Las bibliotecas nacionales.
La Biblioteca Nacional Española
La polémica de las bibliotecas nacionales
Bibliografía nacional y servicios bibliográficos y de información
Según la UNESCO, se entiende por bibliotecas nacionales aquellas que, bajo cualquier denominación, son responsables de la adquisición y conservación de ejemplares de todas las publicaciones impresas en el país y que funcionan como bibliotecas de depósito, en virtud de disposiciones legales. Normalmente pueden desempañar también algunas de las siguientes funciones:
Elaboración de la bibliografía nacional
Reunir una colección de obras extranjeras representativas o relacionadas con el país
Actuar como centro nacional de información bibliográfica
Compilar catálogos colectivos
Publicar la bibliografía nacional retrospectiva.
El origen de las bibliotecas nacionales de los diferentes países es muy variado. En los países europeos, la mayoría de ellas nacen como bibliotecas reales, que más tarde se abren al público, primero para consulta de eruditos y luego como museos del libro. En otros países nacen como organismo de apoyo a una institución -caso de la Library of Congress. Otras nacieron ya como cabeceras de sistema: tal es el caso de las bibliotecas de nueva creación en muchos países en vías de desarrollo. No falta el caso de las bibliotecas que fueron creadas en su día para satisfacer las demandas de la población establecida en las colonias y que, tras la descolonización de los países se convirtieron en bibliotecas nacionales: tal es el caso de la biblioteca nacional de Marruecos, que aún conserva el nombre de Biblioteca General que le dio Francia. También existe el caso de bibliotecas que tuvieron su origen en una biblioteca privada o en la confluencia de varias bibliotecas, como la British Library. En todo caso, el concepto de Biblioteca Nacional, tal y como lo entendemos hoy, arranca de la Revolución Francesa.
En el siglo XIX las bibliotecas nacionales estructuran su servicios y configuran su concepto, mientras que en el siglo XX quedan marcadas por dos aspectos en constante evolución: el desarrollo tecnológico y los cambios sociopolíticos y culturales. El siglo XX también se ha caracterizado por las fuertes polémicas desatadas en torno al concepto, fines y funciones que deben definir a las bibliotecas nacionales.
Los objetivos de las bibliotecas nacionales se definieron en el Simposium de Viena de 1958 y en los Seminarios de Manila.(1964), Quito (1966), Colombo (1967), Kampala (1970) y de edificios en Roma (1973). Se designan tres objetivos principales:
A) Son el archivo bibliográfico del país, y como tales están encargadas de preservar y conservar la cultura nacional.
B) Ejercen las funciones de agencia bibliográfica nacional, encargadas de desarrollar los servicios bibliográficos y bibliotecarios de un país.
C) Son las cabeceras del sistema bibliotecario nacional, responsable de la línea bibliotecaria del mismo y de establecer las relaciones con las bibliotecas de otros países.
Según el programa NATIS de la Unesco, las funciones de las bibliotecas nacionales son las siguientes:
A) Facilitar los servicios centrales mediante las siguientes operaciones:
1.-Adquisición de la totalidad de la producción nacional mediante el servicio de depósito legal y de la producción extranjera de interés nacional mediante la compra, el canje y la donación. Esta producción está formada por todas aquellas publicaciones que traten del país, que sean obra de ciudadanos del país y obras de interés general, especialmente bibliográficas, de referencia y consulta, así como de las publicaciones oficiales de otros países y de los organismos internacionales.
2.-Servicios bibliográficos encaminados a lograr el plan de Control Bibliográfico Universal. Ello se lleva a cabo por los siguientes procedimientos:
Recogida de todas las publicaciones aparecidas en el país.
Catalogación única.
Elaboración y publicación de la bibliografía nacional.
Elaboración de catálogos de sus fondos.
Elaboración de catálogos colectivos de diversos materiales.
3.-Préstamo interbibliotecario nacional e internacional. Se desarrolla en dos planos:
Organizar un sistema nacional de préstamo.
Centralizar el sistema de préstamo internacional.
4.-Centro nacional de información.
A nivel nacional: coordinación de los servicios bibliográficos, centro de investigaciones bibliográficas y centro de contacto de los organismos interesándola
A nivel internacional: participación en los planes de cooperación internacional y coordinación de las instituciones interesadas.
5.-Extensión bibliotecaria. Es función de la biblioteca nacional la creación de actividades de extensión bibliotecaria con el fin de dar a conocer el patrimonio bibliográfico al ciudadano y de acercar a estos al libro y la lectura. Ello se lleva a cabo mediante campañas de promoción a la lectura y exposiciones fijas o temporales sobre el patrimonio bibliográfico, además de otras actividades complementarias de divulgación.
6.-Otras funciones:
Canje internacional de publicaciones oficiales y no oficiales, de acuerdo con el programa DUP.
Formación profesional mediante orientación teórica a las escuelas de bibliotecarios y la organización de cursos prácticos y de actualización.
B) Asumir un papel predominante entre las bibliotecas del país que formen parte del NATIS. Ello se lleva a cabo en tres vertientes diferentes:
Elaboración de una política nacional de bibliotecas.
Planificación y desarrollo de los servicios bibliotecarios del país.
Colaboración con otros organismos mediante el control de los servicios y la búsqueda de soluciones a problemas concretos.
C) Participación en el programa UNISIST y otros programas de cooperación internacional con el fin de lograr que el país quede representado de forma satisfactoria y se establezca convenientemente el flujo de información en ambos sentidos.
Las bibliotecas nacionales tienen características propias y claramente definidas, aunque algunos aspectos de estas has sido motivo de polémica a lo largo de los años. Así, no todo el mundo está de acuerdo en el tipo de fondos que deben poseer, en las prestaciones que ofrecen, en la financiación, o incluso en la forma de organizar el depósito legal, muy diferente hoy día en las legislaciones de cada país -no es obligatorio en USA, por ejemplo, y su cumplimiento dista mucho de ser efectivo en los países en vías de desarrollo.
Sin embargo las características fundamentales de la biblioteca nacional parecen estar fuera de toda duda y son las siguientes:
Es una biblioteca eminentemente conservadora.
Sus servicios se orientan hacia la consulta y no hacia el préstamo.
Es un centro de investigación bibliográfico.
Es un organismo de amplia acción que supera a la biblioteca misma.
Es una macrobiblioteca, aunque puede estructurarse de varias formas.
Las bibliotecas nacionales pueden estructurarse siguiendo el modelo unitario o centralizado y plural o descentralizado. El modelo unitario reúne todas las funciones y fondos en una misma biblioteca, que puede estar compuesta de uno o más edificios. Es el caso de España y lo fue de Francia antes de su reestructuración. El modelo plural se compone de varias bibliotecas que asumen diferentes funciones o se especializan en diferentes campos. La división de funciones puede estar basada en criterios geográficos, operativos, de fondos o de cualquier otra índole: es el caso de Italia, Alemania o U.K.
La Biblioteca Nacional Española.
Tiene su origen en la Librería Real de Felipe V, creada en 1712 y cuyos primeros estatutos datan de 1716. Fue posteriormente reformada por Carlos III y Jovellanos. Ocupó sucesivamente la Torre del Alcázar, el Convento de la Trinidad, el edificio del Almirantazgo y la casa del Marqués de Alcañices. El edificio actual es de Francisco Jareño y Ruíz Salmerón y se inauguró el 12 de octubre de 1892. En 1930 se creó el Patronato de la Biblioteca Nacional y en los años 42 y 57 se dictaron sendos decretos por la que se la dotaba de reglamento. La reorganización del Ministerio de Cultura en 1985 y los decretos de 25 de abril y de 10 de junio de 1986 marcaron su organización y estructura, y el de 19 de mayo de 1989 señaló sus funciones dentro del sistema bibliotecario español. A finales de 1991 se aprobaron sus estatutos como organismo autónomo. Actualmente, la Biblioteca Nacional está en un proceso de reforma organizativa, técnológica y espacial.
Orgánicamente, la Biblioteca Nacional está compuesta por las siguientes unidades, dependientes de la Dirección:
Departamento de Proceso Bibliográfico.
Departamento de Referencia.
Centro del Patrimonio Bibliográfico.
Hemeroteca Nacional
Gabinete de difusión
Las funciones de cada una de estas unidades están definidas en la mencionada orden de 10 de junio de 1986.
La polémica de las bibliotecas nacionales.
Aunque en principio parecen estar muy claras cuáles son las funciones de una biblioteca nacional, y cuáles son las características que las definen, la realidad es que la aplicación de estas líneas generales a casos concretos ha dado lugar a una larga polémica que aún no ha terminado y en la que tienen que ver tanto las características propias de cada país como la evolución que ha sufrido el concepto bibliotecario en los últimos años. Estas polémicas alcanzan a todos los aspectos de la biblioteca, pero se centran fundamentalmente en los siguiente puntos:
A) Tipos de fondos.- El carácter enciclopédico de los fondos recogidos por las bibliotecas nacionales hace suponer de entrada que debe ser un centro capaz de ofrecer todo a todos, es decir, cualquier documento a cualquier usuario. Aunque esto puede responder a una idea básica de principio, la verdad es que la abundantísima producción especializada hace imposible llevarla a cabo. Ante esto se plantea el problema de qué orientación se debe dar a la biblioteca nacional, es decir, si ésta debe ser de tipo general, humanístico, sólo nacional, etc. Aunque parece que la mejor solución estriba en la creación de bibliotecas especializadas, se plantea de nuevo la cuestión de determinar el grado de centralización de las mismas, o si éstas deben terminar representando el papel de bibliotecas nacionales sucursales.
B) Política de adquisición. La política de adquisición varía de un país a otro, especialmente en lo que se refiere al material no librario, no siempre sujeto a depósito legal, y a la adquisición de publicaciones extranjeras. La biblioteca nacional se encuentra obligada a adquirir, en forma original o microfilmada todos aquellos documentos de interés para el país y que van desde manuscritos de origen nacional depositados en bibliotecas extranjeras hasta publicaciones oficiales. Esto, que en principio parece una norma bien simple, no lo es tanto cuando el país que se debe enfrentar a ello carece de recursos económicos suficientes o de infraestructura adecuada; además, la selección de las obras que deben adquirirse choca de nuevo con el problema anteriormente expuesto sobre la orientación enciclopédica o no de las bibliotecas nacionales.
C) Política de préstamos. Por otra parte, los intercambios y préstamos interbibliotecarios también se encuentran frente al dilema de hacerlo con el original o la copia, aunque parece admitida la regla de no prestar originales de obras únicas. Cuando el fondo de la biblioteca nacional sólo puede utilizarse para consulta, otro organismo debe encargarse del préstamo interbibliotecario: ahora bien, si es la biblioteca la que realiza está función, se encontrará en una excelente situación para servir de base al sistema de préstamos e intercambios nacional e internacional.
D) Depósito Legal. Las normas que rigen el Depósito Legal distan de ser las mismas en todos los paises. Así desde un control riguroso de la misma, como es el caso de Italia, se llega a su no obligatoriedad, como en USA: su legislación depende en gran medida de la concepción más o menos liberal de cada estado. Pero tal vez el problema más grave con el que se enfrenta el depósito legal es la absoluta imposibilidad de llevarlo a cabo de una forma sistemática en una gran cantidad de países del mundo, a veces, paradójicamente dotados de leyes muy severas al respecto: es el caso de la práctica totalidad de los países en vías de desarrollo, cuya producción, aunque minúscula al lado de los grandes productores de información, no es en modo alguno despreciable.
E) Estructura de la biblioteca. Este punto se enfrenta a dos aspectos del mismo: estructura orgánica y estructura funcional. Existen dos posturas, que preconizan respectivamente la centralización y la descentralización de la biblioteca. La descentralización supone la creación de secciones especializadas, bien en materias, bien en funciones. La centralización supone una subdivisión de fondos y funciones en la misma biblioteca. En cualquiera de los dos casos, la biblioteca debe ofrecer una serie de servicios centralizados, tales como catalogación, coordinación interbibliotecaria, etc.
F) Bibliografía nacional y servicios bibliográficos y de información. Existen funciones en las bibliotecas nacionales, tales como la elaboración de la bibliografía nacional, la orientación bibliográfica, la publicación de catálogos y organización de exposiciones, el canje internacional de publicaciones y la formación profesional y ayuda técnica a otras bibliotecas, que resulta muy claro que deben estar centralizadas. La polémica se centra aquí sobre si es misión de la biblioteca nacional llevar a cabo todas y cada una de estas funciones, o si, por el contrario, deben ser otros organismos autónomos o anexos a la biblioteca los que se deben ocupar de ello. En cualquier caso, la coordinación y relación entre unos y otros debe ser la característica que determine su funcionamiento, ya que su interrelación es evidente.
G) Difusión versus conservación. Es innegable la función conservadora de las bibliotecas nacionales. Sin embargo una función exclusivamente conservadora puede llevar al absurdo de convertir los fondos de la misma en inaccesibles. Por el contrario, lu difusión de los mismos con características de biblioteca pública o de préstamo, puede llevar a la desaparición y deterioro de los fondos. Este punto es materia de polémica especialmente en los paises pobremente dotados de bibliotecas, donde frecuentemente la biblioteca nacional ejerce funciones de biblioteca pública o universitaria. La escasez de bibliotecas no debe ser suplida por la biblioteca nacional, ya que sus funciones están bien determinadas y claras en ese sentido. Ahora bien, sí debe facilitar el acceso a sus fondos a los usuarios que los necesiten, especialmente cuando se trata de documentos difícilmente encontrables en otros centros.
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Libros, bibliotecas, bibliotecarios
Rosario López de Prado
Museo Arqueológico Nacional (BIBLIOTECA)