editorial de Vecchi, 2002. Pág. 171)

 

    A propósito de estos entes que ya hemos nombrado en dos ocasiones, creemos necesario comentar algo sobre su posible origen y el papel que desempeñan dentro del marco del desdoblamiento. En general, podemos distinguir, de una manera muy elemental, entre seres benignos y seres desfavorables.

    Los guías que aparecieron en el desdoblamiento de Pelley son considerados como una ayuda para el sujeto proyecto y un pasaporte hacia una mayor espiritualidad. Estos seres constituyen la mejor oportunidad existente para conocer a   fondo la realidad del plano sutil, si bien su aparición es escasa y casi siempre está limitada a aquellos individuos que han llevado a cabo numerosas experiencias extracorporales.

    En cuanto a la presencia que sintió Kevin en su viaje astral, diremos que es una de las muchas almas demasiado apegadas al mundo material que no consiguen sobrepasar las fronteras de la eterna espiritualidad y que, en su afán de comunicarse con los vivos, originan experiencias de este tipo que tienden a perjudicar, o cuando menos a desfavorecer, el tránsito por el plano astral.

    Incluso cuando no tienen la fuerza suficiente para romper el cordón de plata e instalarse en el cuerpo desdoblado, se han dado muchos casos de coexistencia de seres sutiles y humanos en un mismo cuerpo, lo cual crea serios conflictos nerviosos y de personalidad al individuo, Tal es el caso de los famosos endemoniados.

    Excluyendo esta circunstancia extrema, es más usual que si se presentan estos entes se apropien de parte de la energía que posee el doble, dejándole sin la posibilidad de alargar su estancia en el mundo astral y obligándole a regresar a su cuerpo en un estado de cansancio y miedo, como fue el caso de Kevin.

    Seguidamente, ofrecemos lo que podría considerarse un breve compendio de las formas sutiles que se encuentran en el mundo de lo astral:

        En general, todas estas criaturas, a caballo entre dos mundos, tienen el mismo objetivo: aprovechar la energía de los vivos para seguir existiendo desencarnadamente, sin el valor necesario para dar el salto a la espiritualidad pura. Son seres atormentados, que no desean continuar con su existencia, pero no pueden hacer nada para evitar seguir viviendo y ese egoísmo es lo que los mantiene atados a nuestro mundo y los convierte en seres extremadamente peligrosos. En el caso de las larvas y las envolturas, pueden llegar a coexistir con el individuo en su propio cuerpo.

 

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