Capitulo 3.1
El frió viento que se cuela a través del cristal roto de una ventana lo hace despertar, sus ojos denotan un extremo cansancio
- Maldita guerra sin sentido – piensa para si mientras se levanta lentamente – a este paso, dudo que este mundo tenga futuro
Un joven rubio se encontraba sentado junto a una cama, tras tallar su ojos con la idea de alejar un poco el sueño fijo su vista en el techo; al parecer hacia guardia, en la cama yacía un niño de aproximadamente 5 años, victima de un bombardeo semanas antes; había perdido ambas piernas y aun con la falta de suministros médicos, ya se encontraba estable… Sus ojos estaban vendados al igual que otras partes de su cuerpo
- ¿Ma…mamá? – el joven voltea hacia el y se acerca
- Tranquilo – le acaricia la cabeza mientras sonríe con tristeza – Ella no esta pero, vendrá pronto – le dijo con dolor en el corazón sabiendo que seguramente eso no pasaría
- ¿Quién eres tú? – pregunto inocentemente
- Un voluntario del hospital
- ¿Sabes sonde esta mi mamá?
- No, pero si viene a buscarte necesitare saber tu nombre para avisarle que estas aquí – dijo tratando de darle esperanzas – sino, como sabré cual es tu mamá
- Cierto
En eso una joven enfermera de cabello castaño se acerca a ellos sosteniendo un portapapeles y una pluma
- Edward necesitas descansar – dijo viendo conmovida al joven que animaba al niño – llevas mas de 36 horas sin dormir
- Lo se Roze… es que estaba muy preocupado
- ¿Cuántas veces te tengo que decir que no me llamo Roze? – dijo molesta
- Discúlpame Noah… - dijo con semblante melancólico
- Lo se, me parezco a ella – suspiro resignada – Y bien ¿Cuál es su nombre? para colocarlo en la lista de pacientes – dijo en tono mas alegre
- Mi nombre es… - el pequeño titubeó por el dolor causado al tratar de quitarse la venda de los ojos
- No te muevas, si necesitas algo dímelo – dijo Edward con preocupación y quitándole la venda completamente
- ¡Ah no!... Me lo pedirá a mí – dijo Noah molesta – tú te vas a casa a descansar
- ¿Pero? Noah – reclama como niño chiquito, causando la risa del niño
Ambos voltean sorprendido por la fortaleza del pequeño
- Parecen novios, hermano
- ¿No…novios? – tartamudean los dos adultos
- Si - dijo mostrando sus ojos azabaches – con solo verlos me doy cuenta
- No estas muy enano para hablar de eso – lo regaña Noah
- ¡Quién llamas enano que si metieras en una jeringa fácil saldría por la aguja! – grito Edward haciendo movimientos cómicos
La chica y el niño lo ven extrañados, tras un suspiro
- Definitivamente necesitas descansar – dijo Noah - Edward
- ¿eh? – Edward parece no comprenderla y extrañado por que al mencionar su nombre no parecía ser la voz de la chica
- Me lo dijo a mi – dijo el niño - Acero
Otra vez sucede lo mismo, creyendo haber imaginando la última palabra Edward sacude su cabeza, razón había; pues el pequeños era repica infantil de la única persona que lo llamaba así
- Tienes razón creo que me hace falta dormir – respondió con sinceridad
- ¡Bien! – contesto la joven sonriendo – Espérame abajo, pediré un permiso especial para acompañarte a casa
- No necesito a una niña boba como niñera
En la planta baja todos hacen su rutina de trabajo, de repente voltean; extrañamente en la misma dirección, las escaleras; presintiendo lo que pasaría
- ¡Como me llamaste! – La voz de Noah retumba en el lugar
Seguido de eso Edward baja corriendo las escaleras y tras unos metros de carrera, volteando a ver si lo seguía, se estrella con un muro; rápidamente se voltea solo para quedar clavado de la bata rodeado de bisturís, tijeras y otros objetos punzo cortantes
- Te habías tardado, Elric
- Agradece que su padre era lanzador de cuchillos en el circo
- Sin duda la entreno muy bien
- No me gustaría estar en tu lugar
Esos y varios comentarios más se escucharon en el lugar, mientras todos regresaban a su rutina
- Yo y mi bocota – dijo en voz baja - ¿Qué no piensan sacarme de aquí? – dijo tratando se soltarse del muro
El aullido fingido de un coyote se escucha en el lugar
- Muy graciosos – dijo malhumorado
Rato después Edward y Noah caminan en silencio por una avenida en muy mal estado, el chico tambalea de vez en cuando pero la joven lo mueve para mantenerlo conciente, de repente
- ¡Hasta que te dignas en aparecer muchacho!
- ¿Señor Hoenheim? – responde la chica
El Padre de Edward se acerca para ayudarlo, dejando unos paquetes en el suelo; Edward… debido al cansancio ni nota su presencia
- No lo rete por favor – suplica la chica
- Tu debes ser Noah – ella asiente – Mi hijo me hablo de ti… no te preocupes, se muy bien en que anda metido
Sin decir mas la joven toma los paquetes y acompaña a Hoenheim quien prácticamente arrastra a Edward, quien lentamente pierde la conciencia… no sin antes divisar una ágil sombra que cruza el camino tras ellos
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Lentamente el sol se asoma en el horizonte. Como simple espectador un joven rubio de ojos dorados disfruta el paisaje sentado en una roca, en medio de una pradera rodeada de tupidos bosques
- Que tranquilidad – murmura mientras estira su cuerpo – Este lugar… me recuerda…
- ¡Waaaaaaaaa! – el grito de una niña se escucha a lo lejos entre los árboles
Sin pensarlo dos veces corre guiado por los gritos, esquivando ramas y troncos que se atravesaran en su camino, saltando sin cuidado el accidentado terreno, llega quedando atónito ante lo que ven sus ojos… una gigantesca armadura, sujeta una gran cadena; correa que ata a un lobo negro de aspecto feroz… frente a este una niña hincada con la vista al suelo
- ¡Que crees que haces maldito! - grita
Si pensarlo de nuevo sale disparado y se coloca entre la niña y el lobo
- ¡Nadie amenaza a una niña indefensa mientras yo este aquí!
- ¡Nadie me dice niña indefensa! – grita la niña mirándolo con furia
Sin darle tiempo de reaccionar una luz cubre la tierra bajo los pies del joven y estalla lanzándolo alto
- ¡Solo quería ayudar! – grita conforme se aleja del suelo
- Creo que no fue su día de suerte – se escucha una distorsionada voz dentro de la armadura, mientras el lobo asiente con la cabeza
- ¿Qué quieres decir? Hagane no – dice la niña mirándola de una manera espectral
- ¡Nada, nada… hermanita! – dijo con la mano tras la nuca, mientras al lobo solo le sale una gota de sudor
- ¡Waaaaaa! – el joven cae quedando clavado de cabeza en el suelo
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Un seco golpe lo hace despertar, Edward había caído de cara al suelo, completamente enredado en las sabanas
- ¡Auch! Tenía rato que no me pasaba – grito desenredándose y tras levantarse se sentó en la cama - ¿Qué sueño más raro? – pensó
Tras observar a su alrededor, se da cuenta de que se encuentra en su habitación y que ya es de noche
- Por lo que veo, Noah se topo con mi padre – murmuro, tras ver que solo le había quitado la chaqueta y los zapatos – Seguro iba de salida – dijo con fastidio
Tras cambiarse, volvió a la cama
- Bien mañana volveré al hospital – murmuro para luego caer dormido de nuevo
Continuara…
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